CAPÍTULO 45: THE TWELVE RINGS OF THE MOON
—— THE TWELVE RINGS OF THE MOON ——
—¿Vas a venir?— Preguntó Taylor al ver que su hermana parecía tener la intención de ayudarles a recuperar los anillos perdidos.
—Luchare.— Se limitó a decir sabiendo que en aquel momento todo se había vuelto mucho más personal. —Y siento mi comportamiento estos meses, debía de ser creíble.— Añadió mientras miraba a su hermana, esperando que ella comprendiera todo.
—¿El que?— Preguntó Taylor al no comprender que era lo que su hermana estaba diciendo, ya que para ella no tenía sentido.
—Que me distanciaba de Hayley y de ti, y del resto de los media luna. Debían de creerlo.— Explicó Astrid sabiendo que todos debían de llevar su papel a la perfección, y el hecho de que Hope hubiera tenido que irse había provocado que llevara su función casi a la perfección, pero aún así la molestaba la forma en la que se había comportado, ya que nadie se merecía aquel trato, pero también era cierto que cada uno lidiaba con el dolor a su manera.
—No pasa nada, ¿si?— La tranquilizó Taylor mientras las dos entraban en el comedor del complejo, donde ya estaban Hayley, Klaus y Elijah, los cuales ya debatirán lo que iban a hacer para enfrentarse a ellos.
—Tenemos a los Guerrera donde queríamos, esperando preocupados y ahora sabemos que sin defensas frente a un Original.— Alegó Klaus mostrando que aquella noche llevaría a cabo aquello que llevaba esperando demasiado tiempo.
—No lo sabes seguro.— Le recordó Elijah en señal de que ninguno de ellos podía permitirse el lujo de confiarse.
—Apuesto a qué si.— Respondió el híbrido en señal de que él estaba seguro de que ninguno de los Guerrera tenía la estaca.
—Es muy arriesgado, la estaca no ha desaparecido, alguien la tiene.— Insistió Elijah esperando que todos comprendieran que era a lo que se estaban exponiendo, ya que los Guerrera no eran sus únicos enemigos, había muchos más que acechaban en las sombras a la espera de poder atacar.
—Acabaremos uno a uno con todos nuestros enemigos.— Sentenció Klaus en señal de que harían frente a todo aquel que osara desafiarlos. —Esta noche solo hemos de plantar las semillas adecuadas si necesitamos ayuda.— Añadió justamente después de poner una mueca de malestar, dando a entender que los portadores de los anillos ya estaban empleando el poder de estos en su propio beneficio.
—Estamos reuniendo los anillos, cuatro en manos de los hermanos Guerrera, Oliver tiene uno y Francesca tiene otro, tres sus guardaespaldas y el resto algunos de sus lacayos. Distinguireis los anillos por sus acabados toscos, como los que los llevan.— Explicó Elijah mientras miraba a todos los presentes, pero tanto Astrid como Taylor y como Hayley sabían perfectamente como eran los anillos, y también el gran deseo de venganza que tenían, sobretodo Hayley con respecto a la traición de Oliver, ya que no podía creerse que en todo momento hubiera estado conspirando en su contra, y más cuando ella les ayudaron a él y al resto de la manada a librarse de aquella maldición que les había atado por tanto tiempo.
—Sí creen que pueden conseguirla, vendrán a mi cuando esté débil, cada anillo que recuperemos me hará más fuerte, pero seguiré en desventaja.— Añadió Klaus sabiendo que una vez que recuperasen los anillos debían de romper el hechizo de sangre que Genevive había puesto en ellos, y que los ataba a Klaus debilitandole.
—Es decir, cualquier esperanza de éxito depende de que trabajemos juntos, no os podéis permitir retiraros a esquinas diferentes.— Les recordó Taylor a Klaus y a Astrid ya que aunque los dos tuvieran un objetivo común, ambos eran capaces de salirse del plan solo por ver su propio objetivo cumplido.
—Esta es nuestra lucha, ¿estáis preparadas?— Les preguntó Klaus a las tres sabiendo perfectamente la respuesta de ellas, podía verse en su mirada el gran deseo que tenían de ver a Francesca y a los suyos muertos.
—Prometerme que Francesca no saldrá de esta con vida.— Les pidió Hayley en señal de que lo único que quería era ver a aquella mujer muerta.
—Me encargaré personalmente de matarla.— La tranquilizó Astrid en señal de que ella se encargaría de cazar y dar muerte a Francesca aunque la llevara toda la noche, aquel era un privilegio que quería única y exclusivamente para ella.
—¿Cómo vamos a provocarlos?— Preguntó Taylor confundida, ya que no sabía cómo iban a atraerlos hasta allí.
—Les haremos creer que sabemos donde está la estaca.— Respondió Astrid con obviedad, mostrando que si ellos hacían creer que la tenían, Francesca mandaría a los suyos para conseguirla y sacar ventaja para con los Originales.
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—Mira quien está aquí.— Comentó un hombre lobo al ver aparecer a Marcel.
—Tu jefa quería comprar este sitio pero llevo meses acumulando matalobos y necesitaba un lugar para almacenarlo.— Explicó Marcel desde una de las alturas al mismo tiempo que Astrid salía de entre las sombras y se apoyaba en una pared con los brazos cruzados.
—Es una lástima que estéis en el bando equivocado.— Añadió la Original mientras sonreía divertida ante las expresiones de miedo de los hombres lobo. —Marcel, todo tuyos. Disfruta de tu caza.— Le dijo Astrid mientras se marchaba a velocidad vampirica para después empezar a escuchar los gritos de los hombres lobo al ser quemados con el matalobos.
—¿Les tiene?— Preguntó Elijah mientras se acercaba a Astrid, la cual iba a llevar acabo su segunda parte del plan.
—Toca que hagas tu parte, Elijah.— Se limitó a decir mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa maliciosa.
—¿Cómo no me has dicho que acechar podía ser tan divertido?— Preguntó Taylor una vez que vio aparecer a su hermana en el complejo, mientras ella y Hayley se encargaban de vigilar a algunos hombres lobo, mientras que Klaus se encargaba de matar a aquellos que intentaban acercarse a él.
—Es algo mezquino, pero sí.— Sonrió Astrid mientras salía de entre las sombras y atacaba a uno de los hombres lobos. —Me parece que aún no os he dicho que he pasado un par de meses horribles.— Comentó justamente cuando le daba una patada a uno en el estómago para después arrancarle la cabeza.
—Definitivamente debes de enseñarme.— Sentenció Hayley apareciendo en ese momento, mientras se percataban de que Oliver estaba allí.
—Hayley, Oliver es todo tuyo.— La indicó Astrid en señal de que iba a tener su oportunidad de demostrar quien era la verdadera alfa de los media luna.
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—Hola, Francesca.— Saludo Astrid, justamente después de abrir la puerta del coche de la mujer lobo. La cual le había detenido al creer, en un primer momento, que en mitad de la carretera estaba Astrid, cosa que sí era cierto.
—Astrid.— Murmuró sorprendida y asustada, sabiendo perfectamente que era lo que la iban terminar pasando.
—¿Tanto te sorprende verme? Ya sabías que esto iba a terminar pasando.— La informó mientras la sacaba del coche.
—¿Que es lo que vas a hacer conmigo?— Preguntó sabiendo que Astrid iba a matarla, era algo que tenía asumido desde el momento en el que Elijah apareció en su casa.
—Bueno, teniendo en cuenta que vosotros sois los responsables de la muerte de mi hija... Voy a llevar acabo el viejo habito de torturar, disculpame si te hago mucho daño, llevo sin torturar a alguien unas cuantas décadas.— Aclaró mientras la obligaba a caminar.
—Nosotros no fuimos.— Alegó Francesca esperando que de alguna forma pudiera convencer a Astrid para que tuviera algo de piedad y de compasión con ella.
—¿Debería de creerte? Bueno, retomando el tema. Vas a pasar una noche muy entretenida.— La informó mientras hacía su agarre en el brazo mucho más fuerte de lo que ya era. —Y por cierto, tu nunca serás el alfa de Nueva Orleans, la ciudad ya tiene tres. Y a una de ellas no la gusta que nadie la robe lo que es suyo.— La recordó haciendo una alusión a si misma y a todo lo que las había arrebatado a ellas, a los media luna y a los vampiros, porque a fin de cuentas Astrid también velaba por el bien de las dos facciones, ya que con los brujos todavía había un fuerte sentimiento de rencor, y la única bruja que la preocupaba era Davina, la cual había optado por no ser parte del aquelarre.
—Tu no eres una mujer lobo.— La acusó Francesca en señal de que ella nunca iba a ser como ellos.
—Sí, sí que lo soy. Porque yo he sufrido en novecientos años como los huesos se rompen, tu no lo has sufrido. Así que soy más lobo de lo que tú, en tu miserable y patética vida, llegarás a ser.— La informó justamente antes de quitarla el anillo de forma brusca y de guardarlo en el interior de su cazadora. —Querías ser la reina de la ciudad, pero la ciudad ya tiene una que se ha ganado la lealtad de los demás por sus actos no por amenazas y falsas promesas.— Dijo en señal de que la ciudad la pertenecía, únicamente, a ella y nadie iba a quitarla ese poder, porque aunque no fuera una líder como tal, era la única que había unido facciones y se había ganado la lealtad de ellas.
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Astrid se acomodo en el banco que estaba fuera de la casa de Taylor, hacia más de una hora que había dado caza y muerte a Francesca y no sentía absolutamente nada. La joven, pensaba que cuando la matará se sentiría algo mejor pero no era así, y ese vacío la daba miedo. La última vez que le sintió apagó su humanidad y no quería cometer aquel mismo error, porque no sabía que podría suceder, principalmente con todo lo que estaba pasando porque eso podía suponer que pondría en peligro a Hope y eso era lo último que querría hacer.
Pero en vez de buscar una solución, Astrid había decidido esconderse y ocultar todo el dolor que tenia igual a cuando sus padres murieron, la habían enseñado a no mostrar debilidad algo que nunca, en mil años, se la había dejado ver incluso a quienes eran su familia.
—Te traigo los once anillos, supongo que tendrás el de Francesca.— Comentó Klaus, haciendo que Astrid alzará la cabeza del libro y le mirase, sorprendida de que no hubiera esperado a la mañana siguiente.
—El hechizo de desunión es sencillo, el problema es que las piedras ya no podrán volver a usarse.— Le informó mientras dejaba el libro a un lado y se levantaba, para dirigirse a la cocina.
—¿Cómo se rompe la unión?— Preguntó Klaus queriendo saber que era lo que Astrid iba a hacer.
—Es sencillo, hay que meter las piedras en agua y fuego a la vez, eso debilitara sus componentes y luego es recitar un hechizo muy sencillo.— Explicó mientras cogía un mortero y le dejaba sobre la encimera para después meter en su interior las doce piedras, con solo mirar el objeto, este se lleno de llamas que envolvieron a las piedras para a continuación la híbrida añadir agua a los componentes, provocando que de la fusión saliera humo. —Lapis fractus, frangitur alica, vinculum rumpit sanguine.— Dijo Astrid de forma mecánica, viendo como las piedras se rompían mientras salía un humo negro en señal de que el hechizo se había roto. —Ya está, por mucho que alguien quiera usar los fragmentos no servirán de nada, el hechizo les hace completamente inservibles.— Le explico mientras tiraba los fragmentos, ya que nadie les iba a usar o a necesitar. Los Guerrera habían pasado a convertirse en historia.
—Ni se te ocurra decirlo.— Dijo Klaus al entender la expresión de Astrid, la cual era la de que había cometido un error. Era la misma expresión que ponía cuando, tiempo atrás, descubría que Klaus había metido a alguno de los miembros de la familia en su respectivo ataúd.
—No iba a decir nada. Los Guerrera ya son historia, un problema menos al que podemos tachar de la lista.— Se limitó a decir mostrando que ella no tenía ganas de hablar con nadie, principalmente con Klaus, ya que aunque no lo dijera sí le consideraba un poco, responsable, de todo lo que había sucedió.
—No lo digo por eso, sino porque sabías que esto iba a suceder. Desconfiabas de Francesca.— Comentó Klaus sabiendo que en un primer momento debía de haber hecho caso a Astrid, quinientos años juntos le habían demostrado que pocas veces se equivocaba y aquella vez no había sido una excepción, la híbrida había tenido razón y en vez de hacerla caso, había seguido a su insaciable deseo de ambición porque era demasiado ciego como para ser consciente del error que estaba cometiendo, y de todos los enemigos que habían estado conspirando en su contra y que les había llevado a tener que separarse de Hope por su bien.
—No confío en los humanos, siempre se han movido por sus intereses, deberías de saberlo ya. Ni en las brujas, menos aún en una resucitada.— Alegó mientras se cruzaba de brazos en señal de que estaba enfadada, pero ya no solo con Klaus, sino también consigo misma. Ella debía de haber hecho algo, debía de haber actuado, pero no lo había hecho. Se había quedado al margen, y eso la enfurecia, la enfurecia saber que había tenido el poder y la oportunidad de evitar muchas cosas y no lo había hecho, pero a pesar de ello lo único que debía de hacer era resignarse y aceptar las consecuencias que habían traído sus actos.
—Y ahí estás diciéndolo.— Gruñó Klaus molesto por cómo sabía que iba a terminar aquella conversación que ambos tenían entre ellos desde hacía meses.
—Créeme que no estoy diciendo ni la mitad de lo que se me pasa por la cabeza.— Murmuró Astrid mientras ponía los ojos en blanco y se apoyaba en la encimera de la cocina, manteniendo los brazos cruzados en muestra de que estaba adquiriendo una postura defensiva.
—Debías de haber hecho tu el hechizo en un principio.— Suspiró Klaus sabiendo que si aquello hubiera sido así, no hubieran tenido tantos problemas, pero también sabía que sino hubiera sucedido, no hubieran descubierto cuales eran las verdaderas intenciones de Francesca como "dirigente" de la facción humana. —Pero sino quise fue porque tienes una cantidad de poder limitada que tal vez necesites para un futuro.— Añadió mostrando que se preocupaba por ella y que lo único que quería era evitarla problemas, principalmente con la magia. Ya que sabía que no la gustaba practicarla por lo que le había pasado a Tyrion.
—He sobrevivido sin un lado de bruja por mil años, perderle o recuperarlo no iba a condicionar todo, porque no le uso.— Le recordó Astrid, dando a entender que lo único que la había importado de su lado de bruja desde que había vuelto era mantener el control, no quería hacer magia, no quería recuperar aquel gran potencial que siempre había demostrado tener. La magia murió con la Astrid humana hacia mucho tiempo.
—¿Y así vas a seguir hasta que aparezca quien se ha llevado la estaca?— Preguntó Klaus acusando su comportamiento, ya no solo el que había estado teniendo en los anteriores meses, sino el que estaba teniendo en aquellos momentos. Porque estaba volviendo a adquirir una actitud recelosa, principalmente con él.
—¿Que crees que hacía todo este tiempo? Mi pasatiempo no es ir haciendo matanzas e intimidando a los demás.— Alegó la híbrida sin creerse que Klaus, que alardeaba de saberlo todo, no supiera lo que había estado llevando acabo junto a Marcel.
—No, es esconderte en el bosque y torturar a tus enemigos únicamente porque le han quitado su lugar a los otros lobos.— Alegó el híbrido sin creerse que Astrid se hubiera convertido en aquello mismo que ella había criticado, pero su lado de hombre lobo conllevaba agresividad y violencia y por mucho que lucharán contra él, a veces tomaba el control de sus actos.
—¿Crees que solo me he dedicado a estar escondida en el bosque?— Preguntó incrédula mientras ponía una mueca de diversión ante la ignorancia del híbrido. —Mientras tú te quedabas escondido en el complejo, intentando hacer enloquecer a Francesca, yo me encargaba, junto a Marcel, de traer a nuevos vampiros a la ciudad. Ya que como verás estamos algo escasos, así que no solo me he dedicado a estar escondida como se me pidió. Y si la he torturado ha sido por todo lo que han hecho, se lo merecían. Y no debo de darte explicaciones sobre ello, cuando tú fuiste mucho peor con quienes han llegado a ser inocentes.— Alegó la rubia mostrando que ella sí era capaz de hacer daño, pero también era capaz de luchar por el bien de los suyos aunque por dentro estuviera destrozada, pero ella siempre se había servido del dolor para hacerse más fuerte, era algo que había aprendido, demasiado bien, de Mikael. —Por que incluso conspiraste contra aquel al que dices llamar amigo.— Le recordó, esperando que Klaus fuera consciente que entre los dos, él era el más mezquino y cruel, ya que era capaz de apuñalar a cualquiera si con ello podía obtener el poder que siempre había ansiado tener con tanto fervor.
—Si lo hice fue por recuperar lo que antaño fue de nuestra familia. Nosotros teníamos el control de esta ciudad, y él se aprovecho de ello.— Se defendió sorprendido de que ella le estuviera recriminado un tema del que ya había pasado demasiado tiempo, y que, de alguna forma, creía que ya se había superado. Pero estaba claro que no era así.
★★★
El miércoles habrá más Klastrid, no os voy a dejar a medias de una discusión de ellos. Jajajaj.
Pero de verdad me moría de ganas de llegar a este capítulo, bueno más al próximo pero de pocos a pocos.
Aunque no lo creáis este es uno de los capítulos más largos de la historia, teniendo en cuenta sólo el cap son ya 2920 palabras redondeando, una barbaridad, pero... es un momento importante.
Ahora sí, creo que hay cosas que destacar, la primera, la escena de todos maquinando, dios mío, siempre que les veo a mi mente viaja la frase de Peter Hale de "los conspiradores, conspiramos primero" es inevitable.
Por otra parte, la escena de Astrid y Francesca, sí me replantee hacerla, pero de alguna forma lo veía innecesaria, así que opte por ir directamente a la escena entre Klaus y Astrid.
El simple hecho de que sea él quien la lleva los anillos en ese momento para que rompa el hechizo es, de alguna forma, un pretexto para hablar, ya que ambos se volvieron a distanciar, esto es como el juego de la cuerda, pero al final ambos van a terminar cediendo.
Yo no sé, pero en estas escenas de ellos me cuesta mucho que no discutan, así que... espero que lo que leáis en el próximo capítulo el miércoles sea de vuestro agrado.
Para terminar solo quiero hacer mención al maravilloso gif que he hecho, se que suena pretencioso, pero siempre estoy orgullosa de ellos, más que nada porque soy súper exigente con los gráficos, no empiezo a escribir un capítulo hasta que no tener el gif....
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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