CAPÍTULO 27: TRAP
—— TRAP ——
—¿Enserio? ¿Tu mejor idea es beber ahora?— Preguntó Taylor al ver como Klaus se estaba sirviendo un vaso con bourbon.
—Ayuda a sobrellevar la vida de Original.— Puntualizó Klaus mientras de llevaba el vaso a los labios.
—Es lo que tiene ser inmortal.— Puntualizó Taylor con burla sin apartar la mirada del híbrido.
—De hecho hay una forma para matarnos, mi padre, Mikael, tenía la única arma capaz de matarnos.— Explicó Klaus captando la atención de Taylor ya que nunca se había llegado a pensar que pudiera existir un arma contra un Original. —Una estaca de roble blanco, fabricada por mi padre para quitarnos lo mismo que nos impuso a todos, nuestra inmortalidad.— Añadió con tranquilidad, una tranquilidad que incluso perturbo a Taylor. —De hecho le clavo esa misma estaca a Astrid con el objetivo de matarla, nunca aceptó a los híbridos.— Explicó, haciendo que Taylor le mirase sorprendida ya que no podía creerse que su hermana hubiera estado al borde de la muerte, ya que para su defecto ella también lo hubiera estado. —Para mí suerte, me deshice de esa estaca, clavandosela a Mikael en el corazón y quemado el trozo que la dejó a Astrid en venganza por ser hija de tu padre.— Terminó de decir el híbrido justamente cuando tiraba un busto al suelo, rompiéndole, para después sacar de su interior una estaca de madera de color blanco con dibujos en plateado.
—¿Qué es eso?— Preguntó Taylor preocupada, confundida y con curiosidad.
—Una estaca de roble blanco, mi propia versión especial.— Explicó Klaus mientras se acercaba a la mujer lobo. —Ya que a diferencia de la de mi padre, esta no puede destruirse.— La informó justamente antes de golpearla, para después dejarla inconsciente. —No es nada personal, Taylor, pero se dé lo que Astrid es capaz de hacer y no me conviene que se meta de por medio.— Añadió para después marcharse, ya que tampoco quería que la híbrida se diera cuenta de que se había ido.
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—Taylor ya he conseguido...— Empezó a decir Astrid entrando en la habitación y viendo a su hermana en el suelo. —¡Taylor! ¿Estas bien? ¿Y Klaus?— Preguntó preocupada mientras se agachaba, con dificultad, para ayudar a su hermana a levantarse.
—Me atacó.— Se limitó a decir mientras se llevaba una mano a la cabeza algo adolorida. —Estoy bien, solo me dejó inconsciente.— Añadió al ver la expresión de enfado de su hermana. —Pero creo que tenemos un problema más grave, rompió esta escultura y en su interior había una estaca blanca, con dibujos en plateado.— Explicó Taylor haciendo que la expresión de Astrid cambiará al saber que estaca era la que Klaus tenía escondida.
—Quedate con Leonidas.— La pidió dando a entender que iba a ir en busca del híbrido.
—¿Qué significa esa estaca?— Preguntó la mujer lobo poniéndose delante de su hermana, ya que necesitaba saber que era lo que estaba pasando.
—Es una estaca de roble blanco, la única que queda en el mundo. Es la única estaca que puede acabar con un Original.— Explicó la rubia sabiendo que Klaus iba a usarla, y si la usaba terminaría, después, arrepintiendose. —Debo de impedir que haga una tontería.— Añadió sin creerse que volvía a la función de impedir que Klaus fuera impulsivo, como acostumbraba a ser casi siempre.
—Esto no te concierne.— Alegó Taylor queriendo evitar que su hermana se volviera un daño colateral por las disputas que los Mikaelson tenían entre ellos.
—Lo hace, por mucho que quiera negarlo son mi familia. Y soy la única que supera a Klaus en fuerzas.— Suspiró Astrid sabiendo que era la única que podía evitarlo de forma física. —Estaré bien, no te preocupes.— Añadió mientras agarraba fuerza el cuchillo de Papa Tunde.
—¿Le has sacado el cuchillo?— Preguntó al ver el arma que su hermana blandia.
—Sí, y si ahora Klaus tiene la estaca, creo que me viene muy bien tenerlo en mi posesión.— Garantizó sabiendo que debía de hacer todo lo posible para evitar que Klaus matará a Rebekah y, en su defecto, a Elijah.
—Astrid, espera un momento, piensa en lo que vas a hacer.— La pidió la mujer lobo queriendo evitar que su hermana se metiera en esa pelea, principalmente por el estado en el que se encontraba.
—Esto es lo que hago, Taylor. Meterme en problemas familiares y evitar que no se maten entre ellos. Antes tenía controlado a Klaus, ahora está cegado por la venganza de una forma que me cuesta reconocerlo.— Admitió sorprendida de que fuera capaz de replantearse la posibilidad de matar a Rebekah, su hermana pequeña. —Pero no voy a dejar que siga haciendo daño a nadie, incluso aunque eso me lleve a matarlo.— Sentenció mostrando que ella también era capaz de hacer cualquier cosa. —Cuida de Leo en lo que no estoy.— La pidió.
—Celeste esta detrás de todo esto, ¿verdad?— Preguntó Taylor sabiendo que ella era la única capaz de hacer algo tan mezquino.
—Y es a por quién voy a ir ahora mismo. Una cosa es atacar a los Mikaelson, otra a mis hermanos.— Garantizó para después salir corriendo a velocidad vampirica para entrar en el cementerio. —Lo siento cielo, pero no me gusta que ataquen a mi hermano.— Añadió Astrid justamente cuando el cuerpo de Sabine caía de lado.
—¿Qué has hecho?— Preguntó Elijah sorprendido por lo que Astrid había hecho.
—Matarla.— Sentenció con obviedad. —¿Qué sucede?— Preguntó al ver que Elijah parecía estar preocupado por algo que estaba pasando.
—Un hechizo, un Original puede entrar pero no puede salir.— Explicó haciendo que la expresión de Astrid cambiará al ser consciente de que estaban encerrados.
—¿Y Rebekah? ¿Dónde está?— Preguntó preocupada sabiendo que al estar allí ni ella ni Elijah iban a poder hacer nada para evitar su, tal vez, inminente muerte.
—No lo se, ¿por qué? ¿Qué pasa?— Preguntó el noble confundido al no comprender que era lo que estaba pasando.
—Hubo un problema, Taylor se quedó con Klaus y la atacó.— Se limitó a decir omitiendo las alucinaciones que su hermano había estado teniendo. —Pero ese no es el problema, sino el hecho de que tiene la estaca de roble blanco, Elijah.— Añadió haciendo que la expresión del noble se oscureciera.
—Rebekah está aquí a dentro puedo escucharla, así que será mejor que te escondas.— La pidió sabiendo que aquello podía terminar muy mal para cualquiera de ellos.
—No voy a dejaros, pero tal vez quieras ver esto.— Sentenció mientras le daba el cuchillo de Tunde a Elijah, el cual cogió con fuerza sabiendo que aquello le daría una posibilidad contra Klaus.
—Hola, Celeste.— Saludo Elijah a la bruja, sabiendo que había funcionado su plan.
—¿Cómo es posible?— Preguntó la bruja al ver que se encontraba en su cuerpo original.
—Monique y yo discrepabamos sobre tu capacidad de mantener una promesa.— Explicó el noble orgulloso de que hubiera estado en lo cierto, para su desgracia sabía ver cuando alguien iba a traicionarlos. —Yo tenía razón.— Añadió con obviedad.
—Estabas tan obsesionada con derrotar a Elijah, que has perdido la confianza en una de las tuyas.— Añadió Astrid viendo que por una vez había servido de algo tener alguna clase de trato con las bruja del barrio francés.
—No, por favor.— Suplico la mujer al saber que alguno de los dos iba a matarla.
—Toda tuya, Elijah.— La indicó Astrid mientras se hacía a un lado, permitiendo que el noble la degollara, matándola para siempre.
—No deberías de haber entrado.— Comentó Elijah preocupado por ella.
—Nunca me pierdo una buena discusión familiar.— Respondió sarcásticamente la rubia.
—¡Rebekah!— Gritó Klaus, alertando a todos los presentes en el cementerio de su llegada.
—Ya está aquí el lobo feroz.— Murmuró Astrid sarcásticamente, sabiendo que aquella iba a ser una noche muy larga.
—¡Rebekah!— Volvió a gritar Klaus esperando dar con su hermana pequeña.
—Quedate escondida, debes de ser el factor sorpresa.— Le pidió Elijah a Astrid haciendo que esta asintiera.
—Disfruta del aire de tus pulmones, será el último.— Añadió Klaus al ver a su hermana.
—Elijah.— Comentó Rebekah al ver a su hermano allí, el cual llevaba el cuchillo de Tunde.
—¿Qué estás haciendo aquí?— Preguntó Klaus mirando a su hermano mayor.
—Rebekah, deberías de estar en la otra parte del mundo.— Garantizó Rebekah viendo aparecer a Astrid al lado de Elijah.
—Los tres sabemos que ni eso hubiera sido suficiente.— Afirmó sabiendo que no iba a librarse de su hermano.
—Aléjate de ella.— Le advirtió Klaus a Elijah. —Es mía.— Añadió justamente cuando sus ojos se inyectaban en sangre, gesto que Astrid, Elijah y Rebekah imitaron.
—Marchate.— Le ordenó Elijah a Klaus.
—No te muevas.— Añadió Astrid en señal de que iban a proteger a Rebekah.
—Sal de aquí.— Le pidió Elijah a su hermana pequeña.
—No puedo, estamos atrapados.— Explicó Rebekah mientras se fijaba en el arma que Klaus llevaba. —¿Es la estaca de roble blanco?— Preguntó incrédula de que la estuvieran blandiendo.
—La he traído para ti, hermana.— Aseguró Klaus con un poco de burla.
—Desaparece, tu presencia solo le enfurece más.— Le indicó Elijah a su hermana pequeña, sabiendo que Astrid y él debían de encargarse de apaciguar la ira del híbrido, tal y como hacían años atrás.
—Déjanos con él.— Añadió Astrid sin apartar la mirada de Klaus, un despiste y sería demasiado tarde.
—Te pido de hermano a hermano que acabemos con este disparate.— Le pidió Elijah justamente después de que Rebekah se marchara y se perdiera entre las tumbas.
—¿Os poneis de parte de esa traidora?— Preguntó incrédulo.
—No estamos de parte de nadie.— Empezó a decir Astrid, aunque era evidente de que eso era mentira, ya que estaban de parte de Rebekah. —Pero no dejaremos que le hagas daño a Rebekah.— Añadió con firmeza.
—No podemos salir de este cementerio, ¿cuanto tiempo podréis defenderla?— Quiso saber Klaus sabiendo que el hecho de estar encerrados iba a ser perfecto para dar caza y muerte a su hermana pequeña.
—Todo el que haga falta.— Sentenció Elijah sabiendo que no iba a permitir que otro de sus hermanos hallará la muerte.
—Y del modo que sea necesario.— Añadió Astrid mientras las venas de debajo de sus ojos se marcaban en señal de amenaza.
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—Llevas horas con esto, ¿con que fin?— Quiso saber Elijah cuando ya había amanecido. —Te conozco, he crecido peleándome contigo. No puedes vencerme, ni persuadirme, tampoco ignorarme.— Añadió el noble sabiendo todos y cada uno de los movimientos de su hermano pequeño.
—Claro que puedo, aunque tenga que pasar por encima de tu cadáver.— Sentenció Klaus sorprendiendo a Astrid y a Elijah con su comentario. —Me apuñalaste con ese filo, tuve que soportar horas de dolor indescriptible.— Le informó mostrando que también tenía una gran cantidad de rencor hacia Elijah. —Tal vez debería de dirigir mi ira hacia vosotros.— Sugirió haciendo que los dos Originales vieran que lejos quedaba el Klaus que muchos años atrás ambos conocían y querían.
—Sí te vieras a ti mismo...— Empezó a decir Elijah decepcionado. —Tu mirada asesina, tus aires de superioridad.— Enumero haciendo que Klaus se tomará aquello como un cumplido.
—Te pareces a Mikael.— Añadió Astrid enfadando a Klaus con aquel comentario.
—Yo no soy él.— Afirmó mostrando lo mucho que aquel comentario le había enfadado. —La traición de Rebekah justifica mi ira, la de él era enfermiza.— Se defendió mostrando que no era idéntico a su padre. —Tu nunca fuiste víctima de su crueldad, ninguno lo fuisteis, ni Kol, ni Finn, ninguno.— Alegó Klaus mirando esta vez a Elijah. —Creo que has olvidado como era en realidad.— Añadió con frustración, ya que él nunca olvidaría todo el maltrato y humillación que recibió de su parte.
—No, no lo he olvidado.— Comentó Elijah mientras le miraba algo decepcionado por no haber podido defender a su hermano. —Niklaus entiendo tu ira, pero te lo imploro. Se mejor que él, se que tu puedes serlo.— Insistió esperando que su hermano no se volviera en la misma clase de monstruo que su padre fue.
—Muestra clemencia, en vez de esta mezquina crueldad.— Le pidió Astrid esperando que por una vez tuviera un lado de benevolencia.
—¿Qué muestre clemencia con quién me ha agraviado?— Preguntó incrédulo. —Esta claro que no me conoces en absoluto.— Añadió sorprendido por lo que Astrid le había pedido, ya que Klaus no era, precisamente, conocido por ser benevolente.
—Ya basta.— Intervino Rebekah poniéndose al lado de Astrid. —Pese a mis errores, mi culpa, no es nada comparada con la tuya.— Sentenció con firmeza en sus palabras. —¿Quieres venganza? Bien, pero antes de que la obtengas te diré a la cara que ha sido tu crueldad y tu resentimiento lo que nos ha llevado a esto.— Empezó a decir sabiendo que nada de lo que dijera iba a apaciguar la ira y la cólera del híbrido, pero puesto que tenía muy claro que iba a matarla, al menos le diría las cosas a la cara.
—Habla, entonces. Di cuanto te plazca y cuando termines te garantizo que recibirás el castigo que mereces, aunque tenga que llevarte por delante a Elijah y a Astrid.— Sentenció Klaus mostrando lo cegado que estaba por su deseo de venganza, ya que aquel comentario les sorprendió a los tres. Le daba igual a quien se llevara por delante con tal de obtener su tan ansiada venganza.
★★★
He de admitir que pensé que Klaus mataría a Rebekah, aunque aún no hemos terminado con la situación, sí que es cierto que necesito decirlo.
Ahora bien, suceden una gran cantidad de cosas.
La primera de ellas, la escena de Astrid y Taylor, realmente creo que era necesario explicar por qué se sigue metiendo en ello. Y a fin de cuentas es simple, es la única familia que tiene, un poco disfuncinal pero... bueno, ¿que familia es normal?
Otra de las cosas que quiero destacar es que amo el dúo de Astrid y Elijah, aunque casi siempre opinan igual, hay veces que eso no es así, y pronto iréis sabiendo por qué.
Ya pasando a la discusión familiar, siempre está bien ver a los Mikaelson discutir, les da vidilla a las temporadas. Además de que siempre es divertido verles pelear.
Con respecto al próximo capitulo... solo puedo decir que a todos nos encanta ver a Rebekah siendo tan iconica. Y en realidad me encantaría haber visto más de Hope con Rebekah ya fuera de niña o de adolescente. Es una relación tan necesaria que me indigna que no lo hayan puesto.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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