Capítulo XVI: Material girl (*)

WILL BYERS

Me lleve una papa a la boca con desinterés mientras que mis amigos seguían sentados comiendo animadamente de sus hamburguesas, pero a decir verdad no tenía mucha hambre

Me paralice cuando vi a Liz entrar al establecimiento al lado de su madre y un niño pequeño que se parecía a ella, supongo que su hermano, estaba abrazando una bolsa de papel con fuerza, no pareció notar mi presencia ya que de inmediato se fue a la barra, supongo que a ordenar, mientras que yo me le quedaba viendo

¿Cómo es posible que alguien tan hermosa como ella sea mi novia?

Mi novia... aun no me podía creer eso...

—Mira, ahí viene tu tía, Mike— Max sonrió ampliamente cuando vio a Liz en el mostrador

—Que graciosa— Mike rodó los ojos con desinterés

—¿Cómo te fue con ella? — Me pregunto Max mientras se le formaba una sonrisa— ¿hablaron?

—¿Tu sabes algo? — le preguntó Lucas a Max

—Soy el cupido de ellos dos, silencio— Max hizo un gesto para que hicieran silencio, luego me miró haciéndome un ademán extraño

—Sí, hablamos— empecé, Max sonrió ante mis palabras y ante lo que iba a decir, ya me estaba poniendo rojo— somos novios...

Max soltó un chillido emocionado ante mis palabras, al igual que Eleven y Lucas que también sonrieron y me felicitaron diciendo que se alegraban por ambos

—¿Qué? — Mike abrió la boca intercalando miradas entre mí y la chica que estaba en el mostrador— ¿Mortenson, en serio, ella?

—Sí, Liz le hizo caso, Mike— Max sonrió con una pizca de sarcasmo hacia Mike— y una vez más, te equivocaste.

—Veamos como es Mortenson— Mike rodó los ojos

—Pero ya deja de decir esas cosas de ella— El fue la única que logro que Mike se quedará callado y dejará de proclamar al aire que Liz le caía mal

—¿Pero qué haces aquí? — Salte un poco ante la voz de Max que se iba haciendo más fuerte— dile que se siente con nosotros

—No sé si sea...

—Will, invítala a sentarse, no hay ningún problema— murmuró Lucas, Eleven asintió dándole la razón

Me levante algo nervioso de la silla caminando hasta el mostrador, Liz noto mi presencia porque le dio la bolsa de papel a su hermano acercándose a mí, y más me sorprendió cuando me abrazo

—Hola— me saludó sonriendo después de que nos separamos del abrazo— espero no haber llegado tarde

—No, no lo hiciste— me lleve las manos a los bolsillos— puedes sentarte con nosotros, si quieres— señale unas mesas detrás de nosotros donde Max fue la primera en saludar, saludo que Liz le regreso alzando la mano

—Sí, pero, eh...Mamá— Liz miró a su mamá que estaba cargando a su hermanito recargada en el mostrador

—Ni siquiera se quien eres— la señora Mortenson tomo su pedido y se fue con su hijo menor

Liz miró ofendida a su mamá que no tenía intenciones de regresar al local, por lo que después de que le dieron su pedido, se giró hacia mí aun sin poder creer que su mamá y su hermano la habían dejado

—Me acaban de desheredar, así que vamos— Liz hizo una mueca triste que me hizo reír, pero camino hacia la mesa donde todos la recibieron saludándola animadamente

Bueno, todos excepto Mike, aunque Liz ni se dio cuenta

Lucas, Max y Eleven no les molestaba la presencia de Liz, sino todo lo contrario, hacían lo posible por integrarla al grupo, por lo cual ella se veía muy feliz, ella me había contado que antes no tenía amigos, por lo cual no era buena socializando

—¿Oye, estás bien? — Lucas señalo una línea de sangre que Liz tenía en el brazo que tenía extendido sobre la mesa

—Ay, mierda— Liz tomo de las servilletas poniéndolas en su brazo— no es nada, fue una vacuna, odio las agujas

—¿Tú también las odias? — Eleven le pregunto eso a Liz, que abrió la boca sin saber qué decir

—Me ponen muy nerviosa, es todo— respondió Liz hacia Eleven, aunque podía notar como ella se ponía triste

Max y yo éramos al parecer las únicas personas que ahora sabían el secreto de Liz, pero parecía que ella aún no estaba lista para decir nada, así que me quedé callado, no era algo que me correspondiera decir. Ya me sentía bastante mal de haberle recriminado de su secreto hace unas horas

—Oigan, no es por ofenderlos, chicos— Liz nos miró a Lucas y a mí— pero está todo medio aburrido— se giró hacia Max y Eleven— ¿Qué les parece si las tres hacemos un día de chicas?

—Se oye divertido— Max sonrió hacia Liz, pero luego intercambió miradas con El— pero, no tenemos mucho dinero

—Por eso no se preocupen, yo les invito— Liz se levantó de la silla— así que dejen las papás fritas y vamos

Max siguió a Liz, El se encogió de hombros antes de levantarse

—Deberían aprender ustedes también a invitarnos— Max tomó a Liz de los hombros mirando divertida a Lucas que le regresaba la sonrisa y a Mike que la miraba con los ojos entrecerrados— Liz sería mucho mejor novio que ustedes

Lucas miró con un mohín a las chicas que se reían mientras que salían del local riendo abiertamente 

—Vaya, que buen prospecto de novia te conseguiste— me dijo Mike en cuanto las chicas se fueron

—Mike, ya déjala en paz— murmure con cansancio— no te ha hecho nada

—Viejo, tiene razón— me apoyó Lucas— Liz solo ha demostrado que es buena persona, buena chica y buena amiga. Si hace feliz a Will, todos ganamos— Lucas se giró hacia mí— felicidades Will, estoy seguro que Liz es la indicada.

—Gracias— sonreí hacia Lucas

Al menos uno de mis mejores amigos si me apoyaba...

LIZ MORTENSON

Venía arrastrando del brazo a Max y Jane para que viéramos las distintas tiendas de ropa, al final me gusto una y las tres entramos en esta

Jane miraba a sus alrededores la ropa colorida del lugar, me emocionaba como miraba todo el lugar. Metí las manos en el bolsillo de mi vaquero esperando tener dinero, por fortuna sí tenía ya que mi papá me dio mi mesada, tenía casi 80 dólares en el bolsillo que posiblemente me acabaría hoy para quedar pobre el resto de la semana, pero con tal de tener una tarde con las únicas amigas que tenía hasta ahora, valía la pena

—¿Qué les gusta? — les pregunté a ambas chicas que no dejaban de mirar las camisetas— ¿La ropa? ¿Los zapatos? ¿La puta tienda? ¿Qué quieren? 

—¿Cómo sé si me gusta? — me pregunto Jane girándose hacia mi

Jane me recordaba un poco a mi cuando aún empezaba a conocer el mundo, la única diferencia es que esperaba poder hacerla sentir cómoda para que no estuviera incomoda a diferencia de mí en mis primeros años como persona civilizada

—Solo te pruebas cosas— le empezó a decir Max— hasta que encuentres algo que se sienta como tu

—¿Cómo... yo?

—Si— respondí

—No como Hopper, ni como Mike, como tú— Jane sonrió mirando el maniquí

—Elijan lo que quieran— las mire sonriendo mientras que veía atenta las camisetas que eran medio descubiertas del abdomen, me gustaban, pero aún no sabía si tenía la confianza suficiente para usar ropa un poco más reveladora. Solté un pequeño bufido sin importarme eso

—Pero no tenemos tanto dinero como para eso— Max hizo una mueca cuando vio cómo tomabas las camisetas que Jane miraba guiándose al probador

—Pero yo si tengo— sonreí ampliamente mientras le entregaba la ropa a Jane— yo invito y al final del día me tendrán que decir mami

—¿Mami? — Jane me miro algo confundida

—Aprendes rápido, ve— abrí la puerta del probador haciéndole un ademan a Jane para que entrara

—Oye, esto es demasiado— Max despego su vista de la etiqueta mirándome con horror

—Ya te dije que tomes lo que quieras— le dije mientras seguía mirando las camisetas

—¿Qué eres? ¿mi patrocinador?

—Solo una chica materialista— le extendí unos lentes rojos— ten, el rojo es perfecto

—Solo esto, me da pena que me inviten cosas— Max tomó los lentes colocándoselos y haciéndome una leve reverencia— mami...

Le guiñe el ojo ante sus palabras mientras que ella me extendía unos guantes violetas de cuero que tome sonriendo

—Para tus muñecas— Max titubeo un poco— ¿te duele mucho?

—No, desaparecerán en unos días, sin problemas— le regrese la sonrisa— ¡Jane, sal ya!

El día se resumió a probarnos ropa como si estuviéramos en una pasarela. Jane se emocionaba con cada cosa que se probaba y que le dábamos nuestra opinión, al final llevábamos casi tres conjuntos de ropa que le quedaron estupendos a Jane

También corrimos hacia un estudio de fotografías donde empezamos a ponernos mucha ropa extravagante y a pesar de que muy pocas veces me gustaban las fotos, en esta ocasión me encantaron, y planeaba poner las fotos en mi precioso librero

La siguiente parada fue la tienda de zapatos, que a pesar de que no planeaba comprar nada, si empezamos a probarnos tacones que obviamente jamás me atrevería a usar en público

—Te ayudamos— Max y yo le extendimos la mano a Jane ayudándola a caminar con los tacones que traía, sin embargo no llegó muy lejos cuando se tambaleo en nuestros brazos cayendo de rodillas, pero causándonos a las tres carcajadas

Lo que llamó la atención de un par de chicas que nos miraban con una mueca, solo reconocí a Stacey, la abeja reina, ella a diferencia de casi todos, en vez de decirme bruja, me decía peliteñida

Bruja, sí, pero peliteñida, jamás.

—Tengo una idea— Jane nos guio a mí y a Max detrás de un pilar, donde veíamos a Stacey y sus amigas platicar con un chico

Veíamos burlonas a la chica y sus intentos de coqueteo, así como a los segundos su malteada que le explotó en la cara, literalmente, lo que causó las carcajadas de Max, Jane y yo

—¿Vieron? — Las tres reíamos mientras que corríamos tomadas de las manos por todo el Starcourt esperando que nadie nos alcanzará— la vida es más que chicos estúpidos

(...)

—Okey, un helado doble de fresas con crema y galleta, otro de fresa y otro de vainilla con chispas de chocolate y crema chantilly extra

El chico encargado de servir helado en el Scoops Ahoy —Steve, según su gafete— nos extendió nuestro respectivo cono a mí y a las dos chicas a mi lado

—Gracias— las tres recibimos nuestro respectivo cono, mientras que yo extendí un billete de 10 hacia Steve

—¿Ese de verdad es tu cabello? — pregunte inclinándome mirando al chico y su gran cabello castaño

Desde la primera vez que entre aquí, esa duda estaba en mí, por dios, ese chico tenía el cabello mucho mejor que yo, mucho mejor que el de mi madre, y eso ya era mucho qué decir

—Eh... si— me respondió el chico algo extrañado

—Es lindo— sonreí en respuesta. Tome un par de centavos de mi cambio dejándolo en el frasco de propinas y acto seguido, le guiñe el ojo causando que Steve se pusiera rojo

Max nos tomó de las manos a Jane y a mí saliendo del local como almas que lleva el diablo debido a las carcajadas que nos provocó la cara del tal Steve

—Lo dejaste como tomate— rio Max mientras que cruzábamos la puerta eléctrica del centro comercial

—No fue intencional, lo juro— reí mientras seguía comiendo de mi helado

—¿Entonces, te tengo que decir mami? — me pregunto Jane causando mi risa

—Si quieres— enrosque mi brazo con el de la castaña

Hice una mueca cuando salimos por completo y me di cuenta que empezaba a oscurecer, me empezó a dar miedo ya que nunca había salido de noche sola

—Vengan, al autobús— Max nos señaló el autobús que estaba a punto de irse, por lo cual subimos por este antes de que se fuera

Pero aun así, estar sola de noche me da miedo, y sobre todo que aún no sabía bien cómo volver a mi casa

---------------------------------------

-Eli

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top