Capítulo XII: Dream and Little of dream of me (*)

LA SEÑORA MORTENSON

El camino a Kerley se sintió más corto que en lo que realidad era, sin embargo cada tanto tiempo me jalaba el cuello del saco ya que me causaba comezón, literalmente llevaba una década sin usar traje

Solté un suspiro mientras pasábamos el letrero de bienvenidos a Pennhurts, dios, como si fuera agradable ser bienvenidos a un lugar donde muchas veces se tratan de maneras inhumanas a personas que solo necesitan ayuda, y en lugar de dárselas, los excluyen como si fueran un peligro, no niego que en muchos casos si representan un peligro para ellos mismos, pero la mayoría del tiempo los hacen sentir más anormales de lo que en realidad son

Además de que no podía evitar pensar en mi madre, Irina, no la recuerdo mucho, desde los doce años estuvo de manicomio en manicomio, ella tenia esquizofrenia y era muy agresiva, por eso me tuve que quedar sola desde los quince años, mi padre se había ido con una mujer más joven que él ya que no quería saber nada de la loca de mi madre, ella era un monstruo que siempre estuvo fuera de control

Irina Sloan fue uno de los principales motivos por los que me decidí a estudiar psicología, sin embargo después de su muerte me desmotive, fui muy manipulable y termine en el Mk-ultra. Mi Alex fue la única persona que nunca me dejó sola, por eso no dude ni un segundo cuando me pidió que me casará con él y formáramos nuestra familia, fueron años difíciles en los que estuve alejada de mi hija, pero ahora solo tenía lo que siempre quise, un hombre que me amaba y unos hijos que son mi razón de vivir

Pero siempre me quedó el miedo de heredar alguna enfermedad mental de mi madre, y ahora mi miedo está en que mis hijos lo hereden, sobre todo Liz, ha estado muy extraña últimamente, pero de verdad esperaba que fuera algo que se pudiera solucionar y que mi hija no se transformará en el mismo monstruo que fue mi madre

—¿Usted ha hecho esto antes?— la pregunta de Robin me sacó de mis pensamientos

—¿En que sentido?

—Es psicóloga, dijo que ejerció en algún momento— Robin me miró nerviosa— ¿hablar con algún loco asesino?

—No mucho— confesé— me enfocaba mas en cosas livianas... a excepción de mi tesis, fue sobre el comportamiento patológico 

Una pequeña sonrisa se me curvó en los labios,  cuando recordé al hombre que me ayudo a completar mi tesis, no me sentía orgullosa, más porque él fue mi primer amigo real... hace mucho que no sabia de él... 

La melancolía me dejo cuando estacione el auto en la fachada del hospital

—Okey, ya saben el plan— me dirigí hacia las dos chicas que venían junto a mí

—Usted, maestra, nosotras, académicas— respondió Nancy haciendo que le diera una sonrisa de afirmación

Salimos del auto, de inmediato examine con la mirada el hospital, estaba bien cuidado a diferencia de la mayoría, la estructura era antigua y no contaba con un aparente sistema de seguridad, las áreas verdes estaban bien cuidadas y los que supuse , eran pacientes, estaban en las áreas verdes, algunos cuidaban de los arbustos y otros simplemente estaban ahí

—No puedo respirar con esto— se quejó Robin que se venía cayendo con los tacones que le presto Nancy— y tengo comezón en todo mi cuerpo

La comprendo, yo estoy igual

—No todo puede ser prefecto— la regaño Nancy— somos académicas

—Que acaban de salir de un broche de pascua— siguió protestando, una pequeña sonrisita se me escapo— además el sostén que me diste me está pellizcando los pechos

—¿Me dejarían hablar a mí? — Pregunte tranquilamente— si es posible

—Es inevitable porque muy pronto moriré por estrangulamiento— volvió a quejarse la rubia

Una vez en la entrada, solo basto decir nuestros nombres y decir que teníamos una cita con el doctor Hatch para que nos dejaran pasar,

—Doctora Rushman— me saludo con un pequeño apretón de manos— ¿la puedo llamar Natalie?

<<No>>

—Por supuesto, doctor Hatch— respondí con una sonrisita tratando de que no se viera falsa

—Por favor siéntense— señalo los lugares frente a él

—Le presento a dos de mis mejores alumnas— señale a las dos chicas a mi lado— Ruth y Rose, como dije por teléfono, las dos son unas inminencias

—Excelentes promedios, de ambas— adulo el doctor con los expedientes falsos entre las manos

—Y aquí está la carta de recomendación del profesor Brantley— Nancy extendió el otro sobre

—Conozco a Larry, bastante bien— el hombre sonrió mientras veía la carta falsa de mi ex profesor de la universidad

—Ya saben lo que dicen— empecé a hablar con la sonrisa fingida— los que no pueden ejercer, enseñamos

Ambos soltamos risitas que por asociación Nancy y Robin imitaron

—Por eso estamos aquí— empezó Nancy— porque no podemos aprender todo en un salón de clases

—Comprendo muy bien— el doctor se quitó los lentes mientras que se acomodaba en su silla— pero hay ciertos protocolos para visitar a pacientes como Víctor, hay que hacer la solicitud, someterse a un proceso de selección, y a partir de ahí, el consejo decide. — el silencio reino por varios segundos, no podía creer esto, pero un hecho era que no me iba a ir de aquí hasta hablar con Víctor Creel, sea a las buenas o a las malas— Veo que eso las decepciona, pero podría darles un recorrido, podrían hablar con pacientes del pabellón de baja seguridad

—Eso nos encantaría, el problema es que— Nancy titubeó un poco— debemos finalizar nuestra tesis en un mes

—Y ya no hay tiempo, ¿Quién tuvo la culpa?

—Nosotras, obviamente— respondió la castaña— y por supuesto me disculpo por eso

—No te disculpes Ruth, — empezó a hablar Robin— la verdad si hicimos la solitud hace meses y nos la negaron, lo intentamos otra vez y nos rechazaron, y venir aquí fue nuestra última opción para salvar nuestra tesis y en serio, — se levantó de su asiento— no puedo respirar con esta cosa

—Entonces, Rose, tal vez quieras salir a tomar aire fresco— le dijo Nancy entre dientes en un tono claramente molesto

—Creo que debería, Ruth,— si no fuera porque aún tenía que seguir en personaje, definitivamente me hubiera llevado la mano a la cara negando y poniendo los ojos en blanco, pero me limite a solo cerrar los ojos respirando profundo— porque comienzo a pensar que todo esto fue una pérdida de tiempo— Robin se jalo del cuello de su blusa como yo también quería quitarme este saco— estoy empezando a tener urticaria, me duelen los pechos y para ser sincera, Anthony, ¿le puedo decir Anthony? — el doctor Hatch nos miraba consternado—, esta ropa no es mía, tuve que pedirla prestada, porque quería que nos tomaran en serio porque nadie toma a las mujeres en serio en este campo, es la realidad

A decir verdad, sus últimas palabras no eran tan alejadas de la realidad, este campo está lleno de hombres de egos gigantescos que muchas veces se sienten amenazados por mujeres inteligentes y que solo espera que alguien los admire.

—¿Puedo contarle algo?, —Robin siguió hablando— en el verano del 78 estaba en un campamento, y mi asesor Drew, nos contó a todos en la cabaña C, la verdadera historia de la masacre de Víctor Creel— hizo una pausa— y el pequeño Petey McHew, ¿lo recuerdas, no Ruth? — pregunto hacia Nancy

—Por supuesto— respondió Nancy

—El pequeño Petey McHew— siguió Robin— empezó a llorar en ese mismo momento, estaba hiperventilando, y los demás no pudieron dormir por semanas— vaya, definitivamente Robin si tenía un don para el convencimiento— yo tampoco pude dormir pero no por miedo, si no porque me obsesionaba la pregunta: ¿Qué hace que los seres humanos cometan esos actos inimaginables?, — eso me hizo sonreír— otros chicos querían ser astronautas, basquetbolistas, músicos, pero yo quería ser como usted, yo quería ser como usted, así que perdóneme por intentar con todo lo que estaba en mi poder, hasta usar este atuendo ridículo— señalo el chaleco y la falda de flores que usaba— para quizá tener una conversación con el hombre que inicio esta pasión, sobre como funciona su mente retorcida, pero fascinante si somos sinceros, así que si, no tenemos los papeles oficiales, pero no me diga que el llorón de Petey McHew, no había conseguido una cita con Víctor en estos momentos si lo hubiera pedido, porque sabemos que sí

El silencio volvió a reinar en la oficina por varios segundos, pero Robin no tuvo problemas en volver a llenar el silencio

—Entonces, ¿10 minutos con Víctor?, con eso tengo— añadió la rubia

—Natalie— Hatch se dirigió hacia mi haciendo que adoptara una postura más recta y diera una sonrisa de inocencia— te felicito, no solo educaste dos buenas académicas, tienen carácter y madera en nuestro campo

—Gracias, Anthony— dije inocentemente, al menos se lo tomo bien y me regreso la sonrisa

—Por aquí— se levantó haciendo que lo imitáramos caminando hacia la puerta— vuelvo en 30— le dijo a su asistente

Gracias Petey McHew

Las chicas chocaron las cinco con victoria mientras que yo les daba una mirada orgullosa por encima de mi hombro

(...)

El camino hacia el área de aislamiento fuimos conociendo otras partes del hospital, como el área de música. La música muchas veces era una fuente de felicidad y escape de la realidad, o al menos eso decían Alex y Liz cuando se ponían a ver sus conciertos grabados de Queen

Cuando llegamos al área de aislamiento, sentí como se hacía todo más frio, por dios, esto no era una habitación, estos parecían cárceles y el área de aislamiento un vil calabozo de un palacio del siglo XVII, estoy segura que muchos derechos humanos son violados en este lugar

—Doctor Hatch, cree que sea posible que hablemos con Víctor a solas — menciono Nancy captando todas las miradas—

—¿A solas?— pregunto el doctor Hatch

—En verdad apreciaríamos el reto de hablar con Víctor, sin que tuviéramos un experto como usted— añadió Robin— así podríamos presumírselo al profesor Bradley cuando volvamos

—¿Profesor Bradley? no conozco al profesor Bradley— carajo, esto se estaba saliendo de control y tenía que arreglarlo

—Brantley— Corregí— ellas quisieron decir Brantley— solté una risita para aliviar la tensión— ya saben cómo son las jóvenes, tantos educadores, es difícil recordar

—Que tonta— murmuro Robin imitando mi risa—palabras, letras, creo que son los nervios, estoy entusiasmada, me entusiasma mucho hablar con Víctor, de preferencia, como dijo.... a solas

El ambiente volvió a ser tenso con el silencio del doctor, sin embargo termino sonriendo y respondiendo

—Sí, ¿Por qué no? hoy me siento un poco rebelde— Hatch soltó una risita mientras miraba el reloj en su muñeca— y tengo que revisar un asunto urgente— se dirigió de nuevo al guardia— mantenlas vigiladas

—Muchas gracias, doctor Hatch— murmuramos al unísono

Las supuestas habitaciones eran una escena de una mazmorra de algún calabozo de la mafia, apenas había luz, hacia frio y definitivamente no entraba nada de luz del sol aquí por la falta de ventanas

—No lo asusten, no lo toquen— nos enumeró el guardia— no le den ninguna cosa, quédense a metro y medio de la reja

—Si, señor— volvimos a responder al unísono

—Víctor— vocifero hacia la última habitación, o mejor dicho celda— hoy es tu día de suerte, tienes visitar y son bonitas— el guardia nos dio una mirada de arriba abajo que me hizo hacer una mueca de asco, por dios, Robin y Nancy son una niñas comparadas con ese tipo, le di una mala mirada que al menos hizo que se alejara de mis niñas— para variar debe estar de mal humor, diviértanse

El guardia se fue, sin embargo el hombre seguía de espaldas sentado en una silla de metal frente a una mesa también de metal arañando de esta

—Víctor— Nancy empezó a hablar— me llamo Nancy Wheeler, y ella es...

—Robin Buckley — termino Robin

—Soy Madelaine Mortenson— me presente con el tono más neutral que podía sacar. Algo que había aprendido es no tratar a personas en esta situación como si fueran raros, seguían siendo personas y les gustaba sentir eso— tenemos preguntas

—No hablo con reporteros— respondió el hombre alzando el brazo, aun si girarse— Hatch lo sabe

—No somos reporteras— aclaro Nancy

—Venimos porque te creemos y porque te necesitamos— hable aun con mi tono neutro y sin formalidades

—Lo que mato a tu familia, creemos que ha vuelto— menciono Robin

Trate de mantener mi mirada más serena cuando Víctor Creel se giró dando la cara así como revelando también las dos cicatrices en sus ojos, razón por la cual obviamente no podía vernos

¿Por qué el aura de Víctor me parece tan familiar? ¿Por que me siento como si lo conociera?

(...)

—Cuando ataca, una amiga lo describió como un trance, como una pesadilla, por eso creemos que ella es la siguiente, algo de lo que acabamos de decir, se parece a lo que le paso a tu familia— Víctor seguía en silencio a pesar de las palabras de Nancy— Víctor, sé que es difícil

—¡No saben nada!— nos gritó malhumorado

—Cierto no sabemos— hablo la castaña

—Tenemos que saber cómo sobreviviste— siguió Robin

—¿Sobreviví? — Víctor se levantó de su cama acercándose a la reja, Nancy y Robin retrocedieron, pero yo seguí parada sin mostrar miedo o asombro— así le llaman a esto... creen que yo sobreviví... no, la verdad yo sigo atrapado en el maldito infierno

—Víctor— recordaba las órdenes de no acercarme pero aun así lo hice, me acerque casi poniendo mis manos en los barrotes— no solo está acechando a una chica, son dos, eso que mató a tu familia— empecé a hablar con un nudo en la garganta al recordar los comportamientos de mi hija en las ultimas semanas, parecía que algo la corrompía, que no era ella— y una de esas niñas es mi hija, se llama Liz, ella fue la primera razón que tuve para vivir, amo a mi hija y quiero salvarla, estoy aquí y no me importa rogarte si quieres de rodillas, porque tú eres la única persona que puede decirme que hacer para salvarla— resople cuando sentí mis ojos algo lagrimeados— soy capaz de todo por mis hijos, y por eso estoy aquí, porque quiero salvar a mi hija

—Su hija... Yo también tuve una hija... y no la pude salvar... — pude ver una pequeña risita irónica en la cara de Víctor, se cruzó de brazos antes de empezar a hablar— había vuelto de la guerra, hacia unos catorce años, un tío abuelo murió, y nos dejó una buena suma, que alcanzo para una nueva casa— explico con un aire melancólico— era una magnifica casa, Alice dijo que parecía sacada de un cuento de hadas

—¿Alice era tu hija?

—Si— respondió el hombre aun cruzado de brazos con una pequeña sonrisa— pero Henry, mi muchacho, él era un niño sensible, y podría notar que él sentía que había algo malo.

<<Tuvimos un mes de paz en esa casa y luego comenzó, animales muertos, mutilados, torturados, empezaron a aparecer cerca de la casa, ardillas, gallinas e incluso perros, el jefe de policía decía que eran obra de un gato salvaje, pero, no era un gato salvaje, era algo maligno, algo que no era animal, ni humano, era un engendro enviado por satanás, un demonio, y estaba aún más cerca de lo que yo pensaba>>

<<Mi familia empezó a tener encuentros provocados por este demonio, pesadillas, pesadillas incluso estando despiertos, este demonio, parecía disfrutar el atormentarnos, incluso a la pobre e inocente de Alice. Poco tiempo después empecé a tener mis propios encuentros con él, supongo, que todo mal, necesita un hogar y aunque no tenía una explicación racional para eso, podría sentir que ese demonio estaba cerca>>

<<Empecé a convencerme que estaba escondido, anidado, en algún rincón sombrío de nuestra casa, en algún lado de nuestro pueblo, maldijo nuestra casa, nos maldijo a nosotros>>

El silencio reino por segundos, segundos en los que Víctor termino suspirando con pesadez

—Se llevó a Virginia primero— su voz empezó a quebrarse provocándome un nudo en la garganta— trate de sacar a los niños, para salvarlos... pero volví a Francia, volví a la guerra, era un recuerdo, pensé que los soldados alemanes habían entrado y ordene el bombardeo— empezó a sollozar— me equivoque...

<<Ese demonio quería provocarme y estaba seguro de que me llevaría como se había llevado a Virginia, pero luego escuche una voz más, al principio creí que era un ángel y entonces la seguí, pero después me encontré en una pesadilla aun peor, mientras no estaba el demonio se llevó a mis hijos... Henry cayo en coma pico después de eso, y en una semana falleció>>

—Trate de ir con ellos, lo intente, — Víctor hizo sus manos puños apuntando a sus cicatrices en los ojos— Hatch me curo las heridas, no dejo que me fuera con ellos...

Víctor termino de contar todo completamente destrozado, fue hacia su cama ahogando los sollozos, hasta que lloro

—El ángel que seguiste ¿Quién era?

—Víctor— lo llamo Nancy, en otras circunstancias le hubiera dicho que era suficiente, pero a decir verdad aun no decía que era la clave para salvar a Francine y a Liz— Víctor

Sin embargo todo fue interrumpido con el ruedo de la reja y las pisadas de Hatch y el guardia que se adentraban en estos calabozos

—¿Es todo lo que esperaban que fuera?— pregunto con sarcasmo el doctor —tuve una conversación muy productiva con el profesor Brantley, podríamos ir a discutirla a mi oficina, mientras esperamos a la policía

Bien, las cosas se salieron de control.

(...)

—Tiene que creerme, mi hija está en peligro— le reclame al doctor mientras que caminábamos fuera del área de aislamiento hacia su oficina

Si voy a la cárcel, Alex me tendría que ir a sacar y me tendría que ver obligada a quitarle el castigo a Liz por sus recientes antecedentes penales

—¿De verdad espera que les crea?— pregunto el doctor con sarcasmo sin dejar de caminar

—Es la verdad— hablo Nancy

—Podrán contarle su triste historia a la policía— hablo por última vez el doctor

Los guardias nos guiaban de regreso, me he quitado sus manos de encima como tres veces y cuando se apartaron un poco, Robin nos tomó de los hombros para susurrar

—Víctor dijo que la noche del ataque todo ocurrió dentro de la casa, pero menciono la música, dijo que había música— recordó

—Cuando le preguntamos sobre el ángel, empezó a tararear— hable recordando que lo último no eran sollozos

Say "Night-ie night" and kiss me— empezó a tararear la rubia— Just hold me

Dream and Little of dream of me— confirmo Nancy

—La música llega a partes del cerebro que las palabras no— le dije— eso podría ser la clave

—La salida para volver a la realidad

Las tres sonreímos con complicidad, lo descubrimos.

—Podemos ganarles— Nancy apunto con la cabeza a los guardias detrás de nosotras

—¿Qué?

—Al auto

—Oigan, les advierto algo, tengo pésima coordinación, — aclaro Robin con la voz temblorosa— aprendí a caminar como seis meses después que los demás bebés

—¡Solo sígame!

Las tomé del brazo empezando a correr por los jardines, algunos zapatos salieron volando, pero no nos detuvieron

—¡Cenicienta, olvidaste tu zapatilla! — grito uno de los hombres en el jardín, una carcajada se me salió pero seguí corriendo

El camino al auto fue agitado, las chicas se subieron al lado de adelante y yo me tire a los asientos traseros

Dios, nunca había corrido tanto

—¡Carajo, nos alcanzan! — murmuro Robin viendo a los guardias que aún nos perseguían por la carretera

—Oye si corres muy raro— le dijo Nancy

—¡Nancy, Robin, señora Mortenson!— apenas empezaba a recuperar el aire cuando el walkie talkie que nos había dado Dustin empezó a sonar, no quería apretar algo que no era y que se perdiera la señal, así que se la pase a Robin — ¡soy Dustin, tenemos un código rojo!

—Dustin, soy Robin, te copio— respondió Robin tomando la radio

—Ay, hasta que contestan— oí la maldición a través la radio— por favor, díganme que ya descifraron esto ¡Tiene a Francine!

El pecho se me cerró al oír esa última oración, dios, por favor, que esto funcione

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—Ellis

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