-19.

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LA IMPORTANCIA DE
UNA RANA DE CHOCOLATE

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Los días pasaron rápido, cuando menos lo esperaba, Mérope y sus primos ya estaban de vuelta en Hogwarts, reunidos con sus amigos.

Ese día como cualquier otro la mayoría de los de su casa se encontraban en la sala común para irse a desayunar. Por alguna razón en el pizarrón informativo se encontraba un anuncio que decía:

«No ir al gran comedor hasta haber escuchado el anuncio del jefe de casa. Att: Profesor Snape.»

Varios se extrañaron con el mensaje pero se quedaron a esperar la noticia, los Slytherin no desobedecen a Snape.

Al minuto se escucharon los arrastradizos pasos del profesor por la sala común, se paró frente al pizarron en la tarimilla que era usada para dar información, con magia la ajustó a una altura prudente y se subió para decir.

—Buenos días Slytherin—saludó el profesor—En vista de que dentro del castillo se están manejando ciertos asuntos y la repentina indisposición de amáseme Hooch, se ha decidido que yo seré el árbitro del próximo partido de Quidditch.

»Será Hufflepuff contra Gryffindor, espero verlos ahí. Puede retirarse.

Snape se bajó de la tarimilla y salió antes de tener que soportar lo que se venía.

Apenas el profesor cruzó la puerta, se escucharon vitoreo y celebración de parte de casi todos, el equipo hasta alzó en brazos a Terence Higgs, su capitán.

—¡Sí! Snape odia a Gryffindor, y si ganan los tejones será pan comido—dijo alguien del equipo.

—Creo que tenemos la copa de este año asegurada—dijo el capitán en el aire, luego lo bajaron.

Luego de un rato de gritos y bulla, todos se dirigieron al gran comedor para desayunar.

Como siempre, el correo había llegado, pero esta vez los primos Black quedaron extrañados cuando su buhó se acercaba cargando lo que parecía un paquete gigante.

—Ahí viene Hades...¿pero qué trae ahí?—dijo Draco viendo al gran ave aproximarse.

—No tengo idea, oye Act, ¿ los abuelos te dijeron algo sobre algún paquete en especial?—preguntó Mérope a su primo.

—Para nada, ni a mi, ni a Venus porque yo leí su carta—respondió—¿Qué creen que sea?

—Tal vez olvidamos algo en navidad, y ahí viene—añadió Mérope, pero ella no recuerda haber olvidado nada.

Hades dejó cuatro cajas perfectamente envueltas sobre la mesa de las serpientes, varios miraron, pero ya acostumbrados a que los primos Black reciban cosas ostentosas en su correspondencia, no siguieron prestando mucha atención.

—Yo leo la tarjeta—apareció Venus que también había percatado al gran ave—A ver...

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Venus, Pólux, Mérope y Draco, mis queridos nietos.

Seguro se preguntarán qué son los paquetes que su animal les ha dejado, pues bueno tómenlo como un detalle sorpresa de mi parte.

Como saben su abuelo es un gran exportador, y está semana he firmado con la compañía de ranas de chocolate para transportar un cargamento a Hogsmeade.

De cortesía me dieron muchísimas ranas, tantas que ya su abuela ha regalado barus cajas y aún nos quedan así que decidí enviarle una caja a cada uno de ustedes para que también las regalen a sus amigos en Hogwarts.

Disfrútenlas, sé que son de sus favoritas. Si vuelvo a firmar con alguna otra compañía dulcera no duden en que les enviaré de regalo.

Los ama y extraña aunque se fueron hace un par de semanas,

Su abuelo Cygnus Black.

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Los cuatro primos quedaron impactados, tenían frente a ellos cuatro cajas llenas de ranas de chocolate. ¿Qué harían con todo eso?

—Bueno...creo que el abuelo quiere que regalemos, así que yo me llevo una caja—dijo Venus tomando una y yéndose a donde sus amigos.

—¡Por Merlín! No conozco a su abuelo pero ya lo amo—habló Olivia.

—Ni que lo digas Avery, tendremos ranas de chocolate para el resto del año—dijo Theo.

—Dijo a nuestros amigos, Mérope, Pólux y yo tenemos los mismos tres...—añadió Draco.

—Aw, nos dijiste amigos—se burló Zabini, el rubio sólo rodó los ojos.

—Podríamos darle a otras personas—propuso la rubia.

—No voy a regalar mis ranas de chocolate, son muy pocas para saciar mi hambre—respondió Pólux.

—Comes más que un jabalí Acturus, a ver ya sé que haremos—volvió a decir Mérope.

—Mientras no involucre darle de mis ranas a los sangre-sucia todo está bien—dijo Draco.

—A ver...no iré por ahí preguntándole a la gente si es pura o no para darle una rana—respondió rodando los ojos—Mira, yo repartiré las de mi caja, la tuya y la de Pólux las conservaremos para nosotros, te conozco y no te comerás todo eso, Pólux tal vez si.

—De acuerdo, pero yo no iré a repartirle nada a nadie, puede afectar mi reputación—contestó Pólux alzando la barbilla.

—Concuerdo con Acturus—añadió Draco.

—Que aburridos son, yo si iré contigo Mérope—habló Olivia—Tenemos un espacio libre luego de Encantamientos, así que podemos repartirlas ahí.

—Perfecto Olivia, ¿Blaise, Theo, quieren venir?—preguntó Mérope.

—Yo prefiero quedarme con tu copia defectuosa y tu primo el creído comiendo de su caja—respondió Zabini burlón.

—Te acompañara, pero por una de las pocas veces concuerdo con Zabini, quiero descansar—habló Nott.

—Está bien, es hora de irnos a clases—recordó Mérope y todos la siguieron.

Las clases pasaron con normalidad, los seis Slytherin tuvieron sus comportamientos cotidianos y salieron de su última clase. Al final decidieron hacer la repartición de ranas al final de la cena, antes del toque de queda.

—Por fin, estoy cansada de cargar con esto todo el día—bufó Mérope.

—Pero si tú mochila tiene un hechizo de expansión—le cuestionó su hermano.

—Simplemente me estresa saber que cargo con eso, no me juzgues que tú eres el rey del drama—respondió rodando los ojos.

—Solo si le darás ranas a algún sangre-sucia procura no tocarlo para que no te infectes—dijo Pólux.

—No tengo idea de que podría contagiarnos un sangre-sucia, pero bueno—habló Olivia.

—Dejen la tontada, ya vámonos Oliv—dijo Mérope llevándose a su amiga de ahí.

—¡Mérope espera!—la llamó su mellizo.

—Dime.

—Podrías darle está a..—dijo acercándose demasiado como para no ser escuchado para luego susurrar—a...Violet Lupin.

—¿Tú quieres que le de una rana a una amiga de Potter?—lo cuestionó.

—Perdí una apuesta con Act, ¿Si?—le respondió—Ahora solo dásela, no digas que es de parte mía solo necesito que él la vea comerla.

—Está bien...—dijo dudosa—Nos vemos.

—Vamos Mérope o perderemos de vista a la gente—la apresuró Olivia.

—¿Por dónde empezamos?

—Pues ya Venus repartió en su año, todos esos chicos mayores parecen tener ranas, busquemos a los de nuestra edad—sugirió Olivia.

—¡Mira es Rolf! Yo lo conozco, vamos...—dijo Mérope dirigiendo a su amiga en dirección al Hufflepuff.

Estaba un poco nerviosa de acercarse al chico, no había hablado mucho solo una que otra vez cuando se encontraban en clases, pero no más. Aún así ella era una Malfoy Black y no bajaba la cabeza ante nadie, ella podía hablarle.

—Hola Scamander...—saludó, notando a un chico y una chica.

—Mérope Malfoy, que gusto verte—respondió amablemente—Puedes decirme Rolf, solo Scamander suena mucho a mi abuelo.

—Está bien—rió un poco—Y tú puedes llamarme Mérope, al fin y al cabo somos amigos.

—Claro que sí—le dijo y luego señaló a sus acompañantes—Mira, ella es Violet Lupin y él es Anthony Goldstein, mi primo solo que es un Ravenclaw.

—Ya sabes primito, la inteligencia viene de los Goldstein—respondió divertido y se dirigió a ellas mirando más que todo a Olivia—Un gusto conocerlas.

—Oh sí—dijo Mérope señalando a su amiga—Ella es Olivia Avery, mi mejor amiga.

—Un gusto—dijo la castaña.

—Un placer conocerla señorita Avery—volvió a hablar Anthony. Pero Olivia solo lo miró con una ceja alzada.

—Bueno...yo venía a darle algo—dijo Mérope con una sonrisa.

—¿Ah sí? ¿Una serpiente trayéndole algo a un par de Hufflepuff y un Ravenclaw?—habló Violet por primera vez.

Claro que se encontraba predispuesta, había visto desde el primer día a los primos de la chica frente a ella hacerle la vida imposible a sus dos mejores amigos, no se confiaba y aún estaba impresionada y no se explicaba cómo Rolf siendo nieto de una de las parejas mestizas más famosas del mundo mágico sea su amigo.

—Fueron un detalle de mi abuelo, pero envió demasiadas y nos propuso regalarlas—respondió con naturalidad.

—Oh vamos Juls, no seas tan desconfianda—habló Rolf—Además Mérope es mi amiga, no nos hará nada.

—Pues si tanto desconfía que no com...—le susurró Olivia a su amiga pero fue interrumpida.

—Es cierto...lo siento si por mi mellizo creen que soy mala, pues tal vez si pero no como ellos, solo quiero regalar esas ranas—intentó soñar hasta donde llegaba su límite de amabilidad, en cualquier momento perdería la paciencia.

—¿Hermano? ¿Tienes un hermano?—preguntó Violet.

—¿No es obvio?—dijo Olivia sarcástica y Mérope le reprochó con la mirada.

—Sí...Draco, él es mi mellizo, pero no estamos aquí para hablar de mi vida—respondió la platinada—¿Cuántas ranas quieren?

—No sé tú Juls, pero si Rolf confía en ella yo también, me tomaré el atrevimiento de tomar tres ranas—hablo Goldstein.

—Pensaba que Draco era tu primo, así como el chico Lestrange—dijo Violet—Yo tomaré una.

—Y yo como soy tu amigo no es ningún atrevimiento que tome tres—dijo Rolf y Mérope asintió soltando una risita—Gracias, Mérope.

—De nada—respondió extendiendo la caja—Y no, Draco no es mi primo, Pólux sí y él es hermano de Venus, y ambos son mis primos.

Violet quedó un poco confundida, no le sorprendía para nada por el gran parecido de Mérope con Draco, pero ella y sus amigos llevaban unos cinco meses pensando que eran familia, pero no tan cercana.

—Bueno, nos alegra que les hayan gustado—habló Olivia—Pero nosotras nos tenemos que ir, hay muchas ranas por entregar.

Olivia empezó a arrastrar a su amiga al lado contrario, ya llevaban mucho tiempo con esos tejones y el águila.

—¡Espera Malfoy!—exclamó la voz de Violet Lupin, haciendo que la rubia volteara en su dirección y volviera unos pasos más—No creo que vayas a dónde están mis amigos, ¿crees poder darme por favor ranas para ellos?

—Claro, entre más rápido regale mejor—respondió abriendo la caja de nuevo—¿Tu eres amiga de Potter, Weasley y Granger, cierto? Mira, dos para cada uno. Ahora sí, adiós.

Las dos amigas se fueron en busca de alguien a quien pudieran regalar más ranas, Mérope estaba agradecida de haber regalado una gran cantidad en su encuentro con Rolf.

Violet tomó la que ella había tomado inicialmente junto a una de las últimas y las guardó en el bolsillo de su falda. Por otro lado llevaba dos en cada bolsillo de la túnica y la última que Mérope le había dado la mantuvo en su mano, se dirigió a la sala común de Gryffindor donde se encontraría con sus amigos.

Lo que Mérope no sabía es que cierto pelinegro miraba desde lejos la escena. Harry había salido de entrenamiento de Quidditch por lo que vagaba solo camino a la sala común encontrándose con esa inusual escena.

Harry no entendía que hacían la prima y la mejor amiga de su peor enemigo hablando y entregándole algo(que la lejanía y su miopía no le dejaban ver), a su mejor amiga.

Pero más que todo, no sabía porque le incomodaba que Rolf y Mérope hablaban con tanta confianza, no es como que ninguno le interese, pero le molestaba.

¿Por qué Scamander está tocando su hombro con tanta confianza?, pensó Harry pero sacudió la cabeza para dejar de pensar en eso.

Siguió a Mérope con la mirada, aún preguntándose a sí mismo porqué lo hacía y la vio acercarse a unas niñas de Slytherin. Decidió dejar de darle importancia a «esa serpiente» y caminó rumbo a su sala común.

Cuando llegó, Ron también iba llegando y Violet se encontraba sentada en suelo recargada a la pared, al verlos se puso de pie así que los tres se pararon frente al retrato.

—¿Qué tal el entreno Harry?—dijo Ron viendo a su dos amigos—Hola Vi, ven entremos

—Estuvo bien, pero tengo algo que decirles—respondió haciendo una mueca.

—Los estaba esperando, al parecer la contraseña cambió y a Romeo se le olvidó decirme—respondió la chica. Ya era costumbre ver a Violet ahí, ni siquiera McGonagall le reprochaba mientras no incumpliera el toque de queda.

—Tranquila, la nueva contraseña es "catuli leonis"—dijo Harry haciendo que el retrato se moviera—Hermione debe estar adentro, no hemos encontrado nada de Flamel, ¿y tú?

—Nada, lo último que Cedric me contó es que era muy famoso, sus padres le aseguraron haberlo escuchado pero no recuerdan a qué se dedicaba—comentó Violet.

—Bueno, al menos sabemos que no es un don nadie—contestó Harry.

A Harry no le sorprendía que le dijeran que el hombre era conocido, él mismo sabía que había leído ese nombre en alguna parte.

—Ahí está Hermione, ¿has encontrado algo?—le preguntó Ron a la castaña que se encontraba en un sofá.

—Nada...

—Descansemos un rato, miren que les traje algo a los tres—dijo un sonriente Violet—Toma—le dió a Harry la última rana que la niña Malfoy le entregó—También para ti y para ti. Tengo más si quieren.

—¿De dónde las sacaste?—preguntó Ron. Violet sabía que si le decía que se las dió la Slytherin el chico no la comería.

—Ya sabes que Romeo y los gemelos encuentran lo que sea, tú solo cómela, ¿o no quieres?—respondió intentando sonar convincente.

—Claro, gracias Vi—dijo Ron abriendo la primera rana—¿Qué era lo que tenías que decirnos Harry?

—Tienes mala cara Harry, cuéntanos—le dijo Hermione poniéndole una mano en su hombro en seña de apoyo.

—El árbitro del próximo partido...será Snape—soltó la noticia, sus tres amigos quedaron boquiabiertos.

—¿Qué? Escóndete—dijo Violet.

—Diles que te dió gripe—sugirió Hermione.

—Finge que te rompiste una pierna...o rómpetela de verdad—mencionó Ron, pero los tres lo miraron con reproche—¿Qué? Es la mejor idea.

—Me temo que no se podrá, no hay jugador suplente—habló Harry—Si no juego, Gryffindor no juega.

Hermione se levantó cuando sintió un ruido, el resto se quedaron en su lugar, pero pusieron ante niño cuando la castaña llegó con Neville, venía con una expresión de terror en su rostro.

—¿Por qué trae esa cara? ¿Qué te pasó?—le preguntó Violet.

—Malfoy y Lestrange—respondió el chico temblando—Estaba por la biblioteca, dijo que necesitaba a alguien para practicar hechizos que aprendió antes de venir.

—¡Tienes que acusarlo! ¡Ve con la profesora McGonagall!—le exigió Hermione.

—¡Tienes que defenderte, Neville! Así ese par no te dejará en paz nunca—exclamó Ron molesto—Están acostumbrados a llevarse a todo el mundo por delante, pero no es razón para que les dejes el trabajo de molestarte así de fácil.

—No es necesario que digas que no soy lo suficientemente valiente para haber quedado en Gryffindor, ya Malfoy y Lestrange me lo han dicho bastante—dijo Neville, empezando a sollozar.

—Nadie dijo eso, Neville—habló Hermione con voz calmada—Además el sombrero no se equivoca.

Harry vió que tenía aún tenía la rana que Violet le había regalado, así que se la tendió al niño, no quería que se pusiera a llorar.

—Malfoy es patético y Lestrange es un idiota—lo animó Violet, le rompía ver al chico así por culpa de esos insoportables—Además tú vales mas que una docena de ellos.

—Gracias chicos, tomare en cuenta su consejo pero por ahora iré a dormir—dijo mientras abría la golosina—¿Alguno colecciona los cromos?

—Dáselo a Harry, que apenas está comenzando su colección—respondió Violet y Neville le dió el cromo al azabache.

—Dumbledore otra vez—bufó Harry—Fue el primero que...—leyó la parte trasera de la tarjeta—Esperen...¡Lo encontré! A Flamel, les dije que lo había visto en alguna parte...

Harry leyó en voz alta lo que había leído, y Hermione corrió a toda velocidad a su habitación buscando un gran libro que había tomado para una lectura ligera.

—¿Ligero?—dijeron Ron y Violet al ver el gran libro. La castaña solo los miró mal y leyó el párrafo.

—¡Una piedra que convierte en horo y te da vida eterna!—exclamó Harry—Con razón Snape la está buscando, cualquiera la querría.

Había encontrado lo que escondía aquel gran perro en el castillo.

En la sala común de Slytherin, momentos antes Mérope entró junto a Olivia, ya la caja estaba casi vacía era difícil que la gente aceptara una rana gratis viniendo de la casa de las serpientes, aún así había podido regalarlas casi todas.

Ambas chicas empezaron a caminar en dirección a la escalera cuando escucharon a unas voces muy conocidas para ellas estalladas en risas.

—¿Viste cuándo voló como dos metros hacia atrás?—se burló Draco, el resto rió.

—No, no, no. La mejor parte fue cuando lo petrificamos y quedó con esa cara de idiota—ahora fue Pólux que también hizo reír a los demás.

Olivia tenía la mano en la boca para no estallar a carcajadas, y aunque a Mérope le hacía algo de gracia imaginarse a cualquiera petrificado y con cara de tonto, su parte racional estaba horrorizada con todo lo que había hecho.

—Lastima la señora Pince apareció, hubiera seguido la diversión un rato. Longbottom se salvó—se burló Zabini—¿Tu que piensas Nott?

—Si, si...divertido—se limitó a decir. Theodore era el menos participativo en las bromas, y además ya había notado la presencia de Mérope viendo la expresión de enojo que tenía.

—¿Qué hicieron qué?—exclamó Mérope en voz alta. Todos voltearon a verla y tenía los brazos cruzados.

—¿No te vas a enojar, cierto?—dijo Pólux.

—Fue solo una bromita inocente, nada de que preocuparse—añadió Draco dándole una sonrisa inocente.

—Tranquila MerMer, el chico está bien y no pasó nada, solo diversión—habló Zabini. Theo solo le dió una mirada de culpa y se alzó de hombros, Mérope lo entendió y no lo regañaría a él.

—¡No puede ir por ahí probando los hechizos de defensa que nos enseña el abuelo en la gente!—los regañó la rubia, ella sabía que ellos le habían mostrado los hechizos a Zabini, pues no eran acordes a su año.

—Oh vamos, no podemos hacer magia en casa y debíamos practicar—le respondió Pólux.

—El abuelo dijo que cuando llegáramos los pusiéramos en práctica—añadió Draco.

—¡Pero no en el primer niño inocente que se encuentren!—exclamó la rubia—Eso estuvo mal.

—Ya sabes cómo son, no pude hacer nada—se defendió Theo.

—Lo sabemos Theo, Mer relájate si al chico no le pasó nada significa que no fue peligroso—habló Olivia—Mejor vamos a dormir, esas ranas no se repartirán solas mañana.

—Está bien, pero eso no significa que no esté molesta—dijo Mérope—Buenos noches.

Ambas chicas subieron a su habitación. Mérope abrazó a su linda gata que venía entrando por la ventana, se recostó en su cama y en un profundo sueño se olvidó por completo de lo que había hecho sus amigos.

§
¡Volví! Ya casi termino el primer año, así que ahí vamos.

Espero la estén disfrutando. No olviden pasarse por Rewrite The Stars, que es el otro fic conectado a este.

Lxs tqm. Voten, comenten y nos leemos luego.

Xoxo, Ela,
§

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