Capítulo XXVII: Things got out control (*)

Tipo de narrador: Tercera persona

Nancy seguía en esa especie de trance mientras miraba fijamente a la versión joven del doctor Brenner quien al parecer terminaba el tatuaje de 001 de la versión infantil de Henry Creel

O mejor dicho, Vecna

—¿Listo, no estuvo tan mal? — murmuró el mayor mirando al niño— ¿Ves? No hay nada que temer, ¿no es así, Nancy? — la castaña se paralizó cuando esa cosa dijo su nombre, se giró a verla con los ojos completamente en blanco y una voz espeluznante en su lugar— ¿Por qué no te sientas?

La chica salió corriendo a lo que parecía ser el pasillo del laboratorio, la alarma sonaba a sus espaldas, pero ella no dejaba de correr

En Hawkins, Steve aun le movía los hombros a Nancy desesperado porque despertara, llevaba varios minutos en ese trance

—Nancy, quédate conmigo, ¿sí? — Harrington se inclinó hacia el portal donde Érica lo veía— ¡Apúrense con lo que estén haciendo!

—¡Steve dice que se apuren!— grito Érica corriendo hacia la habitación de Eddie donde Lucas, Dustin, Max, Robin, Frank, y Rachel trataban de buscar algún cassette para ponerle música a Nancy, Aarón estaba esperando con el walkman en la mano apenas le pasaran el cassette correcto

—¡No me digas!

—¡No encontramos nada!

—¡¿Qué es toda esta mierda?!— gritó Robin mientras buscaba en los cassettes que tenía Eddie mientras que Frank seguía rebuscando entre los cassettes

—¡¿Qué buscamos?!— Eddie llego con mas cassettes aventándolos hacia Frank y Rachel que buscaban con desesperación entre la montaña

—¡Madonna, Blondie, Bowie, Beatles! ¡Música! — Robin le extendió a Eddie un cassette de Iron Maiden— ¡Necesitamos música!

—¡Esto es música!— gritó Eddie quitándole el cassette de la mano completamente ofendido

Mientras tanto, Nancy seguía corriendo por el pasillo del laboratorio hasta que llegó a una de las salidas donde varias maderas en estas le impedían la salida

—¿Qué estás haciendo? —Nancy giró un momento al oír la espeluznante voz de Vecna que hizo que sólo empezará a jalar de las maderas buscando quitarlas desesperadamente—No es hora de que te vayas... Ahora que viste donde estuve, me gustaría mucho mostrarte a donde voy

Nancy por fin quito las maderas cruzando la puerta rápidamente, sin embargo fue como un círculo vicioso ya que las luces parpadearon y volvió a ver al doctor Brenner con la voz de Vecna y los ojos en blanco

—Siéntate Nancy

Las luces parpadearon un momento y cuando se normalizaron, Nancy estaba sentada en una macabra silla de doctor, sus manos y brazos estaban aprisionados con las enredaderas del otro lado, Y Vecna se acercaba a ella lentamente

—Quiero que le cuentes a Eleven... y a mi Twelve— Nancy enterró la espalda lo más que pudo en esa silla esperando que la criatura no le hiciera nada— quiero que les cuentes, todo lo que ves — puso su garra cerca de su rostro, lo que causó que la castaña lo miraba con los ojos abiertos— no importa qué tanto pueda jugar con la realidad, nunca será rival para mí

Nancy empezó a gritar apenas empezó a ver visiones de todo tipo que le mostraba la criatura con su garra pegada a su rostro 

Fuego y sangre, destrucción y caos era lo que pasaba ante los ojos de Wheeler, el maldito golpeteo del reloj, y un susurro espeluznante, todo lo que alguna vez amo estaba siendo destruido sin contemplación y la cereza del pastel fue haber visto a la causante de todo, una mujer de cabello rubio con un traje color escarlata y una corona de picos del mismo color, quien no se tocaba el corazón para matar a quien se interponía en su camino

—¡Cuéntales!

—¡No!

—¡Todo!

Nancy se desplomó en el suelo completamente asustada, pero pudo soltar un pequeño suspiro de alivio cuando noto que estaba de vuelta en Hawkins, Steve la sostuvo antes de que llegara al suelo

—Está bien, tranquila, ya estás aquí— Nancy empezó a sollozar, un poco más calmada de que Vecna la haya soltado, pero no lo suficiente a causa de lo que había visto

—Es ella, ella es la culpable... todo lo hará ella...

(...)

Con tanto tiempo, ni siquiera se dieron cuenta el momento en que amaneció. Rachel llevo a Francine y Steve a una de las habitaciones de la casa de Max cuando noto que ambos estaban heridos y aunque no era lo mismo en un hospital, Rachel les desinfectó las heridas en el abdomen y les hizo un vendaje más cuidadoso

—Necesitan puntos, pero por lo menos les detendrá el sangrado y la infección hasta que pueda conseguir así sea un estuche de tejido para hacerles la sutura como debe ser— les dijo la rubia mientras les extendía a ambos un par de paletas— y una paletita de recuerdo para que vean que la doctora Raichil es la mejor— concluyó con una amplia sonrisa y aleteando las pestañas

—Gracias, doctora Raichil— Steve le arrebató la paleta mientras se iba a la sala. Frank lo siguió al igual que Rachel después de que tiro las gasas y los guantes con sangre

Todos veían a Nancy que seguía alterada después de todo lo que había visto, tardó en hablar algunas horas ya que aún seguía en estado de shock, pero ahora parecía que al fin podría articular palabras

—Me mostró cosas... — empezó a hablar con dificultad la castaña— que aún no pasaban, cosas espantosas, vi una nube oscura que se expandía por Hawkins... el centro en llamas, soldados muertos y una criatura gigante con la boca abierta... la criatura no estaba sola, ella estaba en lomos de esa cosa, esa cosa la obedecia, era muy cruel, también había muchos monstruos, un ejército y estaba entrando a Hawkins, a nuestros vecindarios, nuestras casas— la voz de Nancy empezaba a quebrarse— y luego me mostró a mi mamá... y a Holly... a Mike y estaban todos... 

Nancy no se atrevió a contar acerca de la mujer escarlata, porque algo muy en su interior le decía quien sería la causante de esa destrucción además de Vecna, pero se negaba a creerlo

—Está bien, pero solo intenta asustarte Nancy ¿no? — Dijo Steve tratando de aliviar la tensión y el silencio— Es decir, no es real

—Todavía no, pero había algo más, — repitió la castaña— me mostró portales cuatro portales, extendiéndose por Hawkins... y estos portales se parecían al del tráiler de Eddie, pero no dejaban de crecer, y no era el Hawkins del otro lado, era nuestro Hawkins

—Cuatro campanadas — hablo Frank, todos la miraron al verla en silencio recargada en una de las paredes— El reloj de Vecna, siempre suena cuatro veces

—También lo escuche— le dijo Nancy

—Nos estuvo contando su plan— murmuró Max

—Cuatro muertes— murmuró Lucas— cuatro portales

—El fin del mundo — hablo Dustin— si eso es cierto, está a sólo una muerte

—Por el amor de Dios— Eddie se llevó las manos a la cara resoplando fuertemente

—¿Qué dijo sobre mis hermanas? — preguntó Frank hacia Nancy— dijiste que todo lo que te iba a mostrar, quería que se los contaras a Jane y Liz, ¿Qué más dijo?

—Dijo que no importaba qué tanto pudiera jugar con la realidad— Francine la miró con los ojos abiertos ante esas palabras— que nunca será un rival para él

—No puede ser...— Frank se llevó la mano a la cara mientras daba vueltas alrededor de la sala— carajo, las cosas se salieron de control

—¿A qué se refiere con jugar con la realidad? — preguntó Aarón

—Yo lo sé— Francine miró a Rachel que estaba sentada al lado de Eddie— Rach, recuerdas que cuando los secuestramos, había algo en la información que teníamos de Liz, ¿recuerdas cual era mi teoría?

—Eh...— Rachel hizo una sonrisa emocionada, pero al segundo la cambio a una seria— no, no me acuerdo

—Carajo, maldita memoria de pez que te cargas— le reclamó la pelirroja a su hermana que solo la ignoro con una mueca— en fin, había una teoría, esa teoría fue la principal razón por la que secuestre a mis hermanos en el centro comercial

—Espera— Eddie alzó las manos mirando a Rachel y Francine— ¿ustedes fueron las que incendiaron el centro comercial?

—No fue un incendio, y sí. Luego te cuento los detalles— le respondió Rachel hacia Eddie, luego miró a Francine— pero no estarás hablando de eso, es imposible

—Es posible 

—Si así fuera, lo sabríamos 

—Subestimarla es un gran error

—¿A qué se refieren? — Steve intercalo miradas entre las dos chicas que se entendían con sus palabras en clave que confundían al resto

—Yo tenía la teoría de que Liz podía manipular la realidad— todos descolgaron la mandíbula ante las palabras de Frank— era una teoría, nunca lo comprobé, pero los soviéticos querían eso, querían saber si ella podía, y si así era, querían replicarlo

—¿Alterar la realidad? — Aarón se quedó analizando las palabras— wow, jamás la haré enojar otra vez

—Si ese lugar donde están es tan bueno como presume y las va a volver más fuertes para la guerra que se avecina— Frank llevó su puño sobre su boca pensando— si de verdad puede alterar la realidad, les aseguro algo— miro al resto— Vecna no le va a durar ni para el primer round

—Sí, considerando que de verdad lo tenga y considerando que de verdad lo controle— le dijo Rachel levantándose de su asiento— Frank, siempre se ha sabido que Liz es la más poderosa de los números, lo supimos siempre, pero Vecna tiene algo que ella no, experiencia. Y si Liz de verdad puede alterar la realidad, pero no lo controla, lo cual es muy probable, fácilmente Vecna la mata para quitarle su poder, y si eso pasa, todo el universo se va a ir a la mierda antes de que podamos cortarle la cabeza por haber tocado a mi hermana pequeña

—No la mataría— murmuró Max— ella lo dijo, se protegió de él, Liz no se va a dejar matar tan fácilmente

—Aun así— repitió Rachel— con Liz es más fácil tenerla del lado bueno, cuando estuvo del lado malo, casi nos mata, aunque ahora aún no sabemos con certeza si de verdad puede alterar la realidad o solo lo está diciendo Vecna para desconcentrarnos

—Vecna no puede hacernos daño si está muerto. — Murmuró Nancy mirando a la ventana, luego se giró hacia el grupo— Tenemos que volverla al Otro lado

—¿Qué? No. — le dijo rápidamente Steve

—No— repitió Eddie tajantemente

—Pensemos lo bien— repitió Nancy

—¿Qué quieres pensar? Casi no salimos— murmuró Steve sin poder creerlo

—Porque no estábamos preparados, pero esta vez lo estaremos con armas y protección, — les dijo Nancy mirando a los presente— cruzamos el portal, lo encontramos y lo matamos

—O terminamos muertos. — Refuto Steve mientras se acercaba a Nancy— Solo sobreviviste porque él quiso. No nos tiene miedo

—Y por una buena razón. — Murmuró Robin— Nos equivocamos con Vecna/Henry/ One — hizo una mueca, no podría referirse como One, ya que para ella solo Jessie era One— ¿Cómo le decimos ahora?

—One— dijo Dustin

—¡Mi novia es One! — reclamo Robin

—Vecna— murmuraron Érica y Aarón

—Henry— habló Nancy

—¡Así no, se parece al nombre de mi hijo! — dijo Francine haciendo una mueca

—Aprendimos algo sobre Vecna/Henry/One — Repitió Robin — Es un número como los chicos, pero la versión masculina, malvada y con piel fea. Pero el punto es que es superpoderoso. — le pánico se iba apoderando de Robin y de todos los presentes— Nos pulverizaría en un segundo. No es una pelea justa

—¿Por qué sería justa? — hablo Dustin— Tienes razón. Son como los chicos, como mi novia, pero eso nos da una ventaja — todos le empezaron a poner atención a Dustin— conocemos los puntos fuertes de Eleven y sus debilidades

—¿Debilidades?

—Cuando El se transporta entra en un estado como de trance, — explico el de rulos— Vecna debe ser igual

—Eso debería estar haciendo en el ático— les dijo Lucas

—Exacto, cuando ataque a su próxima víctima, estará en ese ático— Dustin alzó las manos como descifrando todo— y su cuerpo quedará indefenso

—¿Por que piensan que será fácil?— Aarón capto la atención de todos— es como mi hermana, y mi hermana es superpoderosa, Vecna es la mente maestra, y si es así, él abdujo a Liz el año pasado, dónde casi nos mata a todos— para ser el más pequeño, el niño solo decía verdades— si ni Liz le pudo ganar una vez, ¿Qué nos hace pensar que nosotros le ganaremos?

—Estaremos armados, Aarón— le dijo Nancy— le podemos dar pelea, si lo tomamos por sorpresa

—No somos rivales para Vecna...— susurro el más pequeño mientras se alejaba con los brazos cruzados

—Sí, ¿y el ejército de murciélagos? — Steve señaló su cuello rojo por el agarre de los murciélagos

—Cierto, tenemos que pasarlos o distraerlos de algún modo

—¿Y cómo hacemos eso? — Eddie le dio una mala mirada

—Ni idea, pero una vez que se vayan será pan comido, como matar a Drácula mientras duerme en su ataúd

—Suena bien, pero no hay un patrón en los asesinatos de Vecna — les dijo Robin— al menos no que yo sepa. No sabemos cuándo atacará, ni siquiera a quién atacará

—Si sabemos, —Frank llamó la atención de todos— aún puedo sentirlo... siento que me respira en la nuca, sigo marcada. Maldita. Si me quitan a Cyndi, volverá a enfocarse a mí

—No, no, Francis, eso no— Steve la miró preocupado mientras negaba constantemente— no puedes hacerlo

—Frank, le importó una mierda que fueras su "hermana". —Max la miró como si se hubiera vuelto loca— te va a matar.

—Sobreviví una vez, puedo sobrevivir de nuevo. —Frank resopló mirando en específico a Steve— Debo entretenerlo el tiempo suficiente para que ustedes entren al ático y ahí pueden cortarle la cabeza, dispararle, quemarlo, clavarle una estaca, o lo que se les ocurra, pero, — la pelirroja terminó con la mirada del suelo— sea lo que sea, no lo dejen vivo

Lo que ellos no sabían, era que Eleven los estaba observando desde la distancia y atenta ante sus palabras y su plan, que si bien era valiente, ella sabía que era una misión suicida

(...)

—Miren esto, zona de guerra— Eddie extendió el anuncio de esa tienda en la mesa

Algo era claro, si querían enfrentarse a Vecna y no morir en el intento, no podía ir solo con un remo del bote como anteriormente lo habían hecho, así que debían buscar armas para hacerle frente, por lo cual Eddie busco en el directorio

—Es un buen nombre para un videojuego— murmuró Aarón mirando el letrero en el directorio con una ligera sonrisa— ojalá algún día sea un videojuego

—¿El falso Rambo tiene suficientes armas? — Soltó Robin mirando el letrero con sarcasmo— ¿Es una Granada? ¿Cómo es legal?

—Por suerte para nosotros, lo es. — Respondió Eddie— Este lugar está en las afueras de Hawkins. Si no vamos por las calles principales podremos evitar a los policías y brutos enojados

—Pará evitar a brutos enojados, mejor sería no ir a una tienda llamada zona de guerra— les dijo Érica

—Habrá brutos enojados en todos lados— les dijo Rachel— todos en Hawkins andan montando una cacería de brujas de Salem, por la culpa de Vecna, pero en vez de buscarlo, buscan a este individuo— la rubia le rodeo el cuello a Eddie con el brazo que soltó un ligero respingo antes de sonreír por la cercanía de Rachel

—Es cierto, pero necesitamos las armas. — murmuró Nancy—Vale la pena el riesgo

—Concuerdo

—¿Y el tiempo? Nos llevará todo el día ir en bici— Dustin soltó una maldición

—¿En bici? — Eddie los miro con una ligera sonrisa ante el pequeño plan que tenía en mente

—¿Acaso tienes un auto? — le preguntó Steve

—No es precisamente un auto, Steve. — respondió el de cabello largo con una ligera sonrisa maliciosa— Y no es precisamente mío, pero servirá

—Me encanta esa voz que suena a delincuencia— Rachel soltó una risita cómplice al lado de Eddie

—Oye, Max— Eddie miro a la pelirroja más joven del grupo— ¿tienes un pasamontañas? ¿Una bandana o algo así?

Max ladeó ligeramente la cabeza, no tenía un pasamontañas, pero si algo que le serviría a Eddie para ocultarse

(...)

—Mataría por tener mi cámara en este jodido momento— soltó Rachel con burla al ver a Eddie con la máscara de Michael Myers que le prestó Max

Eddie la mando a callar antes de hacerles un ademan a los chicos para que caminaran lejos de la casa de Max hacia otra de las casas rodantes

Eddie abrió las ventanas de uno de los tráileres vecinos entrando por este, cuando subió, solo le dio la mano a Rachel para ayudarla a subir, mientras que él se fue hacia el volante del tráiler donde saco una de navaja y jalo de los cables debajo del tablero

—Vaya Munky, que habilidad, pero recuérdame si prestarte las llaves de mi auto— le dijo la rubia en tono burlón que veía como Eddie intentaba hacer arrancar el tráiler

—¿Cómo aprendiste eso? — le pregunto Steve poniéndose detrás de Eddie en el asiento del conductor

—Otros padres enseñaban a sus hijos a pescar o a jugar béisbol— murmuró Eddie tirando de los cables— pero mi padre me enseñaba a puentear autos, y aunque me juré a mí mismo que no terminaría como él, ahora me buscan por asesinato, y pronto, por robar autos. Ya le hago honor al apellido Munson

—Si te hace sentir mejor, yo no sé ninguna de las dos— le dijo Rachel con una ligera sonrisa que Eddie le devolvió

—Eddie— Frank y Robin se acercaron a Eddie y Steve recargándose en el hombro del último— tenemos una petición... bueno, más bien una súplica

—No nos encanta la idea de que tú conduzcas— le dijo Robin con un tono de inocencia

—Yo solo voy a encenderlo— respondió Eddie mirando a Robin y luego a Steve con una sonrisa inocente— Harrington conducirá, ¿no es cierto, grandote?

El castaño no tuvo tiempo de protestar ya que el auto se encendió, lo que alertó a los dueños de este que empezaron a golpear la puerta, furiosos

—Mierda— Steve maldijo ruidosamente cuando Eddie se quitó del volante por lo que se vio obligado a dar un salto hacia el asiento

—¡Agárrense de algo! — grito Francine mientras recargaba la espalda en la puerta para detenerla y que nadie abriera por esta

—¡Pero no de mí! — maldijo Eddie ruidosamente cuando Aarón se pegó a su chaqueta asustado

—¡Arranca Steve! — Grito Dustin mirando por la ventana al ver que los dueños les decían todo tipo de maldiciones— ¡arranca!

—Muy contentos no se ven— murmuró Rachel mirando por la ventana como los anteriores dueños del tráiler los perseguían

—No todos los días pierdes tu casa y tu auto al mismo tiempo— mencionó Robin mirando por la ventana como el tráiler salía del parque de remolques y se perdía entre el camino donde empezaban a verse los árboles

El tiempo en carretera se hizo un poco más tranquilo después de que nadie los persiguió. Frank encontró algunas sodas en la nevera, por lo cual al menos le relajó los nervios a todos los presente, la pelirroja le tendió una lata de coca cola a Steve que él recibió por un momento y después de beberla se la regreso

—¿Es difícil?— preguntó Frank señalando el volante con la cabeza

—No tanto— le respondió Steve— considerando que es una casa

—Te juro que ahora me quiero comprar un tráiler— Frank soltó una risita— es que me gustó mucho

—Es una tontería pero siempre soñé con tener una familia enorme — empezó a hablar el castaño captando la atención de la pelirroja— digamos una manada de pequeños Harrington, cinco, seis niños

—¿Seis?— Frank lo miró sorprendida

—Sí, seis polluelos, tres niñas, tres niños. — Frank sonrió porque si se imaginaba a Steve con seis hijos, y hasta cierto punto, no le desagrada a ella la idea— Y en el verano todos los Harrington nos iríamos en algo como esto a conocer el país, las montañas rocosas, el gran cañón, quizás Yellowstone, terminaríamos en algún pueblo costero de california. Pasaríamos una semana en la playa, aprenderíamos a surfear

—Suena lindo— le dijo sinceramente— bueno, excepto por la parte de los seis hijo— rió con nervios— yo apenas y puedo con uno

Steve no pudo evitar sentir algo extraño, precisamente porque él se imaginaba esa vida, pero solo con ella, aunque en el fondo sabía que ella tal vez no. Frank era un espíritu libre, que siempre buscaba emociones, si bien nunca se lo diría, se daba cuenta en la manera en que su mirada se apagó desde que aquel bebé pelirrojo llegó a su vida, adoraba a Henrik, pero con su llegada se había apagado todo la alegría que irradiaba Francine

—¿Tú no quieres eso? ¿No es así? — le pregunto después de varios segundos de silencio

—No es eso— respondió Frank rápidamente— sé que todos piensan que odio a Henrik, pero no es así, amo a mi hijo — aclaro, ya que si bien siempre daba la impresión de que no quería a su bebé, ella lo amaba, solo odiaba las posibilidades de quien pudiera ser el padre del pequeño pelirrojo— y de verdad yo quería un bebé en algún momento de mi vida... pero no lo quería con él

—¿Qué? — Steve se giró a verla completamente petrificado, y si juntaba las fechas, solo podría pensar que Henrik era suyo... o en aquel oficial ruso que le hizo tanto daño a la pelirroja— ¿estás hablando de...?

—Anton Novikov— sintió que la garganta se le cerraba de recordar a ese oficial ruso que por fortuna para ella, estaba bien muerto— él... el tiempo que me tuvo en ese lugar... él me...

—No tienes que decirlo— Steve la interrumpió al ver como los ojos de Frank se empezaban a cristalizar y como apretaba los puños en su regazo, Steve no podía evitar sentir pena recordando el estado en que la encontró en ese secuestro— lo entiendo, y si pudiera lo volvería a matar una y otra vez

—Aun así, siento que Henrik no será como cualquier niño— explico un poco más calmada— Steve, el día que tuve a mi hijo, estoy segura que esa mañana no estaba embarazada

—¿Eso es posible? — Steve la miraba como si se hubiera vuelto loca

—No lo sé— se encogió de hombros— pero yo jamás te engañe, y no hay día en que no desee que tu hubieras sido el papá de mi hijo...— la pelirroja sonrió levemente

Steve también deseaba eso, la primera vez que vio a Frank con el bebé en brazos no pudo evitar la alegría, porque ese niño era muy parecido a la chica de la que estaba enamorado, tanto que no le importo quien fuera su padre, quiso a ese bebé desde la primera vez que lo arropó, le ayudó a colocarle un nombre, y aunque no fuera suyo, él lo amaba lo suficiente como para cuidarlo y ser el padre que a él le hubiera gustado tener

—Déjame serlo— el castaño giró un momento, Frank le regresó la mirada algo sonrojada— dijiste que en todos los universos, incluido este. Te amo y amare también a tu hijo si me dejas

—¿En serio? — Steve asintió y ambos sonrieron levemente— pero, seis hijos más— abrió los ojos fingiendo sorpresa— podemos negociar el número... ¿Cómo te imaginas que sería uno nuestro?

—Una niña— Steve sonrió con melancolía— Henrik la cuidaría mucho

—Sí, eso haría— la pelirroja sonrió con melancolía— ¿nombre?

—¿Qué nombre te gusta a ti?

—Harriet— Francine sonrió arrugando ligeramente la nariz— me gusta mucho ese nombre

—¿Harriet Harrington? — ambos soltaron una risita estando de acuerdo de que se oía extraño— podríamos ponerle primero tu apellido, Harriet Geller-Harrington se oye mejor

—Me gusta, me gusta mucho

—Francis— la pelirroja volvió a mirar al castaño— por favor, cuando estés en ese ático...

—No me va a matar tan fácil— le aseguró— además, Max y Lucas estarán conmigo y listos con los cassettes de Cyndi, no me la va a tronar tan fácil— alzo la ceja con una pizca de diversión— cuando todo esto acabe, tendremos nuestro remolque y alguna carne asada los sábados

—Me agrada la idea— Steve le sonrió por última vez antes de seguir mirando el camino— ¿es una cita?

—Es una cita.

En el otro lado del tráiler, Eddie Munson estaba muy entretenido contándole a Aarón Mortenson el concepto de cómo se jugaba calabozos y dragones, ya que cuando el pequeño vio su camiseta del club Hellfire empezó a preguntarle de todo ya que varias veces llegó a oír como su hermana mayor se quejaba con el mundo porque Eddie no la hacía miembro oficial de dicho club y tampoco le daba su camiseta

—¿Así que derrotaron a Vecna en D&D? — pregunto emocionado el rubio

—Así es— le respondió Eddie— lady AppleJack ayudo mucho— señaló a Érica con una sonrisa

—¿Me dejan estar en el club? — Pregunto emocionado el más pequeño— no sé jugar mucho, pero podría aprender, lo prometo,

—Claro que sí, pequeña ovejita— Eddie recargo su codo en la cabeza de Aarón que lo miro con los ojos entrecerrados— pero cuando te de tu camiseta, no se la enseñes a tu hermana— le hizo un ademán para que se acercara— y aquí entre nos, tu eres más divertido que la rubia

Aarón sonrió orgulloso, Eddie era de las pocas personas que le daba un halago por encima de su hermana, porque el pequeño así lo sentía, todos elegían a su hermana mayor por encima de él. Liz era la favorita de su madre, la consentida de su padre, la que tenía superpoderes, sus amigos de la primaria y del equipo de fútbol solo querían ir a su casa para ver a la rubia ya que les gustaba, su hermana mayor siempre era la importante

Esa fue una de las principales razones de su distanciamiento desde que nacieron los mellizos, lo único en que Aarón pensaba que destacaba era en ser el pequeño, y ya ni eso tenía, además que recordaba las palabras que le dijo su hermana cuando estaba desollada –o según él, abducida por los aliens– le había dicho que a él le tocó ser simple y sin ningún chiste, sabía que no era ella, pero lo peor de esas palabras eran que son verdad

Por eso el hecho de que Eddie Munson lo considerara más divertido que Liz, significaba mucho para él, lo que causó que el niño no borrará su risita mientras se iba a una de las mesas para robarle cheetos a Dustin

—Vaya, eres muy popular con los niños— Rachel miró a Eddie del otro lado de los sofás con una sonrisita— ya le haces competencia a Harrington

—No inventes— Eddie soltó una risita burlona que más bien era un bufido mientras se giraba hacia Rachel— así que, Rachel

—Raichil— corrigió la rubia, en la miro con la ceja alzada— Rachel es formal, dime Raichil, es para los amigos

—Bueno, Raichil— la rubia sonrió ligeramente porque le gustaba como se oía su nombre en los labios de Eddie— ¿Qué vas a hacer el sábado en la noche?

—¿Qué voy a hacer el sábado en la noche? — Rachel hizo una cara pensativa poniendo dos dedos en su mentón antes de responder— sumergirme en mi propia miseria

—Raichil...— Eddie le dio una voz cansada

—Se más claro y sin rodeos, Munky— recargo su barbilla con sus manos

—¿Me aceptarías una invitación al cine?

Rachel empezó a reírse ante la propuesta de Eddie que solo la miro con el entrecejo fruncido ya que sus carcajadas fueron tantas que se tuvo que cubrir la boca

—Sabes, tienes un punto a favor— le dijo la rubia ante la cara sin entender que le daba Eddie— la manera de preguntarlo fue muy buena, pero cine como primera cita no es lo recomendable, y te diré porqué— se acomodó en su asiento— si vamos al cine, me concentraré en unos nachos con extra queso y en la película y ni sueñes que llevaré falda— le apuntó con su índice— así que, qué te parece si vamos por unos burritos, que eso es un sacrificio para mí ya que estoy a dieta

—¿Burritos? — Eddie recargo su codo contra el respaldo del sillón mientras miraba a Rachel— okey, el sábado en la noche, pasare a tiempo, lo juro

—Y tú pagas todo— aclaro la rubia con una risita

—Con tal de comer a tu lado, claro que si— el de cabello largo le sonrió a la rubia

—Ahora— Rachel le extendió la lata de coca cola a Eddie que no había podido abrir para no lastimar sus uñas— ¿me abres la lata? No quiero lastimar mi manicure

Eddie le quitó la lata y después de abrirla, se la tendió a la rubia que la tomó con una risita llevándola a sus labios

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Apuestas de que cita se irá al carajo, aquí

¿La de Eddie y Rachel?

O

¿La de Frank y Steve?

—Ellis

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