Capítulo XIII: I see your true colors (*)
Tipo de narrador: Tercera persona
—Esperen aquí— la pelirroja dejó a Henrik sentado junto a Dustin en el asiento de enfrente, el bebé no había dejado de morder un juguete de dinosaurio que ni siquiera sabía su mamá cuando se lo compró
—No te tardes, Geller— le advirtió Steve a su ex novia— 20 segundos
—Sí, mi coronel— le dio un saludo militar mientras cerraba la puerta del auto y se iba hacia ese edificio
El edificio era viejo, color café, se veía algo conservado a pesar de todo, nada de lo que recordaba Francine, antes estaba descuidado, sucio, y ahí pasó los primeros años de su tormentosa vida antes de terminar en el laboratorio
Se acercó a la primera planta donde estaban los timbres con los apellidos de las respectivas personas que vivían en el edificio, había tres: Stevens, O'Malley ... y Geller
Dio un suspiro antes de apretar el botón del timbre de Geller, la casa era en el primer piso, y lo recordaba muy bien, pero ahora se acobardaba al saber quién sería quien abriría la puerta, tal vez sería alguna mujer cualquiera que haya comprado la casa, o en el peor de los casos, Roy, su padre
Sin embargo antes de seguir pensando la puerta se abrió revelando a una anciana con un vestido negro y el cabello completamente gris
—Buenas tardes, debo haber tocado el timbre equivocado, busco a Geller— pregunto la pelirroja sonriendo ligeramente hacia la anciana
—¿Geller? Aquí no hay ningún...— la vieja estaba a punto de cerrar cuando se giró hacia la chica— espere, ¿se refiere usted a Roy Geller?
Francine trago en seco antes de responder: —Si, mi padre
—Oh, linda— la anciana hizo una voz de pena— lamento decirle esto, pero su padre falleció hace más de cinco años
Aun así la pelirroja suspiró aliviada, no tendría que enfrentarse al primer hombre que la maltrató, pero aún quedaba la pregunta en su mente, ¿Quién es esa señora?
—Pero en el timbre...— la pelirroja señaló el timbre que había apretado con anterioridad, sin embargo ya no decía Geller— Grey— leyó el timbre de nuevo— creí que decir Geller
—Soy la señora Grey— le dijo la anciana con una sonrisa— trate a su padre un tiempo, pero pase, déjeme prepararle algo de tomar
—No, no puedo— Francine comenzó a retroceder
—Insisto, por favor— ante las palabras de la anciana, Francine asintió pasando a su anterior casa
Steve se molestaría por tardar más de lo acordado, pero ella tenía la coartada de que podría ser su último día de vida, así que no le podría reclamar nada. Pasó a la casa mirando todo alrededor y no podía evitar recordar todo lo malo, cuando su padre golpeaba a su madre, cuando llegaba ebrio y también la golpeaba a ella, cuando le hacía usar sus poderes de clarividencia para comprar el boleto de lotería que resultara ganador
El laboratorio fue un infierno, pero su infancia en esa casa fue mucho peor
La señora Grey volviendo ofreciéndole una taza de té que ella tomó mientras se sentaba en un sillón frente a la anciana
—Me gusta como tiene la casa— Francine siguió mirando a su alrededor, aún no se podía creer que esa casa era la suya— tan diferente, muy hogareña
—Que amable, señorita— la pelirroja recibió la taza de la anciana— a todas las jóvenes lindas les digo señorita, no se ofenda
—No se preocupe— respondió educadamente
Francine miro la taza de té, pero su respiración se entrecortó cuando vio la taza llena de algo rojo y removiendo con la cuchara se dio cuenta que era sangre. Sus manos temblaron que dejó caer la taza al suelo manchando la alfombra de sangre y sus nervios más se alteraron cuando empezó a oír los golpes del reloj que la habían estado atormentando y que le recordaba que su muerte podría estar cerca
—No se preocupe por una cosa así linda, lo limpiare— murmuro de vuelta la anciana inclinándose para levantar la taza rota con sangre en la alfombra
—Si decía Geller en el timbre— murmuró la pelirroja sin despegar los ojos de la vieja
—Ay Francine, brillante como ordinaria— la voz de la falsa anciana cambio a una masculina que le puso los pelos de punta, la voz de su padre, cuando de nuevo alzó la mirada, el rostro de la anciana era deforme y parecía estar en estado de putrefacción, la pelirroja soltó un grito mientras corría la puerta
Sin embargo cuando trato de abrir la puerta esta no cedía, y en su lugar el lugar se nublo, empezó a ver todo gris y un incesante frío la envolvió, así como las campanadas se intensificaron y podía sentir la presencia de alguien detrás de ella
—Francine...— una garra fría le recorrió la espalda, ella tomó una gran bocanada de aire mientras se giraba enfrentando esa voz espeluznante que solo había oído en sus pesadillas— ¿crees que abandonarlo, solucionara algo?
La pelirroja ahogó un chillido cuando enfrente se encontró el dueño de sus pesadillas, aquello de lo más parecido un hechicero oscuro, según Liz y Dustin, Vecna tenía una figura humanoide muy alta a comparación de su estatura, su rostro parecía repleto de enredaderas como las que había estudiado y que provenían del otro lado, además de su rostro esquelético y la poca piel quemada que lo cubría
—Tú no eres real— empezó a sollozar la pelirroja pegando su espalda más a la puerta esperando que Vecna no la tocará— ¡tú no eres real!
—Claro que lo soy— Vecna trato de tocarla, pero Francine lo volvió a empujar con tanta fuerza que solo logró que ella cayera de espaldas al suelo después de que la puerta se haya abierto
Se alejó gateando de esa puerta y de esa casa, sin embargo miro a todos lados cuando siguió oyendo las campanas y cuando giro, se encontró que la casa donde había salido hace unos segundos, estaba abandonada y hasta con tablones de madera en las puertas y ventanas
La pelirroja corrió de regreso a su auto aun con la respiración acelerada y con el sudor frío cubriendo su frente
—Oye, fueron más de 20 segundos— le reclamó Steve cuando la vio llegar, sin embargo su tono cambió al ver lo pálida que estaba— oye, ¿estás bien?
—Estoy bien— murmuró Francine mientras abría la puerta del auto y se sentaba en este— ¿podemos irnos ya?
Todos entraron de vuelta al auto y Steve encendió de este, aunque también miraban preocupados a Francine debido a que se veía muy alterada y no quería decir nada, solo se limitó a mirar por la ventana mientras trabaja de respirar con normalidad
(...)
—Gira aquí— murmuró Francine señalando con la cabeza el letrero del cementerio de Roane Hill
—¿Segura?— preguntó Rachel desde la parte de atrás del auto, tenía cargando a uno de los mellizos mientras que el otro lo cargaba Lucas, ambos bebés estaban dormidos
—Si
Steve entró al cementerio, estaciono el auto en un lugar alejado del pasto y Francine salió del auto, Lucas y Max también debido a que los mellizos habían empezado a llorar, y según el moreno, tal vez el aire fresco haría que se callaran, mientras que Rachel, Dustin Y Steve se quedaban en el auto
—Ahora vengo— murmuró la ojicafé, pero luego miro a su hijo que seguía mordiendo su juguete, no lo quería llevar a lo que tenía que hacer, así que miro a Dustin— ¿lo alzas?
—¿Qué?— Dustin protesto, pero no le dio tiempo de responder cuando le paso el niño el cual solo intercambio miradas con Dustin antes de quedarse quieto con su juguete en la boca— me dejó al niño— Dustin apuntó al bebé que lo miraba perezosamente
—Cuídalo— Steve abrió la puerta del auto antes de qué Dustin protesta, de inmediato empezó a seguir a Francine que caminaba rápidamente— Francis— empezó a llamar a la mencionada, ella solo apretó los ojos y las manos a sus costados mientras seguía caminando— ¡Francis!
—Steve, vuelve al auto— le respondió sin girarse y sin dejar de caminar
—France— Steve apresuró el paso poniéndose frente de la lacia— por favor, sé que algo pasó cuando fuiste a tu antigua casa
La pelirroja trago en seco de solo recordar a la falsa anciana, el té con sangre y a Vecna rasguñando su espalda. Fingió una sonrisa y volvió a poner la espalda recta
—Estoy bien— repitió aún con la sonrisa falsa— tanto pueda estarlo conforme me aproximo a mi muerte segura
—Francis, no vas a morir— le repitió el castaño, ella en su lugar negó bajando la cabeza. Steve suspiró antes de preguntar— ¿Quién es Reginald Hargrevees?
—¿Leíste el sobre? — pregunto algo consternada
—No— aclaró Steve— estuviste balbuceando ese nombre mientras cabeceabas a las tres de la mañana. Aun sigues hablando dormida
—El hombre que va a adoptar a Henrik si muero— respondió Francine haciendo que Steve la viera con la boca abierta
—¿Qué? — Steve se llevó las manos a la cara— ¿vas a regalar al niño a un desconocido?
—El señor Hargrevees me había venido a buscar unos días después de que Henrik nació— explico la pelirroja
Reginald Hargrevees la había contactado a la semana del nacimiento de Henrik buscando una oportunidad para adoptar al pelirrojo, Francine estuvo a nada de aceptar, sobre todo porque el señor Hargreeves era millonario y le aseguró que su hijo siempre tendría una buena vida, ella estuvo muy tentada en hacerlo, pero al final no lo hizo, le dio las gracias al hombre, que sin embargo le dijo que la oferta aun estaba en pie mientras que él niño no pasará de un año, y ahora que estaba pensando que moriría, en vez de pensar en pedirle a Rachel o Steve que cuidaran a su hijo, preparo un documento dónde le cedía la custodia a un desconocido
—¿Te dijo que quería adoptar a Henrik?
—Sus palabras exactas fueron: ¿Cuánto quieres por él?
—¿Y le dijiste que si?
—En ese momento le dije que no, pero anoche logré contactar con un asistente de él— mencionó recordando la plática de anoche con alguien llamado Pogo— si yo muero, quiero que lleven a Henrik con él— terminó de decir la pelirroja mientras miraba al suelo
—Nunca dejare a Henrik solo, lo sabes, ¿no?— le dijo el castaño a su ex novia— yo quiero a ese niño, como si fuera mío
Y ahí estaba aquello que atormentaba a Francine
—Pero no lo es— a Francine le dolió decir eso, y a Steve le dolió escucharlo— no sabes las veces que he deseado que lo sea, pero no puedes cargar con una responsabilidad que no te corresponde, Henrik solo es mi problema
Francine rodeo a Steve para seguir su camino hacia las lápidas, sin embargo las palabras del castaño la detuvieron
—Quiero que también sea mi problema— Francine giró lentamente hacia Harrington
—Steve, no sabes lo que dices— le dijo lentamente la lacia— no sabes quién soy
—Tienes razón— Harrington se acercó hacia Geller, se sintió mal al ver sus ojos marrones cristalizados, así como también era consciente que en verdad podrían ser sus últimas horas con ella— no sé qué eres, pero quiero saberlo, y si estas sufriendo, quiero sufrir a tu lado, porque tú me haces más feliz que cualquier cosa en mi vida, y si tengo que apostar algo para hacerte feliz de nuevo y recuperar a la tú anterior, eso quiero hacer, lo quiero hacer por el resto de mi v...
La pelirroja no dejó que el castaño siguiera hablando, simplemente acortó el poco espacio que les quedaba entre ambos tomándolo del cuello de su sudadera atrayendo sus labios a los suyos a ese lugar que muchas veces en el pasado probó y que tanto había extrañado por mucho tiempo
Dustin y Rachel veían todo desde el auto con la boca abierta, la última tenía cargando al bebé de la pelirroja, y cuando noto que también veía atento a la dirección donde estaba su mamá, simplemente le puso la mano en la cara tapándole los ojos
—Es un romance trágico— murmuró Rachel sin quitar la mano de los ojos de su sobrino— es como Romeo Y Julieta
—Era cuestión de tiempo— murmuró Dustin— llevan lanzándose miraditas desde que se encontraron en el bosque para buscar a Eddie
—Creo que se les olvidó que están en un cementerio— menciono la rubia con una mueca
—Exactamente— Dustin asintió dándole la razón
Steve y Francine se separaron de aquel beso que tanto había necesitado debido a la falta de aire, sus respiraciones eran pesadas, era la primera vez que se besaban desde hace seis meses, pero lo sintieron como una eternidad, Francine no quería quitar las manos del rostro de Steve y Steve no quería dejar de rodear su cintura, sentía que si se soltaban se acabaría ese momento, y no querían salir de su burbuja
—No moriré — murmuró Francine sin quitar las manos del rostro de Steve
—Excelente, — murmuró el castaño aun viéndola a los ojos y sin dejar de rodear su cintura— porque sería la peor manera de que termináramos
—Si— la lacia soltó una risita que contagió al castaño— tengo que hacer esto, te veo en 10 en el auto
—Okey— Steve dejó un último beso en los labios de Francine antes de irse camino al auto con una sonrisa boba
Steve volvió al auto sentándose en el asiento del conductor, sin embargo se alejó un poco cuando noto encima las miradas de Dustin y Rachel
—¿Entonces...?— Rachel amplió su sonrisa que hasta cierto punto le pareció siniestra— ¿te recibo de nuevo como cuñado?
—Tal vez...— le respondió Steve tratando de disimular su alegría
Mientras esto pasaba, Frank se adentra entre las tumbas de acuerdo a como recordaba la última vez que vino a visitar esa tumba, no demoró en encontrar la tumba de Eleonor Geller
Después de que salió del laboratorio y por obras del destino — o mejor dicho, del doctor Brenner— terminó en manos de Nikolay Romanov, que la obligó a estudiar y la moldeo de tal manera que logró ser una de las mejores ingenieras electrónicas y posteriormente una de las mejores doctoras en astrofísica, pasó mucho tiempo sin saber de la mujer que la trajo a el mundo, o al menos hasta que el ruso le dejo la valiosa información de la tumba de su progenitora, solo se atrevió a venir una vez, cuando tenía 16 y se graduó de la universidad a pesar de su corta edad y considerada una niña prodigio
Francine soltó un suspiro pesado mientras se sentaba en el pasto con las rodillas flexionadas y mirando la tumba descuidada, le arrancó con las manos la hierba alrededor de la lápida mientras se quedaba mirando la lápida
—Hace mucho que no venía aquí, mamá— murmuró la pelirroja— han pasado muchas cosas, sobre todo es que ya soy mamá— una pequeña sonrisa irónica se curvó en sus labios— tu nieto se llama Henrik, es un niño muy listo para su edad, pero a veces cuando lo veo no logro no ver a papá— la pelirroja abrió la boca pensando que decir— y cuando eso pasa, siento que lo odio, porque yo lo odiaba a él, y a veces por eso pienso que no seré una buena mamá para mi hijo...
Su cabello rojo empezó a desordenarse por el viento que empezó a soplar en el cementerio, de nuevo se nublo el cielo por completo y aquel escalofrío le recorrió la columna vertebral y le puso la piel de gallina
Él estaba ahí, justo detrás de ella
—Francine... Francine... brillante como ordinaria— esa voz le hizo abrir la boca completamente confundida cuando se terminó de girar sobre su hombro y encontró a un hombre alto de mediana edad que usaba lentes, bigotes y que fue el primer hombre que le causó pesadillas
Roy Geller, su padre
—¿Sabes Francine?, creí que te haría un bien, — empezó a hablarle esa extraña figura de su padre, ella empezó a retroceder con la respiración entrecortada y negando con la cabeza esperando que desapareciera— creí que encontrarías algún camino cuando vinieron por ti, pero no hubo nada
—No es cierto— empezó a murmurar mientras que sus ojos se cristalizaron
—No te ocultes más, la culpa te calcina, porque todo tu eres un desastre, — el hombre soltó una risita burlona— la primera mujer en la NASA, ridículo, lo dejaste por un chico menor que tú, eres débil, por supuesto que no sirves para destacar, no lo hiciste cuando te dieron la oportunidad en el laboratorio, y no lo hiciste cuando el gobierno de los Estados Unidos te lo ofreció
—No es cierto— Francine siguió negando completamente asustada
—Todo lo que tocas lo conviertes en basura, incluido mi nieto— a Francine se le apretujó algo en el pecho cuando esa figura mencionó a su hijo
—Cállate...
—No tuviste el valor para darlo en adopción, ¿Por qué? ¿Te preocupa que todos supieran que eres una mala madre? Porque eso es lo que eres, una mala madre— la pelirroja comenzó a hiperventilar, precisamente porque ella pensó eso por mucho tiempo, aun lo piensa— una que odia a su hijo, yo hice un acto de misericordia contigo al entregarte con el doctor Brenner, mientras que tu hijo se quedara estancado por tener a una ramera como madre, igual que tu
—No...
—Esa es la razón por la que vine, Francine— la mencionada dejó de retroceder cuando la figura de su padre finalmente la alcanzó— para terminar tu sufrimiento de una vez por todas y hacerle un favor a mi nieto para que no tenga que crecer con una basura como tu
—¡No! — Francine terminó por caer de un escalón que no vio cuando siguió retrocediendo, se levantó lo más rápido posible, pero ahora su padre se había ido y en su lugar estaba Vecna, que su sola presencia bastó para la pelirroja supiera lo que venía
—Es hora, Francine— le dijo aquel monstruo— es hora de acabar con tu sufrimiento
—¡Que te den! — Francine le saco el dedo de en medio mientras corría en dirección contraria al cementerio tratando de escapar, o al menos pensando que tendría escapatoria
Mientras tanto, Steve venía como la chica seguía sentada frente a esa lápida sin moverse, llevaba más de 10 minutos como le había dicho, y el estar tan lejos de la casa de los Mortenson donde supuestamente estarían a salvo, lo tenía muy nervioso
—Se acabó— Steve cerró la puerta del auto donde estaba recargado y empezó a caminar en dirección a la lacia
—Steve, dale chance— le dijo Lucas
—No, iré por ella, si no quiere venir me la llevaré arrastrando— respondió el castaño mientras se acercaba dónde estaba Francine— Francis, hora de irnos— se inclinó a la altura de la chica, sin embargo ella estaba sin moverse, con la espalda recta, sus ojos estaban en blanco y sus pupilas apuntaban arriba— ¡Francis! ¡Francis!
Steve recordó aquel trance del que tanto habían hablado y sobre la maldición de Vecna, no tardó en unir dos más y dos y darse cuenta de la gravedad del asunto, empezó a mover el hombro desesperado porque reaccionara
—Algo está pasando— murmuró Rachel dirigiendo la vista donde Steve le movía el hombro a Frank y le gritaba su nombre varias veces
—Ay no puede ser— murmuró Dustin viendo a la misma dirección
—¡Vamos!— Max fue la primera en salir corriendo
—¡Esperen, los mellizos!— Lucas apuntó a los mellizos que al fin habían logrado dormir en la parte trasera del auto
—Vayan, yo me quedo con los niños— hablo Rachel viendo dormidos a los mellizos y a Henrik a su lado
Max, Lucas y Dustin corrieron hacia donde estaban los dos mayores y cuando vieron el aparente trance en que había entrado Frank, también se preocuparon y empezaron a hablarle y a moverle el hombro y los brazos
—¡Oye, Dustin!— Steve tomó del cuello de la camisa de Dustin completamente asustado— ¡llama a Nancy y Robin, diles que es urgente!
Dustin tropezó con uno de los escalones mientras corría torpemente hacia el auto buscando el radio
—¡Nancy, Robin, señora Mortenson!— Dustin apretó desesperado el botón de la radio— ¡¿me copian?! ¡Tenemos un código rojo! — nadie respondía por la radio, así que alzó más de la antena mientras maldecía
Dustin siguió llamando por varios minutos a través de la radio, hasta que al fin alguien respondió
—Dustin, soy Robin te copio— murmuró la voz de la rubia por la radio
—Ay, hasta que contestan, por favor, díganme que ya resolvieron esto— maldijo Dustin por la radio— ¡Tiene a Francine!
—La música— escucho la voz de la señora Mortenson— la música es la clave para salir del trance y volver a la realidad
—¿La música? — Preguntó Rachel sin poder creerlo— maldita sea, no tenemos un jodido estéreo
—Max...— habló Dustin recordando el walkman que le había visto y que guardaba en su bolsillo— ¡Max! — Dustin gritó en dirección a la pelirroja más joven
—Espera— Rachel lo llamo, el de rulos volvió torpemente— hay cassettes en la guantera, llévatelos
—¿Cuál es su canción?
—¡No lo sé! — respondió con pánico Rachel
Dustin obedeció llevándose los cassettes mientras corría al lado de Francine y dejaba los múltiples cassettes en el pasto
—Max, saca tu walkman— Max hizo eso sacando el aparato en el bolsillo de su chaqueta— ¿Cuál es su canción?
—¡¿Qué?!
—Robin dijo que la música es la clave— explicó rápidamente Dustin— ¡¿Cuál es su canción?!
—¡Cindy Lauper!— respondió Steve alterado
—¡¿Cuál de Cincy Lauper?! — preguntó Lucas mientras empezaba a buscar entre los cassettes
—¡La que sea!— respondió Steve alterado mientras le seguía moviendo el hombro a la chica que seguía frente a él con los ojos en blanco
Mientras los chicos buscaban algún cassette de Cindy Lauper, Francine seguía corriendo en lo que en su mente era el cementerio, la niebla, la oscuridad y el frío la tenían muy alterada
—¡Steve!— empezó a gritar la pelirroja— ¡Steve! ¡Dustin! ¡Por favor sálvenme, tengo miedo! ¡Steve!
La oscuridad del cementerio fue reemplazada cuando Frank vio una luz roja casi al fondo, por un momento pensó que esa era la luz al final, y empezó a caminar hacia esta más por la curiosidad
Se encontraba en lo que parecía una casa en ruinas, había enredaderas por todos lados, algunos insectos que le hicieron hacer una mueca y ahogó un grito cuando vio un cadáver de una joven pelirroja atrapada entre las enredaderas y colgada en lo que parecía un bloque de concreto, tenía en el rostro una mueca de horror y los huesos rotos
<< ¿Qué tiene contra las pelirrojas?>> fue lo primero que se preguntó antes de pensar seriamente en cambiar el color de su cabello si salía viva de esto
Siguió caminando y de nuevo se fue de espaldas al ver a un chico delgado en el mismo estado que la otra chica. Frunció las cejas porque esto era como una vil repisa de trofeos, una muy macabra
—Francine...— de nuevo se giró al oír la voz de su nueva pesadilla, caminaba lentamente hacia ella— ¿no te gustaría unirte a ellos?
—El futuro con frecuencia es decepcionante— le respondió aquella ideología de vida que ella siempre se repetía, solo que ahora su voz era cargada de ironía— mi futuro y mi vida serán decepcionantes, pero no te las voy a regalar a ti
Trato de correr pero una de las tantas enredaderas la tomó del tobillo arrastrando a la chica por el suelo hasta llevarla a otro de los pilares donde más enredaderas jalaron de sus brazos y piernas dejándola inmóvil, la última le rodeo el cuello limitando su respiración, sin embargo enderezo el rostro encarando a su verdugo
—Vamos, Francine, es un favor el que te hago a ti y a todos— le susurro más cerca de ella, sin embargo ella solo hacía muecas negando— siempre estuviste fuera de lugar, en el laboratorio llenaste un asiento vacío que nunca te perteneció, y nunca destacaste de la sombra de Romanov
—No voy a dejar que tú seas quien tome mi vida— le reclamó entre dientes
—¿A quién le importas?— las palabras de esa cosa a pesar de todo la pusieron a pensar— ¿Quién te notaría si desapareces?
—Tú no eres real— le recrimino fingiendo que no le dolieron sus anteriores palabras
—¿No?— Vecna extendió su gran garra hacia la cabeza de la pelirroja— es hora de acabar con el sufrimiento que empezó desde que naciste... Six...
La de ojos marrones abrió abruptamente los ojos cuando le dijo aquel número que siempre tendría en la muñeca, cerró los ojos cuando sintió las garras pegarse en su frente y su barbilla, y las palabras se repetían en su cerebro mientras empezaba a sentirse ligera
<<¿A quién le importo?>>
You with the sad eyes
Don't be discouraged
Frank abrió los ojos cuando empezó a oír True colors de Cindy Lauper, ¿acaso Vecna había prendido un estéreo para asesinarla a ritmo de su ídola? Se oía considerado
Sin embargo cuando miró frente a ella vio lo que parecía un portal justo donde se quedó en el cementerio, su boca se abrió cuando vio algo flotando alrededor de Max, Dustin, Lucas y Steve que miraban asombrados desde el suelo y más se abrieron sus ojos cuando notó que quien flotaba era ella
—Francine...—Vecna se giró de nuevo hacia la de pelo rojo que seguía mirándolo con los ojos entrecerrados— es demasiado tarde, no pueden salvarte
El monstruo de nuevo volvió a poner su garra frente a su rostro, sin embargo ella cerró los ojos, pero no esperando su final, si no enfocándose en la letras de esa canción
<<I'll see your true colors
Shining through
I see your true colors>>
La primera vez que salió en el cuadro de honor...
Su graduación a temprana edad en la universidad...
Las cenas familiares con sus hermanos...
Su primera cita con Steve...
Las ovaciones de pie con sus colegas en la NASA
La primera vez que vio a su hijo
Steve diciéndole "te amo"...
La pelirroja abrió los ojos decidida, no, definitivamente aún no había terminado, y no le iba a regalar su vida a Vecna. Sus manos se transformaron en puños dándole un golpe a su verdugo en el cuello, debilitándose y haciendo que las enredaderas la soltaran dándole la oportunidad de correr hacia el portal
Vecna no se iba a rendir tan fácil, solo bastó un movimiento de cabeza para que varias cosas que se encontraban en ese universo la empezaran a caer encima buscando detenerla o golpearla, sin embargo ella no dejo de correr, el portal se veía tan lejano a pesar de solo estar a un par de metros más...
Abrió los ojos abruptamente y de inmediato sintió un golpe seco en su espalda cuando tocó el suelo
—¡Francis!— Steve le rodeo la cintura a la pelirroja mientras que ella le paso los brazos por los hombros aferrándose al castaño— joder, te amo tanto— Steve le dejo varios besos en el lado de la cabeza sin soltarla y más cuando ella empezó a sollozar completamente asustada
—Gracias por no dejarme— le dijo entre sollozos a Steve mientras que Dustin, Max y Lucas le sobaba la espalda tratando de tranquilizarla
El sol empezó a ocultarse mientras los sollozos de la pelirroja se ahogaban en el atardecer
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—Ellis
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