Capítulo XXIV: If she was a light, you're the sun (*)
Tipo de narrador: Tercera persona
~Nina, Nevada~
Eleven había logrado escapar de la sala arcoíris junto a uno de los enfermeros para después escaparse de él justo como le había dicho Peter Ballard, llegó hasta una de las puertas donde saco la tarjeta de acceso que le había dado el rubio
Entró en lo que parecía ser una sala de ventilación, no había mucha luz por lo cual no veía mucho, retrocedió lentamente hasta que choco contra alguien y cuando giro se dio cuenta que en efecto se trataba de Peter
—Silencio— el rubio puso su dedo sobre sus labios debido al pequeño salto que pegó la niña— sígueme— la guió hasta un conducto que parecía de ventilación abriendo de este— ahora, va a ser un poco aterrador ahí dentro, pero por aquí, saldrán ambas al bosque que rodea el laboratorio
—Pero, tu eres demasiado grande— Eleven arrugó las cejas girándose hacia el mayor— solo hay espacio para mí y Twelve
—No iré con ustedes, Eleven — el mayor se reincorporo dándole una mirada de pena— hablaba enserio cuando dije que este lugar es una prisión y todos aquí son prisioneros, no solo tú y Twelve, no solo el resto de sus hermanos, también los guardias, las enfermeras, yo. Mira— se descubrió una parte del cabello mostrando en su cuello un pequeño dispositivo bajo su piel— ¿lo sientes? tu papá lo llama Soteria, me debilita, me rastrea, aunque pudiera salir, me encontraría y si me encuentra con ustedes, las matará.
—¿Y si hago que desaparezca? — Propuso la castaña— tú me ayudaste a mí para irme junto a mi hermana, yo te ayudare
Peter le dio una pequeña sonrisa ante su propuesta antes de asentir. Busco un trozo de tela que la ayudará
—Recuerda, no puedes lastimarme más de lo que me han lastimado ellos— le recordó el rubio mientras se colocaba el pañuelo en la boca. Eleven levantó la mano apuntándole al cuello del rubio el cual soltaba quejidos de dolor hasta que finalmente sacó esa cosa de su cuello que no era más grande que una píldora, tirándola en el suelo. Peter se acercó hacia esa cosa tomándola con una mueca— ¿Cómo puede algo tan pequeño causar tantos problemas? — se giró hacia Eleven—Gracias
Una alarma se escuchó desde afuera y seguido de está, unos guardias entraron a la sala de conductos
—Corre
Ambos rodearon las escaleras subiendo rápidamente por estas hasta salir por otras de las puertas donde más oficiales los rodearon
—¿A dónde creen que van?
—Contra el muro, los dos, ahora— los oficiales sacaron unos artefactos para electrocutar que de inmediato le erizo la piel a Eleven, iba a irse contra la pared, pero Peter la detuvo
—No les tengas miedo, Eleven— le dijo tomándola del brazo— ya no
Peter alzó la mano haciendo que los oficiales se azotarán contra la pared y luego en el suelo, luego del otro lado donde hizo lo mismo con los otros contra el techo y luego contra la pared, y al último, ladeo la cabeza rompiéndole el cuello al instante
—Ven — guió a la niña hasta un closet que tenía varios uniformes sin usar, ella entró confundida ante lo que acababa de ver— espera aquí, no te muevas, te traeré a Twelve y encontraré una salida
—No, alto— la castaña lo detuvo del brazo— ¿Cómo...?
—Cómo les dije, nos parecemos— empezó a explicar con una ligera sonrisa— tú, Twelve y yo
El rubio se descubrió la manga de su camisa mostrándole a Eleven el mismo tatuaje que ella llevaba, solo que este decía "001", ella lo miró confundida mientras juntaba su brazo donde se mostraba el suyo "011", sin embargo él le dio una última sonrisa antes de salir de ese closet
Se dirigió rápidamente por el pasillo hasta la puerta que tenía el número 12 abriéndola sin esperar a tocar
Sonrió al ver plácidamente dormida a la niña que tenía la mitad de la cara en la almohada abrazando su peluche de conejo blanco ajena a todo lo que estaba a punto de pasar
Su principal motivación para todo lo que había hecho y que aún planeaba seguir hasta tenerla a su lado, como siempre debió ser
Se acercó hasta la cama de la niña mirando fascinado el rostro de ángel que tenia, sentía que se volvía más bonita cada vez que la veía, el rosado de sus mejillas, sus labios delgados, la piel pálida y los ojitos pequeños pero que ese verde en sus iris realzaban de su carita de muñequita de porcelana
—Twelve— el rubio movió el hombro de la niña que soltó un respingo cuando la despertaron
—¿Qué quieres? — Pregunto reincorporándose en su cama para tallarse los ojos— tengo sueño, hablamos más tarde
—Tiene que ser ahora— murmuró el rubio alzando los brazos a la niña que soltó un respingo cuando noto que le empezó a tocar el rostro para que despertara por completo— te cuento un secreto...— le dijo su palabra en clave por el cual ella rodó los ojos antes de quitarse su sábana de encima empezando a estirar los brazos
Nunca le dejaría de parecer fascinante el parecido que tenía con aquella mujer que conoció hace varios años atrás... aunque afirmaba que sería mucho más hermosa
La rubia dio un respingo cuando él la terminó cargando ya que el cansancio de la rubia era tanto que se negó a caminar, mientras que 001 la cargo con gusto al saber que le dio permiso de tocarla
Twelve se sorprendió cuando la llevo hasta el cuarto que parecía un closet con varios uniformes, pero más se sorprendió al ver ahí a Eleven que estaba sentada en uno de los rincones abrazando sus piernas
—¿Qué está pasando? — la rubia reparo el lugar con una mueca cuando Peter la bajo en el suelo— ¿para qué me trajiste aquí?
—Quiero que esperen aquí— Ballard tomo las mejillas de la niña y esta hizo una mueca ya que de nuevo estaba invadiendo su espacio personal— te prometí algo y lo cumpliré, bonita
Alzó de nuevo la manga de su camisa enseñándole a ella también su tatuaje haciendo que sus ojos verdes se abrieran de par en par. 001 miró fascinado aquellos ojos verdes que tenía la pequeña y que le traían recuerdos, recuerdos de la mujer que tenía los mismos ojos... Maddie...
—Tú...— susurro la rubia con la boca abierta— eres tú...
Peter le tocó por un segundo el mentón antes de salir de ese closet, dejó a las niñas ahí con la excusa de buscar una salida
(...)
—Vamos a ser libres— Eleven le hablaba emocionada a Twelve que estaba frente a ella— ya no quiero estar aquí
—Pero vamos a huir— Twelve hizo una mueca— como cobardes
—No me importa, quiero irme— la castaña bajó la cabeza, sin embargo la rubia le hizo un ademán para que la levantara
—Pero vamos a estar juntas— sonrió ligeramente— ¿recuerdas que Six me puso un nombre? Tal vez podría usarlo, me gusta mucho
—Liz...— le dijo la castaña con una sonrisa que la rubia imito— ¿me pones uno a mí? Six nunca me pudo poner un nombre— Twelve asintió muchas veces ante la propuesta de Eleven
—Te llamarás...
Su conversación fue interrumpida cuando la alarma del laboratorio se hizo presente haciendo que ambas niñas alzarán la cabeza preocupadas, temían que se dieran cuenta que tenían intenciones de escapar, o que hayan matado a One ya que no tendrían oportunidad de salir vivas de ahí
Con miedo salieron de esa habitación, los guardias seguían inconscientes, o muertos en el suelo, mientras que por una de las radios se oían diferentes sollozos de agonía, Twelve tomó uno de los radios moviendo uno de los botones que hizo que esos gritos se incrementaran
Las niñas dejaron el radio en el suelo caminando por los pasillos desolados, las luces parpadeaban mientras ellas más caminaban, en una de las puertas que estaban abiertas, entraron en ellas. Twelve se llevó las manos a la boca cuando vio a 010 y al doctor Brenner en el suelo
—Papá...— susurró asustada la rubia, luego pasó su mirada a la niña morena en el suelo. No era muy cercana con Ten, pero era de las pocas que nunca se metía con ella, por lo que le tenía más respeto que cariño
Eleven salió corriendo de esa habitación mientras que Twelve se quedó paralizada sin despegar la mirada de Ten, se acercó a ella inclinándose a su altura acunando su rostro con la manos, sus ojos no estaban ahí y eso le causo escalofríos
La niña puso su mano en el pecho de Ten cerrando los ojos, no la quería ver así, pero no había nada qué podía hacer, no podía cambiar la realidad, se limitó a darle un beso a su mano libre antes de volver a ponerla sobre el pecho de la morena, se levantó de ahí y se fue buscando a Eleven
Si se hubiera quedado más tiempo, tal vez se hubiera dado cuenta que Ten volvió a respirar, sus ojos volvieron, y parpadeo algo desorientada antes de desmayarse...
Oía sollozos en la sala arcoíris, así que se acercó corriendo a esta. Ahí vio horrorizada como One levantaba en el aire a la niña de pelo negro y ojos azules y como hacia romper sus huesos en partes antes de matarla por completo y dejarla tirada en el suelo
Eleven también estaba paralizada en la puerta cuando el rubio solo soltó a la que por mucho tiempo pensaron que era 001, seguía sin girarse, pero a ambas les entró un miedo incesante
—Les dije que esperaran— murmuro el rubio sin girarse— pero que bueno que están aquí. Aunque un poco apresurado para mí regalo. Twelve
Eleven salió corriendo, pero no llegó muy lejos cuando One le cerró las puertas a la fuerza, mientras que Twelve empezó a sollozar a la vez que el rubio se acercaba
—No sientas lastima por ellos, Twelve— Peter se iba acercando causando que la niña retrocediera— tu querías eliminarlos, solo hice esto para que tus bellas manos aún no se manchen de sangre— tomó la mano de la niña que seguía llorando— no llores, tus ojos son tan hermosos como para que tengan lágrimas
Ambas miraron los demás cadáveres, eran del 013 al 017, los más pequeños del laboratorio, además de 001, o la que le hicieron creer que era One
—¿Qué hiciste? — Sollozo la rubia mirando a los niños muertos— ¡yo no te pedí esto!
Se acercó mirando a la niña de pelo negro que conocía como One, sus ojos a diferencia del resto, estaban cerrados pero con sangre a su alrededor, Twelve puso igual su mano en el pecho de la chica, a pesar de que era la única mayor, le dio pena que terminara de esta forma, le dio un beso a su mano disculpándose si es que una parte de ella aun podía escucharla. Cuando se levantó no se dio cuenta que sus manos se movieron, seguía viva...
En su lugar se levantó mirando asustada al causante de toda la sangre que en este momento estaba derramada en el laboratorio
—Tienen miedo, lo sé, yo también solía tener miedo— Twelve se apartó cuando One le tocó la mejilla— sé lo que se siente ser diferente, estar solo en este mundo...
<<Como ustedes, yo no encajaba con los otros niños, algo andaba mal conmigo, todos los maestros y médicos decían que estaba dañado, eso decían, mis padres creyeron que un cambio de escenario, un nuevo comienzo en Hawkins podría curarme, era ridículo, como si el mundo fuera diferente aquí, pero luego, para mi sorpresa, nuestro nuevo hogar me proporcionó un descubrimiento, me hizo sentir que tenía un propósito>>
<<Encontré un nido de viudas negras en un conducto, la mayoría les teme a las arañas, las detesta, aún así a mí me parecían infinitamente fascinantes, más que eso, en ellas encontré consuelo, un parentesco, como yo, son criaturas solitarias y profundamente incomprendidas son... como dioses en nuestro mundo, el depredador más importante, inmovilizan y se alimentan de los débiles y así equilibran y ordenan un ecosistema inestable>>
<<Pero el mundo humano, estaba alterado esta armonía, veras, los humanos son una plaga única en su tipo, que se multiplica y envenena nuestro mundo, mientras impone una estructura propia, una estructura antinatural, donde otros veían orden, yo veía una camisa de fuerza, un mundo cruel y opresivo, un mundo dictado por reglas inventadas, segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, décadas. Cada vida, es una copia borrosa y desfigurada de la anterior, despierta, come, trabaja, duerme, reprodúcete y muere.>>
<<El mundo entero, solo espera, espera a que todo termine todo mientras actúan de obra tonta y terrible día tras día, yo no podía hacerlo, no podía cerrar mi mente y unirme a la locura, no podía fingir y me di cuenta de que no tenía que hacerlo, podría crear mis propias reglas, podría devolverle el equilibrio a un mundo estropeado, un depredador pero para el bien>>
<<Mientras practicaba me di cuenta, que podría hacer más cosas de las que imaginaba, podía llegar a los demás a sus mentes, sus recuerdos, me volví un explorador, vi a mis padres como realmente eran, al mundo, ellos se presentaban como personas buenas y normales, pero como todo lo demás en este mundo, era mentira, una terrible mentira, habían hecho cosas, niñas, cosas horribles>>
<<Les mostré quienes eran en realidad, les puse un espejo delante, el ingenuo de mi padre creyó que era un demonio los estaba castigando por sus pecados, pero mi madre lo sabía, sabía que era yo el que sostenía el espejo, y por eso me detestaba, llamó a un doctor, un experto, quería que me encerraran, que me arreglará, aunque yo no era el que estaba dañado, eran ellos, así que no me dejo alternativa, tuve que accionar para ser libre>>
<<Con cada vida que tomaba me volvía más fuerte, más poderoso, se volvían parte de mí, pero aún era un niño, y no conocía mis límites y eso casi me mata>>
<<A mi padre lo arrestaron y lo acusaron de la muerte de mi madre y hermana, tal como lo había planeado, pero no pude ser libre, me desperté del coma bajo el cuidado de un doctor, el doctor del que había querido escapar, el doctor Martin Brenner, papá, pero la verdad, la verdad es que el no solo quería estudiarme, quería más, quería controlarme, cuando papá se dio cuenta que no podía , trato de recrearme, comenzó un programa, pronto nacieron otros...>>
—Naciste tú, Eleven, — el rubio miro a la castaña que hasta este momento se encontraba con los ojos repletos de lágrimas, luego miró a la rubia que seguía con la boca abierta asimilando las palabras del mayor— pero también ahí conocí a alguien, Madelaine, Maddie Sloan. Ella irradiaba luz entre tanta oscuridad, era tan hermosa, tan llena de vida, era la única que me podía salvar— tomó la mejilla de Twelve— tú naciste de ella, de mi Maddie, y si ella era una luz, tú eres el sol, me alegran que ambas hayan nacido, me alegra mucho
Twelve miró asustada a los niños, aún se movían un poco, por lo cual le dio una pequeña esperanza a la rubia
—Ellos no desaparecieron, — le explico One a Twelve— aún están conmigo, en mi mente
—Tú nos engañaste— le recrimino Eleven
—¿Engañarlas?, no, las salve, las salve a ambas, — miro a las dos niñas—eran unas prisioneras como yo, para papa no son nada más que un monstruo, un conejillo de indias, una rata de laboratorio, pero la realidad, son todo lo opuesto, son mejor que ellos, por eso a Brenner lo asustan
Eleven miró hacia otro lado esperando encontrar algo que decir, por lo que One se dirigió a Twelve que aún parecía estar en trance
—Si vienes conmigo, por primera vez serás libre, imagina lo que haríamos juntos, podríamos remodelar el mundo, rehacerlo lo mejor que nos plazca. Únete a mí, Twelve— volvió a tomar la mano de la niña— y te juro que pondré el mundo a tus pies, si así lo quieres lo quemaré y te daré las cenizas para que hagas lo que tú quieras...
—Pero...— Twelve se apartó del rubio completamente asustada y con ganas de llorar— tú eres un hombre y yo soy una niña...
—No lo serás para siempre, bonita— le acaricio la mejilla— crecerás, crecerás mucho y serás una mujer hermosa, y muy poderosa— aun tomo su mano acariciando sus palmas— quédate a mi lado, tú y yo estamos destinados, somos fuego, y nuestro destino siempre ha sido arder juntos, te daré lo que quieras en la palma de tu mano, lo único que deseo a cambio, eres tú
Twelve se apartó de su agarre lentamente limpiándose las lágrimas y rodeo al rubio inclinándose viendo a los niños muertos, sobre todo los que no pasaban de los cinco años, ella por mucho tiempo deseo que no existieran más números después de ellos, le gustaba ser la pequeña, pero sin duda nunca mataría a ningún niño, y también sentía pena por los mayores, así no hayan sido los mas simpáticos con ella
—Pues tendrás que seguir deseando...— la rubia alzó la mano estrellando a One contra el cristal, eso lo hizo enojar, ya que se levantó lentamente mirando enojado a las dos niñas que ahora lo rodeaban, sin embargo su atención estaba en Twelve, quien realmente le interesaba
—Entonces será por la mala— el rubio se defendió alzando la mano y tirando contra la pared a la rubia que cayó muy aturdida contra los mosaicos, esa distracción le dio el suficiente tiempo de distraer a Eleven levantándola en el aire comenzando a herirla
Twelve aún no podía levantarse, pero ella veía todo completamente asustada, de repente vio como los ojos de su hermana empezaban a sangrar y ella soltaba gritos de dolor, One estaba a nada de matarla
—No tenía que terminar así— murmuró el mayor
Twelve tomó su costado con dolor mientras se levantaba, con cada respiración que tomaba le dolía su costado, sin embargo antes de que ella alzara la mano, Eleven alzó ambas manos llevando a One con tanta fuerza que quebró el espejo y chocó contra los mosaicos
—¡Corre!— Eleven se giró hacia la rubia que apenas y se había levantaba con dificultad y dolor
Siempre dijo que huir era para cobardes, sin embargo por esta ocasión apenas logró ponerse sobre sus palmas y rodillas y cruzó corriendo lo más rápido que podía la puerta hacia la sala de ventilación donde le había contado Eleven que escaparía
—Tú no me vas a separar de ella— el mayor miró con rencor a la castaña, no iba a permitir que le quitarán lo único que le queda de Maddie— es mía.
Eleven alzó la mano hacia el rubio que le respondió de la misma manera, los gritos retumbaban en el sala, hasta que la niña desintegró al mayor formándose una grieta algo extraña con algunas enredaderas y una niebla roja que ella miró con los dientes apretados mientras respiraba pesadamente hasta que esta se cerró por completo
—¿Qué has hecho?— papá entró a la habitación con una herida en el entrecejo, al ver a los niños pequeños muertos, la miró sin poder creerlo— ¿Qué has hecho?
No obtuvo respuesta de la niña ya que tanto poder la agotó hasta que se desvaneció en el suelo de la sala, sin saber que no despertará en un buen tiempo
Mientras esto pasaba, Twelve se metía en la alcantarilla abierta, empezó a arrastrarse rápidamente por está esperando que One no la encontrará y la matara ahí mismo
Se pegó varias veces en la cabeza y sus rodillas estaban tan rasposas que sangraron por el esfuerzo que ella hacía deslizándose, además de que el dolor en su costado la tenia llorando con cada segundo que tomaba aire, no supo cuánto tiempo pasó cuando en esa tubería, pero cuando llego al final vio una extraña luz que era más clara que la de los focos del laboratorio
Empujo la reja que se interponía entre ella y esa luz hasta que esta se abrió, ella paso por està y su cabeza le dolió al sentir por primera vez la calidez de la luz del sol
Aún seguía oyendo la alarma del laboratorio, así que empezó a correr por el bosque, se quejó un par de veces por las rocas que se le incrustaban en los pies, pero tenía tanto miedo que siguió corriendo
No supo cuánto tiempo pasó así hasta que en una parte del bosque se encontró a un hombre rubio que de momento la hizo paralizarse, sin embargo él no era One
—Tranquila— el extraño alzó su mano, ella empezó a retroceder hasta que cayó de espaldas— no te voy a hacer daño
No le creía nada, así que alzó las manos tirando al hombre bruscamente en el suelo
—Bueno, empezamos mal— el mayor puso su mano en el pecho acercándose lentamente a la niña que no bajaba las manos— soy Alex... ¿Cómo te llamas?
Hubo un silencio de segundos que se sintieron como minutos antes de que la pequeña un poco más relajada y menos asustada, susurró su nombre, pero no él que le dieron, sino aquel que eligió con las niñas que hasta ese momento consideraba sus hermanas
—Liz... mi hermana me puso Liz...
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He escrito parejas moralmente cuestionables, y luego están Twelve y Henry
Los personajes de esta historia// yo a partir del siguiente capítulo
—Ellis
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