Capítulo XVIII: Under pressure (*)

Tipo de narrador: Tercera persona

Liz y Will se encontraban en el castillo Byers, era su último día de vacaciones y preferían pasarlo en el castillo Byers leyendo cómics a ir al cine como le o hicieron sus amigos.

Ambos estaban acurrucados en la colchoneta del lugar, la rubia apoyaba la cabeza en el hombro de su novio mientras que el castaño le rodeaba los hombros con su brazo libre hasta terminar en su cintura para atraerla mas cerca. Septiembre ya iniciaba, y con ellos un poco el frio, lo que era una excusa para pedirle a Liz que lo abrazará, y para Liz, pedirle a Will sus sudaderas, ya le había robado tres en el tiempo que llevaban juntos

—Espera— Liz levantó la mano cuando vio que iba a cambiar de página.

La rubia termino de leer la parte que le faltaba y bajo la mano.

Will cambio la página y ambos siguieron leyendo mientras que la rubia le desordenaba el cabello de la nuca con sus dedos, él amaba cuando ella lo despeinaba

—Amo a Jean Grey— exclamó Liz.

—Y yo te amo a ti— hablo Will mientras miraba a Liz.

Liz le tomo una de las mejillas para acercar sus labios y le planto un beso de unos segundos. Ambos volvieron la vista al comic, y cuando terminaron, ambos se quedaron con los ojos abiertos aun procesando todo lo que había pasado

—Necesito el siguiente.— fue lo único que dijo la rubia 

—¿Tienes dinero?— pregunto Will con una mueca 

—No— Liz hizo un puchero— es que me compre Emma de Jane Austen y ya no tengo mesada hasta la siguiente semana

—Cierto... ahora me acuerdo de algo— Will se reincorporó de la colchoneta dónde ambos estaban recostados, busco entre una pequeña caja de madera sacando algo envuelto en papel periódico— lo vi en un mercado de segunda mano en Derry y de inmediato pensé en ti, espero que te guste 

Liz sonrió al ver como su novio le entregaba su regalo, Will no siempre podía comprarle las cosas costosas a la que Liz estaba acostumbrada, pero esta, estaba seguro que le gustaría

—Gracias— dijo mientras le besaba los labios muchas veces, ambos soltaron risitas

—Ábrelo— Will recargo su mentón con su mano, emocionado porque Liz abriera su regalo, que si bien no era mucho, esperaba que le gustara

Liz rasgo el periódico y de inmediato abrió la boca al ver en sus manos una edición de Mujercitas de Louisa May Alcott, llevaba tiempo hablando de ese libro, Liz soltó un pequeño grito que hizo sonreír a Will antes de que su novia se lanzara a sus brazos diciéndole lo mucho que le encanto 

Liz empezó a leer las primeras paginas del libro, y si bien, Will no tenia muy apegado el hábito de la lectura de la época, o mejor dicho de la lectura en general a menos que fuera en la escuela, amaba ver a Liz como sonreía y cambiaba las voces al leer cada personaje

—Creo que seria como Jo— murmuro la rubia cerrando el libro con una sonrisa mientras volvía a abrazarlo— me estoy identificando mucho con ella y solo llevamos un par de páginas

—Jo no quiere casarse— Will la miro con los ojos entrecerrados

—Bueno, entonces en eso diferimos porque yo si quiero— Liz aleteo las pestañas— ¿recuerdas el dibujo que me regalaste? Quiero algo así, pero con mas detalles

<<Sin los engendros del diablo>> pensó la rubia, pero no lo dijo

—Bueno, ¿Qué quieres?

—Es solo que...— Mortenson jugó con sus manos mientras miraba un poco el techo— quiero estar tranquila, me gustaría estar alejada de todo, como en las montañas, me gustaría tener una una cabaña en medio de las montañas, que tuviera muchas habitaciones, y que hubiera un lago cerca que me gustaría admirar en las mañanas— enumeró alzando un dedo— también quiero que tenga muchos libros, nunca me aburriría

—¿No estoy yo en el plan?— Will la miró entrecerrando los ojos

—Claro que si— Liz tomó las manos de su novio causándole una risita— y pienso que podrías tener una lado en el porche donde verías el lago para que puedas pintar, y del otro lado veríamos la luna y observaríamos a los perros que tendremos, — Liz aplaudió ligeramente orgullosa de su imaginación— quiero cuatro, y se llamaran como los integrantes de Queen 

—Okey

—¿Por que siento que me estas dando el avión?— Liz  le golpeo levemente el hombro a Will

—No lo estoy haciendo— le dijo el castaño entre risas. 

Liz se le fue encima empezando a picarle las costillas lo cual ambos se vieron envueltos en una pequeña guerra de cosquillas, se separaron un poco cuando la rubia quedo encima del castaño y su cabello le cubrió parte de la cara, Will le aparto un mechón, poniéndoselo detrás de la oreja mirándola embobado, como estaba por ella desde el primer momento en que la vio

—Yo si me quiero casar contigo— le dijo Will completamente hipnotizado— y también quiero tener esa cabaña en las montañas contigo

—Yo también— confesó la rubia en un suspiro— pero primero, Roger Taylor me tiene que decir que no 

—Roger Taylor ya esta casado 

—¡Estoy tratando de ignorar eso!

Liz se recargo en el hombro de Will, ambos así se sentía en paz, sin pensar en nada, por lo cual se quedaron en silencio mientras se desordenaban sus respectivos cabellos

Tranquilidad, algo que ambos quería al lado del otro

—¡Oigan, querubines, salgan del nido!— alguien grito desde afuera del castillo Byers

—Ya vinieron a molestar— murmuro Liz con un pequeño deje de molesta

Will le extendió la mano a Liz para ayudarla a levantarse de la colchoneta, ambos salieron del castillo Byers y observaron a sus amigos acercándose.

—¡Joy!— Liz corrió hacia su hermana Joy, que venía tomada de la mano de Dustin.

La morena soltó al rizado y corrió hacia su hermana.

—Estas tan bronceada— hablo Joy mientras tocaba la cara de Liz— a la próxima iré también a ese campamento

—No estuvo tan bueno, amor— le respondió Dustin hacia Joy 

<<Oh por dios, le acaba de decir amor>> pensaron Liz y Will

—Oigan— la única rubia del grupo miradas entre Joy y Dustin— ¿ya es oficial?

—Sip— respondió Joy mientras se acercaba a Dustin y le pasaba el brazo por el hombro— me preguntó si podía ser mi novio, no me pude resistir ante las palabras 

—Y nosotros sostuvimos la cartulina— murmuro Lucas orgulloso mientras que apuntaba a Max que asintió dándole la razón

—Este verano ustedes han sido cupido de muchas parejas— Mike miró a Lucas y Max

—Si, primero nosotros— Byers apuntó a su novia que ladeo la cabeza con una sonrisa de boca cerrada

—Y ahora nosotros— Henderson y Newsome sonrieron hacia el moreno y la pelirroja 

—Si, pero el crédito de ustedes me lo llevo yo— Max apunto a la pareja del castaño y de la rubia

—Hacemos un gran equipo, ¿no, madmax?— pregunto Sinclair hacia su novia 

—Por supuesto— Mayfield extendió la mano y chocó las cinco con su novio para luego sonreír orgullosos de su trabajo en ambas parejas

—En fin, venimos por ustedes porque queremos hacer noche de películas antes del lunes que volvemos a la escuela, ¿vienen?— Mortenson y Byers intercambiaron miradas y asintieron

—¿En casa de quien será?— pregunto Liz mientras caminaban por el bosque saliendo de este dirigiéndose a la casa de alguno de sus amigos

—En tu casa 

—¿Ah?— Mortenson  abrió la boca algo ofendida ante la respuesta, pero todos la dejaron atrás, por lo que rodó los ojos mientras que seguía a sus amigos 

Ella tenia la casa más grande, la televisión más grande, los sillones más cómodos y Maddie siempre les compraba pizzas, sodas, frituras y pastelillos, era obvio que el #506 de Loch Nora siempre era su destino de noche de películas favorito

De nuevo sus vidas son normales. Sus experiencias con el desuellamentes y con el payaso asesino habían quedado atrás...











































































































~En algún lugar del mundo~

Dos hombres de traje venían cargando por los hombros a una pelirroja muy confundida, asustada y a la vez enojada.

—¡Deténganse, perras!— grito la mujer mientras trataba de zafarse del agarre de esos tipos.

Detrás de ella venían otros dos tipos arrastrando a un hombre de cabello ondulado.

—¡Sueltenme!— gritaba el hombre con un acento raro.

A ambos los dejaron en el suelo en una habitación completamente cerrada, solo había un hombre de traje, pero por la falta de luz no veían su cara.

—¿Qué es lo que quieres?— preguntó la pelirroja hacia el hombre, tiro de sus manos dándose cuenta que estaba esposada.

—Que hagas lo que mejor sabes hacer— susurro— quiero que construyan.

A los pies de la pelirroja cayó una caja de herramientas roja demasiado grande.

—No entiendo— negó ella más que confundida.

Los 5 tipos salieron de la habitación y dejaron al de lentes y la pelirroja solos en la oscuridad y con una caja de herramientas.

—¡No entiendo!— grito la pelirroja hacia la puerta.

No entendía nada, no sabía que hacia ahí siquiera, solo sabía que corría peligro....

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¿Acaso no lo vieron venir? 7u7


-Ellis

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