Capítulo XXI: Whatever it takes (*)
LA SEÑORA MORTENSON
Me lleve el cigarrillo a la boca dándole una calada de un par de segundos antes de quitarlo de mi boca y soltar el humo a uno de mis costados mientras que me apartaba el cabello de la frente
No sé cuánto tiempo llevo sin dormir, no sé cuántas cajetillas de cigarros llevo, ni cuantas botellas de vodka he bebido, solo sé que con cada segundo que pasa me estoy volviendo loca
No confiaba en nadie más que en mi esposo para todo lo que estaba pasando, la policía perdió credibilidad para mi desde el instante que me robaron a mi bebé hace casi 14 años en el hospital dónde nació, y aunque por desgracia tenía que estar involucrada esta vez porque la fachada era que mi hija fue víctima de un secuestro, no quería a la policía ahí estorbando, con el único que podía confiar y hasta un nivel medio era el sheriff Hopper ya que estaba pasando lo mismo que yo y porque también estaba dispuesto a matar al que sea necesario con tal de traer a nuestras niñas a salvo
Solo eran 3 días, pero esta tortura era tan tortuosa, de solo pensar cómo podría estar mi hija, sentía que me iba a dar algo, no sabía que le estaban haciendo y eso me alteraba
—¿Qué pasó?— pregunté hacia mi esposo en cuanto entró a nuestra casa. Toda la noche se le había pasado tratando de buscar a nuestra hija por los alrededores del pueblo
—Nada— Alex se tiró en el sillón frustrado
—Me voy a volver loca— me aparté el cabello de la frente— te juro que me voy a volver loca
—Cielo...— Alex me acarició la espalda tratando de calmarme, aunque eso no funcionaba para nada—tenemos que ser fuertes, Aarón aún nos necesita
—Tráeme a mi hija— empecé a sollozar— por favor, tráeme a mi hija
—Lo haré— me aseguró mientras me dejaba un beso en la frente— una vez lo hice, te traeré a nuestra hija sana y salva, te prometo que será lo más pronto posible porque yo también me estoy volviendo loco
—Cielo...— junte las manos tratando de sacar fuerzas para hablar— cuando todo esto acabe, quiero que nos vayamos de aquí
—Madds...
—Sé lo que implicaría mudarnos de nuevo— resople— pero eso de desaparecer sin dejar rastro se nos da muy bien
No era muy partidaria de huir, la primera vez que lo hice fue cuando fingí mi muerte apenas me entere que estaba embarazada, sabía que el gobierno no me iba dejar en paz cuando decidí salirme del MK-ultra, por eso fingí un accidente de auto cuando en realidad me había ocultado muy bien con mi esposo en Houston. Aunque al final eso no sirvió de mucho, Martin Brenner y Connie Frazier se enteraron que sobreviví y me quitaron a mi bebé sacándola de los cuneros del hospital fingiendo su muerte
—Cielo— tome la mano de Alex— por favor, si volvimos aquí fue para tratar de superarnos y porque esta casa fue de mi abuelo y no me atreví a venderla, pero podemos vender la casa y así no habría nada que nos ataría a Hawkins. Desde que recuperamos a nuestra hija por primera vez, nos juramos hacer lo que sea necesario para mantenerla a salvo. Tenemos el dinero y los medios para ocultarnos y empezar de cero en cualquier parte del mundo con nuestros hijos— jugué con mis dedos algo nerviosa, sabía que está decisión no le gustaría a mi hija, ella ya empezaba a adaptarse e incluso ya tenía a alguien...
—Está bien— Alex suspiro resignado— cuando encontremos a nuestra hija, nos iremos de Hawkins y esta vez para siempre
—Gracias— me incline un poco dándole un beso en los labios que me respondió por un par de segundos
—Tienes que comer— mi esposo me acarició la mejilla— no quiero que te enfermes
—No tengo hambre— negué ligeramente con la cabeza
—¿Solo un poco, por favor? — termine asintiendo ante las palabras de mi Alex, él me dejo un beso en la frente antes de levantarse— iré a hacerte algo para que comas
—Gracias, cielo— me aparté el cabello de la frente mientras resoplaba pesadamente.
Encendí la televisión poniendo las noticias para tratar de tranquilizarme, funciono un poco mientras oía el reporte del clima y de la inflación económica, sin embargo tuve que cambiar de canal cuando empezó un reportaje de niños desaparecidos en Maine. Apagué la televisión mientras que lanzaba el control a mi lado
Lo que menos necesitaba pensar era en niños desaparecidos o encontrados muertos
El timbre de la puerta sonó, sacándome de mis pensamientos preocupados;— yo voy— avise mientras me levantaba a abrir la puerta
El sheriff entro a mi casa acompañado de Joyce Byers, inmediatamente los deje pasar
—¿Les puedo ofrecer algo de tomar? — pregunte para ambos mientras me cruzaba de brazos caminando por mi sala
—No muchas gracias
—Señora Mortenson— empezó el sheriff
—Maddie— aclare— por favor, creo que ya pasamos ese límite de confianza y nos podemos tutear, Jim
—Okey— Jim sonrió ante mis palabras
Alex llegó a mi lado a los segundos entregándome un plato de cereal que me comí lentamente, no tenía nada de hambre, pero hacía lo posible por no preocupar a Alex así que empecé a comer mientras me sentaba en el sillón con mi esposo a mi lado. Jim y Joyce se sentaron también en los sillones
—Maddie, Alex, estamos aquí porque tenemos noticias— nos dijo Jim mientras juntaba las manos
—¿Qué? — De inmediato mi interés al igual que el de mi esposo comenzó a despertar— ¿Quién se las llevó? ¿El laboratorio?
—Algo está pasando en el Starcourt— me dijo Joyce— algo está pasando, pero te tenemos que contar todo sobre nuestra historia para que nos entiendan
—Iré por café— Alex se empezó a levantar del sofá
—¿Tienes vodka? — preguntó Jim hacia mi esposo
—Yo también quiero— mire a mi esposo suplicante
—Sí, tengo— Alex suspiró derrotado— ¿usted también quiere, señora Byers?
—Yo si acepto el café— Joyce se removió incómoda en el sillón
Una vez que llegó el vodka y el café en el caso de Joyce, ambos comenzaron a llenarme de detalles, detalles difíciles de creer, o al menos para otras personas, no para mí que veía a mi hija manipular la mente de las personas desde hace años. Aun así me provocaba una extraña sensación, desde hace días Liz me había dicho que se sentía observada, pensé que era paranoia o que solo me faltaba dormir mejor, pero de eso... a pensar que en este momento hay un portal a otra dimensión
Me quedé mirando a Jim y Joyce boquiabierta por quién sabe cuántos minutos después de oír las historias, como la desaparición del novio de mi hija, cosas a las que la hija de mi amiga Terry se tuvo que enfrentar, y un portal con monstruos que parecían de la saga de películas de Alíen
—Desearía poder decir algo— Alex soltó un suspiro, asentí dándole la razón
—Sabemos que es difícil de creer— me dijo Joyce— pero, creemos que está volviendo a pasar, y coincide con la desaparición de las niñas
—Bueno— me levanté del sillón tomando una gran respiración— hace mucho tiempo me dejaron de parecer extrañas todo lo que pasaba a mi alrededor— miré a Hopper— Jim, yo no confío en la policía— me sincere— pero estoy confiando en ti, no hagas que me arrepienta
—Entonces en marcha— Alex se levantó del sillón imitando mi gesto
—Vámonos— nos dirigimos hacia la puerta, sin embargo recordé el gran detalle de mi hijo menor
—Espera— detuve la mano de mi esposo— ¿Qué hacemos con Aarón?
—¿Quién es Aarón? — me pregunto Joyce
—Mi hijo menor— respondió Alex— podemos pedirle a una vecina que lo cuide
—No— respondí rápidamente— no confió en nadie para cuidar a mi hijo
—Entonces vendrá con nosotros— Jim se acercó hacia la puerta trasera que daba al jardín, Aarón estaba ahí con una casa hecha de sábanas que había tardado en armar toda la mañana— oye, niño— Aarón asomo la cabeza de entre las sábanas ante el llamado del sheriff— ¿quieres vivir una aventura?
—¡Sii! — mi hijo no lo pensó cuando se levantó saliendo de las sabanas y caminando a nuestra dirección
Al menos no pregunto tanto en comparación a las otras veces, ahora solo se subió a la camioneta de la policía sin hacer preguntas y muy emocionado, no sabía en qué nos metíamos, pero en definitiva prefería tener a mi hijo cerca donde lo pudiera vigilar, tal vez estoy siendo una idiota, pero me sentía una línea un poco más relajada al saber que estaría a mi vista
—Ahora podemos considerarnos Misterio a la orden— murmuró mi hijo saltando ligeramente en su asiento, emocionado— nos falta un perro, pero podemos adoptar uno en el camino
Le acaricie el cabello a mi hijo menor y lo envolví en mis brazos rezando que pronto pudiera tener a mis dos hijos en este mismo abrazo
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-Ellis
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