Capítulo III: Da zdravstvuyet koroleva (*)
~Kamchatka, Rusia~
Tipo de narrador: Tercera persona
Si el frío en Estados Unidos era insoportable pero el de Rusia era 100 veces peor y mucho más en invierno, la mayoría de los habitantes de está se abrigaban hasta tres veces, usaban gorros especiales, y la mayoría no pasaba más de diez minutos a la intemperie por la seguridad de sus extremidades
En una base de pruebas a las afueras del la ciudad albergaba varias armas de diferentes tipos, pero la más importante de todas era una que estaba elaborando una pelirroja estadounidense, la doctora más joven de la base, pero posiblemente la más preparada de todos ellos pese a tener 20 años
Si, era una genio, graduada de la universidad a los 16 con una ingeniería, pero estaba ahí contra su voluntad y bajo amenazas enfocadas hacía la única familia que le quedaba y podría considerar que hasta le importaba, sus hermanos no biológicos, por lo cual la situación le daba un sabor amargo en la lengua
—Доктор Романова, подожди ее в испытательной комнате <<Doctora Romanova, la esperan en la sala de pruebas>>— uno de los soldados entró a la habitación de la pelirroja informándole aquel mensaje de sus superiores
—Я собираюсь через мгновение <<Voy en un momento>>— respondió ella de manera seria.
Caminaba de manera sobria por los pasillos con poca iluminación con su cigarro en la mano, la nicotina era lo único que la estaba calmando en estos momentos de su vida, tanto que hasta se fumaba una cajetilla al día
—¿Sigues enojada conmigo? — uno de los oficiales le habló en su idioma natal solo para que ellos dos se entendieran
—No contigo— le respondió la pelirroja secamente— solo con tu gremio
—Yo no tengo la culpa de lo que te hizo Henrik— las palabras del hombre hicieron que la pelirroja se detuviera para mirarlo furiosa
—Tú hermano me abandono— le dijo entre dientes
—Te lo evitó, eres una niña
—Si, soy una niña— Francine odiaba que le dijeran niña, pero tenía razón, era una niña comparados con todos en esa prisión— y mira mi vida después de que Henrik se fue, toda una tragedia
—¿Crees que la de él es un lecho de rosas? — el guardia soltó un bufido— a mi hermano le importas, me pidió que te cuide
<<Entonces ayúdame>>
Dmitri y Francine se dieron un duelo de miradas de varios segundos, para ella era claro que el guardia tenía un precio, pero maldita sea, como se atreve si ella fue la mujer de su hermano por tantos años, lo máximo que hacía era ser el intermediario entre las cartas que se mandaban los ex amantes. Henrik Antonov estaba en Moscú haciendo su doctorado, mientras que Francine Romanova estaba de prisionera en Kamchatka, pero el hombre pensaba que estaba ahí por voluntad
La menor se dio la vuelta para seguir su camino por el pasillo, era claro que de Dmitri Antonov no iba a conseguir nada
En el pasillo se incorporó otro doctor de cabello y camino a la par de la pelirroja para la base de operaciones
—Здесь, доктора <<Por aquí, doctores>>— uno de los oficiales abrió una puerta y ambos entraron a esa sala que contenía su trabajo de hace 4 meses
—Вот они <<Aquí tienen>>— unos de los oficiales abrió un maletín donde se encontraban dos llaves con forma extraña
Ella tomó una y él la otra, para luego ingresarla en una cerradura que estaba en una mesa. Al momento de girar las llaves esa maquina se encendió y un tipo rayo se apuntó en la pared, lo que ocasionó los miles de aplausos de sus colegas, aunque a la de ojos cafés le sabía a nada esos aplausos
—Que gran show...— exclamó la pelirroja en susurro mientras le daba una larga calada a su cigarro para luego sacar el humo por la nariz
—И вы сказали, что она не будет делать ничего хорошего <<Y dijiste que ella no serviría para nada>>— le dijo uno de los científicos a uno de sus colegas
—Работа сделана <<El trabajo está hecho>>— la pelirroja se plantó enfrente de su "jefe" sacando su segundo idioma— Я хочу свой телефон <<quiero mi teléfono>>
—Отведи ее в комнату связи (Llévala a la sala de comunicaciones)— hablo el "jefe"
—сюда, королева <<Por aquí, reina>>
Ese maldito apodo la hizo enfurecerse en segundos, segundos en que le quitó a uno de los oficiales su arma y apuntó al imbécil que se atrevió a llamarla Koroleva
—Николай умер, и я больше не его ебаная королева <<Nikolay murió, y yo ya no soy su maldita reina>> — la pelirroja siguió apuntándole en la cabeza a ese oficial, que solo rio con nervios, pues era bien sabido que su camarada antes mencionado, había sido asesinado por esa niña que ahora le apuntaba
—успокойся, опусти пистолет, у тебя есть ожидающий вызов <<tranquila, baja el arma, tienes una llamada pendiente>>— su jefe le quitó el arma para evitar algún enfrentamiento, mientras que prácticamente a ella la arrastraban a la sala de comunicaciones para darle aquel teléfono
La pelirroja esperaba que nadie espiara su llamada pero aún así no se arriesgaría a decir dónde estaba y menos a pedir ayuda
(...)
—Hola Rachel— hablo la pelirroja al teléfono
—¿Cómo que "hola", estúpida? ¿Dónde carajos te metiste, Francine?— pregunto Rachel— ni siquiera viniste a la graduación mía y de Charlie, y ahora no llegas para navidad, ¿Qué pasa?
—Lo siento, es solo que el trabajo se me complicó
—Se supone que deberíamos pasar la navidad como familia, ¿Cuándo llegas?
—No lo sé, talvez en un par de semanas
—Más te vale, Frank
—Si, lo prometo
—¿Estás bien Gremlin? Te oigo algo extraña
—Si, solo que no te dormido bien
—Está bien, los esperamos en Hawkins— Rachel se oía más animada
—Si, te quiero gremlim— Francine en cualquier momento iba a llorar
—Yo también, gremlim
—Adiós
(...)
Francine estaba aguantando las ganas de llorar, pero apenas corto la llamada con Rachel se soltó a llorar en el suelo abrazando sus piernas. Estaba a nada de gritarle a Rachel que nada estaba bien y que le fuera a buscar, pero lo único que hizo fue morderse la lengua para no gritar
—¿Frank, estas bien?— al lado de Francine se apareció Anton, uno de los oficiales más jóvenes de la base
Anton era rubio y de ojos claros brillantes, además tenía tiempo que era "amiguito" de Francine, incluso él aprendió inglés para poder hablar mejor con ella
—Si, solo que no fue mi día— respondió Francine pasando sus dedos por sus ojos para limpiar rastros de lagrimas
—Me enteré que tu llave fue todo un éxito— Anton se sentó enfrente de Francine en el suelo— no entiendo si eres la mejor doctora de este lugar ¿Por qué lo único que pides poder llamar?
—Es lo único que me interesa— respondió la pelirroja bajando la cabeza
—Perdón, no te quiero obligar a que me cuentes de tu familia
—Yo no tengo familia, Anton— respondió Francine sería
Francine le gustaba un poco Anton, pero no podía contarle su pasado y menos darles más armas en su corta al gobierno ruso para lastimar a sus hermanos, el rubio solo le hacía compañía cuando ella quería darse un revolcón con alguien, nada más, nada de sentimientos
Porque el único hombre que le había provocado sentimientos de ese tipo, estaba en Hawkins, y ahora creía que no volvería a ver a su marinero de cabello bonito
—Lo siento— Francine tomó la mano de Anton— es solo que no me gusta hablar de eso
—Te entiendo y si nunca me lo vas a decir no importa— Anton sonrió
—Solía no tener nada, y ahora tengo éste...— Francine miro alrededor— este trabajo— suspiro con sarcasmo.
—Lo siento— Anton recargo su mano en la de Francine en forma de apoyo
—Me tengo que ir— la pelirroja se levanto del suelo
—¿Nos vemos hoy en la noche?
—No, hoy no— Anton miro con atención a Francine— Quiero estar sola un tiempo
—Esta bien, nos vemos luego.
Francine siguió su camino rumbo a su habitación, conversar con Rachel le había subido un poco el ánimo pero no lo suficiente
Abrió la puerta de su habitación o como ella lo llamaba "el hoyo"
Suspiró mientras se sentaba en el catre dónde dormía, bajo la mano debajo de ese catre y saco una caja de cartón donde tenía un par de cosas que le quedaban de su vida en Florida, un par de medallas, un logo tejido de la NASA y un reloj que la hizo sonreír cuando recordó su anterior dueño, Steve Harrington
El único chico que la ha tratado bien, aunque su comienzo no haya sido de lo mejor, ya que no se sentía orgullosa de pensar que estuvo a nada de dispararle, pero algo le dijo que no lo hiciera, y aunque en su momento pensó que era una locura cuando traiciono a la KGB solo para salvarle la vida a Steve Harrington y Robin Buckley, ahora se daba cuenta que valió la pena
Y no pensaba que esa traición era la culpable de que ahora estuviera ahí, ya que si ella estaba ahí, era una consecuencia de sus actos, todo había sido consecuencia de haberse metido con Nikolay Romanov a la boca del lobo
Tuvo que guardar el reloj cuando notó como su puerta se abría, y "el alcaide" entraba a su habitación
—У нас есть новая работа для вас, доктор <<Tenemos un nuevo trabajo para usted, doctora>>
—Ya hice lo que me pidieron— Francine se levanto del catre dónde estaba sentada y encaró a los oficiales.
—Doctora Romanova, seria su ultimo trabajo y se podría llevar una buena recompensa en millones de dólares
—No me importa, quiero irme de aquí, ya cumplí con la parte de nuestro trato.
—Doctora, le recuerdo que sabemos donde se esconden sus hermanos— ese comentario hizo que a Francine le hirviera la sangre— Joy o Jane podrían un día simplemente no llegar a la escuela.
—Hijos de su perra madre— la pelirroja apretó los dientes
—Vamos Francine, ¿no te crees capaz de hacerlo?— hablo uno de los oficiales
—Con solo mover mi dedo puedo matarlos a todos ustedes, son tan incompetentes que no pudieron hacer un arma en tanto años, lo que yo hice en 3 meses, no piensen ni por un segundo que soy débil.
La pelirroja no sabia de donde había sacado tanta fuerza para encarar a los oficiales, en esos meses en la base no se la pasaba mas que agachando la cabeza y obedeciendo todo lo que le decían, algo de lo que ya estaba cansada.
—Si quiere salir de aquí tendrá que hablar con nuestro superior.
—Vamos— Francine se acerco a la puerta
Los oficiales caminaron atrás de Francine, hasta que llegaron a una oficina al final del pasillo. Otro de los oficiales le abrió la puerta a la pelirroja, en frente de ella estaba un hombre de canas mirando a la pared.
—Hola Francine.
—Hola papá.
Enfrente de Francine estaba la persona que mas odiaba ella y sus hermanos, el doctor Martin Brenner
—Imagine que tendríamos esta conversación— hablo el doctor y Francine tomo asiento enfrente de su escritorio
—No es por gusto, eres la ultima persona que quiero ver en la vida— Francine cruzo las piernas aun sentada.
—¿Así que quieres volver a Hawkins?— pregunto el doctor Brenner mientras recargaba las manos en el escritorio
—Quiero volver con mis hermanos, ya cumplí mi parte del trato, me quiero ir, déjame— Francine dio un golpe en seco en la mesa
—Estas pidiendo demasiado— encaró el de canas
—Hice un trabajo impecable, fui un buen negocio cuando me vendiste a ellos, lo sigo siendo, ¿no? — ambos se quedaron en silencio
—Francine, sabes que no es cierto
—Mi padre me vendió contigo, no te serví para ver el futuro, así que me vendiste con los soviéticos— le recordó la pelirroja aquella razón por la que había terminado en Rusia a los doce años y en manos del difunto Nikolay— no me importa, sé que nunca me viste como a tus preciados hijos en Hawkins, siempre fui una moneda de cambio, eso es lo mismo que te estoy ofreciendo
—Te daré una ventaja— Brenner se levantó de su asiento— puedes ir a Hawkins, pero necesito que ayudes a terminar la última llave ahí.
—Lo haré solo si Anton viene— Francine se cruzó de brazos
—¿Para que quieres a ese oficial ahí?— pregunto el doctor
—Tengo mis razones, ¿tenemos un nuevo trato?— Francine extendió la mano. Brenner tomo la mano de la pelirroja y se dieron un ligero apretón de manos.
—Empaca tus cosas, mañana te vas a Hawkins con Anton.
Francine salió de la oficina antes de lanzarle una mirada de odio a Brenner
La pelirroja camino hacia su habitación donde se encontraba Alexei en su catre, él también había estado ahí un poco contra su voluntad al principio, aunque luego cambio, pero seguía teniendo simpatía por Francine
—Al fin voy a ser libre— habló alegremente la pelirroja hacía su amigo
—¿Qué le dijiste? — pregunto el de lentes
—Que solo iba a terminar una llave en Hawkins y me dejaría libre— una sonrisa se le formó a Francine
—Si sabes que estas poniendo en riesgo a tus hermanos, ¿verdad?— volvió a preguntar Alexei
—No voy a terminar esa llave— le susurro Francine a Alexei— voy a ir por mis hermanos y no iremos lejos de ese pueblucho— añadió.
—¿Quién te va a ayudar?— pregunto por tercera vez Alexei
—Anton— respondió Francine y Alexie chocó su mano contra su rostro— el dijo que me ayudaría en lo que fuera necesario
—Confío más en tu padre que en Anton— hablo el de lentes
—Yo no confío en nadie más que en Anton y en ti, por supuesto— mencionó la ojicafé
—Ten mucho cuidado con él— Alexei miró con pena a la pelirroja, si se llevaba a ese hombre, podría estar en grandes problemas y él ya no estaría presente para evitar que le metieran un tiro en la frente— Francine, eras una niña cuando llegaste— le dijo Alexei, ella sintió un hueco en el estómago porque recordaba lo asustada que estaba cuando llego a ese base de la mano de su difunto verdugo— pero ya no lo eres, y Romanov ya no está vivo para evitar que te lastimen
Cuando llegó con los soviéticos, ella tenia doce años, el doctor Brenner la hizo creer que podría escapar del laboratorio, pero la realidad es que siempre la vio como inferior, ella no había nacido de las mujeres del Mk-ultra, por lo cual no tenía el mismo poder que los demás niños, por lo cual cuando tuvo la oportunidad, se la intercambio al difunto ruso, quien se encargó de sacar el potencial de Francine, provocándole daños físicos y psicológicos a la que en esos momentos era una niña
—Gracias por tu consejo— Francine tomó la mano de su colega
Pero para Francine, la libertad nunca existiría...
-----------------------------
-Ellis
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top