Tipo de narrador: Tercera persona 

Rachel, Jessie, Charlie, Chandler, Joseph, Kali, Joy y Jane llevaban ya 3 días que estaban en casa de Hopper las 24 horas del día, después de que se dieron cuenta de lo que estaba pasando con su hermana menor, decidieron encerrarse por un tiempo para planear alguna estrategia para ayudar a Francine y salvar a Liz

Jessie, Charlie y Rachel eran los únicos que podían salir ya que ellos, a diferencia de los cinco niños menores, no tenían poderes, lo que los hacía ordinarios, algo que a ellos no les molestaba, aunque a veces se sintieran inútiles, pero salían para buscar comida y cosas para no aburrirse junto a los sus hermanos que la mitad de ellos estaba a nada de un manicomio debido a que el encierro los tenía muy estresados

Mientras tanto en la casa de los Mortenson, cada día que pasaba Liz empeoraba ante los ojos de sus padres, solo se quedaba mirando la ventana fijamente, no comía y no decía nada. Lo que sus padres habían hecho hasta ahora era ir a sacar una cita al hospital con un psiquiatra para que viera a la rubia, pues en su etapa de negación, pensaban que su hija mayor podría estar experimentando principios de alguna enfermedad mental heredada de su abuela materna

—Prepara el auto mientras voy por Liz— le dijo Maddie a su esposo mientras que tomaban sus abrigos para llevarla al hospital

La mayor subió las escaleras con algo de cautela, estaba preparada para todo por si su hija se ponía agresiva, aunque pensaba que no sería así, ya que a ella era a la única que la dejaba pasar a su cuarto y que no le decía cosas que la pusieran a dudar de si misma

Maddie abría la puerta de la habitación de Liz lentamente pero para su sorpresa Liz ya no estaba ahí, su cama estaba destendida y su closet abierto, lo que indicaba que había salido y no sabía a dónde

La ventana estaba abierta y hacía mucho frío por lo que la mayor la cerró para que el frío no siguiera entrando

En la mesita de noche estaba una foto algo vieja. En la foto de encontraba Liz abrazando al pequeño Aarón, pero lo que alarmó a Maddie fue que la cara de su hijo menor estaba encerrada en un círculo rojo que fue remarcado varias veces

—No, él no— se dijo Maddie para ella misma

Tomó la foto de la mesita saliendo de la habitación y caminó dónde se encontraba su esposo, o sea en la cochera

—¿Qué pasó?— pregunto Alex al ver a Maddie tan alterada. La mayor le extendió la foto a su esposo y este la vio sin poder creerlo

—Le va a hacer daño— habló Maddie tratando de contener sus lagrìmas

—Tenemos que ir por el— habló Alex y ambos entraron al auto para ir en busca de su hijo menor antes de que Liz le hiciera daño— pero ella nunca le haría daño, ella lo quiere mucho

—Ella no, pero esa cosa no es nuestra hija...— susurro Maddie

—Si lo es— dijo Alex mirando severamente a su esposa

—¡ESA COSA NO ES MI HIJA!— grito Maddie que con cada segundo se estaba volviendo más loca. Se llevó la mano al vientre cuando sintió una punzada en este, a causa de este cerró los ojos respirando para intentar tranquilizarse 

Tenía una pequeña sospecha, pero está situación la ponía tan nerviosa que hasta la podría enfermar de una manera que no quería, por lo que intentaba pensar positivamente para convencerse que sus hijos estarían bien

(...)

~Parque~

Se suponía que Aarón Mortenson iba a pasar el día en el parque con sus compañeros de clase, pero las buenas intenciones se fueron cuando Tim y su grupo de amigos -que eran más altos que Aarón- se acercaron y comenzaron a golpear y patear a Aarón y su amigo Andy

—Aquí no está tú mamita, Mortenson— se burló Tim mientras pateaba al pequeño Aarón.

Los niños se detuvieron cuando por alguna razón Tim se estrelló contra un árbol soltando a Aarón y a Andy que miraron extrañados al mayor que estaba con la espalda contra el árbol

Una rubia que caminaba de manera sobria se acercó donde estaban los niños, Liz Mortenson.

—Vaya, vaya, la bruja de Hawkins— se burló una niña castaña— viene a enseñarnos como vuela su escoba 

—Más bien vengo a buscar engendros para sacrificar, y tú tienes cara de ser la carnada perfecta— se le dibujo una sonrisa que le causo pánico a la niña castaña, por lo que retrocedió un par de pasos

Liz no respondió nada más ante la mirada de los niños, solo tomó a la Aarón de la capucha de su suéter para levantarlo del suelo de manera brusca

—Camina— le habló la ojiverde a su hermano menor mientras lo jalaba de la capucha de su suéter arrastrándolo a su lado

—¿Mortenson, tu hermanita siempre te tiene que venir a salvar?— se burlo Tim mientras recuperaba el equilibrio luego de su golpe contra el árbol 

La rubia soltó a su hermano para acercarse al mocoso más alto de manera amenazante. Aunque Tim era alto para su edad no superaba la altura de Liz, tanto que el niño tuvo que levantar la cara por completo y miró a la adolescente tragando en seco

—¿Qué dijiste?— pregunto la rubia con un deje de superioridad

—Nada— respondió el niño con la voz temblorosa

Liz no dijo nada solo se alejó mientras tomaba a Aarón del brazo con brusquedad pese a las protestas de esté, pero antes de irse hizo un ademán con las manos causando que todos los niños se cayeran al suelo de boca provocándoles quejidos de dolor y un par de dientes rotos

—Bobos...— susurro Aarón mientras se alejaba con su hermana

(...)

A Aarón ya le estaba dando algo de miedo como lo jalaba su hermana, pero aún así no le dijo nada, pese a sentir sus uñas marcando su muñeca

—Tim se va a enojar por lo que le hiciste— le dijo Aarón a Liz

—Se lo merecía ¿no crees?— pregunto Liz— ese tal Tim cree que puede hacer lo que quiera con los débiles, merecía que le enseñarán quien manda— la mayor rio sarcásticamente

—¿Por qué yo no puedo hacer volar a las personas como tú?— pregunto Aarón con un pequeño deje de tristeza por esa pregunta que se hacía muchas veces que despertaba en la mañana

—Porque no todos somos especiales— respondió Liz— no todos nacen con la fortuna de ser especiales— Liz se inclino a la altura de Aarón— a ti te tocó ser simple y sin chiste

—Pero mamá dice que todos somos buenos para algo— dijo Aarón algo dolido por las palabras de su hermana

—Éramos tan felices...— la rubia tomó el mentón de su hermano que la miraba extrañado— mamá tenia su trabajo, papá igual, estaban tan felices porque me encontraron, éramos una gran familia...— apretó su agarre en el mentón del pequeño que soltó un pequeño sollozo porque el agarre y sus uñas pegándose a su barbilla lo lastimaba— pero tuviste que llegar tú... simple, irritante, ordinario. Si mamá y papá hubieran sabido como ibas a ser, te hubieran dejado en un orfanato.

Aarón no pudo negar que le dolieron esas palabras, algunas veces habían hecho bromas respecto a eso, pero la manera en que lo dijo lo hizo sentir realmente triste, sobre todo porque vinieran de la persona que más admiraba, su ejemplo a seguir 

El niño estuvo celoso una gran parte de su vida sobre las habilidades de su hermana, ya que mientras que Liz decía tenerle asco a sus manos, él solo podía pensar en lo que haría si pudiera tener lo mismo que ella

Sin embargo cada vez que lo decía, Liz refutaba sus comentarios diciendo que tener sus poderes incluía mucho dolor detrás de ellos, por lo cual le decía que si él no podía hacer lo mismo que ella, era a causa de que era un niño sano, y que nunca necesitaría la manipulación mental

Liz le diría que no necesitaría los poderes, ya que él ya era especial a su manera

Miró un par de segundos meditando a la chica que lo arrastraba del brazo... esa chica no era su hermana

—Me lástimas— se quejo Aarón pero esta vez no obtuvo respuesta de Liz— ¡no me toques!— Aarón le dio unos ligeros golpes a su hermana pero ella no lo soltaba— ¡Ya, suéltame!

Aarón logró que Liz lo soltará, así que el niño salió corriendo esperando que su hermana no lo siguiera, aunque sus planes no salieron precisamente iguales, ya que, Liz ladeo la cabeza lo que causó que Aarón cayera al suelo de boca, pero el niño se levantó lo más rápido que pudo ignorando el dolor en sus rodillas para irse corriendo lejos de esa extraña antes de que le hiciera algo

—Él no sirve...— susurro la rubia

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—Ellis