CAPÍTULO 3: A NEW POWER

—— A NEW POWER ——

—Por esto es por lo que os dije que no salierais de casa. Los hombres lobo están prohibidos en el barrio, yo tenía un plan y vuestro paseito nocturno lo ha puesto en peligro.— Dijo Klaus mientras miraba a las tres sobrenaturales enfadado. —¡Ni te acerques!— La indico a Rebekah. —¿No crees que has hecho suficiente dejando un rastro de cadáveres que llega hasta mi puerta?— La preguntó a su hermana esperando una explicación por su parte.

—Suerte que oí a esos de cazar hombres lobo, sino estaríamos todos jodidos. Y no me vuelvas a salir con que tienes un plan, has tenido mucho tiempo para llevarlo acabo y nadie te ha visto hacer nada.— Alegó su hermana sabiendo que lo que estaba haciendo el híbrido era no cumplir con lo pactado, mostrando que le daba igual las vidas de su futuro hijo, la de Astrid y la de Hayley. —Elijah hizo un trato para proteger a tu hijo, para que te salvará de tu egoísmo y de tu vileza, pero es obvio que no te importan ni el niño ni Elijah, ¿por qué, que has hecho para honrarlo?— Le atacó verbalmente Rebekah mostrando lo enfadada que estaba por el comportamiento del híbrido, un comportamiento que nunca, por nada ni nadie, iba a cambiar.

—He hecho lo que había previsto, dejame que te lo cuente, ¿vale?— Le pidió sabiendo que debia de explicar cual era su maravilloso plan maestro para hacerse con lo que, cien años atrás, perteneció a los Mikaelson. —Desde el primer día que llegue, Marcel desconfío de mi, desde el primer día hizo ingerir verbena a sus vampiros, que como sabes, hermanita, los protege de mi control mental. Necesitaba un espía, alguien de dentro del que Marcel no sospechara, así que cree un guía cero y llegue primero.— Explicó Klaus con tranquilidad mientras uno de los vampiros se empezaba a mover, indicando que no estaba muerto. —Marcel acababa de perder a seis vampiros gracias a tu orgia de asesinatos y necesitaba nuevos reclutas.— Añadió, prosiguiendo con su relato. —Me adueñe del nuevo antes de que probará una gota de verbena.— Las informó, ya que todo aquello no sólo iba hacia Rebekah sino también a Hayley y a Astrid, en especial la segunda, la cual siempre llegaba a hacer lo que quería. —Voy a hacerle eliminar la verbena y a obligarle a creer que sus compañeros han encontrado la religión y se han mudado a Utah para que pueda explicarle a Marcel porque ha perdido tres vampiros más esta noche.— Aclaró mientras cogía al vampiro que seguía con vida y le metía al interior de la casa, siendo seguido por las tres sobrenaturales. —¿Alguien más tiene alguna pregunta?— Preguntó viendo que las tres se quedaron en silencio, pero era evidente de que aquello no había terminado, porque había una incógnita todavía en el aire. —No, bien. Por qué yo si tengo una, Astrid, ¿se puede saber que narices estabas haciendo en el barrio francés?— Quiso saber haciendo que la aludida se quedará en silencio sin saber si era o no bueno decirle las verdaderas intenciones por las que había ido al barrio francés, porque decir que había ido por turismo era, evidentemente, poco creíble. —¡Contestame!— Exigió alzando la voz y mostrando lo enfadado que estaba, pero eso no intimidaba en absoluto a la híbrida.

—Dejala en paz.— Dijo Rebekah saliendo en defensa de la híbrida, pero era evidente que Astrid se sabía defender muy bien sola, nunca había necesitado que nadie la ayudará en absolutamente en nada.

—¿Quieres saber qué estaba haciendo?— Preguntó la rubia mientras le miraba enfadada. —Estaba comprando veneno, para evitarle a tu bebé todo este sufrimiento.— Respondió Astrid sorprendiendo con sus palabras y su frialdad tanto a Rebekah como a Klaus, el cual rápidamente atacó a Hayley sabiendo que con Astrid no iba a tener oportunidad.

—¡Nik!— Exclamó Rebekah viendo que el híbrido era incapaz de reaccionar llevado por la cólera, y olvidado aquel detalle que unía tanto a Hayley como a Astrid.

—¡Quitala las manos de encima!— Gritó Astrid mientras usaba la telequinesis para alejar al híbrido de la lobo, haciendo que ambas recuperasen el aliento, mientras Rebekah miraba sorprendida a Astrid, ya que pocas veces la había visto así de enfadada. —¿Estas bien?— Le preguntó a Hayley preocupada, sabiendo que si no hubiera reaccionado ella o Rebekah, lo más seguro es que no viviría ni para contarlo.

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Noche movidita.— Comentó Leonidas, el cual había decidido quedarse en el barrio.

Créeme que las he tenido peores. ¿Qué tal por Nueva Orleans?— Quiso saber su hermana mientras cerraba la puerta y empezaba a cambiarse de ropa.

Bastante interesante, una ciudad que estoy seguro de que te gustará en cuanto Marcel se quite de su gobernación.— Garantizó Leonidas conociendo a la perfección los gustos de su hermana mayor.

—¿Has conseguido entrar en su club de amigos psicóticos?— Preguntó Astrid con burla mientras se ponía una vieja camiseta y uno pantalón viejo de hacer deporte.

—Mi encanto natural es más que suficiente para ello, hermanita.Afirmó el vampiro mientras la chica quitaba el manos libres, y se sentaba en la cama. —Pero he oído lo que has hecho.Añadió haciendo que la expresión de Astrid cambiará, al ver que Klaus o Rebekah o tal vez Hayley o Taylor no habían perdido el tiempo en contarle la descabellada idea que había tenido.

Si vas a darme un sermon por teléfono te colgaré.Le advirtió la rubia con seguridad, lo que menos quería eran más sermones, ya había tenido suficiente con Klaus.

—Solo quería decirte que no temes decisiones a la ligera. No sueles ser impulsiva, pero cuando lo haces...— Empezó a decir su hermano preocupado por ella.

—Ya, lo se. Créeme que lo se.— Comentó frustrada, ya que muchas de ellas la habían llevado hasta aquella situación de ella embarazada.

—¿Has conseguido descubrir algo sobre tus... nuevas capacidades?— Preguntó Leonidas cambiando de tema por uno menos acusatorio, ya que sabia que ese tema no era nada agradable para su hermana.

—Parece ser que solo aparecen cuando me cabrean o cuando duermo, así que no hay mucho que pueda hacer. Solo a esperar a ver si esto va a ser perpetuo o solo por un tiempo, cosa que espero que sea así. Por qué sino, no ganó para ventanas rotas.— Admitió Astrid sabiendo que sus descontroles lo que hacían eran causar destrozos.

—Tal vez sea hasta que tus nuevas habilidades se acostumbren.— Sugirió Leonidas sin estar muy seguro de lo que podría pasar con el nuevo lado de bruja que su hermana mayor tenía.

—No lo se, tampoco me importa.— Le resto importancia la híbrida, sorprendiendo con sus palabras al Original.

—¿No te importa ser, actualmente, la criatura más poderosa sobre la tierra?Preguntó sorprendido por la actitud que estaba teniendo con respecto a todo lo que estaba pasando.

—El poder nunca ha sido algo que anhelara.— Le informó mostrando una de las grandes diferencias que la diferenciaban de Klaus.

—Mañana iré a verte, ¿si?— Dijo el vampiro sabiendo que su hermana, en aquellos momentos, iba a necesitar su apoyo más que nunca.

—Ten cuidado con cualquiera, porque no quiero iniciar una guerra que se que ganaría únicamente por qué te han metido en un ataúd.Le pidió Astrid haciendo reír a su hermano al ver que su lado sobreprotector seguía ahí.

—Solo un idiota sería capaz de llevarte la contraria, y luego estoy yo que soy tu hermano favorito.— Se burló Leonidas.

—El único que me queda.— Le corrigió Astrid mientras agachaba la cabeza pensando en su hermana pequeña.

—A Eliana la hubiera encantado todo esto.— Afirmó el vampiro con frustración respecto a que ella nunca viviría algo así.

—Ten cuidado, hermanito.Pidió Astrid.

—Tenerle vosotras, tu en especial y por las noches, sigo sin saber porque tu poder siempre se manifiesta rompiendo cosas.Se quejó el Original haciéndola reír por su comentario.

Cuando tenga una respuesta para ello te lo haré saber, aunque siéntete orgulloso de los tres fuiste el único con control. Yo me descontrolaba rompiendo cosas y Eli quemándolas que no se que puede ser mejor o peor.Admitió Astrid con algo de duda, porque si lo pensaba prefería reparar cosas a dar explicaciones de porqué estaban carbonizadas, además de que era más peligroso el fuego.

—Mejor que las rompas, no quiero ser vampiro a la barbacoa, más que nada porque no me gusta la carne tan hecha.— Comentó Leonidas con humor haciendo que Astrid sonriera por su comentario.

—Idiota.— Rió sin creerse que su hermano hubiera sido capaz de hacer un comentario como el que había hecho.

—Buenas noches, hermanita.— Se despidió Leonidas.

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—No lo use.— Dijo Astrid al ver que Klaus estaba oliendo uno de los frascos que Katie la había dado.

—Estas despierta.— Comentó Klaus al ver que había sido pillado in fraganti, aunque para su suerte Astrid no se habían levantado con el mal humor que tenía siempre que despertaba.

—No he pegado ojo en toda la noche, esta casa es como una maldita sauna. Hace menos calor en El Cairo.— Garantizó con certeza la híbrida.

—¿Qué te detuvo?— Preguntó Klaus mientras miraba por la ventana, mostrando que quería una explicación hacia lo que ella había intentando hacer la noche anterior. —Podrías haberte liberado de todo esto, de mi.— La recordó, mientras se daba la vuelta y la miraba, viendo que ella estaba jugando con su anillo de día, acto que señalaba su incomodidad o nerviosismo en algunas situaciones y manía que sus hermanos compartían con ella.

—Moralidad.— Se limitó a decir con frustración. —Cuando me atacaron esos vampiros no solo me di cuenta que me protegía a mi misma o a Hayley, sólo se que a la hora de la verdad vi que no dejaría que nadie le hiciera daño.— Admitió sin creerse que hubiera tomado la decisión de ser madre, una decisión que realmente la horrorizaba aunque quisiera hacer creer a los demás que no era así.

—Comienzo a pensar que no has dejado ese lado que tenías de pelar cuando te arrinconan.— Observó Klaus viendo que algunas cosas no habian cambiado.

—Pues ahora estamos arrinconados.— Garantizó con frustración.

—Ajá, exactamente, es el momento de pelear, lobita.— Afirmó Klaus con seguridad mientras se acercaba a la puerta para poder marcharse.

—Toda esto que tienes con Marcel, el pacto que tienes con las brujas para acabar con él y quitarle lo que es suyo... Rebekah me dijo que en el pasado le consideraste parte de la familia, ¿que pasó?— Quiso saber Astrid sabiendo que quería la perspectiva de Klaus con respecto todo aquello, por muy impulsivo que fuera, algunas veces tomaba decisiones tan precipitadas por algún motivo.

—Yo hice de Marcel todo lo que es, le trate como a un hijo, y cuando Mikael nos hizo huir de Nueva Orleans hace cien años, creímos que Marcel había sido asesinado, todos le lloramos. A nuestra manera.— Explicó Klaus mostrando una parte de él que pocos habían llegado a ver, entre esas personas se encontraba Astrid, y tal vez por eso, porque también tenía la misma esperanza que Elijah tenía sobre el híbrido, no le había dejado de lado desde que ambos se reencontraron, tal vez por eso seguía fingiendo indiferencia y ocultando sus verdaderos sentimientos. —A mi regreso no sólo descubrí que había sobrevivido, había prosperado. En lugar de buscarnos, en lugar de permanecer juntos como uno solo, se olvidó de nosotros y se lo quedó todo.— Añadió con frustración, acto que la rubia comprendió por que él se sentía traicionado, y las cosas no terminaban bien para aquellos que le traicionaban. —Se apropió de lo que nuestra familia había construido, ahora vive en nuestra casa, duerme en nuestras camas... La letra "m" que estampa en todas partes no es de Marcel, es de Mikaelson.— La informó sabiendo que quería recuperar lo que era de los Mikaelson. —Quiero recuperarlo todo y si tengo que echarlo de aquí para conseguirlo, lo haré sin miramientos.— Sentenció con firmeza, haciendo ver a Astrid que aquello más que un deber era una promesa que se había auto impuesto. —Dire que revisen el aire acondicionado.— Comentó justamente cuando se marchaba, dejando a Astrid con una certeza y era que los problemas, de todas las clases, no habían hecho más que comenzar.

★★★

A ver, antes de nada voy a hacer una aclaración, Astrid y Eliana tuvieron descontroles después de la muerte de Carina. Más adelante se sabrá el motivo y todo, pero quería aclararlo para que no os quede como esa incógnita.

Ahora bien, vayamos a lo demás. Sin duda es un capítulo donde pasan cosas.

Primero la escena del principio, donde Klaus se deja llevar por sus impulsos. El hecho de que ataque a Hayley es simplemente porque Astrid es más fuerte que él, y si lo hiciera directamente... pues bueno. Volveríamos para atrás en vez de avanzar, aunque con Klaus... es así.

Segundo, la escena de Leo y Astrid. Sinceramente no hay nada que resaltar, aparte del tema de los descontroles. Aunque no os voy a engañar, ambos tienen muy presente a Eliana, más de lo que podéis imaginar, en especial Astrid. Por esa incertidumbre que tiene con respecto a que teme que no sea capaz de proteger a su hijo, porque no lo hizo con su hermana. Pero sabemos que con Hope y en un futuro con su segunda hija (no os voy a revelar el nombre), no va a estar sola.

Pasando a la tercera escena, cuando Klaus dice el "te podías haber librado de mi", sí que pensé en cambiarlo. Pero entre Vampiros las decisiones que pueden ser simples no lo son. Y bueno la escena con Klaus, tampoco es para destacar algo, es una escena normal y corriente, es la de la serie, así que tampoco puedo deciros algo.

Aunque en mi opinión entiendo el dolor que Klaus siente, él creo a Marcel desde 0, y se siente traicionado. Pero muy en el fondo me alegro de que le perdonará, y lo hizo porque salvo a Hope, y sinceramente lo amo por ello.

Marcel es un personaje que me encanta, en especial con Hope. Y me encantó que en Legacies honrase a Elijah llevando uno de sus trajes y ayudando a su hermanita a recuperar su humanidad. Sin duda es de los mejores personajes por el gran crecimiento que tiene.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ❤️

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