CAPÍTULO 38: NO SECRET CAN BE KEPT FOREVER

—— NO SECRET CAN BE KEPT FOREVER ——

—Has demostrado que eres fuerte, lobita.— Comentó Klaus mientras llamaba a la puerta de la habitación de Astrid, haciendo que esta regresara a la realidad, y apartará la mirada del cuaderno de dibujo. —Sois luchadoras las dos.— Añadió sabiendo que no debía de haber sido sencilla la pelea que Astrid había tenido con Mikael, pero era fuerte, siempre lo había sido.

—Hemos tenido que serlo últimamente.— Garantizó la híbrida recordando todas las veces que habían intentado matarla. —He decidido que vuelvo al complejo.— Añadió sabiendo que en las últimas semanas de embarazo debería de pasarlas allí, principalmente por qué podría seguir poniendo en peligro a la manada y no quería eso.

—Es un alivio saberlo.— Respiro Klaus aliviado de escucharla.

—Pero no me pondréis guardaespaldas ni me diréis lo que tengo que hacer.— Le advirtió mostrando lo poco que la gustaba que la controlarán, entendía que se preocuparan, estaba embarazada de un bebé único, pero no por ello iba a estar sometida.

—Solo pido que la niña se encuentre a salvo.— Pidió Klaus sabiendo que lo más importante, en aquellos momentos, era el bien de su hija.

—¿Y qué hay de mi? ¿Qué pasará después de que nazca? Si intentas alejarla de mi soy capaz...— Empezó a decir Astrid haciendo ver a Klaus que sería capaz de cualquier cosa, a fin de cuentas también era su hija.

—Ven conmigo.— La pidió, haciendo que ella le mirase de forma desconfiada ya que no entendía que podía estar planeando. —Por favor, quiero enseñarte algo.— Añadió haciendo que esta se acercara a él para después Klaus abrir la puerta y mostrar tras ella la que sería la futura habitación de su hija. —Lo creas o no, Astrid, me encantaría teneros aquí.— Admitió mientras la híbrida miraba a todas partes sorprendida de que Klaus hubiera hecho algo así. —Nuestra hija debe de crecer con sus padres, en la casa de su familia.— La recordó esperando que ella estuviera de acuerdo con aquella decisión.

—¿Tu, yo, Elijah, mis hermanos y el bebé milagro bajo el mismo techo?— Preguntó mientras se apoyaba en la cuna y le miraba con una expresión de que eso podía terminar muy mal. —Será un culebrón de televisión.— Garantizó sonriendo.

—Dices que has visto a mi padre.— Empezó a decir el híbrido queriendo saber que había pasado, ya que la única que sabía algo había sido Taylor.

—¿Por qué le sigues llamando así? No es tu verdadero padre.— Alegó Astrid sin comprender por qué se refería de aquella forma a él, ella apenas lo hacía así con Ragnar, la costaba pero no era su padre, no el biológico.

—Solo un padre puede hacer tanto daño.— Respondió el híbrido sabiendo que no quería que su hija pasara por el mismo dolor por el que él había pasado.—¿Qué es lo que te ha dicho?— Preguntó con curiosidad.

—Nada cierto.— Negó Astrid sabiendo que Mikael no tenía razón, podía ser muchas cosas pero él no era débil, si lo hubiera sido no hubiera sobrevivido tantos años. —Añadiste una luna.— Observó la vampira señalando con la mirada al cuadro que Klaus había pintado para su hija, el cual estaba colgado de una de las dos paredes.

—Hice caso a tu consejo, necesitaba algo que destacará en mitad del cielo.— Respondió sabiendo que la luna llena era el claro símbolo que aquella habitación necesitaba.

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—¿No tienes suficiente diversión que tienes que venir aquí conmigo, lobita?— Preguntó Klaus al darse cuenta de que Astrid estaba detrás de él.

—La verdad no mucho puede ofrecerme a estas alturas el complejo asi que me daba igual estar alli que aqui.— Se limitó a decir mientras se apoyaba en el marco de la puerta y se cruzaba de brazos.

—Y aun asi vuelves conmigo. Me siento alagado.— Comentó sin apartar la mirada del caballete, haciendo que Astrid pusiera los ojos en blanco al escucharle, pasara lo que pasara cada siglo el ego de Klaus crecía.

—Ya empiezas otra vez. ¿Nunca te han dicho que no eres el centro del universo?— Preguntó la híbrida con burla, cansada de los comentarios de Klaus, no comprendía porque siempre era tan volátil.

—Si tan cansada estas de mi ¿Por que sigues, como Elijah, buscando mi redención?— Quiso saber haciendo que ella se quedara en silencio sin saber muy bien que responder, ya que había muchos motivos y no quería darle razones por las que cambiar, debía de ser él quien cambiará por voluntad propia, no por petición o exigencia. —¿Que pasa, lobita? ¿Te ha comido la lengua el gato? Dime, ¿por qué? Tu bien sabes lo que he hecho, de lo que soy capaz de hacer.— La recordó esperando que presionandola o haciéndola enfadar Astrid le diría lo que quería saber.

—Basta, Klaus. No vayas por ahí.— Le advirtió la rubia sabiendo cual era su objetivo y estaba decidida a no darle ni una sola pista.

—Si tan bien lo sabes... Si tanto rencor me guardas... ¿Por qué? ¿Acaso sustituyo a alguien?— Preguntó creyendo que no era así pero el silencio de Astrid y su cambio de respiración y de sus pulsaciones hicieron ver a Klaus que había pasado algo antes de que él y ella llegarán a estar juntos. —Así que es eso...— Murmuró algo ofendido.

—No sustituyes a nadie.— Se limitó de decir con frialdad. —Cuando tenía dieciséis años salía con alguien, se llama Tyrion, vivía al otro lado del poblado indio, nos conocimos por los rituales que a veces se celebraban.— Empezó a decir Astrid sorprendiendo a Klaus, ya que nunca se llegó a imaginar que fuera el segundo en una lista, siempre pensó que él había sido su primer amor, pero ahí estaba la prueba de que no, hubo alguien antes que él.

—¿Y qué fue de él?— Preguntó el híbrido queriendo saber porqué no terminó con Tyrion y sí con él.

—Fue asesinado en un sacrificio de sangre. Una noche, los indios nos invitaron a Ayanna, a mi madre y a mi a un ritual, decían que nos proporcionaría más poder. Después sacaron a Tyrion, estaba inconsciente, y le prendieron vivo. Le usaron con un doble propósito, por un lado matarle por qué se había vuelto deseoso de más poder, mataba a otros y les robaba para hacerse más poderoso, y por otra parte para cumplir el ritual.— Explicó Astrid mientras su mirada se quedaba clavada en un punto fijo recordando aquel día, aquellos gritos, aquel dolor y aquel olor, recordaba todo con mucha, tal vez demasiada, claridad para su gusto. —Ninguna hicimos nada, y después las cosas cambiaron, a Ayanna no la ocurrió nada, pero sí a mi madre, siempre he pensado que su enfermedad vino a raíz de ello, y a raíz de ello me volví más sensible a la magia negra y decidí dejar de practicarla. No quería un poder que hubiera venido por el sacrificio de una vida inocente.— Terminó de decir Astrid, sin creerse que le hubiera contado a Klaus sobre Tyrion. Se lo había contado a su hermana porque necesitaba decirlo, pero ¿a Klaus? La noche en la que murió Tyrion y fue enterrado, ella enterró todos sus sentimientos y recuerdos por él, pero aún la hacía daño recordar aquello, no porque le siguiera amando, sino por qué la dolía pensar que no había hecho nada por salvar una vida humana, daba igual si era o no inocente, pero sabía que no debía de haber muerto quemado vivo, porque esa era la muerte más dolorosa y desagradable que podía ser, y más sabiendo que Tyrion sabía que ella estaba allí.

—¿Durante todo este tiempo no has sido capaz de contarme nada sobre él? Yo pensaba que confiabas en mi.— Comentó Klaus mostrando que estaba enfadado por aquella revelación, pero en realidad era un mecanismo para ocultar que estaba dolido, de que alguna forma no hubiera llegado a ser el primer amor de Astrid, como siempre había llegado a pensar.

—No es que no confiara en ti, lo que pasa es que fue algo tan difícil de asimilar que preferí borrar todo recuerdo de aquella noche, me limité a enterrar todo rastro de magia negra y cada recuerdo que tenía de Tyrion, ni siquiera sé porqué te lo he contado.— Alegó Astrid sabiendo que aquello no era un tema del que quisiera discutir con Klaus, por supuesto después de tantos años debería de estar lista para hablar de ello, pero aquello la afecto mucho, ver morir de aquella forma a alguien era algo que nunca había olvidado, y aunque creyera que lo había superado nunca había sido así, había reprimido sus sentimientos y todo para fingir que no era real, y en aquellos momentos, tras lo que había vivido... Su cabeza era atormentada por demasiados recuerdos, y eso era una de las cosas que a Astrid no la gustaba de la inmortalidad, el peso de haber vivido tantas vidas y de haber conocido a tantas personas.

—Ey, no llores por favor.— La pidió el híbrido mientras se acercaba a ella, al darse cuenta de que aquel tema Astrid jamás le había tratado, tal vez incluso aquella podría ser la primera vez que le hablaba a alguien de Tyrion, ya que si la afectaba de aquella forma, mil años después de que sucedería, tal vez fue porque el dolor lo afronto sola, porque seguramente nadie supiera de ello. —No quería que te disgustases, recuerda que todo lo que tú sientas se lo pasas a nuestra pequeña lobita.— Klaus le secó las lágrimas que se escapaban de sus ojos mientras que con la otra mano acariciaba suavemente su redondo vientre, la híbrida comenzó a ceder y colocó una mano sobre la que el híbrido tenía en su tripa y con la otra le acercó la cabeza haciendo coincidir sus frentes. Llevaban mucho tiempo sin mostrar que a pesar de todo se seguían queriendo, pero para su mala suerte ambos eran demasiado orgullosos y a veces rencorosos, pero también sabían cuando dejar de lado sus diferencias para estar el uno para el otro, a fin de cuentas ambos se conocían mutuamente a la perfección. —¿Estás mejor?— Preguntó algo preocupado, pero también intentando ocultar sus ganas de saber más, ya que sentía curiosidad por Tyrion, ya que aunque parecía ser que él vivió cerca de ello, no recordaba a nadie con ese nombre, tampoco rumores de brujos que habían muerto, por lo que quería saber más sobre aquella persona que estuvo antes que él en la vida de la rubia.

—Sí, solo necesitaba relajarme un poco, perdóname, debí habértelo contado antes, pero entiende que fue mi primer amor y no fue algo fácil.— Klaus besó su frente, en señal de que todo iba a mejorar, tal vez no de repente pero ambos sabían que harían lo imposible por mantener a su familia, y a su futura hija a salvo.

—El fue tú primer amor, pero yo pretendo ser el último.— Aseguró Klaus con seguridad en sus palabras para después acordar la escasa distancia que había entre ambos, para después besarla, en señal que aquella frase iba a ser la promesa que él la hiciera en aquellos momentos, una promesa que no tenía intención de romper como había hecho con todas las demás que la había hecho a lo largo de los quinientos años que llegaron a estar juntos.

★★★

Lo se, la actualización ha sido algo más tarde de lo que acostumbro, pero mejor tarde que nunca.

Bueno que decir de este capítulo...

Las cosas entre Nik y Astrid se van aclarando, aunque sea un poco.

Pero en verdad es algo que realmente tenía que pasar, osea tampoco quería que pudiera ser un motivo de conflicto (todos sabemos como es Klaus), pero sí de alguna manera quería que fuera ese punto de partida.

También hice este cap, por que necesitaba usar la frase estrella de Klaus, es decir, COMO ME IBA A QUEDAR YO SIN USARLA.

La escena... bueno no se si es algo que esperabais, si ha cumplido o no la expectativas, pero para sí. Una muy buena amiga me ha ayudado a hacerla, más que nada porque a mi solo me salía conflicto, no nada romántico, y no quería enfocarlo de aquella forma.

Otra cosa que quería destacar, es que quería mostrar que a pesar de todo ella sigue teniendo esa confianza hacia Klaus, por supuesto ya no es la persona que ella conocía y con la que se casó, pero al final es a quien ama, y ocultar un secreto así para ella jamás fue sencillo.

Con respecto a la escena del propio episodio, he de decir que aquel detalle por su parte fue completamente hermoso, osea no me lo llegaba a esperar. También es cierto, que Klaus tampoco estaba muy seguro de todo (problemas de un padre primerizo) pero se ve el cambio, cambia por su hija, y eso es algo... admirable.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️


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