CAPÍTULO 14: LITTLE WITCH

—— LITTLE WITCH ——

—Empecemos con un brindis.— Empezó a decir Klaus mientras alzaba la copa de vino. —Por nuestro don común, la inmortalidad. Después de mil años uno puede esperar que la vida pierda intensidad, que sus bellezas y sus penas disminuyan con el tiempo. Pero como vampiros sentimos mucho más profundamente de lo que los humanos pueden imaginar.— Prosiguió con su discurso. —La necesidad insaciable, el dolor sublime.— El híbrido se levantó y miró a todos los miembros de la mesa. —Nuestras victorias y nuestras derrotas.— Explicó mientras varios personas, controladas, se ponían al lado de cada miembro de la mesa y se hacían un corte en cada muñeca, haciendo que la sangre cayera sobre las copas de todos. —Por mí ciudad, por mi vuelta al hogar. Que la sangre nunca deje de fluir.— Sentenció orgulloso.

—Y que no acabe la fiesta.— Añadió Marcel apoyando al híbrido.

—Por Nueva Orleans.— Añadió Diego alzando su copa.

—Por Nueva Orleans.— Dijeron todos al unisono imitando su gesto, todos a excepción de Astrid.

—Es natural que os hagáis preguntas a raíz del cambio de liderazgo que se ha producido, y os he invitado aquí está noche para aseguraros que nadie os ha derrotado, no. Lo que yo quiero es poder continuar y celebrar lo que tenemos, lo que Marcel, en su momento, cogió.— Les explicó mientras miraba al aludido el cual mantuvo una expresión de seriedad, aunque era evidente que por dentro estaba furioso. —Para convertirlo en esto, en una auténtica comunidad de vampiros.— Añadió con obviedad.

—¿Y ella que? ¿La loba?— Preguntó Diego señalando a Astrid con la cabeza.

—Medio loba.— Le corrigió Astrid con una expresión de pocos amigos.

—No me has dejado terminar, Diego.— Aclaró Klaus mientras se acercaba a Astrid. —Por que ciertamente hay otro tema que me parece importante abordar.— Aseguró sabiendo que era un tema del que todo el mundo dudaba. —Como muchos ya sabéis, lleva a mi hijo en su vientre. Y por tanto confío en que todos la tratareis con el debido respeto, por vuestro bien, tiene un terrible carácter. Sin embargo, tengo entendido que algunos os preocupa ese rumor malicioso de que pretendo aprovecharme de la sangre de nuestro hijo para crear híbridos.— Explicó mientras ponía su mano sobre el hombro de Astrid mientras miraba a todos. —Os aseguro que no es así.— Les aseguro a todos los presentes, incluida a Astrid.

—El padre del año.— Comentó la híbrida sarcásticamente.

—Veo que tendré que ganarme vuestra confianza.— Comentó el híbrido mientras volvía a acercarse a su sitio, sabiendo que ninguno de los presentes confiaba en lo que él estaba diciendo. —Muy bien, acabaré para siempre con vuestra inquietud. Por qué sería imposible crear más híbridos si no quedarán más hombres lobo en el pantano a los que convertir.— Añadió haciendo que la expresión de Astrid cambiará de forma radical al escuchar lo que Klaus había dicho.

—¿Qué? Klaus, no.— Negó la chica preocupada por lo que les podría pasar.

—Comer, beber y pasarlo bien. Os sugiero que mañana salgáis a la caza de hombres lobo. Adelante, divertiros. Matarlos a todos.— Les alentó ignorando la expresión de Astrid en la que claramente podía ver que no estaba nada de acuerdo con aquello.

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—¿Vas a algún sitio?— Preguntó Diego poniéndose delante de Astrid impidiendo que se marchara, justamente cuando Leonidas aparecía y golpeaba al vampiro dejándole inconsciente.

—Leo, no deberías de estar aquí. Tiene a sus chicos vigilandome.— Dijo Astrid a su hermano justamente después de abrazarlo.

—No te preocupes por ellos.— Añadió Elijah justamente cuando dos vampiros eran lanzados por una tercera persona.

—Vamos, date prisa. Hay que llevarte a un sitio seguro.— Añadió Rebekah mostrando que los tres habían ido a sacarla de allí.

—No os tenéis que preocupar por mi, pero tenéis que hacerme un favor. Ha ordenado una caza de lobos, matar a todos los hombres lobo que queden con vida del pantano, es su orfeta de paz para los hombres de Marcel. Tenéis que ir a advertirles.— Les pidió mostrando en su expresión una gran preocupación, mostrando que también la importaban por qué eran su gente, tal vez no su manada, pero eran descendientes de aquellos a los que Taylor conoció, eran la manada de Hayley y la de su hermana y debía de hacer todo lo posible para ayudarlos.

—¿Al pantano? ¿Tenemos pinta de ser la patrulla de salvamento vampirico? Da gracias que hayamos venido a salvarte a ti.— Alegó Rebekah incrédula por lo que Astrid estaba pidiendo, ya que nunca había mostrando preocupación por una parte de su familia que para ella no existía, pero las cosas parecían que habían cambiado.

—Son mi gente, y la gente de Hayley y la de Taylor, si queréis ayudarme salvarles a ellos. Yo puedo encargarme de un par de vampiros. Pero, por favor, ayudarles.— Les pidió esperando que los tres pudieran hacerse cargo del grupo de vampiros que habían decidido ir a la caza de hombres lobo.

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—Se que estas aquí Josh, puedo sentir tu miedo.— Dijo Davina entrando en el garaje en el que estaba escondido el vampiro.

—Oí que te mudabas.— Comentó el chico saliendo de detrás de unos coches.

—¿Qué estás haciendo aquí?— Preguntó Davina confundida.

—Me escondo y de incógnito, tengo que escapar pero no puedo hasta que se haga de noche.— Explicó Josh sabiendo que tras todo lo que había sucedido, él sería el siguiente en morir.

—¿Estas bien?— Preguntó la joven bruja preocupada por el bienestar de su amigo.

—Sí, sí.— Empezó a decir algo inseguro. —Bueno, no. Para nada.— Admitió finalmente mientras en su expresión podía verse el miedo que tenía hacia lo que le podía suceder por lo que habia hecho. —Metí a Klaus en una trampa que fue el mayor fracaso de la historia y ahora me estoy cagando en los pantalones, metafóricamente hablando. Por el momento.— Admitió nervioso mostrando el miedo que tenía hacia el híbrido, un miedo que era lógico pero en aquellos momentos Josh no estaba entre las posibles muertes del día, primero iban todos los lobos del pantano, detalle que Astrid esperaba que Elijah, Rebekah y Leonidas impidieran a tiempo, ya que si todos morían no se lo perdonaría, había dejado de lado demasiado tiempo a los suyos, aunque nunca hubiera sabido la verdad por completo, debía de comportarse como una más, a fin de cuentas entre ellos podía encontrarse la manada de Hayley.

—Tranquilo, puedes confiar en Marcel. Y si Klaus intenta hacerte daño yo se lo haré a él.— Garantizó Davina con seguridad en sus poderes, una seguridad que sorprendió a Astrid, la cual estaba escuchando la conversación de ambos chicos con mucha, tal vez demasiada, atención.

—Estoy segura de que si pudieras pararle los pies a Klaus ya lo habrías hecho.— Intervino la Original haciendo que Davina se diera la vuelta y que Josh diera un paso hacia atrás sabiendo de lo que ella era capaz de hacer.

—Tu eres Astrid, la mujer de Klaus.— Asumió Davina al ver la barriga que la híbrida tenía.

—Por desgracia mía.— Admitió mientras ponía los ojos en blanco. —Y tú debes de ser Davina, la brujita que tiene atemorizados a todas las brujas. Y tú eres el vampiro que tiene todos los puntos para acabar muerto.— Comentó Astrid mientras se acercaba a los dos chicos, haciendo que Josh la mirase con miedo, ya que sabía que ella era una Original.

—El mismo.— Admitió el vampiro mientras agachaba la cabeza.

—No os voy a hacer daño, no soy como él. Ni de lejos.— Les tranquilizó al ver la expresión de Josh de terror, y la mirada desafiante de Davina, una mirada que mostraba que la chica no le tenía miedo a nada ni a nadie, algo que realmente Astrid admiraba en alguien tan joven. Aunque era lógico que desafiara a todos, aquella joven bruja tenía tanto poder en su interior, que incluso ella, a varios metros de distancia, podía percibir la gran cantidad de poder que había dentro de ella.

—¿Qué es lo que quieres?— Preguntó Davina cruzándose de brazos y mostrando la desconfianza que tenía hacia Astrid, acto que no tenía por que ya que la híbrida no quería nada de la bruja, únicamente ayudarla con todo lo que estaba pasando. Porque era evidente de que Klaus la iba a usar para mantener el control de las brujas del barrio francés, ahora que tenía el control parecía que nadie se le iba a arrebatar, pero cuanto más alto y grande era un imperio más facil era encontrar puntos débiles para hacerle caer. Y en sus muchos años, Astrid había visto a demasiados imperios caer.

—Precisamente no muchas cosas, aunque las pueda conseguir aún estando en mi estado. Se que Josh tiene miedo de ser el siguiente en morir, y que tu tienes algún que otro descontrol, aunque se lo poderosa que eres.— Comentó la híbrida sorprendiendo a Davina con respecto a que supiera de los descontroles, pero era algo lógico teniendo en cuenta la gran cantidad de magia que tenía en su interior, aunque aquella deducción venia porque alguna que otra vez había sentido su magia, no para hacerla de guía, pero sí para saber que estaba allí. —Os propongo una cosa, yo evitaré que Josh se convierta en el siguiente vampiro muerto de Nueva Orleans, y yo te ayudare, Davina, a controlar todo tu poder a cambio de que nos protejamos, los unos a los otros.— Les propuso mientras se cruzaba de brazos, haciendo que el vampiro la mirase sorprendido ya que no se había llegado a esperar que una Original le proporcionará protección, pero sabía que lo decía porque era amigo de Davina, y a ninguno de ellos le venía bien que la bruja se enfadara.

—¿Tu puedes evitar que me maten?— Preguntó Josh esperando que lo que había dicho no fuera meramente una promesa que no iba a cumplirse.

—Tengo mil años y soy una hibrida embarazada, te aseguro que en mi estado nadie me quiere ver enfadada, incluido el propio Klaus.— Le aseguro mientras le dedicaba una sonrisa sabiendo que nadie le iba a matar, porque quien lo hiciera se iba a ver con la cara menos amable de Astrid, una cara que incluso todos los Originales evitaban ver.

—¿Y puedes ayudarme con mi magia? ¿Cómo?— Preguntó Davina viendo que Astrid había sido la única que había visto cual era el problema, y la única que se había ofrecido a ayudarla.

—Bueno un antepasado me ha dejado un regalito.— Explicó Astrid mientras hacía estallar, con la mente, una bombilla.

—Eres bruja...— Murmuró Davina sorprendida de lo que acababa de ver, igual de sorprendida que lo estaba Josh, lo que hizo sonreír a Astrid al ver sus expresiones.

—Con el mismo problema que tu, el cual también tuve cuando era humana.— Explicó mientras la miraba con sinceridad. —Así que, ¿que dices, Davina, aceptas mi ayuda?— Quiso saber Astrid mientras la miraba esperando que la respuesta de la bruja fuera positiva.

—¿Cómo se que podemos confiar en ti?— Preguntó Davina mostrando que ella no confiaba en nadie con facilidad, en la única persona que confiaba con total plenitud era en Marcel.

—Por que he conseguido salvar a varias personas de una amenaza muy real de muerte por parte de Klaus.— Garantizó Astrid recordando a los Salvatore y a Katherine, esa maldita vampira con la que esperaba saldar deudas en cuanto dejera de estar embarazada y de ser vulnerable a una estaca común.

—Encerró a Elijah en un ataúd.— Puntualizó Davina esperando que Astrid tuviera en cuenta aquel "insignificante" detalle.

—Lo se, uno de sus castigos favoritos. Encerró a mis hermanos en un ataúd por quinientos años por traicionarle. Pero actualmente no tiene nada que hacer conmigo ahora que también soy una bruja. Si nos ayudamos, vosotros sobrevivireis a lo que sea que esté planeando, y yo podré salvar a mi familia.— Sentenció la rubia sabiendo que no iba a ser muy complicado convencer a Davina, ya que parecía que no le tenía mucho aprecio a Klaus, aunque era lógico teniendo en cuenta que la iba a usar para deshacerse de las brujas.

★★★

No os podéis imaginar las ganas que tenía de que llegara este capítulo.

Osea la necesidad de ver a Davina y a Astrid juntas es tan fuerte que contaba las horas.

Pero creo que sin duda la cosa empieza a ponerse interesante. Ya... Que la ciudad no va a tener, precisamente un rey, sino una reina.

Pero independientemente de ello os puedo garantizar que Josh tendrá un papel importante en el futuro, en especial para Eliana, la segunda hija de Nik y Astrid.

Con respecto al capítulo... No hay mucho que destacar, me centro otra vez en el episodio. Lo sé, es aburrido pero inevitable.

Aún así os aseguro que las escenas de Davina y Astrid os encantaran, a fin de cuentas Davina no deja de ser su protegida, de cierta manera.

El próximo capítulo no tiene mucho de emoción, una lastima siendo el último del año. Pero eso solo hace evidencia de una cosa. En 2023 terminará la historia, o por lo menos llegaremos a su fin a principios del 2024. Se que diréis que aún queda mucho, pero estoy segura que no tanto como pensáis.

¿Que os ha parecido el capítulo?

Os leo ❤️

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