-24.

XXIV:
PASEO POR EL
BOSQUE PROHIBIDO

MÉROPE QUERÍA SALIR DE ESE BOSQUE lo más rápido posible, por lo que apenas se separaron de Hagrid se puso al frente de su tropa y empezó a dirigir el paso. Ella iba de primeras, caminaba junto a Fangs, Neville iba detrás temblando del miedo y de último iba Draco según el cuidando sus espaldas.

Caminaban por el oscuro lugar, la neblina era densa y Mérope no veía ni rastro de la sangre de unicornio estaba desesperada y la risa maliciosa de Draco que ella conocía perfectamente no la ayudaba.

Sabía que su hermano tramaba algo, no saber que era la ponía mas nerviosa aun.

Vio un destello en una hoja, probablemente la sangre de unicornio, así que se acercó.

—¡AAAH!—alguien gritó y enganchó a correr haciendo que la rubia cayera al piso llenándose de lodo. Pudo sentir las carcajadas de Draco, se imaginó lo que había pasado.

—¿Que hiciste Draco?—se volteó para reprender a su hermano.

—Solo fue una broma, hermanita—respondió el rubio muerto de la risa—. ¿Tú estás bien?

—¿Hermanita? ¿Son hermanos?—preguntó Neville en medio de su shock.

—Pensé que era bastante notorio—dijo Mérope con sarcasmo, se iba a acercar al chico para asegurarse de que no estuviera herido—. ¿Estás bien Longbottom?

—¡No me toques!—chilló el chico y Mérope dio un paso atrás—. Eres su hermana, otra Malfoy, seguro también vas a asustarme.

—¿Qué? ¡Yo iba a ver si estabas bien!—contestó molesta. Ella solo tenía buenas intenciones con él, pero de nuevo había sido juzgada por ser hermana de Draco, una Malfoy.

—N-No te cr-creo, atrás—Neville hablaba entrecortado del susto, el enserio pensaba que Mérope y Draco estaban poniéndose de acuerdo para hacerle otra maldad, tanto que le apuntó con su varita.

La rubia era amable pero no tonta, así que dio dos pasos adelante y le apuntó justo al cuello con la suya. Tampoco se dejaría de un patético Gryffindor con complejo de víctima; pensó.

—¡Baja esa varita Longbottom!—espetó Draco con rabia, se puso junto a su hermana y también le apuntó—. Puedo hacer que te mojes los pantalones con solo una chispa.

—Draco dej...

—¿Lo ven? ¡Son iguales! Quiero a Hagrid—chilló el Gryffindor moviéndose y abrazando a Fangs.

—¿Sabes Longbottom? ¡Que te coma la primera criatura carnívora que aparezca!—dijo Mérope fastidiada del chico, le apuntó una última vez y se dio la vuelta—. Voy a seguir buscando lo que sea que quiere Hagrid. Yo sí quiero salir rápido de aquí.

—Mi hermana las deja pasar, pero yo no estupido y tonto Longbottom—Draco se acercaba peligrosamente al castaño, estaba molesto por como trató a su hermana—. Me temo que tendré que enseñarte a no meterte con mi familia.

—¡No!—el chico dio un brinco para alejarse de Draco pero apuntó al cielo con su varita—. Lumos Rojus.

Mérope solo pudo ver por el rabillo de su ojo la luz roja. Neville había enviado una señal de peligro. Genial, otro castigo.

Por el lado de Harry, luego de su encuentro con los centauros, tenía la desagradable sensación de que los vigilaban. Acababan de pasar una curva en el sendero cuando Violet notó la chispa roja en el cielo.

—¡Hagrid! ¡Mira! ¡Chispas rojas, los otros tienen problemas!

—¡Ustedes esperen aquí! —gritó Hagrid—. ¡Quédense en el sendero, volveré por ustedes!

Lo oyeron alejarse y se miraron uno al otro, muy asustados, hasta que ya no oyeron más que las hojas que se movían alrededor.

—¿Crees que les habrá pasado algo? —susurró Violet-. ¿Crees que por fin a Malfoy se lo llevó un animal en la boca?

—No me importará si le ha pasado algo a Malfoy, pero si le sucede algo a Neville... está aquí por nuestra culpa.

—Y a la chica Malfoy, ¿te importaría?—preguntó Violet con cierta picardía, le encantaba ver el mundo arder.

—Me da igual, enserio—respondió intentando sonar tranquilo, la verdad es que no sabía la razón pero todo el recorrido se había estado preguntando si ella estaba bien—. ¿Por que tendría que importarme?

—No lo sé, solo pregunto por curiosidad—respondió su prima inocentemente.

—Muy curiosa tu ahora—contraatacó Harry con sarcasmo.

Los minutos pasaban lentamente. Les parecía que sus oídos eran más agudos que nunca. Harry detectaba cada ráfaga de viento, cada ramita que se rompía. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Dónde estaban los otros?

Mérope solo pensaba en mil formas de callar a Longbottom. Cuanto desearía en este momento saber algun hechizo silenciador de personas, o mejor un petrificador para dejarlo en el bosque.

—¿Qué acabas de hacer? Aquí nadie está en peligro—se volteo para quejarse con el chico por haber seguramente preocupado a los demás—. ¿Para qué chispas rojas?

—¡Yo es-estoy en peli-peligro!—respondió temblando—. No pienso qu-quedarme solo con us-ustedes, quiero a Hagrid.

—¡Genial! Lo Gryffindor te duró dos minutos Longbottom—le insultó Draco—. Por eso todos dicen que el sombrero se equivoco contigo, tonto.

—Yo no soy de desquitarme con nadie, Longbottom-Merope suspiro y se puso una mano en el entrecejo—. Pero si me llegan a castigar por tu culpa te juro que...

—¿Qué está pasando aquí? ¿están todos bien?—gritó el semigigante interrumpiendo cuando llegó a donde ellos estaban. Se notaba preocupado y que había corrido varios metros.

—¡Todos estamos bien!—respondió la única chica—. Longbottom se confundió y lanzó chispas rojas.

—¡N-No me con-confundí!—se defendió—. Malfoy me asustó y seguramente ella también quiere hacerlo, es su hermana y seguro se pusieron de acuerdo. ¡Por eso lancé las chispas!

—¿Eso es cierto Malfoys?—preguntó el semigigante con cierto disgusto. Se había asustado por la maldad de unos niños consentidos.

—Es cierto que tal vez yo le hice una inocente broma a Longbottom, pero mi hermana no miente—respondió Draco con su típico aire de arrogancia, intentando ablandar la situación.

—¡Inaceptable! ¿Cómo puedes asustar a tu compañero en medio del bosque y en un castigo? ¿Acaso quieres otro? Por querer afectar a otros estas aquí y pareces no aprender—Hagrid sonaba muy molesto, Mérope temía otra noche en el bosque—. Y tu Mérope, deja de intentar salvarle el pellejo a tu hermano siempre.

—Es mi hermano, si tengo que salvarle el pellejo con mi vida misma lo haré, me pides mucho Hagrid-respondió seria. Era cierto que ella daría todo por Draco—. La verdad Longbottom exageró un poco y empezó a gritar como loco, hubiéramos seguido el camino perfectamente si tan solo en Gryffindor les enseñaran a respirar.

—Yo-yo ya no qui-quiero ir solo c-con ellos—Neville le suplicó a Hagrid.

El semigigante sabía lo que tenia que hacer, los gestos de Merope y su altanería no bajara ni un minuto con Neville, el Gryffindor ahora no quería alejarse de el y sabia que debía tener a Malfoy en la mira o seguirá metiéndose en problemas. Debía reformar los grupos.

—Cambiaremos de lugares—dijo el guardabosques—. Busquemos a los otros para asignarlos.

—Pe...—Draco iba a hablar.

—Ni una palabra Draco, camina que ya me fastidié—lo calló su hermana con un ligero empujón haciendo que empezara a caminar.

Por fin, un ruido de pisadas crujientes les anunció el regreso de Hagrid. Los Malfoy, Neville y Fang estaban con él. Hagrid estaba furioso.

—¿Qué pasó?—preguntó Violet apenas todos llegaron. Harry notó que Draco caminaba con un atisbo de burla, Neville temblaba como si hubiera visto un demonio y Mérope tenía los brazos cruzados y una cara de pocos amigos, eso no debe ser bueno.

—Ma-Malfoy me as-asustó y lu-luego ella lo defendió, se-seguramente tambien i-iba a asustarme—respondió la victima con voz temblorosa.

—¡Ya te dije que...—Mérope iba a responder a la defensiva pero su hermano la tomó del brazo, sabia que su hermana enojada era igual a su madre cuando lo hacía—. ¿Sabes? Los de tu casa parecen estar sordos o con muy poca capacidad de entendimiento.

Harry se sorprendió con lo directa y grosera que podía llegar a ser la chica Malfoy, por alguna razón no se enojó por como trato a Neville y le gusto verla así, que extraño.

—Vamos a necesitar mucha suerte para encontrar algo, después del alboroto que han hecho. Bueno, ahora voy a cambiar los grupos... Neville, tú te quedas conmigo, Violet y Malfoy chico. no pienso dejarlos solos después de lo que pasó—añadió en un susurro—. Harry, tú vas con Fang y Malfoy chica, creo que ella necesita buena compañía y aire fresco para calmarse, aún así sigan buscando, tenemos que terminar con esto.

—No necesito calmarme—susurró molesta, se dirigió con Fangs al lado de Harry que solo asintió con la cabeza y sonrió para sus adentros.

—Yo voy con Mérope o nada—sentenció Draco.

—Olvidalo Malfoy, no pienso quitarte los ojos de encima hasta que termine el castigo—respondió Hagrid severamente—. Ella estará bien con Harry. Ahora andando.

Así que Harry se internó en el corazón del bosque, con Mérope y Fang. El Potter solo pensaba en lo mucho que quería hablar con ella de nuevo, incluso le había pedido consejos a James, claro que aclarándole que era una chica con la que quería tal vez una amistad, nada más. Pensó que ahora que Mérope había relajado su gesto y soltado los brazos indicando que ya no se encontraba molesta, era un buen momento para hablarle.

—Y...¿por qué dices que Neville exageró?—preguntó Harry solo con fines de sacarle tema de conversación a la rubia, pero se arrepintió cuando la vio fruncir el ceño-. Lo siento si...

—No te disculpes, solo hiciste una pregunta—le respondió neutra—. Lo dije por dos cosas, la primera fue salvarme a mí y a Draco de otro castigo por sus tonterías, y la segunda es que me enojé con él cuando Draco lo asustó, Longbottom solo seguía con el mismo tema.

—¿Te enojaste con él? Pero si fue al que asustaron—a Harry lo confundía su perspectiva de la situación. ¿Por qué se enojaría con la víctima?

—¡No! Me enoje porque cuando Draco lo asustó yo me acerqué a ver si estaba bien y el solo insinuó que yo iba tambien iba a hacerle algo—dijo con algo de decepción en su voz, cosa que Harry notó—. No me gusta que la gente cree que soy mala solo por ser una Malfoy.

—Yo no creo que seas mala—respondió Harry, acepta que fue una inyección de adrenalina, pero a pesar de estar en medio de un bosque solo con la compañía de un perro sentía que podía soltarse—. Neville solo estaba aterrado, no creas que eres mala por ser una Malfoy solo porque un chico asustado lo dijo.

—¿Escuché bien? Harry Potter el chico más Gryffindor de nuestro año ¿acaba de decir que una Slytherin que tiene el mismo apellido de su enemigo no le parece mala?—la rubia se giró hacia el ojiverde sorprendida con su respuesta.

—Tu has hablado conmigo, hasta me deseaste suerte en mi primer partido y jugaba contra tu casa—Harry dijo y rió nerviosamente—. No puedes ser alguien malo si actuas así.

Mérope le sonrió, no podía creer que él le estuviera diciendo algo así, estaba realmente feliz de que él pensara así de ella. Harry le devolvió la sonrisa, le pareció que ella se veía hermosa, podía mirarla toda la noche.

Ah, además la había escuchado decir Harry Potter por primera vez y le había encantado como su nombre sonaba de ella.

—Muchas gracias por no creer que soy mala, Potter—respondió aun mostrando esa sonrisa sincera—. Y tu..no me pareces insoportable como le pareces a casi todos los Slytherin, eres bien.

—Supongo que gracias también, creo que eres probablemente la primera y única serpiente que me dirá eso en mucho tiempo—dijo Harry, de nuevo otra risa nerviosa salió de su boca. ¿Qué me pasa?—. Oye,

—Dime.

—Noté que Malfoy te llama Cissa, ¿es un apodo o algo?—la verdad se venía haciendo esa pregunta desde que escuchó al rubio dirigirse a ella.

—Es mi nombre, bueno es un apodo sacado de mi nombre—contestó con una leve risa al ver la cara de confusión del azabache—. De mi segundo nombre, me llamo Mérope Narcissa, como mi madre y pues, en casa todos me llaman así.

—Oh, entiendo. Yo también tengo un segundo nombre—Harry solo quería seguir la conversación—. Justamente es James, como mi padre.

—James...me gusta, tal vez algún día te llame por ese nombre—dijo la rubia.

—No me molestaria para nada—y era cierto, aunque en casa solo a veces su tio Lunático le decía "mini James" o algo por el estilo, le agradaría que fuera algo de la chica llamarlo así—. Entonces tendré que buscar una forma de decirte que no te la digan todos.

—Tienes tiempo para pensar entonces, cuando sepas me cuentas—contestó con las mejillas algo rojas, por alguna razón se sintió especial.

—Veo que tus primos y tú son muy unidos—comentó Harry para hacer bajar un poco el sonrojo de la chica y el propio.

—Muchísimo, mis primos son como mis hermanos literalmente—dijo la rubia y Harry lo relacionó con Draco—. Estamos juntos casi todo el tiempo y nos queremos. ¿Tú tienes primos?

—Si y no. Violet y Romeo son hijos del mejor amigo de papá, siempre nos han criado como familia—respondió el Gryffindor con alegría de pensar en cada cena familiar—. Además tengo otro primo, pero es insoportable, no se como puede existir un ser humano tan irritante, yo no dudaría dos veces en tirárselo al calamar gigante.

Mérope se carcajeó un poco ante las declaraciones de Harry.

—Oh Potter, ¿tan malo es ese primo tuyo?—dijo aún con atisbo de su risa—. ¿Quién es? Nunca te he visto con alguien que no sea Gryffindor o apellido Weasley o Lupin.

—No estudia aquí, gracias a Godric—respondió mirando al cielo y alzando las manos como si agradeciera, esto hizo que Mérope riera de nuevo pero con algo de confusión en su rostro puesto si no estudiaba ahí solo existían dos posibilidades.

Harry cuando vio su risa cargada de confusión se arrepiente de haber mencionado a ese familiar. ¿Por que eres tan tonto Harry? Ahora seguro querrá echar repelente contra ti.

—¿Cómo? ¿Es un squib?

—Es un muggle, en realidad—la voz de Harry bajó ligeramente al decir eso, sabia de que familia venia Mérope y tenía miedo de que ella ahora se alejara—. También podría ser un squib, aunque no creo que el ADN mágico pudiera sobrevivir junto con la sangre del tío Vernon.

—¿Tu tío es completamente muggle entonces?—pregunto y Harry asintió levemente con una cara de nervios que Mérope notó, hasta había empezado a caminar más lento—. Tranquilo, no le temo a los muggles, solo me sorprende que tengas tanta familia no mágica, todas las personas a mi alrededor vienen de familias sangre-pura.

—Es que mi madre era hija de muggles, papá si es sangre-pura, pero siempre me ha dicho que eso no debería importarme—habló Harry ya un poco más calmado por las afirmaciones de la Slytherin.

—¿Y tu primo no tuvo magia como tu? Que triste—respondió Mérope—. Debe ser algo aburrido.

—Pues yo que viví casi toda mi vida sin magia puedo confirmarlo—dijo ya completamente calmado y acelerando el paso de nuevo—. No es malo, pero definitivamente la magia es más divertida. Aún así creo que más bien a Dudley le alegra haber nacido sin magia.

—¿Tú crees? Digo, es que la magia es genial—habló la chica con cierto brillo en los ojos, amaba la magia, siempre se le enseñó a valorar ese don—. El mundo mágico en general lo es, ya sabes por las pociones, el quidditch, las escuelas, los hechizos, todo...

Harry se dio cuenta que escuchar a Mérope hablar de algo que la hiciera feliz, podía probablemente convertirse en una de sus imágenes favoritas. Pero no, es familia de Malfoy y a él seguramente no le hara gracia una cercanía publica, el Gryffindor prefería mantener su disimulada amistad que no hablarle para nada.

—Tienes razón, pero cuando se dieron cuenta que yo era mago él y sus padres se enojaron—le comentó Harry haciendo que ella se sorprendiera—. No querían que mi padre me trajera a Hogwarts y Dudley me decía monstruo.

—Yo digo que te tienen envidia, ¿a quién no le gustaría una vida llena de algo nuevo todos los días?—habló alegremente—. No les prestes atención, cada vez que tu primo te diga algo acuérdate de mí diciendo lo genial que es este mundo y todo lo que te brindará. Padre dice que esto apenas comienza.

—Supongo que tienes razón—respondió Harry, pensando en lo que ella acaba de decir.

Oh claro que lo haría.

—Siempre tengo la razón, recuérdalo Potter—dijo y le guiño un ojo. Harry pudo morir ahí.

Anduvieron cerca de media hora, internándose cada vez más profundamente, hasta que el sendero se volvió casi imposible de seguir, porque los árboles eran muy gruesos.

Harry pensó que la sangre también parecía más espesa. Mérope detalla las manchas en las raíces de los árboles, como si la pobre criatura se hubiera arrastrado en su dolor, se estremecía de solo pensarlo. Harry pudo ver un claro, más adelante, a través de las enmarañadas ramas de un viejo roble.

—Creo que todo este tiempo caminé en la dirección incorrecta—dijo la rubia mirando las pistas a su alrededor—. Por aquí si parece que estamos cerca de encontrar al pobre unicornio.

—Mira...—murmuró, levantando un brazo para que Mérope detuviera su andar.

Algo de un blanco brillante relucía en la tierra. Se acercaron más.

Sí, era el unicornio y estaba muerto. Mérope sintió que sus ojos picaban y se humedecían, nunca había visto nada tan hermoso y tan triste, solo podía pensar en ¿Quién querría hacerle algo a una criatura tan pura como un unicornio?, Harry pensaba igual.

Harry había dado un paso hacia el unicornio, cuando un sonido de algo que se deslizaba lo hizo congelarse en donde estaba. Un arbusto que estaba en el borde del claro se agitó...

Entonces, de entre las sombras, una figura encapuchada se acercó gateando, como una bestia al acecho. Harry, Mérope y Fang permanecieron paralizados. La figura encapuchada llegó hasta el unicornio, bajó la cabeza sobre la herida del animal y comenzó a beber su sangre.

—No. Puede. Ser—susurró Mérope dando un paso atrás, la imagen que estaba viendo era realmente perturbadora, pero no escapó no pensaba dejar a Potter solo.

Aunque Fang si huyó. Animal cobarde; pensó Mérope, aunque tenía la esperanza de que iría a avisarle a Hagrid. La figura encapuchada levantó la cabeza y miró directamente a Harry. La sangre del unicornio le chorreaba por el pecho. Se puso de pie y se acercó rápidamente hacia él...Harry estaba paralizado de miedo.

—Potter, creo que es el momento pe-perfecto para ir p-por Hagrid—dijo Mérope con la voz temblorosa y tocando el hombro del azabache. Aprovechó y lanzó chispas verdes y rojas al aire, la verdad no sabía que color usar en esta situación.

Harry iba a responderle con un asentimiento pero entonces, un dolor le perforó la cabeza, algo que nunca había sentido, como si la cicatriz estuviera incendiándose. Casi sin poder ver, retrocedió sin mirar atrás, tropezando con Mérope que no lo vio venir y haciendo que ambos cayeran al suelo.

Mérope por instinto atravesó una de sus manos para amortiguar la caída, pero el peso de ambos era mucho para ella sola. Ahora era la Slytherin la que sentía un dolor horrible, pero en su muñeca izquierda.

Oyeron cascos galopando a sus espaldas, y algo saltó limpiamente y atacó a la figura.

El dolor de cabeza era tan fuerte que Harry ni había notado que su compañera estaba herida.

Pasaron unos minutos antes de que se calmara. Cuando levantó la vista, la figura se había ido. Un centauro estaba ante él. No era ni Ronan ni Bane: éste parecía más joven, tenía cabello rubio muy claro, cuerpo pardo y cola blanca.

—¿Están bien?—dijo el centauro, ayudándolo a ponerse de pie.

—Sí... gracias... ¿Qué ha sido eso?

—Creo que estoy bien, pero tengo la misma pregunta—añadió haciendo presión en su muñeca en un intento de que doliera menos.

El centauro no contestó. Tenía ojos asombrosamente azules, como pálidos zafiros. Observó a Harry con cuidado, fijando la mirada en la cicatriz que se veía amoratada en la frente de Harry.

—Tú eres el chico Potter —dijo—. Es mejor que regreses con Hagrid. El bosque no es seguro en esta época en especial para ti. ¿Puedes cabalgar? Así será más rápido... Mi nombre es Firenze —añadió, mientras bajaba sus patas delanteras, para que ambos pudieran montar en su lomo.

—¿Estás seguro? Madre me ha dicho que entre los centauros está mal que lleven personas en su lomo—pregunto adolorida pero sabiendo lo que hace, a veces leía de criaturas con su madre y recordaba eso—, No quiero molestarte,

—No te preocupes, deberías poner mas atencion a ti misma y subir—le dijo para convencerla—. Suban los dos, tu mano se ve realmente mal niña.

Harry por fin se volteo hacia ella y vio cómo rodeaba con su mano derecha la muñeca contraria que ya estaba tomando un color morado. Se preocupó y sintió culpable pues el habia caído sobre ella.

—¿Estás bien? ¿Te duele mucho?—le preguntó con un tono preocupado cuando ya estaban los dos sobre el lomo del centauro.

—Si...tal vez solo me lastimé la muñeca cuando caímos, nada grave—dijo intentando disimular su mueca de dolor para no preocuparlo, ella también lo vio sentir dolor por lo que pensó que se había golpeado la cabeza—. Y ¿tu frente está bien? ¿Te golpeaste en la cabeza?

—No me golpeé, solo me dolió—respondio rápidamente, el estaba preocupado por ella, ah y por lo enojado que estarán Malfoy y Lestrange cuando les regrese a su prima con la muñeca rota—. Enserio lo siento, fue mi culpa.

—No te disculpes que no fue tu culpa—dijo poniendo su mano sana sobre el hombro del chico—, ambos pudimos salir heridos, ahora solo volvamos al castillo.

Harry asintió, agradecida que ella no lo culpara y que Firenze ya había comenzado a cabalgar. Del otro lado del claro llegó un súbito ruido de cascos al galope. Ronan y Bane aparecieron velozmente entre los árboles, resoplando y con los flancos sudados.

Ronan y Bane parecían furiosos con Firenze, tuvieron una discusión sobre los planetas y llevar humanos en el lomo.

—¡Lo mejor posible! ¿Qué tiene eso que ver con nosotros? ¡Los centauros debemos ocuparnos de lo que está vaticinado! ¡No es asunto nuestro el andar como burros buscando humanos extraviados en nuestro bosque!

De pronto, Firenze levantó las patas con furia y los menores tuvieron que aferrarse para no caer..

—¿No has visto ese unicornio? —preguntó Firenze a Bane—. ¿No comprendes por qué lo mataron? ¿O los planetas no te han dejado saber ese secreto? Yo me lanzaré contra el que está al acecho en este bosque, con humanos sobre mi lomo si tengo que hacerlo.

Y Firenze partió rápidamente, con Harry sujetándose lo mejor que podía, y dejó atrás a Ronan y Bane, que se internaron entre los árboles.

Harry no tenía idea de lo que pasaba, pero Merope si podía entender un poco. Desde muy pequeña ha sabido que las mujeres Black tienen el don de hablar con el universo y había oído a su madre decir cosas parecidas a las que ahora decían los centauros. Al parecer los planetas les habían hablado de Harry, por primera vez sintió interés por saber más de como ella podría hacerlo.

Siguieron su camino por el bosque. El dolor de Merope era fuerte por lo que se aferró a Harry y se quedó dormida. Ella podía dormir hasta de pie, así que no era sorpresa.

—¿Por qué Bane está tan enfadado? —preguntó cuando noto la tranquilidad con la que dormía la Slytherin—. Y a propósito, ¿qué era esa cosa de la que me salvaste?

Siguieron andando entre los árboles y en silencio, durante tanto tiempo que Harry creyó que Firenze no volvería a hablarle. Sin embargo, cuando llegaron a un lugar particularmente tupido, Firenze se detuvo.

—Alguno de ustedes dos, ¿sabe para qué se utiliza la sangre de unicornio?

—Ella se durmió y yo no lo sé —dijo Harry, asombrado por la extraña pregunta—. En la clase de Pociones solamente utilizamos los cuernos y el pelo de la cola de unicornio.

—Eso es porque matar un unicornio es algo monstruoso —dijo Firenze—. Sólo alguien que no tenga nada que perder y todo para ganar puede cometer semejante crimen. La sangre de unicornio te mantiene con vida, incluso si estás al borde de la muerte, pero a un precio terrible. Si uno mata algo puro e indefenso para salvarse a sí mismo, conseguirá media vida, una vida maldita, desde el momento en que la sangre toque sus labios.

Harry clavó la mirada en la nuca de Firenze, que parecía de plata a la luz de la luna.

—Pero ¿quién estaría tan desesperado? —se preguntó en voz alta—. Si te van a maldecir para siempre, la muerte es mejor, ¿no?

—Es así —dijo Firenze— a menos que lo único que necesites sea mantenerte vivo el tiempo suficiente para beber algo más, algo que te devuelva toda tu fuerza y poder, algo que haga que nunca mueras. ¿Harry Potter, sabes qué está escondido en el colegio en este preciso momento?

—¡La Piedra Filosofal! ¡Por supuesto... el Elixir de Vida! Pero no entiendo quién...

—¿No puedes pensar en nadie que haya esperado muchos años para regresar al poder, que esté aferrado a la vida, esperando su oportunidad?

Fue como si un puño de hierro cayera súbitamente sobre la cabeza de Harry. Ahora todo tenía sentido, le pareció oír una vez más lo que Hagrid le había dicho la noche en que se conocieron: «Algunos dicen que murió. En mi opinión, son tonterías. No creo que le quede lo suficiente de humano como para morir».

—¿Quieres decir —dijo con voz ronca Harry— que era Vol...?

—¡Harry! Harry, ¿estás bien?—escuchó la voz de su prima que venía preocupada hacia él. Mérope se despertó por el grito.

—¿Dónde está Cissa?—exclamó Malfoy, ya que donde estaba no se veía.

—Aquí estoy, Draco—respondió somnolienta mientras se bajaba del lomo del centauro—. Gracias Firenze y enserio disculpanos si te hicimos pasar un mal rato con los tuyos.

—Tranquila niña, todo está en orden—le respondió la criatura.

El centauro le dijo una par de cosas más a Harry, luego el chico empezó a contarle a Hagrid parte de lo que había visto.

—¿Estas bien Cissa?—preguntó un rubio muy preocupado.

—Solo me lastimé la muñeca, nada grave—respondió intentado esconder su amoratada mano de su hermano, sabía que armaría todo un escándalo si ve el estado de esta.

—Dejame ver—el mayor luchó hasta que pudo ver la mano de su hermana, que a causa de su pálida piel ya tenía varias tonalidades alrededor del golpe—. ¡Narcissa perderás la mano!

Ese grito hizo que todos pusieran su atención en los mellizos. Merope rodo los ojos, sabía que se venía un drama.

—¡Exagerado! Solo esta un poco roja—dijo intentando calmar a todos los que la veía con preocupación.

—¿Un poco roja? Por Salazar Cissa,eso se ve mal—dijo mirando la mano de su hermana. Violet y Harry compartieron una mirada, era la primera vez que veía al rubio genuinamente preocupado por alguien que no fuera el mismo.

—¿Malfoy preocupándose por otra persona? Wow—le susurró Violet a su primo que asintió sin dejar de mirar a la rubia.

—Tu muñeca se ve lastimada...—comenzó a hablar Hagrid.

—¿Lo ves? ¡Hasta el guardabosques lo acepta!—chilló Draco irritado por la poca preocupación que demostraba su hermana—. ¿Qué le diré a mis padres cuando llegues a casa sin una mano?

—No les dirás nada porque no voy a llegar sin una mano, Draco cálmate—decía intentando bajarle dos rayitas al drama de su mellizo.

—No entiendo que te pasa, tu eres mas dramática que yo—le dijo el chico y ella lo miró indignado.

—¿Eso es posible?—le volvió a susurrar Violet a su primo.

—Como que muy atenta tu a Malfoy—le respondió Harry en el mismo tono de voz con sarcasmo.

—¿Qué? ¿Yo?—respondió indignada y sin saber que empezaba a alzar la voz—. ¡Jamás estaría pendiente de Malfoy!

Los mellizos detuvieron su discusión y se miraron con curiosidad. Mérope levantó una ceja en dirección a los primos y Draco solo frunció el seño.

—Sé que es inevitable no estar pendiente de mi Lupin, pero no tengo tiempo para admiradoras que sean traidoras de la sangre—escupió con sorna.

—Cállate Malfoy—se defendió.

—Solo porque tengo que llevar a mi hermana a la enfermería—se dio la vuelta y tomó a su hermana del brazo sano—. Vamos, Cissa.

—Adiós—se despidió.

Ambos Malfoy comenzaron a caminar a la enfermería. Iban tan exhaustos que Draco ni siquiera pregunto que había pasado ahi, solo le importaba que su hermana se curara y luego irse a dormir.

—Estoy cansada Draco—dijo en el camino.

—Yo igual—respondió frenando el paso y haciendo que su melliza también se detuviera. Ven súbete a mi espalda, yo te llevo.

—Draco, tú también estás cansado. No es necesa...

—Sube antes de que me arrepienta—la miró haciéndole señas para que subiera, ella al final aceptó y fue.

Caminaron un rato más hasta llegar a la enfermería. Madame Pomfrey los recibió en camisón y un curioso gorro para dormir. Le asignó una camilla y le dio una poción. Draco tomó una silla y se sentó junto a su hermana que se encontraba ahora vendada.

—¡Mérope! ¡Draco! ¿Están bien?—escucharon una voz que entraba corriendo por la puerta de la enfermería.

—Tranquila Venus, estamos bien—respondió Mérope.

—¡Claro que no! Ha querido minimizar el golpe desde que nos reencontramos en el bosque.

—Exagerado.

—Entonces, ¿por que estas aquí con una mano vendada?—preguntó ahora Polux que había llegado con su hermana.

—Eso es cierto, además pareces que te hubieras revolcado en el lobo—dijo Venus tocando el rostro de su prima menor—. Tía Narcissa moriría de un infarto si te ve así.

—Ni lo digas—respondió riendo levemente—. La verdad fue que cuando encontramos lo que Hagrid buscaba me enrede con unas raíces y me caí.

—No se que creen en esta escuela para poner ese tipo de castigos—dijo la prima mayor.

—Además no estaba sola, estaba con Potter—añadió Draco con molestia.

—¿Enserio? ¿No te habrá hecho algo ese Potter?—insinuó Polux.

—¡No!—exclamó y Venus le lanzó una mirada que Mérope estaba muy pequeña para descifrar—. El también se cayó y se golpeó en la frente, la verdad fue que nos asustamos cuando vimos el unicornio muerto.

Los dos primos ahogaron un grito imaginando a la criatura. Mérope solo pensaba en todo lo que habia visto y esuchado mientras estuvo con Potter, incluyendo los momentos en los que estuvo dormida. Todo era extraño, no entendía nada, pero tampoco pensaba contarlo, eso parecia ser importante para Potter, en otra ocasion le preguntaria.

—Bueno, después de esto creo que Cissa necesita descansar, ¿cierto?—dijo Venus poniendo de pie a su hermano y primo—. Vayan caminando a la sala común.

—Me dirás algo ¿cierto?—habló Mérope cuando su hermano y primo había salido del lugar.

—Creo que tu debes decirme algo a mi—le dijo Venus con una mirada pícara.

—La verdad es que Potter no me cae mal, pero ya sabes Gryffindor, traidor de sangre, enemigo de Draco—respondió con desanimos.

—Es complicado llevar las cosas que creemos incorrectas, te entiendo.

—¿Me entiendes?—dijo con confusión.

—Más de lo que crees—susurró la pelinegra—. ¿Tienes sueño? Creo que podría ser una buena noche para ponernos al día, mañana me puedo reportar como enferma.

—Me agrada la idea—respondió la menor haciéndole un espacio en la camilla a su prima que se sentó junto a ella.

Duraron hablando gran parte de la noche. Mérope estaba sorprendida con todo lo que también le pasó a su prima en este año, tenían tiempo sin hablar.

Por su parte Harry había dejado a su prima en su sala común y camino hasta la suya; Ahí estaban Ron y Hermione apoyados en el hombro del otro, se habían quedado dormidos esperando.

Los despertó a ambos, sacudió a Ron para despertarlo, gritó algo sobre una falta en quidditch. Sin embargo, en unos segundos estaba con los ojos muy abiertos, mientras Harry les contaba, a él y a Hermione, lo que había sucedido en el bosque.

Harry no podía sentarse. Se paseaba de un lado al otro, ante la chimenea. Todavía temblaba.

—Firenze me salvó, pero no debía haberlo hecho... Bane estaba furioso... Hablaba de interferir en lo que los planetas dicen que sucederá... Deben decir que Voldemort ha vuelto... Bane piensa que Firenze debió dejar que Voldemort me matara. Supongo que eso también está escrito en las estrellas.

—¿Quieres dejar de repetir el nombre? —dijo Ron.

—Así que lo único que tengo que hacer es esperar que Snape robe la Piedra —continuó febrilmente Harry—.. Entonces Voldemort podrá venir y terminar conmigo... Bueno, supongo que Bane estará contento.

Hermione parecía muy asustada, pero tuvo una palabra de consuelo.

—Harry, todos dicen que Dumbledore es al único al que Quien-tú-sabes  siempre ha temido. Con Dumbledore por aquí, Quien-tú-sabes no te tocará. De todos modos, ¿quién puede decir que los centauros tienen razón? A mí me parecen adivinos y la profesora McGonagall dice que ésa es una rama de la magia muy inexacta.

El cielo ya estaba claro cuando terminaron de hablar. Se fueron a la cama agotados, con las gargantas secas. Pero las sorpresas de aquella noche no habían terminado.

Cuando Harry abrió la cama encontró su capa invisible, cuidadosamente doblada. Tenía sujeta una nota:

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Por las dudas.

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¡Capítulo nuevoooo! Mucho Harope por aquí🥰
Amé escribirlo.

La conversación de Mérope y Venus estará próximamente en REWRITE THE STARS. Recuerden que están conectadas ;)

Si este capítulo llega a 25 comentarios público el siguiente y también subo de los otros fics.

Espero les guste. Voten y comenten mucho jeje.

Xoxo, Ela.
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