IV. WEIRDOS

Pasaron semanas desde el incidente con las bombillas. Era viernes por la mañana, Lexie se encontraba en un colegio Muggle. Era obvio que debía asistir a clases ya que debía tener una buena educación.

Niños corriendo de un lado para otro, una sinfonía de risas reinaba en el patio del colegio, estaban en receso. A Lexie le encantaba la hora del recreo ya que podía disfrutar de su atracción favorita, el columpio. Estaba balanceándose con una de sus amigas, ambas reían y en ocasiones sus cabellos  tapaban su vista provocando aún más sus carcajadas.

Lex en uno de sus balanceos, se impulso demasiado fuerte provocando que saliera volando de su columpio pero en vez de caer al suelo se encontró flotando por unos segundos. Esto provocó que varios niños se asustaran y otros se rieran de Lexie. Por suerte ninguno de los profesores vió a la pequeña Martin flotar. 

-¡LEXIE ES UN BICHO RARO! -gritó uno.

-¡NADIE DEBERÍA SER SU AMIGO! -gritó otro, provocando que los ojos de Lex se llenaran de lagrimas. Todos los que se encontraban en el patio de jugos la señalaban y reían y repetian una y otra vez, -¡LEXIE ES UN BICHO RARO! -a Lex no le gustaba que la vieran llorar ni mucho menos vieran que esas palabras le afectaron. 

-¡YA CÁLLENSE! ¡O... -hizo una breve pausa para pensar-¡O HARÉ QUE LES PASE ALGO! ¡SÉ QUE PUEDO LOGRAR CUMPLIR CON MI PALABRA! ¡NO DEBERÍAN METERSE CONMIGO! -amenazó la rubia. Para tener 10 años sabia como defenderse. Todos los niños que se burlaron de ella se callaron por temor que lo hiciera. Una vez que logró que ya nadie la molestará, camino lo más tranquila posible tratando de poner su mejor sonrisa para que nadie viera que le afectó que la llamarán "bicho raro."

¿Quería llorar? La respuesta es sí, sí quería llorar y quería que su mamá o James estuviera con ella en ese momento. Pero no lo hizo, tanto su padre como su madre le enseñaron que los niños son crueles y hay veces que no miden sus palabras.

-Lex, recuerda, si alguien te molesta, no debes prestarle atención. -dijo Violet.

-Esos niños solo quieren atención. Sus palabras o acciones no son de importancia. -habló Adam.

-Tú, Lexie Emma Martin, eres una niña inteligente, fuerte y muy hermosa. Nadie te tiene que decirte que eres menos. -sonrió Violet, rodeando con sus brazos a su hija, Adam también se unió al abrazo. 

-¿Entendiste, mi pequeña? -preguntó Adam. 

-Si, papá. -sonrió Lex. 

-Esa es mi hija. -dijo alegre Adam.-Aunque no estaría muy contento que molestaran a mi pequeña, así que Lex si alguien lo hace debes decirme para que yo lo... -se vio interrumpido. 

-¡Adam! -lo regañó su esposa provocando que Lex riera. 

°•°•★°•°•

Una vez que la jornada escolar terminó, su madre la esperaba afueras del colegio para llevarla a casa. 

-¡Mami! -gritó Lex mientras corria a los brazos de Violet.

-¿Cómo te fue en el colegio, pequeño sunshine? -preguntó la madre, agarrando la mano de Lex para regresar a su hogar. 

-Bien. -mintió, fingiendo una sonrisa. No quería que Violet sepa lo ocurrido ni mucho menos que podía hacer cosas inexplicables. Lex sabía que era especial y logró controlarlo de la mejor manera.-¿Hoy podemos ir a ver a James? -preguntó la rubia, rogando que su madre diga que si. 

-Bueno... -hizo una breve pausa.-hoy no tenemos nada importante, así que si podemos ir, pero antes debo llamar a Euphemia para saber si se encuentran en casa. 

-Gracias, mamá. -respondió Lexie, necesitaba ver a James, ella sabia que él no la despreciaría por ser diferente. 

°•°•★°•°•

-Hola, chicas. Pasen, por favor. -Euphemia les regalo una cálida sonrisa a las Martin. Tenia un delantal de cocina rosado con franjas blancas y algunas manchas de harina, al parecer estaba preparando algo para la merienda. 

-Gracias, Mia. -sonrió Violet y ambas ingresaron a la casa de los Potter. 

-Hola, señora Potter. -dijo amablemente Lex. 

-Ya lo hablamos, Lex, dime Euphemia o Mia. -soltó una pequeña risa.-James se encuentra en el patio, Lexie. Ve a buscarlo mientras tu mamá me ayuda con las galletas que estoy preparando. -sonrió.

-Mmm galletas. -dijo Lexie, haciendo que sintiera el sabor de las galletas en su boca. Las galletas de vainilla de Euphemia Potter eran de las mejores que Lex había probado ninguna otra se comparaba con estas. Siempre que la pequeña Martin visitaba a los Potter, se regresaba a su casa con una cajita con unas cuantas galletas dentro de ella.-Iré con James y luego vendré a comer esas galletas. -dijo mientras se dirigía al patio. Era un jardín enorme al igual que la casa. Tenia muchas habitaciones, Lex en "ocasiones" se quedaba a dormir, esas "ocasiones" eran cuando su padre se desaparecía por mucho tiempo y Violet dejaba a su hija con los Potter para que no viera una vez más las condiciones que llegaba Adam a casa. 

En medio del inmenso patio había un enorme árbol, a Lex le encantaba treparlo pero nunca vio a James subido ahí, ella decía porque él tiene miedo a las alturas. 

-¿James? -preguntó Lex cuando no lograba visualizar a su mejor amigo. 

-¡Aquí arriba, bear! -gritó James y Lex miro hacia arriba encontrándose al azabache sentado en una de las gruesas ramas del árbol.

-¿Qué haces subido ahí? -preguntó confusa Lex.-Se supone que le tienes miedo a las alturas. -aseguró la rubia recordando las palabras de su mejor amigo. 

-Bueno... -no sabía como decirle a su mejor amiga que el día que se conocieron él no quería subirse a los columpios porque tenía miedo a caerse de el, nunca antes había subido a uno de esos juegos entonces le hizo creer a Lex que tenía miedo a las alturas.-Lo que pasó ese día, el que nos conocimos, no quería subir porque tenía miedo de caerme y que te rieras de mí. -soltó avergonzado. 

-Yo nunca me hubiera reído de ti, deer. -dijo con certeza la ojiverde.-Te hubiera ayudado. -sonrió.-¿Bajaras o tengo que subir? -preguntó.

-Voy a bajar. -dicho esto, James bajo con cuidado del árbol y cuando ya faltaba poco dió un salto quedando frente a Lexie.-Hola, bear. -sonrió el azabache. 

-Ho-hola, deer. -soltó nerviosa Lexie, no entendía porque estaba tan nerviosa al tener a su mejor amigo a unos centímetros cerca de ella.

Ambos niños se sentaron debajo del árbol. James tenía un libro de cuentos en sus manos, este fue un regalo Lex para uno de sus cumpleaños. El azabache lo estaba leyendo en voz alta para la rubia, esto provoco que la pequeña Martin se acostara en las piernas de James. Mientras escuchaba a su mejor amigo, ella tenia en sus manos una hoja que había caído del árbol. 

Cuando James termino de leer, al bajar y cerrar el libro, se dio cuenta que Lex tenía la mirada perdida en las hojas del árbol, observaba como el viento las hacia danzar. 

-¿Lex? ¿Estás bien? -preguntó James. 

La rubia giró su cabeza para conectar sus ojos con los de James, al ver esos hermosos ojos color avellana automáticamente sus mejillas se tornaron rojas. -Es-estoy bien. -respondió. 

James conocía muy bien a Lex, en los últimos tres años que se conocían, él la observaba para poder descifrarla. Por el momento sabia que a ella le encantaba los columpios, leer, las galletas de vainilla exclusivamente de su mamá Euphemia, le encanta los ciervos gracias a la película Bambi y pasar tiempo con él. -Vamos, Lex. Sé que te sucede algo. No puedes mentirme. -volvió a preguntar James. 

-James, tú... -desvió su mirada ya que sus ojos comenzaron a arder, quería llorar.-¿Tú crees que soy un bicho raro? -murmuró. 

-¿Un bicho raro? Por supuesto que no. Tú eres Lexie, la niña más inteligente que he conocido en mi corta vida. -esto provoco que Lex riera.-Eres mi unica amiga y no te considero un bicho raro. -se sincero el azabache.-¿Por qué lo preguntas? 

-Es que... -no sabía si mostrarle lo que podía hacer. Tenía miedo que una vez que él viera lo que hacia se aleje de ella y cambie de opinion.-es que puedo... umm yo puedo hacer esto. -se paró y extendió su mano para hacer crecer un pequeño girasol en su palma. Lex vio con nerviosismo a James esperando una respuesta, pero él no dijo ni una palabra ni siquiera hizo algún gesto solo se quedó quieto observando el hermoso girasol que tenía Lex en sus manos. 

-¿James? ¿Te asusté? -pregunto asustada. 

-WOW, LEXIE. -gritó alegremente James. ¡ERES UNA BRUJA! ¡TIENES MAGIA! -dio saltos de alegría y abrazó a su mejor amiga.-Eres igual a mí. -sonrió mostrando sus dientes. 

Lex lo miró confundida, no entendía por qué dijo que es igual a él y por qué dijo que era una bruja.-¿Igual a ti? ¿Una bruja? ¿De que estás hablando, James? -pregunto confundida. 

-Si, Lex. Eres una bruja, al igual que yo. La magia existe y tú, mi bear, -era la primera vez que James le dice "mi bear" esto hizo que Lex sonriera y se sonrojara nuevamente.-tienes magia. Iremos al mismo colegio cuando cumplamos 11 años. -dijo emocionado James. 

-Entonces, ¿no crees que soy un bicho raro? Porque mis compañeros del colegio me vieron flotar y ahora ellos me dicen así. -agachó la cabeza. 

-Si tú eres un bicho raro, entonces, ambos lo somos. Ambos somos unos bichos raros. -dijo con un tono tierno para tranquilizar a su amiga.-Si siguen molestando se las verán conmigo. Podríamos hacerle la misma broma que le hicimos a nuestros padres. 

-¿Te refieres a pintarles el cabello de rosa o a darles una rodaja de pastel con jabón como relleno? -rió Lex. 

-Ambas. -respondió con malicia James.-Así que si te molestan una vez más ya sabes que haremos. 

-Gracias, James. -sonrió Lexie y abrazó al azabache. 

-Siempre estaré para ti, mi bear. -se separó del abrazo y dejo un pequeño beso en la mejilla de Lexie. 

En ese momento, cuando James separó sus labios de la mejilla de Lex, ella se sonrojó por tercera vez, acompañada de esto sintió las famosas mariposas en el estómago y un nerviosismo al tener cerca a su amigo. Lexie en una conversación con Violet, le preguntó sobre como se enamoró de su padre, a lo que la madre le contestó que cuando lo tenía cerca ella estaba nerviosa, sentía unas mariposas en su estómago, se sonrojaba e incluso tartamudeaba. Entonces en ese instante lo supo, se había enamorado de su mejor amigo. A los 10 años, Lexie Martin se enamoró de James Potter. 









___________________________________________

Hola, hola!!!

Nuevo cap de esta historia. 

No saben cuanto me encanto escribir este capítulo. Al principio tenia la idea que sea corto pero una vez que empece a escribir no podía parar así que están leyendo casi 2000 palabras. 

¿Qué les pareció? 

Mi Lexie ahora sabe lo que es estar enamorada 🦋💕

Kisses. 

With love, Sofy.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top