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ENTRE EL PÚBLICO
Y LA ESCOBA
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Harry había pasado todo el mes de Noviembre practicando con el equipo de Quidditch, quería dar lo mejor de sí mismo, según Wood el era la arma secreta pero la noticia de que era buscador probablemente ya se había filtrado y eso lo ponía más nervioso.
Claro que en todos esos entrenamientos no notó que cierta rubia le gustaba verlo practicar. Si ir a "dibujar", "pintar" y "leer" era equivalente a ver a alguien jugar quidditch, Artes sería la materia favorita de muchos.
Aunque Mérope si había dibujado ciertas cosas, un chico montado en una escoba era un buen dibujo.
Por el lado de Harry y Ron, Hermione se había vuelto su mejore amiga, junto con Violet que ya lo era. Tenían mucha suerte, pues gracias a ellas habían podido completar todos sus deberes, Harry no tenía mucho tiempo por los entrenamientos y Ron porque según él «nunca tenía tiempo».
Ya se había metido el onceavo mes del año y el frío se hacía cada vez más presente. Así que un día los tres gryffindor y la hufflepuff salieron a tomar aire fresco. Ron, Violet y Hermione platicaban de cosas sin sentido mientras Harry leía "Quidditch a través de los tiempos", un libro que resultó ser bastante interesante.
Debido al frío, Violet se había robado un tarro de mermelada vacío de las cocinas (que quedaban a lado de su sala común) y Hermione encendió un pequeño fuego azul dentro de ese para calentarse, los cuatro no pensaron dos veces ponerse alrededor.
De pronto Snape cruzó el patio. Violet se dio cuenta de que cojeaba. Le pegó un manotazo suave a cada uno y lo señaló con la cabeza, enseguida todos se acomodaron para ocultar el fuego (por si las dudas). Por desgracia, algo hizo detener a Snape. Se dio la vuelta, arrastrando la pierna, parecía buscar una razón para regañarlos.
—¿Qué tienes ahí, Potter?—dijo con tono petulante. Harry le enseñó el libro sobre quidditch.
—Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio—sentenció Snape—Dámelo. Cinco puntos menos para Gryffindor.
—Seguro que se ha inventado esa regla—murmuró Harry con furia, mientras Snape se alejaba cojeando.
—Desde que lo noté está cojeando, ¿qué le habrá pasado?—preguntó Violet, Hermione se alzó de hombros.
—No sé, pero espero que le duela mucho—dijo Ron con amargura.
[...]
Se hizo de noche, los tres Gryffindor se despidieron de su amiga Hufflepuff y caminaron hasta su sala común, la cuál estaba de todo menos silenciosa, todos hablaban del partido de mañana.
Los tres se sentaron y Hermione empezó a revisar sus tareas de encantamientos, ya tenía la de Violet la cual no miró mucho pues estaba segura que era perfecta y como nunca dejaba copiar a los chicos, si les revisaba los trabajos y les explicaba las respuestas correctas.
Harry estaba nervioso. Intentaba mantener la mente ocupada del partido del día siguiente, el libro lo estaba ayudando pero Snape se lo había quitado.
¿Por qué iba a temer a Snape? ¿Qué tan difícil puede ser pedirle un libro? Bah, seguro papá se burlaría si le digo que no fui capaz de pedirle un libro a un profesor; pensó Harry.
Se puso de pie y dijo a Ron y Hermione que le preguntaría a Snape si podía devolverle el libro.
—Yo no lo haría—dijeron al mismo tiempo, pero Harry pensaba que Snape no se iba a negar.
Mientras Harry buscaba la manera de llegar a la sala de profesores cierta rubia iba llegando a esa. Mérope que había citada por su padrino ahí, tocó la puerta.
—Pase—escuchó del otro lado.
—Hola, padrino—dijo sonriente.
—Hola, Mérope—dijo acomodándose, tenía la pierna herida—¿Cómo te ha ido en tu primer trimestre de escuela?
—Muy bien, bueno, ya sabes cómo me va en pociones y en transformaciones fui de las pocas en convertir la cerilla en una aguja—respondió con emoción y su padrino le regaló un intento de sonrisa.
—Me alegra, tus padres estará satisfechos—le dijo—¿Y Draco? ¿Y los Lestrange?
—Él es un caso, ya sabes, es inteligente, tiene muy buenas notas, pero le encanta fastidiarle la vida a casi todos. Pólux igual, son tan inteligentes que me enfurece que gasten su creatividad en insultos, y Venus está bien, tenía miedo de no acoplarse pero ya ha hecho amigos, además se ha convertido en la mejor de su generación—respondió de nuevo pero su vista notó la herida de su padrino—Mm, padrino ¿qué te pasó en la pierna?
—Oh, estuve lidiando con algunas cosas y me resbalé, nada grave, Filch vendrá por la otra puerta en cualquier momento y me ayudará con esto, puedes estar tranquila—le dijo Snape—Me alegra que estés resaltando, lo que vimos durante el verano te ayudó.
—Así es, muchísimo diría yo, este verano intentaré ir de nuevo a La Hilandera—le dijo Mérope—Quiero practicar vuelo, tal vez entre al equipo el otro año, Draco y Pólux quieren.
—Seguramente al equipo le hace falta nuevo material, mañana en el partido veremos qué tan buscador es Potter.
—Es bueno, muy bue...digo, dicen que es muy bueno pero que Higgs es mejor, no lo sé—dijo intentando sonar convincente.
—No lo creo, pero mañana lo sabrás, por eso es hora que vuelvas a la sala común—dijo y le dió un papel—Eso es por si te encuentras a algún prefecto o a Filch, es una excusa.
—Gracias padrino, buenas noches—respondió, y salió por la puerta aún viendo el papelito.
Apenas salió no terminó de cerrar bien la puerta porque alzó la vista encontrándose con alguien. Era Harry Potter.
Enseguida se sonrojó pensando en todas las veces que lo vió practicar sin que él supiera. Claro, que la otra parte de ella quería saber que hacía camino a la sala de profesores donde sólo estaba Snape, y ellos no se llevaban tan bien que digamos.
—¿Malfoy?—fue Harry el primero en hablar—¿Qué haces aquí?
—Eso te pregunto yo a ti, Potter—dijo cruzándose de brazos y alzando una ceja—Es tarde, y esta es la sala de maestros.
—Lo sé, también es tarde para ti y acabas de salir de ahí.
—Tengo una excusa—dijo mostrando el papelito—Mi padri...Mi jefe de casa, si eso, necesitaba un favor y me llamó.
—Entiendo—respondió pensativo, intentando pensar que ella, como la Malfoy que era no estaba más bien ideando un plan maligno—Yo solo vine a buscar algo, casualmente también con el profesor Snape.
—Pues cuando salí se veía ocupado, pero no lo sé tal vez te atienda—dijo empezando a caminar al escobero—Suerte Potter, y suerte mañana también.
—Pero, jugaré contra Slytherin no deberías desearme suerte...—le dijo extrañado.
—Solo te deseo suerte porque Higgs es genial, será difícil vencerlo y además es tu primer partido—dijo sonriente—A cualquiera le gustaría que le desearan suerte en su primer partido, ¿no?
—Supongo que si, gracias por eso—dijo aún confundido y viendo cómo se alejaba—Espero verte mañana entre el público.
—Y ver a Higgs en acción, no me lo perdería—respondió alejándose—Hasta mañana, Potter.
Mérope desapareció entre los pasillos y Harry no sabe porqué pero le causó cierta molestia que la rubia dijera que iría al partido a ver a Higgs y no a él.
¿Por qué diría que quiere ver a Higgs y no a mi? ¡Hasta me ha deseado suerte!; pensó Harry.
Sacudió la cabeza y se alejó esos pensamientos, si Mérope Malfoy quería ver a Higgs y no a él, definitivamente no debería importarle, ella solo era una Slytherin más y seguramente en el fondo era igual a Draco (el cual Harry seguía pensando que era su primo).
Tomó aire y empezó tocar la puerta, sabía que Snape estaba ahí pues Mérope recién había dicho que le hizo un favor, pero nadie abría. ¿Tal vez Snape ya se había ido y había dejado el libro allí? Valía la pena averiguarlo.
Empujó un poco la puerta, miró antes de entrar. Se sorprendió porque ahora Filch estaba ahí, Mérope no lo había mencionado por lo que quizás había entrado mientras hablaban, pero lo extraño era que Snape tenía la túnica levantada por encima de las rodillas. Una de sus piernas estaba herida. Filch le estaba alcanzando unas vendas.
—Esa cosa maldita...—se quejaba Snape—¿Cómo puede uno vigilar a tres cabezas al mismo tiempo?
Harry palideció e intentó cerrar la puerta sin hacer ruido.
—¡POTTER!—gritó Snape con el rostro furioso, dejó caer su túnica rápidamente, para ocultarlo. Harry tragó saliva, si no fuera por la plática que tuvo con Mérope estaría completamente arrepentido de haber venido.
—Me preguntaba si me podía devolver mi libro—dijo nervioso.
—¡FUERA! ¡FUERA DE AQUÍ!—gritó Snape y Harry se fue a su sala común antes de que pudiera quitarle puntos a Gryffindor.
—¿Lo conseguiste?—preguntó Ron, pero el pelinegro solo jadeaba—¿Qué ha pasado?
Harry le contó todo, menos la charla con Mérope pues lo que había concluido de todo lo que vió era más importante.
—¿Saben lo que quiere decir? —terminó sin aliento—¡Que trató de pasar por donde estaba el perro de tres cabezas, en Halloween! Allí se dirigía cuando lo vimos...¡Iba a buscar lo que sea que tengan guardado! ¡Y apuesto mi escoba a que fue él quien dejó entrar al monstruo, para distraer la atención!
—No, no puede ser—dijo Hermione—Sé que no es muy bueno, pero no iba a tratar de robar algo que Dumbledore está custodiando.
—De verdad, Hermione, tú crees que todos los profesores son santos o algo parecido—dijo Ron rodando los ojos—Creo que Snape es capaz de cualquier cosa. Pero ¿Qué es lo que guarda el perro?
—Seguro Violet pensará en algo, debemos contarle después del partido—añadió Harry.
Los tres se fueron a la cama con aquellas preguntas dando vueltas en su cabeza. Harry no podía dormir. Trató de no pensar en nada, tenía su primer partido de quidditch en pocas horas, pero la expresión de la cara de Snape era difícil de olvidar.
[...]
Mérope se levantó temprano como siempre. Pero esta vez por alguna razón tuvo ganas de verse bien, así que se peinó, enrolló una bufanda de Slyhterin en su cuello y se puso su infaltable cintillo.
Me veo linda hoy, espero que Potter si cumpla lo de buscarme entre el público...¿espera qué? ¿por qué me interesaría que me notara? Deja la tontez Mérope; se decía mentalmente.
Respiro y sonrió al ver que su amiga esta vez no se había atrasado. Sabía que Olivia no era fanatica de nada que implique elevarte del suelo, pero si se trataba de ver chicos, llámenla.
—¿No estás emocionada?—dijo Olivia—Ya sabes, veremos a niños lindos intentando demostrar quién es mejor.
—Por Morgana, Olivia. Seguramente es por eso que vas al partido—respondió Mérope riendo.
—Obviamente si, ¿sabes que es pasar toda tu vida solo viendo a los mismos tres chicos? aburrido.
—En realidad si lo sé, porque toda la vida he conocido a los mismos tres chicos que tú.
—Entonces ¡vamos a disfrutar de la vista! es como si todos esos príncipes de cuento se hicieran realidad—dijo haciendo que la rubia caminara más rápido por las escaleras.
—Eres un caso, Oliv.
Cuando bajaron se dieron cuenta que sus amigos no estaban así que fueron directamente al gran comedor, tenían ganas de seguir hablando sobre cuál equipo tendría niños más lindos así que no usaron el atajo. Cuando llegaron sus amigos ya estaban en la mesa así que se dirigieron ahí.
Harry que justo había volteado a la puerta vió entrar a la rubia, tenía que aceptar que se veía más linda que anoche y tal vez, una parte de él quería hacer que durante el partido dejara de ver Higgs, y lo viera a él.
Mérope ni miró a la mesa de los leones, tenía hambre. Enseguida que pudo se sentó al lado de Draco y empezó a servirse.
—¿Listas para ver a Gryffindor hacer el ridiculo?—dijo Draco.
—El equipo de Slytherin es bueno, todos hablas maravillas de Terence Higgs, el buscador—habló Pólux mientras ponía mermelada a su tostada—Me pregunto quién será el buscador de Gryffindor, tengo entendido que el mejor que tenían se graduó hace un año.
—Es Potter—respondió Mérope, que luego cayó en cuenta que lo había delatado.
—¿Enserio? ¿Y tú cómo sabías ese chisme y no habías dicho nada?—intervino Zabini.
—Hasta yo me siento ofendido de que no lo había dicho, y aquí la vieja chismosa es Zabini—añadió Theo recibiendo un codazo del moreno.
—¿Desde cuándo y cómo sabes que Potter es el buscador de Gryffindor?—preguntó Pólux.
—Eh...bueno, yo escuché a los gemelos pelirrojos decírselo a él de hoyuelos que siempre anda con ellos—respondió Mérope nerviosa por la mentira que acababa de decir—Son muy escandalosos, cualquiera cerca los debió escuchar.
—El de hoyuelos es lindo—dijo Olivia y todos la miraron—¿Qué? Puede que sea un Gryffindor pero estoy seguro que ustedes no se tapan los ojos cuando ven a niñas lindas de otra casa.
Tiene razón; pensaron todos.
—Como sea, es cierto que esos gemelos son insoportables, están en todos lados—habló Pólux.
—Son unas comadrejas, igual que todos los Weasley que existan—completó Draco.
—La próxima vez que te enteres de una cosa así debes contarnos enseguida, Mérope—dijo Zabini cruzándose de hombros.
—Hazlo, o probablemente a Zabini le dé un ataque por chismes atrasados—añadió Theo.
—Con Potter de buscador será pan comido, ¿qué es un niño tonto de primer año al lado de uno de último? Nada, Potter hará el ridiculo y Slytherin ganará el partido—dijo Draco en tono burlón.
En la mesa de Gryffindor, Harry no había probado un bocado de comida. Estaba demasiado nervioso, todos sus amigos le insistieron que comiera pero no pudo.
Toda la escuela se fue al Campo de Quidditch, y Harry se dirigió a los vestidores del equipo donde ya había llegado casi todos. Wood intentó dar un discurso
—El que estábamos esperando—dijo George.
—Nos sabemos de memoria el discurso de Oliver—dijo Fred a Harry.
—Cállense los dos—ordenó Wood—Éste es el mejor equipo que Gryffindor ha tenido en muchos años. Buena suerte a todos.
Harry siguió a Wood fuera del vestuario y, pisó el terreno de juego entre vítores y aplausos. Mérope sonrió, le causó ternura verlo tan pequeño al lado del resto del equipo.
La señora Hooch hacía de árbitro. Estaba en el centro del campo, esperando a los dos equipos.
—Bien, quiero un partido limpio y sin problemas, por parte de todos—dijo cuando estuvieron reunidos a su alrededor.
Harry notó que parecía dirigirse especialmente al capitán de Slytherin, Marcus Flint, un muchacho de quinto año. Le pareció que tenía un cierto parentesco con el troll de Halloween.
Vió el afiche brillando sobre la muchedumbre: «Potter; presidente». El cuál sus amigos habían hecho para darle ánimos, hasta cambiada de color y tenía un leon gigante. Notó que hasta Violet estaba sentada junto a Ron y Hermione, incluso usaba una bufanda de Gryffindor. Se le aceleró el corazón y de pronto, se sintió más valiente.
La señora Hooch dio un largo pitido con su silbato de plata. Quince escobas se elevaron, muy alto en el aire.
Dejó volar la snitch y luego lanzó la quaffle al aire, el partido había iniciado.
—Y la quaffle es atrapada de inmediato por Angelina Johnson de Gryffindor...Qué excelente cazadora es esta joven y, a propósito, también es muy guapa...—decía Lee Jordan, el amigo de los gemelos que se encargaba de narrar el partido.
—¡JORDAN!—lo regañó McGonagall, la cual estaba parada a su lado.
—Lo siento, profesora—dijo y siguió comentando un rato—, y Johnson otra vez en posesión de la quaffle, el campo libre y allá va, realmente vuela, evita una bludger, los postes de gol están ahí... vamos, ahora Angelina...el guardián Bletchley se lanza...no llega... ¡GOL DE GRYFFINDOR!
Los gritos de los de Gryffindor llenaron el aire frío, junto con los silbidos y quejidos de Slytherin.
En la grada, Hagrid había llegado a sentarse junto a los amigos de Harry, traía un par de grandes binoculares.
—Todavía no hay señales de la snitch, ¿no?—preguntó.
—No —dijo Ron—Harry todavía no tiene mucho que hacer.
—Mantenerse fuera de los problemas ya es algo—dijo Hagrid, cogiendo sus binoculares y fijándolos en la manchita que era Harry.
Por encima de ellos, Harry volaba sobre el juego, esperando alguna señal de la snitch. Eso era parte del plan que tenían con Wood. «Manténte apartado hasta que veas la snitch. No queremos que ataques antes de que tengas que hacerlo»
Cuando Angelina anotó un punto, Harry aprovechó para pasarse cerca de la grada de Slytherin, vió que Mérope efectivamente parecía buscar a Higgs o cualquier otro con la mirada, aún sin saber porqué quería que lo mirara a él, dio unas volteretas para llamar su atención, lográndolo, esbozó una media sonrisa, y volvió a vigilar la llegada de la snitch.
Mérope había notado a Harry desde el primer momento, claro que cuando vió la Nimbus 2000 acercarse a la grada verde empezó a hacerse la que buscaba a Higgs, algo le decía que Potter quería su atención, y cuando vió las volteretas que el chico dió, volteó a verlo solo para que el chico volviera a lo que de verdad importaba.
Potter es un tonto, no se da cuenta que lleva todas estas semanas impresionándome con su habilidad para jugar y quiere hacerlo ahora en vez de estar tras la snitch; pensó Mérope, por fuera intentó retener la sonrisa.
—Slytherin toma posesión—decía Lee Jordan—El cazador Pucey esquiva dos bludgers, a los dos Weasley y al cazador Bell, y acelera...esperen un momento... ¿No es la snitch?
Un murmullo recorrió la multitud, Adrian Pucey dejaba caer la quaffle, mirando por encima del hombro el relámpago dorado.
—Pucey es lindo, pero ¿cómo va a soltar la quaffle? si él no es buscador, debe tenerla y anotar más puntos—dijo Olivia a Mérope que solo medio rió, la verdad estaba muy concentrada en ver a los dos buscadores.
Harry la vio y se lanzó hacia abajo, detrás del destello dorado. Terence Higgs, también la había visto. Nariz con nariz, se lanzaron hacia la snitch...Todos los cazadores parecían haber olvidado lo que debían hacer y estaban suspendidos en el aire para mirar.
Harry era más veloz que Higgs. Podía ver la pequeña pelota, agitando sus alas, volando hacia delante. Aumentó su velocidad y...¡PUM!
Un rugido de furia resonó desde los Gryffindors de las tribunas...Marcus Flint había cerrado el paso de Harry, para desviarle la dirección de la escoba, y éste se aferraba para no caer.
Los Slytherin parecieron celebrar la trampa, menos Mérope que miraba a todos con indignación ya que si su casa ganaba debía ser honestamente.
—¡Falta!—gritaron los Gryffindors. La señora Hooch le gritó enfadada a Flint, y luego ordenó tiro libre para Gryffindor; en el poste de gol.
—¡Eh, árbitro! ¡Tarjeta roja!—gritó Dean Thomas.
—Esto no es el fútbol, Dean—le recordó Ron—No se puede echar a los jugadores en quidditch... ¿Y qué es una tarjeta roja?
—Es algo del fútbol muggle, Ron—explicó Violet—Si le sacan tarjeta roja a un jugador deben expulsarlo y se le da un penal al otro equipo.
—Entonces...después de esta obvia y desagradable trampa...—a Lee Jordan le costaba ser imparcial
—¡Jordan! —lo regañó la profesora McGonagall.
—Quiero decir, después de esta evidente y asquerosa falta...
—¡Jordan, no digas que no te aviso...!
—Muy bien, muy bien. Flint casi mata al buscador de Gryffindor, cosa que le podría suceder a cualquiera, estoy seguro, así que penalti para Gryffindor.
Cuando Harry esquivó otra bludger, ocurrió. Su escoba definitivamente se enloqueció. Harry trató de decirle a Wood que pidiera una suspensión del partido, y entonces se dio cuenta de que su escoba estaba completamente fuera de control. Iba en zigzag por el aire y, de vez en cuando, daba violentas sacudidas que casi lo hacían caer.
Lee seguía comentando el partido.
—Slytherin en posesión...Flint con la quaffle... la pasa a Spinnet, que la pasa a Bell...una bludger le da con fuerza en la cara, espero que le rompa la nariz (era una broma, profesora), Slytherin anota un tanto, oh, no...
Los de Slytherin vitoreaban. Nadie parecía haberse dado cuenta de la conducta extraña de la escoba de Harry Lo llevaba cada vez más alto, lejos del juego, sacudiéndose y retorciéndose.
Mérope le quitó los binoculares a Zabini y empezó a mirar a Potter, retuvo el aire cuando se dió cuenta qué tal vez intentaba tirarse a sí mismo de la escoba o la escoba quería tirarlo a él.
De pronto, la gente comenzó a señalar hacia Harry por encima de las gradas. Su escoba había comenzado a dar vueltas y él apenas podía sujetarse.
—Oigan, ¿alguno entiende que está haciendo Harry?—era Romeo Lupin haciendo acto de presencia—Eso no formaba parte de mi plan de juego.
—No tengo ni idea—murmuró Hagrid mirando con los binoculares—Si no lo conociera bien, diría que ha perdido el control de su escoba
—Pero no puede ser...tiene una Nimbus 2000, no es que la escoba se pueda revelar contra él o algo así de la nada—dijo Romeo también muy confundido.
Entonces la multitud jadeó. La escoba de Harry dio un salto feroz y quedó colgando. Mérope estaba más blanca que de costumbre, no era la única Violet y Ron también, y Romeo Lupin intentaba parecer calmado pues debía transmitir seguridad a los menores.
—¿Le sucedió algo cuando Flint le cerró el paso?—susurró Seamus.
—¿Crees que un idiota como Marcus Flint podría controlar una escoba con magia? Dicen que a duras penas logró llegar al quinto año—respondió Romeo.
—Nada puede interferir en una escoba, excepto la poderosa magia tenebrosa...Ningún chico le puede hacer eso a una Nimbus 2.000–añadió Hagrid con la voz temblorosa.
Violet, que tenía los binoculares de Hagrid, enfocó a Harry y sin querer su vista se fue a la grada de los maestros, por lo que ahogó un suspiro.
—Mira Herms, a la grada de los maestros—dijo dándole los binoculares a su amiga.
—¿Qué hacen?—preguntó Ron.
—Lo sabía, buena vista Vi—resopló Hermione—Snape...Mira, Ron.
Ron cogió los binoculares. Snape estaba en el centro de las tribunas frente a ellos. Tenía los ojos clavados en Harry y murmuraba algo sin detenerse.
—Está haciendo algo...Mal de ojo a la escoba—dijo Violet con voz temblorosa, le preocupaba su primo.
—¡Por Godric! ¿Qué podemos hacer?—añadió Ron, preocupado.
—Déjamelo a mí—dijo Hermione desapareciendo de la grada.
—Esa amiga suya me cae bien—dijo Romeo a su hermana y a Ron.
Todos miraban aterrorizados, mientras los Weasley volaban hacía él, tratando de poner a salvo a Harry en una de las escobas. Pero aquello fue peor: cada vez que se le acercaban, la escoba saltaba más alto.
Hermione había cruzado las gradas y en aquel momento corría por la fila de abajo. Ni se detuvo para disculparse cuando atropelló al profesor Quirrell y, cuando llegó donde estaba Snape, se agachó, sacó su varita y susurró, como lo planeó unas llamas salieron de su varita.
El profesor tardó unos treinta segundos en darse cuenta de que se incendiaba. Un súbito aullido le indicó a la chica que había hecho su trabajo. Atrajo el fuego, lo guardó en un frasco dentro de su bolsillo y se alejó gateando por la tribuna.
Fue suficiente. Allí arriba, súbitamente, Harry pudo subir de nuevo a su escoba. Mérope sintió que respiraba de nuevo, Violet y Romeo hasta se abrazaron. Harry iba a toda velocidad, el y Higgs habían visto la snitch.
Ambos se lanzaron contra el campo de juego pero el buscador de Slytherin retrocedió cuando estaba muy cerca del suelo, entonces Harry se puso de pie en su escoba para alcanzar la pelota, cuando perdió el equilibrio y cayó en el terreno del campo, todos vieron que se llevaba la mano a la boca, como si fuera a marearse.
Tosió y algo dorado cayó en su mano.
—¡Tengo la snitch! —gritó, agitándola sobre su cabeza; el partido terminó en una confusión total.
—No es que la haya atrapado, es que casi se la traga —todavía gritaba Flint veinte minutos más tarde.
Pero aquello no cambió nada. Harry no había faltado a ninguna regla y Lee Jordan seguía proclamando alegremente el resultado. Gryffindor había ganado por ciento setenta puntos a sesenta.
Apenas el partido terminó el cuarteto de oro se dirigió a la cabaña de Hagrid a comentarle lo que habían visto toda esa semana, también pusieron a Violet al día.
—¿Qué saben de Fluffy? —dijo Hagrid.
—¿Fluffy? ¿Le pusiste nombre de conejo de peluche a un perro de tres cabezas?—preguntó Violet.
—Ajá...Es mío... Se lo compré a un griego que conocí en el bar el año pasado...y se lo presté a Dumbledore para guardar...
—¿Sí? —dijo Harry con nerviosismo.
—Bueno, no más preguntas—dijo con rudeza Hagrid—Es un secreto.
—Pero Snape trató de robarlo—dijo Ron.
—¡Tonterías!—repitió Hagrid—Snape es un profesor de Hogwarts, nunca haría algo así.
—Entonces ¿por qué trató de matar a Harry?—gritó Violet.
—Yo conozco un maleficio cuando lo veo, Hagrid. Lo he leído todo sobre ellos. ¡Hay que mantener la vista fija y Snape ni pestañeaba, yo lo vi!—añadió Hermione.
—¡Están equivocados!—dijo ofuscado Hagrid—No sé por qué la escoba reaccionó de esa manera...¡Pero Snape no iba a tratar de matar a un alumno! Escuchen los cuatro, no se metan más. Olvídense de ese perro y de lo que está vigilando. En eso sólo tienen un papel el profesor Dumbledore y Nicolás Flamel...
—¡Ah! —dijo Harry—Entonces hay alguien llamado Nicolás Flamel que está involucrado en esto, ¿no?
Hagrid pareció enfurecerse consigo mismo. Luego de eso, pasaron los días haciéndole creer a Hagrid que ya no les interesaba en lo absoluto aquello, pero no era cierto.
§
Capítulo algo largo! Pero lo amé mucho.
¡Quería contarles que nuestra Venus Lestrange tiene un historia! Con nada más y nada menos que George Weasley...Ya está publicado el prólogo y el cast.
Se llama: REWRITE THE STARS. Ya pueden echarle un vistazo en mi perfil.
Una pregunta, ¿les gusta que pongan gifs en las historias? ó ¿las prefieren con solo texto?
Espero sigan disfrutando mi historia. ¡Ya sonó 1,05k de lecturas! Gracias gracias gracias.
Muchas más gracias a esas lectoras que votan y comentan. No saben cuán feliz me hacen.
Voten, comenten y síganme.
Xoxo, Ela.
§
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