2. Por culpa de un chupetón

-No gracias.-Murmure a la defensiva mirando hacia otro lado que no fuera la penetrante mirada de ese chico. Dios cuando fue que sus lindos ojos de cachorro se convirtieron en los de un lobo salvaje.

-Segura que vas a decirme no.-Jake arqueo una ceja mordiendo su labio inferior de forma provocativa.-O es que te pongo tan nerviosa que de solo tenerme frente comienzas a volverte loca por mí.-Ronroneo en un tono sensual acercándose a mi mesa y yo no pude hacer más que sentirme prisionera de su intensa mirada.

Dios quien demonios se creía este chico. Obviamente, no iba a caer en su juego.

-Te volviste loco, ¿Verdad?.-Gire mi rostro hacia él, viéndolo de forma desafiante.-Porque alguien como tú me haría sentir así, sabes hay mejores que tú.-Esta vez lo mire de forma desafiante cruzando mis brazos sobre mi pecho. Por dentro estaba muriendo de nervios, pero no me iba a dejar vencer por este chico provocador.

Lo vi reír y luego pasar su lengua por su labio inferior acercándose a mi mesa hasta quedar frente a esta haciendo que hubiera que levantar mi cabeza para verlo. Quizás no era tan alto como el chico ese Riki, pero sí que era mucho más alto que yo.

-Vaya, ahora además de linda eres respondona.-Sonrió con burla inclinándose un poco hasta quedar más cerca de mí.-No sabes lo mucho que me gusta eso, di una palabra más y juro que te voy a inclinar sobre esta mesa hasta hacerte gritar mi nombre nena.-Ahora era él el que estaba desafiándome mientras me veía con esos ojos obscuros y depredadores.

Me sonrojé ligeramente, comenzando a decir cosas incoherentes, por lo que acababa de admitir. Como decía algo así en serio, este chico estaba completamente loco.

-Deja... Tú...-Solté un leve grito sintiendo como la sangre recorría mis mejillas y los nervios me invadían sin poder decir algo coherente cosa que le divertía al rubio.

-Bien así está mejor me encanta verte así tan nerviosa por mí.-Se burló y colocó uno de mis cabellos que estaba suelto detrás de mi oreja.-Ya que no quieres mi ayuda, pues, está bien, estaré por aquí si cambias de opinión.-Jake sonrió de forma altanera y se apartó tomando asiento en la mesa que estaba delante de la mía.

Vi como el chico saco un libro de su mochila cruzándose de piernas mientras comenzaba a hojearlo aún viéndome por el rabillo del ojo con su boba sonrisa burlona.

Como pude retome la compostura y seguí con mi tarea de matemáticas, aun sintiendo como su mirada seguía en mí. Por alguna razón sentía mi corazón latía, sin control, pero intentaba ignorarlo, no era el momento para sentir algo así.

Pasaron unos cuantos minutos y yo aún seguía atascada en el mismo ejercicio de matemáticas de hace como una hora, en serio odiaba esto. Me rindo, voy a reprobar matemáticas, ya podía oír a mi madre discutiendo conmigo por mis calificaciones, soy un fraude.

Solté el lápiz de mi mano dejándolo caer sobre la mesa, vas arrancándome los cabellos de la frustración. Mi pierna izquierda comenzó a golpear en el suelo con ansiedad mientras cerraba mis ojos con fuerza, estaba jodida hasta la medula, qué demonios iba a ser de mí.

Deje caer mi cabeza sobre la mesa con frustración, dejando caer unas lágrimas de puro coraje, si era una llorona exagerada, pero en serio entraba en un gran estado de estrés cada vez que algo no salía como lo planifique. Estoy segura de que las lágrimas estaban mojando mi cuaderno, pero no me importó, solo necesitaba quedarme así un rato.

-Princesa.-Escuche la vos de Jake cerca de mí, ahora sonaba más tranquila y menos altanera como antes. Levante mi cabeza un poco de entre mis brazos y lo vi agachado a mi lado pasando una de sus manos por mi cabello oscuro.-Déjame ayudarte con eso.-Murmuro y se levantó un poco moviéndome un poco para sacar mi cuaderno de debajo de mis brazos, si como lo esperaba la hoja estaba mojada por mis tontas lágrimas y llena de borrones. Giré mi rostro incapaz de mirar a Jake por la vergüenza, no me gustaba mostrar este lado vulnerable con nadie no quería la lástima de nadie.-Hey, mírame.-Yo solo negué mirando hacia otro lado incapaz de verlo a los ojos.-Beth, mírame.-Me había llamado por un apodo que me hizo sentir tan rara, pero aun así no lo mire hasta que sentí sus cálidos dedos tocando mi mentón haciendo que levantara mi rostro hacia él.-No llores, sabes no todo tiene una solución a veces está bien pedir ayuda.-Jake me sonrió y sentí mis ojos picar de nuevo era la primera vez que alguien me decía algo así, no pude evitar sentir mi corazón latir de nuevo y una lágrima se me escapó.-Ssh, bonita está bien.-Sus manos acunaron mi rostro y sus cálidos dedos rozaron mis mejillas limpiando mis lágrimas. Su rostro se acercó al mío hasta el punto en el que podía sentir su cálida respiración sobre mí. Sus labios rozaron los míos de forma repentina, dejando un cálido, pero profundo beso sobre estos, reaccione de golpe abriendo mis ojos con sorpresa, apartándolo de mí.

-Oye...-Me queje tapando mi boca con asombro y escuche su leve risa.-No te di el permiso para hacer eso.-Le reclame sintiendo mi cara arder.

-Está bien, pequeña fiera tranquila.-Lo vi reír y sentarse a mi lado.-Ahora porque mejor no te explico estos ejercicios.-Jake me sonrió cálidamente y yo solo me quede viéndolo un rato para luego asentir rendida, era eso o seguir sufriendo sola.

-Bien, pero haslo rápido.-Le pedí cruzándome de brazos intentando sonar indiferente cosa que lo hizo reír y acentir en aceptación a mi terquedad.

Jake comenzó a explicarme las ecuaciones con mucho cuidado, me preguntaba mis dudas y volvía a repasar lo que no entendía. Era muy cómodo estudiar con él, pero aun así no lograba concentrarme del todo no podía dejar de pensar en ese beso aunque quisiera nunca nadie me había besado de ese modo tan delicado como si fuera a romperme, fue algo diferente como también fue la primera vez que sentí mi corazón latir con emoción por una persona que no fuera. No, no pensaba recordarlo de nuevo, él había quedado en el pasado, al igual que el beso con Jake.

-¿Estas escuchándome bonita?.-Me preguntó Jake dejando el libro de matemáticas de lado y yo solo pude acentir mintiendo ya que mis pensamientos se fueron a otra parte.-Oh, entonces podrías decirme que te dije.-Me miro con una sonrisa burlona mientras yo tragaba sin saber que hacer a continuación.

-Mm, bueno...-Reí nerviosa y luego baje mi mirada a mi regazo.-Perdón, no estaba escuchándote.-Admití apenada.

-Bueno, solo estaba preguntándote si ya lo habías entendido.-Rio levemente cerrando el libro de matemáticas.

-Sí.-Acenti rápidamente.-Gracias, Jake.-Murmure viéndolo a los ojos.

-No es nada ahora sabes que puedes buscarme cuando tengas alguna duda en matemáticas, no vuelvas a llorar no me gusta ver esa linda cara triste.-Admitió rozando mi mejilla con la yema de sus dedos y yo solo me sonroje evitando ver directamente a sus ojos, ya había olvidado cuantas veces me había sonrojado por su culpa.-Ahora.-Hizo una pequeña pausa incorporándose sobre la silla.-Es el momento de que me des mi recompensa por mis servicios.-Lo vi morderse su labio inferior viéndome otra vez con sus ojos obscuros haciéndome saber que ese era el momento de huir para mí.

-¿Qué clase de recompensa?.-Le pregunté sabiendo por donde iba esto.

-Que tal si me regalas un beso.-Jake acercó su rostro al mío, invadiendo mi espacio personal y haciendo que mi cara se tornara de un rojo claro por la vergüenza.

-Yo...-Estaba intentando buscar una excusa hasta que mi teléfono sonó entrando un mensaje de mi padre de que ya estaba afuera, aquello había sido como mi señal de bandera blanca y nunca me había sentido tan agradecida con mi padre de que me viniera a buscar a tiempo.-Debo irme.-Me paré de repente tomando mis cosas rápidamente para salir prácticamente corriendo de la biblioteca. Dejando atrás a un Jake desconcertado, pero que de todas formas se estaba burlando de mí, porque escuche como soltaba una sonora carcajada a mis espaldas.

Caminé por el pasillo de forma apresurada hasta que terminé chocando con el fuerte pecho de alguien más. Levanté la mirada y vi a Riki frente a mí sonriéndome con diversión. Llevo una de sus manos hasta mi cintura y me apegó a él haciendo que me sorprendiera.

-Vaya, tanto me extrañabas muñeca.-Ronroneo en mi oído dejando que su aliento erizara la piel sensible de mi cuello.

Dios, estos chicos estaban en todas partes, primero me encuentro con uno y ahora con otro. Esto ya no parece una simple coincidencia.

-¿Que haces aquí?.-Le pregunte algo incómoda por la cercanía, sintiendo como pronto mis mejillas estarían al rojo vivo.

-Eso no lo debería preguntar yo.-Me sonrió con burla mordiendo su labio inferior, bajando la mano que estaba en mi cintura hasta llegar a mi espalda baja.-¿Qué hace una muñequita linda como tú aún en la escuela?.-Me preguntó pegando su rostro al mío.-Acaso estabas buscándome.-Su rostro estaba tan cerca que su nariz rozaba con la mía. Esto era demasiado, dos besos en el mismo día no creo que pueda con eso, estos chicos están completamente locos.

-Nada de eso.-Negué algo nerviosa intentando apartar su rostro del suyo.

-Linda mentirosa.-Una risa gutural escapó de su garganta y su rostro bajo a mi cuello donde comenzó a dejar besos húmedos sobre este que me hicieron estremecer. Lo empujé un poco, pero era mucho más fuerte que yo. Lo admitía, me sentía bien, pero aun así estaba mal, no era momento para dejarse llevar por las hormonas.

-Riki...-Murmure tomándolo de los hombros para intentar alejarlo, pero era inútil.

-Si, eso di mi nombre suena bien cuando sale de entre tus labios.-Gruño levemente sobre mi cuello, pero repentinamente se apartó dejándome confundía.-Bien, ya vete debo dejarte con ganas para lo próxima, ¿No crees?-Me guiñó un ojo dándome una descarada nalgada que me hizo soltar un pequeño grito de la impresión. Luego de eso solo me soltó y se fue como si nada perdiéndose en el pasillo.

¿Qué demonios había sido eso? ¿Que acaso el pudor no existía para este chico?

Fruncí mis labios sobando mi trasero, algo molesta, seguro tenía una marca roja por su culpa. Idiota, él y su amigo lo eran, ambos, eran unos idiotas que estaban completamente locos.

-¿Dónde estabas Bethy?.-Me pregunto mi padre cuando finalmente me subí al auto.

Me le quedé viendo unos segundos y entonces entré en pánico. Nunca había sido una mentirosa, pero no es como si le pudiera decir a mi padre. Pues, como crees papá, estaba en la biblioteca y un chico de mi clase me robo un beso y luego su amigo vino y me beso el cuello para después darme una nalgada. Obviamente, no le iba a decir eso a menos que quiera estar castigada por los próximos diez años.

-Perdón, me distraje estudiando.-No era una mentira en sí, solo el noventa y nueve por ciento si lo era.

-Que voy a hacer contigo, niña.-Mi padre negó y arrancó el auto comenzando a conducir tranquilamente a casa de mi madre.

Pues en eso habían quedado, él me recogería todos los días y mi madre me llevaría, era un trato justo entre los dos. Al menos en esa parte se entendían.

Un rato después por fin llegué a casa, pero antes de bajarme del auto mi padre me detuvo.

-Hija, espera. ¿Que tienes ahí?.-Me pregunto frunciendo su seño y yo lo mire extrañada.-Ven, échate para acá un momento.-Yo obedecí y me moví un poco viendo como mi padre inclinaba mi cabeza frunciendo su entrecejo con algo de enojo al notar algo en mi cuello. Oh, mierda.-Lo que suponía.-Mi padre gruño dándole un golpe al volante que me hizo estremecer.

Así es como terminé frente a mis padres que me veían con la mayor desaprobación del mundo.

-Bethy Lee, nos puedes explicar, ¿Por qué tienes un chupetón en el cuello?-Me ordeno mi madre cursada de brazos.

-Que no es obvio, mujer, se la hizo un jodido malandro.-Gruño mi padre con enojo.-Bethy, no quiero pensar que tú...

-No es lo que piensan, se los juro.-Negué algo asustada sintiendo mis ojos cristalizarse.

-Entonces que es hija, esta mañana no tenías nada en el cuello y ahora tienes un chupetón niña se supone que te cambiamos de escuela para evitar cosas como estas.-Me regaño mi madre haciendo que bajara mi mirada.-Mira como termino todo con Jay, ¿Quieres que pase lo mismo, hija?-Ahora mi madre me miraba con sus ojos llenos de disgusto y algo de miedo por lo que podía ocurrir. Yo solo me tensé sintiendo mi cuerpo temblar al escuchar ese nombre, ese maldito nombre que había enterrado hasta el fondo del infierno.

-Les juro que no es lo que creen.-Murmure con la vos quebrada y escuché suspirar a mi padre.

-Bien, esta charla se acabó.-Aclaro mi padre levantándose del sofá.-Por ahora.-Esta vez me miró de forma cebera al decir aquello y yo asentí sin mirarlo.

-Lo siento mucho cariño, pero estas, castigada, dame tu celular ahora.-Me ordeno mi madre extendiendo su mano. Pero sabía que no debía protestar, no tendría caso.

Saqué mi celular y se lo di a duras penas sintiendo mi garganta arder por aguantar las lágrimas.

-Ahora ve a tu habitación, también voy a quitarte tu laptop y tu consola.-Me aclaro, pero yo solo asentí sin querer discutir.-Si necesitas hacer un trabajo, pídeme la mía. ¿Quedo claro, Bethy?.-Me pregunto mi madre cruzándose de brazos.

-Si quedó claro.-Solté en un leve murmullo, comenzando a subir las escaletas hasta mi habitación.

Todo había sido culpa de esos dos. Juro que me las iban a pagar Riki, Jake, son unos malditos idiotas.






Capítulo número dos por aquí :)
¿Qué les pareció la interacción de Jake con Bethy?
¿Creen que el castigo de Bethy fue justo?
Dejen en los comentarios todo lo que piensan, sin pena. Estaré leyéndolos >.<
Besitos <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top