Capítulo XIV: I don't even know who you are (*)
Tipo de narrador: Tercera persona
Elideth Mortenson llevaba inconsciente tres días después de la cirugía, sin embargo los doctores daban buenos pronósticos de su recuperación, aún no había rastros de infección, y sin contar la anemia, casi todo estaba normal, por lo cual era cuestión de tiempo para que despierte
Will se había quedado dormido con la cabeza recargada en uno de los bordes de la camilla, el cansancio y dormir en esa habitación lo tenía agotado, pero no quería apartarse de la rubia hasta estar seguro que estaría bien, por lo cual se había quedado toda la noche esperando que fuera el día en que la viera abrir los ojos
Aún era temprano cuando aquella rubia empezó a abrir los ojos lentamente ya que la luz artificial de su habitación la lastimaba, sin embargo se empezó a alterar cuando sintió las agujas en sus brazos, tanto que se arrancó estas, y la máquina de latidos empezó a timbrar ya que ella empezó a tirar del tubo del respirador que tenía en la boca también esperando arrancárselo
—¿Liz? — Will se levantó abruptamente al oír el pitido del respirador y al notar como la rubia tiraba de la manguera del tubo endotraqueal que la ayudaba a respirar, de inmediato se alarmó intentando detenerla para que no se lastimará— ¡no, no te lo quites!
Sin embargo ella estaba tan alterada de no poder decir nada y sentirse ahogada, que siguió tirando de esa manguera, por lo cual Will tuvo que apretar el botón para llamar a la enfermera que no tardó en llegar junto con la doctora y otro par de enfermeros
De inmediato la doctora ordenó que saliera de la habitación, por lo que salió de esta aun con preocupación
—¿Will, que paso? — Eleven fue la primera en correr al castaño por el pasillo, unos pasos atrás de ella venían Max, Dustin, Lucas y Mike
—Despertó— esas palabras hicieron que el grupo de adolescentes soltaron un suspiro de alivio— pero estaba muy alterada, la doctora la está revisando
—Pero despertó, es un avance— murmuró Dustin— seguro en un tiempo nos dejan entrar
Y se comprobó al poco tiempo, ya que la doctora Torres salió de la habitación
—¿Cómo está Liz? — se apresuró Max a preguntar
—Despertó, se le subió un poco la presión, pero está bien— las palabras de la doctora, le relajaron los nervios a todos los presentes
—¿Podemos pasar a verla?
—Si, en una hora vendré por ella para hacerle un par de estudios— Torres le dio una última sonrisa antes de desaparecer por el pasillo
Los chicos entraron a la habitación una vez que la mayor se fue. La rubia estaba sobre la camilla con los ojos cerrados, respiraba con algo de dificultad, solo que ya no tenía el respirador y en su lugar solo tenía oxígeno en la nariz y aún tenía el vendaje en la frente y se veía demacrada de la cara y el cuello
Jane dejó las flores que había traído en una de las mesitas mientras que se sentaba en la silla donde antes estaba Will, la miraban en silencio, sin embargo la rubia volvió a abrir los ojos, todos sus amigos la miraban con una sonrisa porque estaban muy felices de verla despierta después de casi verla desangrándose en ese bunker
—Bonita— Will le acarició un lado del cabello a Liz sin poder evitar los ojos llorosos— que bueno que estas bien
—¿Porque me hablas?¿Quien eres?— pregunto la rubia con confusión
—¿Qué? — Lucas miró perplejo a la rubia que aún respiraba entrecortadamente en la camilla
—Liz, somos nosotros— Max tomó su mano— somos tus amigos
—Mi amor— Will tomó su mano mirándola con más lágrimas... ¿de verdad no lo recordaba?
—Brujita, somos nosotros— Dustin la miraba con confusión— no digas que no nos recuerdas
—Ni siquiera se quien eres— volvió a decir la rubia
—No, esto no puede ser— Will negó mientras trataba de no llorar, hasta que la rubia empezó a reír—¿Qué?— Will le dio un ligero golpe en el hombro —No sabes el susto que me diste— Will suspiro aliviado
—Hija de...— Max le dio un pellizco que el brazo— eres una idiota
—No iba a tener la oportunidad de volver a hacer eso— Mortenson soltó una risita, sin embargo todos la veían medio molestos
—Ni medio muerta dejas tus bromas, arpía— le dijo Mike mirándola negando levemente
—Así no sería divertido morirse— Mortenson aleteo las pestañas con inocencia
—¿Cómo estás? — Le pregunto Lucas— ¿te duele mucho?
—Aquí— señalo uno de sus costados— pero solo cuando me muevo
—Te extirparon el bazo intestinal— esa información sí que la sorprendió, se llevo la mano a su costado dónde notó el vendaje— y tu hígado estuvo en peligro, así que no puedes comer palomitas en mucho tiempo
—Y díganme— la rubia jugó con sus dedos— ¿a quién de ustedes golpee cuando estaba desollada?
—Nos quitamos a tiempo para que no nos tocarán tus golpes— le dijo Mike
—Lastima— Liz hizo una cara de pena mirando a Mike— me hubiera gustado que estuvieras cerca para tener una excusa para golpearte, patán
—Ya te sientes mejor— Mike rodó los ojos con fastidio, mientras que el resto soltó una pequeña risa burlona— me alegra que no te hayas muerto, bruja
—Tengo más vidas que un gato— bromeo con superioridad, sin embargo algo se le apretujo en el pecho cuando notó la herida que su hermana no biológica tenía entre el pómulo y cerca de la oreja, abrió la boca algo asombrada, sabía que había sido ella— ay Jane, perdóname, por favor perdóname
—No eras tú— le aseguro Eleven mientras tomaba su mano entre las suyas— está bien, no tengo que perdonarte nada
—Bueno, ¿Qué quieres hacer?— le pregunto Dustin— tenemos una hora antes de que vengan a hacerte análisis
—Quiero saber algo— la rubia hizo una cara seria— ¿Queen no ha lanzado álbum en este tiempo, verdad?
Eso los hizo reír
—No, no te has perdido nada de Queen— le aseguro Will, causando que Liz soltará un suspiro de alivio
Todos dirigieron su vista a la puerta cuando esta se abrió abruptamente y vieron a Maddie y Alex entrar con los ojos llorosos y escaneando a su hija que estaba en esa camilla
—Hola...— lo saludo su pequeña tímidamente
Maddie y Alex no esperaron ni medio segundo para lanzarse a su hija abrazándola con cuidado de no lastimarla y sin evitar las lágrimas de verla despierta y hasta riéndose
—Ay, mi amor— Maddie le tomó el rostro a su hija mirándola con los ojos rojos antes de inclinarse para dejarle un beso en la coronilla
—No asustaste mucho— le dijo Alex también acariciándole el cabello
—Estoy bien— les dijo mirando a sus progenitores— ya todo pasó
—No vuelves a salir de noche— le dijo Maddie
—No lo vuelvo a hacer, lo prometo— miró a sus padres con una pequeña sonrisa
Así pasaron el resto de la tarde, poniéndose al día, tratando de animar a la rubia, acompañándola cuando le sacaban sangre y le hacían electros y todo eso, hasta que dieron las siete de la noche y eso indicaba que era la hora de marcharse para Max, Jane, Dustin, Lucas y Mike. Además de que la señora Mortenson no quería dejar solo a su hijo menor, por lo cual solo se quedarían el señor Mortenson y Will —o hasta que su madre pasara a recogerlo—
—Voy por un café— informo Alex antes de desaparecer por la habitación para darle privacidad a su hija que se encontraba abrazando a sus amigos
—Mañana venimos a verte, brujita— le dijo Dustin mientras que el acomodaba por los hombros las dos trenzas que Max le había hecho para animarla
—Gracias
—Cuídate mucho, moquito— Lucas la abrazó con cuidado de no lastimarla causándole una pequeña sonrisa
—Adiós, lagartija— Max también se despidió con un abrazo
—Adiós, cocodrila— Liz le respondió soltándose del abrazo
—Te quiero mucho— Eleven le desordeno el cabello sin soltar el abrazo
—Yo también te quiero— Twelve le dio una pequeña sonrisa a su hermana
—No hagas nada estúpido hasta que volvamos— Mike se despidió alzando ligeramente su brazo, la rubia soltó un pequeño bufido
Cuando todos se fueron, Will se volvió a sentar al lado de Liz en la camilla tomando su mano que estaba fría como siempre, ella le sonrió ante el gesto
—¿De verdad... te vas a quedar?
—Pues ya que, moquito— rió cuando lo oyó imitar el pequeño apodo que le dio Lucas— ya, aquí me quedo
—Lamento si te dije algo que algún momento te hirió— suspiro pesadamente cerrando los ojos— sé cómo pensaba, aun lo siento... y uno de esos pensamientos es que tú no estabas seguro de que yo...
—No es cierto— casi podría asegurar que era el hecho de las dudas que había tenido Will respecto a si sus sentimientos por Liz eran genuinos
—Jamás te obligaría a estar conmigo, ¿lo sabes, no? — la rubia tomó la mano del castaño sintiendo un nudo en la garganta de solo pensar en las posibilidades de que algún día Will le dijera que no la quería más— si algún día, te das cuenta de que yo no soy lo que tú quieres, créeme que te dejaría ir... por más que me duela
—Pero eso no va a pasar — le aseguro mientras dejaba un beso en el dorso de su mano— porque tú eres todo lo que quiero, porque tú eres la persona que amo...
—Pero no fui tu primer amor— la rubia tomo con mas fuerza la mano del castaño tratando de darle la seguridad y la confianza que creía que necesitaba en este momento— y no me molesta, sé que tenias vida antes de conocerme
—Pero a veces creo que tú salvaste mi vida
—No digas eso— Liz extendió su mano hasta la mejilla de Will dónde limpió un par de lágrimas con sus dedos
—No, si lo digo— tomo la mano que tenia en su mejilla dejándole un beso en su palma como era su costumbre— porque yo sentía que me ahogaba antes de conocerte y tu fuiste ese aire fresco que necesitaba, me estaba ahogando y me salvaste
—Pero lo que sentías por él...
—No es ni remotamente parecido a todo lo que siento por ti— interrumpió sus palabras mientras le apartaba un mechón de cabello del rostro— porque solo contigo me he detenido a pensar en el futuro, solo contigo quiero todo, la casa ruidosa, el perro, los engendros del diablo— ambos soltaron un pequeña risita nerviosa— te elegí cuando te conocí y te elegiría una y mil veces más, te voy a seguir eligiendo por el resto de mi vida, Lizzie
Mortenson ya no aguanto las lagrimas, le paso las manos por las mejillas a Byers para acercar sus rostros y dejarle un beso en los labios, un beso lento que se mezclaba con las lágrimas de ambos aun sintiendo su cercanía para convencerse de que estaban juntos
—Te tengo que decir algo— susurró Mortenson sin despegar sus frentes— hice algo malo
—Lo sé— susurró Byers aun manteniendo su contacto en sus frentes— él dijo que nos dejaría al final porque tú se lo pediste
—No solo se lo pedí— se despegó un poco para mirar al chico que amaba a punto de lo que iba a decirle— le dije que lo dejaba destruir el mundo con tal de que tu estuvieras bien
—Y fue una locura
—Lo sé, pero— Liz tomó la mano de Will— tenía que proteger lo único que le da sentido a mi vida. Puedo salvar el mundo pero no significa nada si no te puedo salvar a ti—ambos sonrieron y se dieron un beso pequeño.
—No tienes idea de cuánto me asuste de solo pensar que te iba a perder— le dijo tomándola de las mejillas— y tampoco de todo lo que te amo y lo mucho que significas para mi
—Yo también te amo, y no me importa el mundo, me importas tú— le aseguro poniendo sus manos sobre las suyas que seguían en sus mejillas— ya hemos sufrido mucho, nos merecemos tranquilidad
—Yo también quiero tranquilidad a tu lado— ambos sonrieron mientras que se separaban ligeramente— como lo planeamos, una cabaña en las montañas con muchos perros
—Me agrada la idea
—¿Y en dónde estaría su cabaña? — los dos adolescentes dieron un pequeño brinco al oír la tercera voz en la habitación y al ver a Alex en la puerta con un vaso de café en la mano
—Dios, pareces un espectro ahí— Liz miró a su padre con una mano en el pecho debido al susto
—Solo estaba escuchando por casualidad— Alex les dio una mirada sarcástica a los dos adolescentes
—Chismoso— le reclamó la menor a su padre— ya sé de donde lo saco el enano
Sintió un pinchazo en las costillas al recordar al pequeño rubio, que no había visto y que extrañaba, no podía esperar para verlo y pedirle perdón por todo lo que le dijo
—Lo vas a ver pronto— le aseguro Will
—Él ha preguntado mucho por ti— le dijo Alex
Solo esperaba que cuando volviera a ver a su enano no la odiara, sino que fuera el mismo engendro que dejó en su casa, y si así lo quería, se quedaría con él jugando hasta que se cansara
Pero sobre todo, que todo volviera a ser como antes
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—Ellis
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