Capítulo VI: Under control (*)
LIZ MORTENSON
—Imperium— murmure aun con las manos alzadas apuntando la cara de mi hermanita, Anna
Como al final se cancelaron mis vacaciones y en su lugar tenía que hacer realidad la campaña de calabozos y dragones, creo que era demasiado para digerir y preferí dormir cómoda en mi cama
Apenas me había despertado, robado un poco de estofado de la cocina para darle de comer algo decente a Eddie, cuando mamá me dejo encargada a su hija ya que tenía que ayudar a Aarón con algo en su closet, esperaba poder escaparme antes la comida para Eddie se enfriara, por fortuna Peter estaba tranquilo tomando de su biberón, pero Anna era la que no dejaba de llorar, así que opte por el camino fácil
Manipulación mental
Al menos logre mi propósito y Anna dejo de llorar y la logre sentar en su sillita alta para que se tomara su biberón en silencio
—Liz— alce la mirada hacia mi mamá que venía bajando las escaleras justo en el instante en que iba a salir de la casa de camino a mi bicicleta para ir con mis hermanas— ¿Se puede saber a dónde vas con mi lonchera?
—Hoy llegan Joey y Chandler— conteste aun con la lonchera entre las manos— y ya sabes, ellos aman tu comida, les llevaba un poco
Creo que no era buena idea decirle a mamá que tenía a un chico acusado de asesinato escondido en un cobertizo en medio del bosque, tal vez me hubiera comprendido si no estuviera en su fase de mamá sobreprotectora
—¿Por qué no vienen ellos aquí? — Hablo haciendo que abriera los ojos excesivamente— ¿Qué estas escondiendo? Y quiero la verdad
—Yo...— me calle cuando unos toques fuertes se escucharon en la puerta— no abras, deben ser testigos de Jehová
Mamá me paso por un lado para abrir la puerta, di unos pasos atrás cuando un par de policías aparecieron ahí
—¿Aquí vive Elideth Mortenson? — pregunto uno de ellos
—No, somos los Británica— me puse en un lado de la puerta— no ingles hablar
Estuve a punto de cerrarles la puerta en la cara cuando mi mamá jalo la puerta para que no cerrara a la par que me daba una mirada con los ojos entrecerrados
—Tenemos una orden de aprensión en contra de Elideth Mortenson— uno de los oficiales le extendió un sobre a mi mamá— tiene que acompañarnos
—Yo no voy a ir a ningún lado— retrocedí alzando las manos, ningún hombre con traje de pingüino me iba a tocar
—¿Qué fue lo que paso? — dijo mi mamá con una mirada seria hacia los oficiales
—Un incidente anoche en Rink-o-manía, agredió a una chica— respondió uno de los oficiales— tiene que acompañarnos
—¿Cuánto quiere la ridícula para su rinoplastia? — solté sin importancia— de una vez, se la pago doble
—¡Liz! — Me regaño mi mamá— no digas ni una palabra— mi mama miro a los oficiales— no dirá nada sin un abogado presente
—No te preocupes, madre— me dirigí a pasos lentos hacia los oficiales. Junte mis manos como si tuviera alguna esfera entre ellas mientras que movía mis dedos y mi mirada se concentraba en los ojos de los oficiales los cuales parpadearon antes de quedarse estáticos— los acompañare, pero ni sueñen que me subiré a su patrulla y mucho menos me van a esposar, iré a mi manera, ¿está claro?
—Si— respondieron ambos oficiales saliendo casi marchando de mi casa
Me gire hacia mi mamá que me miraba furiosa ante lo que acababa de hacer, si estaba rompiendo las reglas, pero no me iba a quedar así y dejar que me encerraran
—Eso que acabas de hacer...— mamá me miro enojada al ver la sonrisita que tenía en la cara
—No me importa— solté con desinterés— a mí nadie me va a encerrar, nadie, antes les rompo el cuello a todos, así que más vale que ni se les ocurra meterme en una celda o se atenderán a las consecuencias. Ahora, ¿me llevas o me voy en bicicleta?
Mamá se me quedo viendo algo asombrada ante lo que había dicho, mejor se giró hacia su perchero donde estaba su bolsa
—En el camino a la estación me vas a decir porque golpeaste a esa niña y espero que tu excusa sea buena— mamá tomo su bolsa y luego miro a las escaleras— ¡Aarón, baja, te quedaras solo con los mellizos un rato!
—¿Qué? — oí el grito de indignación de mi hermano, pero antes mi mamá me señalo la puerta donde salí
Estaba olvidando mi libro, ahora no me sentía completamente segura sin él, quería ir por el cuándo oí que mi vecina me hablo
—¿Estas bien, linda? — me pregunto Amelia que estaba entrando a su casa, por su ropa parecía que venia del gimnasio
—Sí, solo...— me quite un mechón de cabello escondiéndolo detrás de mí oreja— ya sabes, rompes las reglas y te conviertes en el enemigo, lo de siempre— rodé los ojos
—Ay linda, si me lo dices a mí— Amelia sonrió haciendo que yo la imitara, estaba a punto de contarle lo que paso, cuando mi mamá salió por la puerta cerrándola enojada
—Liz, no te distraigas— mamá me tomo del brazo haciendo que soltara una maldición— ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir? — me dijo entre dientes
—Me estas lastimando, mujer— le respondí en el mismo tono tirando de mi brazo para que me soltara— suéltame
Mi mamá no me hizo caso hasta que abrió la puerta del copiloto y me vi obligada a entrar en el auto ante su empujón, ella entro en el asiento del piloto aventando su bolsa furiosa
—Ya te lo he repetido mil veces— dijo mi mamá aun enojada mientras encendía el auto— ¡no quiero que hables con ella!
—Y tú eres una paranoica— solté mientras apretaba mis puños en mi regazo— Amelia no está haciendo nada, andas como un halcón detrás de todos, ¡me tienes harta!
—¡No me hables así, soy tu madre! — me grito haciendo que rodara los ojos
El camino fue en silencio hacia la comisaria, en otras circunstancias tal vez le pediría perdón a mi mamá, pero no me dieron ganas, en su lugar cuando llegamos me baje rápidamente mientras que mamá me seguía el paso, abrí las puertas de la comisaria y me senté en un lugar que había junto a Jane, que como lo esperaba, también la habían citado
—Tú— un hombre alto sin cabello se me acerco apuntándome con su índice— tú fuiste la que golpeaste a mi hija
—Golpeo a mucha gente— sonreí un par de segundos volviendo a poner mi cara seria
—Liz...— el padre de Jane me intento tranquilizar— por favor, estamos tratando la manejar la situación de lo mejor posible
—Calvo— llame al que se decía el padre de Ángela— ¿Cuánto quiere para que me deje en paz a mí y a Jane? Tenemos un almuerzo a las cuatro
—Mi hija tuvo una contusión de segundo grado— el hombre se me acerco haciendo que retrocediera con una mueca
—Fíjese que estaba a nada de preguntarle— solté con sarcasmo, el padre de Jane apretó los labios para no reírse—. Ya le dije a Ángela que yo le pagaba el cirujano plástico— respondí sin interés
—No estas arrepentida, ¿verdad? — Pregunto el hombre, me dieron ganas de carcajearme en su cara— ¿querías matar a mi hija?
—No— Jane hablo por primera vez en los minutos en que llevábamos ahí— Liz no hizo nada, yo la golpee, Liz no tiene nada que ver
—No, si tengo que ver— tome el brazo de Jane enroscándolo con el mío, ella se notaba que si estaba asustada a diferencia de mi— y no diremos más sin un padre o abogado presente
—¿Dónde está tu madre o tu padre, Liz? — me pregunto Hopper, estaba a punto de hablar cuando mamá entro cargando su bolsa
—Disculpen el retraso, estaba estacionando mi auto
—¿Usted es la madre de esta niña? — el padre de Ángela me señalo
—Sí, y de parte de mi hija le quiero pedir una sincera disculpa— empezó a hablar mi mamá haciendo que me levantara de la silla furiosa
—¿Disculpa? ¿Es en serio? ¿Una disculpa? — solté furiosa hacia los adultos, mamá me decía entre dientes que me sentara, Hopper me miraba con los ojos abiertos y el padre de Ángela con una mueca— no, no voy a disculparme, porque no lo siento en absoluto— me dirigí hacia el calvo— su mocosa lleva desde que inició el año molestándome con su partida de trastornados, me dice bruja, me empuja por los pasillos, me lanza bolitas de papel a la cara, incluso soporte que rompiera una carta que me mando mis hermanos, agoto mi paciencia— señale a Jane— a Jane la empuja, la pellizca, la tira por los pasillos, le ha tirado su maqueta y la humilla.— los adultos me miraron con los ojos abiertos—. Y si Ángela termino con su jodida contusión de segundo grado, es porque se metió con la mamá de Jane. Y también lo hubiera hecho yo y mucho peor, así que agradezca que solo encontráramos un patín. — me gire hacia el calvo— Así que acepte el maldito cheque para la maldita operación, déjeme de joder, y dígale a esa peliteñida, que la próxima vez que se vuelva a meter conmigo o con Jane, deseara que le haya pegado más fuerte
Salí de la comisaria dando un portazo, me fui hasta un arbusto para tratar de tomar aire, dios, después de todo Will tenía razón, he estado enojándome mucho por estos días y muy seguido, pero tenía razones, aun así siempre que terminaba de gritar y maldecir me daba dolor de cabeza que muchas veces no lo controlaban las pastillas
Jane salió detrás de unos minutos dirigiéndose hacia el mismo arbusto que yo, se estaba dando un abrazo a si misma
—No tenías que echarte la culpa— me dijo con una ligera mueca— yo fui la que le pego
—No importa, yo también quería hacerlo— dije sobándole los ojos reconfortante— y tómalo como algo de caridad, le ahorraremos la rino
—¿Rino? — Jane arrugo las cejas, señale mi nariz haciendo un ademan estilo pinocho que hizo que mi hermana se riera— ¿sabes? Estuve despierta casi toda la noche pensando
—¿Por lo de Vecna? — susurre, Jane negó inmediatamente
—No, es solo que— se quedó con la boca abierta buscando que decir— no lo sé, a veces siento como si no me pudiera adaptar. Ayer, Mike me miro como si me tuviera miedo— mi hermana bajo la cabeza con tristeza
—Will también me tiene miedo— hice una mueca para luego poner mi espalda recta— pero no voy...
—A encogernos para consolarlos...— termino por mí haciendo que la mirara orgullosa
—Ay hermanita— abrí los brazos, ella de inmediato me abrazo con fuerza— está bien que no nos adaptemos, ser normal es aburrido
—Donde siempre me siento a gusto es cuando estoy contigo y nuestros hermanos— sonrió haciendo que la imitara— es que ustedes si me comprenden... Además, a veces, los extraño, quisiera que volvieran
Sabia a quien se refería, Charlie y Kali prácticamente esperaron a que yo saliera del hospital y que también Charlie se recuperara por completo para tomar el programa de protección de testigos del gobierno además del internado en cirugía, mientras que Daniel y Paul tampoco tenían intenciones de volver, estaban en algún lugar de Asia escondidos, cuando nos dieron la noticia de que se irían, prometieron mandarnos cartas de vez en cuando, y aunque la mayoría tardaban semanas en llegar, nos alegraban un poco.
Recuerdo como la última noche en Hawkins, Kali y Charlie nos dijeron que si en algún momento estábamos en peligro les escribiéramos, pero que esperaban que nunca lo hiciéramos para pedirles que volvieran, porque eran débiles con nosotras y volverían si se los pedimos. Los cuatro estaban hartos y por eso se fueron, así que teníamos un acuerdo no verbal de no llamarlos para situaciones como las que estábamos pasando en estos momentos
—Yo también los extraño— dije con sinceridad— pero aun nos tenemos a nosotras dos, y también a Jessie, Rachel, Francine y Joy, además que tal vez Joey y Chandler ya deben estar aquí y a pesar de todo vamos a estar siempre unidos, promesa de hermana menor— alce mi mano en forma de promesa
—¿Hermana menor?
—Yo soy Twelve y tu Eleven, eso te hace mayor— hice un puchero que la hizo reír— pero solo por dos meses, no te emociones mucho
—Okey— Jane abrió los brazos para que nos volviéramos a abrazar
Nuestro abrazo fue interrumpido cuando un Mercedes Benz gris aparco ruidosamente en la calle y de la parte de arriba de la capota se asomaron dos flacos de cabello rizado negro
—¡¿Cómo están, pequeñas delincuentes?!
—¡Chandler!
—¡Joey!
Corrimos hacia el auto donde rápidamente salieron los chicos, Joey abrazo a Jane rodeándola con los brazos antes de darle vueltas sin soltarla, ambos empezaron a reír. Mientras que Chandler pasó sus brazos por detrás de mis rodillas alzándome del suelo y me dio vueltas sin soltarme, él seguía siendo el único que me lograba alzar
—Vaya, no tienen ni 16 y ya tienen antecedentes penales— Chandler me bajo empezándome a picar las costillas provocándome carcajadas
—Y siendo victimarias— Joey nos dio una sonrisa amplia orgulloso mientras abrazaba a Jane por la cabeza— les quiero comprar un auto a cada una
—Nuestros padres no dicen lo mismo— hice una mueca
—¡Pues que les den a sus padres!— exclamo Chandler alzando el brazo
—¿Disculpa?— Chandler palideció cuando se dio la vuelta y se encontró de frente a mi mamá
—Tía Maddie, hola— el de rulos empezó a decir antes de soltar una risita nerviosa— te ves más bonita, dicen por ahí que las mamás tienen un brillo especial en la mirada, ese brillo que le hace falta a Francine, pero tú te ves muy bonita
—Gracias Chandler— mi mamá sonrió pero mis sentidos se pusieron alerta al notar que no era una mirada de las buenas— pero lo que sean que estén planeando, antes tengo un asunto que resolver con Liz
Estaba a punto de girarme a preguntarle que quería, cuando mamá me tomo de la oreja jalándome con tanta fuerza que me obligo a caminar cuando ella también lo hizo, trate de quitarme su mano de encima pero ella no me soltaba hasta que me arrastro al carro
—¡Mujer, mi oreja! — me queje, al final me termino casi empujando al auto, talle mi oreja con una mueca
—Te lo advertí, ¿o no te lo advertí? — mi mamá se sentó en el asiento a mi lado con una sonrisa fingida— si, te lo advertí.
—Me sacarías de la comisaria de las orejas, ya lo sé— la arremede mientras me cruzaba de brazos indignada— esto es maltrato infantil
—Tienes 15, yo a tu edad ya ni vivía con tus abuelos— contesto en el mismo tono que yo
—Ese tono solo me queda bien a mí — acuse mirándola mal mientras que no dejaba de conducir
—Yo invente ese tono y te lo herede— dijo tajante— ahora deja de hablar u olvídate de ir al próximo concierto de Michael Jackson
La mire con la boca abierta ante su amenaza, no podía estar hablando en serio, había fuertes rumores de la primera gira de Michael Jackson como solista el siguiente año, no podía estar bromeando con algo tan serio como eso
—Eres un monstruo cruel— la mire ofendida
—Cruel es bueno— mamá me dio una sonrisa amplia— además me acabas de dejar pobre, ¿sabes cuánto costo tu fianza?
—Soy millonaria, ¿no? Siempre que chantajeamos a la CIA nos dan millones— rodé los ojos volviendo la vista a la carretera
Pasamos casi 10 minutos en silencio, aun así la rabia no salía de mí, empecé a abrir y a cerrar mis puños a mis costados tratando de respirar
—¿Por qué no me dijiste que esa niña te molestaba? — pregunto mamá rompiendo el silencio
—Ya soy lo suficiente mayor como para ir corriendo a las faldas de mami cada 10 minutos, ¿no?— solté con sarcasmo— me defendí como supe, y lo volvería a hacer
—¿Hija, segura que estas bien?— el tono de mi mamá cambio a una preocupado, incluso se orilló recargando su brazo en el volante del auto, sus ojos verdes que había heredado de ella me cohibieron, antes estaba enojada y ahora preocupada— hace días, me atrevo a decir semanas que estas así, te enojas por todo, respondes mal, haces muecas, ruedas los ojos, no quieres comer, te veo más pálida, con ojeras, se te marcan las mejillas, casi no te he visto reír, no quieres pasar tiempo con tus hermanos— me tomo de las manos haciendo que me la mirara con los ojos abiertos— tus dedos siempre los tienes manchados, siempre estas encerrada en tu habitación, ¿Qué está pasando?
—Nada— me solté de su agarre mirándola con una mueca— ¿Qué te pasa? Yo sigo igual que antes— la mire de arriba a abajo— desde que nacieron los mellizos estas así, me tratas como si me fuera a romper por respirar— apreté la mandíbula— estoy bien, ¿okey? Lo que pase el año pasado lo supere sola, estoy bien como para que me traten como paciente de un manicomio, lo hacen todos, Will, tú, papá, Aarón, los profesores, los descerebrados de la escuela, incluso la asesora escolar, por eso no volví con ella
No iba a mentir, lo que paso el año pasado con el desuellamentes me afecto mas de lo que demostraba, no podía dormir, me despertaban las pesadillas, me daban jaquecas incontrolables, me sentía muy débil y como si alguien me vigilara siempre, incluso empecé a alucinar como en un arranque de ira, mataba a todas las personas que amaba, a mis padres, a mis amigos, a mis hermanos, a mi novio. Estaba apunto de perder la razón, así que me mandaron con la consejera escolar, no podía decir mucho sin que me hubiera tachado de loca, así que me lo guarde todo para mí
O al menos hasta que encontré mi libro, ahí encontré algo que me ayudo a lidiar con las pesadillas y la locura, algo simple, pero que me salvo en el momento en que más lo necesite
—¿Estas celosa de los mellizos? ¿Es eso? — pregunto mamá sacándome de mis pensamientos, respire más tranquila dejando de apretar los puños
—No— respondí suavizando mi mirada— yo amo a Anna y a Peter— una pequeña sonrisa se quiso curvar al recordar a mis dos mellizos que más bien eran unas bolitas
No había pasado tanto tiempo con ellos, pero en comparación a cuando nació Aarón, creo que ahora me desesperaban los niños, no sé, me empezaban a parecer molestos, menos ellos, pero no era como que adorara pasar todo mi día con ellos verlos llorar, así que no estaba casi con ellos
—No hay nada que no haría por esas dos bolitas, ¿okey? — Aclare— tres bolitas, si contamos al enano— sonreí al recordar a Aarón
Tampoco había pasado tanto tiempo con él, Aarón, desde que paso de grado empezó a juntarse con otros niños que jugaban futbol, que eran más desesperantes de lo que ya era naturalmente un niño de casi 8 años, y le pegaban sus palabras, incluso también me empezó a decir bruja siguiéndole el juego a los demás niños del vecindario, pero no como si le pareciera genial o con admiración, si no para molestarme y herirme, no demostraba que me lastimaba como me apuntaba con su índice mientras se reía por como me vestía y mis comportamientos extraños, pero aunque ahora me parecieran molestos, nunca le haría daño a ninguno de mis hermanos, sino todo lo contrario, haría todo por ellos
—Pero esto no tiene nada que ver con mis hermanos— me limpie la lagrima rebelde que estaba a nada de soltar
—¿Entonces que es?— no me atreví a levantar la mirada— soy psicóloga, pero tú no eres un paciente y acepte que no siguieras en las secciones con Miss Kelly, no quiero tratarte como ella, pero eres mi niña, quiero ayudarte
—Yo no soy como tú
—¿En que modo, mi cielo?
—No soy...— me quede en blanco, pero levante la vista para verla— perfecta...
Mamá se acercó tomándome de las manos que estaban empuñadas en mi regazo, me acaricio el rostro como lo hacia cuando era niña mientras que juntaba su frente con la mía y me dejaba varios besos en la coronilla
Y por primera vez en semanas, me sentí bien con el toque de mi mamá
—Estoy lejos de ser perfecta— me dijo sin soltarme el rostro— sé que tal vez nos hemos distanciado, he dicho cosas que tal vez no sienta, pero no quiere decir que vas a ser desplazada ni por tus hermanos ni por nadie. Tú siempre serás lo que más amo por ser mi primera hija
Logré sonreír y ella me regreso la sonrisa, no negaba que me gustaba cuando me decía en clave que yo soy su hija favorita
Mi mamá me dejo un ultimó beso en la mejilla mientras que arrancaba el auto para irnos
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—Ellis
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