Capítulo I: I saved the world (*)

LIZ MORTENSON

—¡Oigan!— proteste— ¿Qué fue lo que les dije?— mi mirada cayó en los dos niños rubios que tomaban de contrabando el frasco de galletas de la encimera 

—Pero tenemos hambre— me puso ojos de perrito la menor 

—¿Qué fue lo que les dije?— repetí, a mis mellizos no les importo mi regaño, aun así tomaron las galletas— ¡Johnny! ¡Lexie!

Me solté a reír cuando empezaron a correr con las galletas en las manos que ni siquiera se lavaron. Volví mi vista a los platos que acomodaba en las gavetas de la cocina, pero lo hacia a mi manera por lo que estos estaban volando por toda la cocina

Me gire cuando se escucho un ruido de plato roto, encontrándome con mi esposo que acababa de esquivar el plato estrellado contra la pared

—Mi esposa y sus platos voladores— Will apareció por la puerta de la cocina mirando mi desastre

—Mi esposo y sus reflejos de ninjale sonreí de regreso 

—Pareja perfecta— reí cuando dejo un beso en mi mejilla— ¿Dónde están los niños?— su pregunta fue respondida cuando los mencionados pasaron corriendo con el frasco de galletas casi a la mitad 

—Okey— me limpie las manos mientras me quitaba el delantal— es hora de dormir, mis bebés 

Fue difícil atrapar al par de diablillos que corrían por la casa, pero al final lo hicimos llevándolos al segundo piso, ya que era hora de dormir. Rápidamente se metieron entre las sábanas mientras que yo me sentaba en el borde de la cama para poder arroparlos

—Ya estoy grande para eso— protestó mi pequeña Lexie al ver como Will la trataba de arropar

—Okey— se apartó con las manos alzadas 

—Yo si quiero, ma'— me dijo Joh, por lo que me acerque a su cama con una sonrisa 

—Claro, amor— le revolví el cabello antes de dejar un beso en su frente— ¿saben? La familia es para siempre— les recordé aquella frase que siempre me decía mamá— y por eso debemos estar juntos siempre

—Pa', cambie de opinión, si quiero que me arropes— Lexie hizo un puchero

—Esta bien—  Will le sonrío a nuestra pequeña para acercarse a acomodarle la sabana y revolverle el cabello rubio que heredo de mí

Alborote el cabello de Johnny que a diferencia de su hermana era marrón como el de su padre, le hice cosquillas en la barriga antes de dejarle un beso en la frente; — descansa, mi dulce niño...

La sonrisa se me borró cuando me vi obligada a abrir los ojos, estaba en mi cama y todo lo que había visto fue un sueño 

Solo un sueño...

Me aparte el cabello de la cara mientras que me incorporaba en la cama, para tratar de ignorar esos sueños donde tenía la felicidad que no tenia en mi realidad. No tengo hijos y nunca los tendré, no tengo una cabaña alejada de todo viviendo tranquila

Nunca sería feliz por completo.

Mire mi reloj en la mesita y me di cuenta que aun tenía tiempo. Me levanté de la cama para buscar en una de esquinas el libro que tenia escondido, busque el separador para seguir con lo que hago con este libro todas las noches y algunas mañanas 

Llevaba intentando muchos días y nunca me salía, esperaba que hoy fuera el día, así que memorice un poco las palabras del libro esperando que se me quedara en la cabeza

Cerré de golpe el libro que tenía abierto encima de mi cama, suspire antes de poner mis manos ligeramente elevadas a mis costados y cerrar los ojos aun con las piernas cruzadas en x encima de mi cama

Levitate— murmure en un susurro apenas audible solo para mí

Mi cuerpo se empezó a sentir muy ligero mientras que seguía con los ojos cerrados y los brazos a mis costados, relaje mis ojos ya que si no, no funcionaria

Todo a mí alrededor pasaba lentamente, nada tan extraordinario, aunque claro que lo era, me sentía como si estuviera rodeada entre nubes, así de ligera

—¡Cariño!— mis ojos se abrieron abruptamente al oír el llamado de mi madre, por unos segundos alcance a darme cuenta que en efecto logre mi propósito y logre levitar en el aire por segundos, pero el susto me hizo caer de lado de regreso a las cobijas de mi cama a la par de que varios libros y objetos de mi estantería también caían abruptamente volviendo a su sitio— ¡Liz!

—¿Qué pasa? — me reincorpore tomando mi cabeza debido al pequeño golpe que me di en un lado de la frente

—¡Vas a llegar tarde a la escuela! — pregunto haciéndome rodar los ojos, estaba en algo más importante que la maldita escuela donde llevó 3 materias con D-

—Sí, voy en un segundo— busque mis sandalias en el suelo poniéndomelas rápidamente, a la vez que tomaba el libro aun en mi cama y lo guardaba en el espacio entre mi colchón y mi base

Nadie debía encontrarlo, nadie más que yo podía verlo o saber que era.

Me pase un pañuelo por la nariz sonriendo al notar que cada vez era menos la sangre que me salía de la nariz

Estoy mas fuerte cada día... 

Tomé el delineador de mi mesita y remarque más la línea negra debajo de mis ojos, pasé un poco mi dedo por este para difuminarlo y dejarlo en el tono correcto, cuando me gustó el resultado, tomé la mochila de mi perchero y salí de mi habitación mientras me acomodaba el collar con la pequeña piedra color rojo que me rodeaba el cuello

Era casi las 8, todos en mi casa ya estaban despiertos, Aarón desayunaba su cereal, papá tenía cargando en su regazo a mi hermanita Anna dándole de comer mientras que con la otra se las ingeniaba para sostener el periódico, mientras que mamá estaba en la cocina cargando a mi hermanito, Peter, mientras que con la otra mano movía algo en la estufa

Deje mi mochila en el suelo y tomé lugar en la mesa donde ya estaba servido mi desayuno

—¡Ay!— Aarón soltó un pequeño gritito dramático en cuanto su mirada cayó sobre mí— Liz, octubre fue hace 6 meses, ya quítate el disfraz de Halloween, pareces bruja— soltó una pequeña risita burlona ganándose que yo le diera una mueca sin chiste dándome a entender que no me hacía nada de gracia

—En primera, mi disfraz de Halloween hace 6 meses fue icónico— aclare mientras extendía la mano sobre la mesa hasta el bote de jugó de naranja— y en segunda, si a mi me gusta vestirme como bruja, es porque soy una y es mi problema

Mi manera de vestir había cambiado, desde que descubrí lo hermosa y combinable que era la ropa negra y la manera en que el delineado hacia resaltar el verde de mis ojos, no me había despegado de ese estilo, simplemente me encantaba

—Aarón, tu hermana puede vestirse como quiera y nadie tiene el derecho de criticarla— mamá apareció en la mesa terminando de servir su omelette

—Yo digo que te ves preciosa, cariño— me dijo mi papá que dejó el periódico de lado para mirarnos— que nadie te ordene que hacer, nunca

Le sonreí de regreso aleteando las pestañas con una sonrisa, o al menos hasta que Anna balbuceó lentamente como si se estuviera quejando 

—Pero si tu también eres preciosa— papá dejo un beso en la cabecita de la bebé 

—Alysanne de las mercedes, ven aquí— extendí los brazos, por lo cual mi papá me paso a mi hermanita, pero ni siquiera termine de sentarla en mis piernas cuando la bebé empezó a ponerse inquieta y a tratar de que la soltará— Annie, pero si no te estoy haciendo nada, mi corazón

La bebé me dio un manotazo y empezó a llorar cuando intente besarle la cabecita, por lo cual se la tuve que regresar a mi papá, Anna se quedo callada a los segundos y volvió la vista a su biberón. Desde hace un par de semanas ella está así, cada vez que la cargo me empieza a manotear y si le intento besar la cabeza o la mejilla empieza a llorar, antes no era así, mi hermanita dejaba de llorar cuando yo la cargaba, pero ahora pareciera que me odia

Casi eran las 8 por lo que apenas y me daba tiempo para llegar a la escuela, faltaban como dos días para el receso de primavera, la cual planeaba ir a Illinois con mis hermanas para visitar a Chandler y Joey

—Hija, yo te llevo al colegio— me aviso mi mamá, asentí

—¿Y por qué a mí no? — protesto Aarón

—Porque antes de la escuela te llevaré a que compres tu uniforme para el equipo de fútbol— respondió mi papá haciendo que los ojos de Aarón se iluminarán

Abrí los ojos fingiendo sorpresa, desde que Aaron entro al equipo infantil de futbol no dejaba de hablar de eso, ya empezaba a ser tan molesto como los demás niños del vecindario

—Gracias papá— dijo Aarón con una amplia sonrisa

—Vámonos, Liz, o se nos hará tarde— aviso mamá mientras se levantaba de la mesa, yo la imite también recogiendo mi plato

Tomé mi mochila lo más rápido posible mientras mamá iba por su bolsa

El sol de Hawkins aún era soportable, era esos días donde el pueblo no parecía ser una de las siete entradas al purgatorio, dirigí mi mirada hacia los arbustos al lado de la casa que estaban los tulipanes que llevaba cuidando desde que inició la primera, estaban más muertos que mi perico, Ruperto

—Ay, no puede ser— hice una rabieta acercándome a ese arbusto seco

—¿Problemas de jardinería, linda? — me pregunto en un tono divertido la mujer del otro lado de la división de mi casa, mi vecina, Amelia

La señora Amelia Hansson se había mudado hace un par de meses al vecindario, y desde el primer momento se portó muy amable conmigo y mi familia, además de que era muy alegre, mamá decía que era un poco entrometida pero no dejaba de ser agradable, y empecé a amarla después de que me regaló una caja repleta de libros de pasta dura que le quedó de su mudanza

Como no amar a alguien que te regala libros

Y en especial después de que en esa caja encontré aquel libro que soluciono todos mis problemas y me abrió los ojos de muchas maneras posibles, ese libro era lo mejor que me había pasado en mucho tiempo

—Están más muertas que mis oportunidades de aprobar historia— señale el arbusto de tulipanes con una mueca

—Linda, para hacer florecer plantas, me tienes a mí— Amelia señaló su jardín perfectamente cuidado que me daba envidia— cuando tengas tiempo me dices y te daré unos brotes de mis tulipanes, verás que cruzando dedos y con un poco de lluvia, florecerán en unas semanas— me dijo con una amplia sonrisa que me contagio

—Muchas gracias, Amelia— le sonreí recibiendo la botella

—Liz— mire detrás donde mi mamá estaba parada en la puerta del auto, ya había subido a los gemelos— ¿nos vamos?

—Voy— me gire hacia mi vecina dándole un ligero asentimiento de cabeza— nos vemos luego, muchas gracias

—De nada linda, para eso estoy— me sonrió mientras que yo me alejaba hacia el auto

Me dirigí de regreso al auto de mi mamá sentándome en el asiento del copiloto, me puse el cinturón mientras que mi mamá encendía el auto

El camino era de casi 15 minutos, así que saqué de mi bolsillo el labial rosa que me empecé a colocar mirando el espejo retrovisor. Papá no le gustaba mucho que me pintara la boca, así que lo hacía a escondidas

—No me gusta que hables con ella— me gire a ver a mi mamá algo confundida

—¿A quién te refieres? — pregunte confundida mientras guardaba el labial

—Amelia— dijo causando que se me escapara una ligera risita

—Mamá, solo es la vecina

—No sabemos mucho de ella, además que no es correcto que una niña se haga amiga de una mujer adulta y se trataran como amigas de secundaria

—Claro que sabemos— mi mama me miro de reojo alzando una ceja— se mudó de nueva jersey, tiene un doctorado igual que tú, sabe de jardinería, de música clásica y le encanta leer

—Aun así, no me gusta ese tipo de confianza, no es correcto que invite a una niña a su casa cuando no hay nadie— me miro algo más seria por un segundo mientras volvía su vista al camino— cielo, solo no quiero que te pongas en peligro, de ningún tipo

Entendía a mi mamá, después de lo que ha pasado en los últimos años con todo lo de los secuestros, ese bunker ruso, mi intento de asesinato, yo estando desollada, la CIA, el programa de protección de testigos que tomaron Paul, Daniel, Charlie y Kali, era natural que mamá sintiera desconfianza de las personas que nos rodeaban, también desde que habían nacido los gemelos se volvió aún más protectora conmigo, con Aarón y hasta con mi papá, no quería que ninguno saliera solo y mucho menos de noche

—Bueno, te prometo que no entraré a su casa o en cualquier otro lugar cuando tu no estés en casa o cerca de mí, ¿eso te hace sentir más tranquila? — pregunte mirando a mi mamá

—No es solo con la vecina, es en general— repitió mi mamá— no te acerques mucho a los extraños, por favor, cualquier cosa que sientas, dímelo, siempre te voy a proteger de lo que sea, mi amor

Le sonreí de regreso y el resto del camino fue en silencio hasta que llegamos al colegio

En este tiempo podía decir oficialmente que me había acostumbrado a los murmullos, llevaba más de dos años que me empezaron a decir bruja, al principio me molesté si alguien que no fuera mis hermanos me dijera así, pero una vez que aprendí a vivir con eso fue más sencillo

Y más divertido cada que amenazaba con eso

—¿A quien sacrificarías está noche, bruja? — dijo un idiota que pasó a mi lado en el pasillo de la escuela

Solo lo ignoré, cuando obtenía más atención de la necesaria era cuando respondía

Me dirigí a mi casillero sacando mi libro para mi primera clase, sin embargo me quite a tiempo cuando Angela, una chica de las populares dio un golpe seco en un lado de mi taquilla que no me hizo saltar

—Mortenson, en serio, ¿por qué no te quitas el disfraz de Halloween? — preguntó en un tono burlón mientras me giraba a verla, venía con su partida de trastornados que se decían amigos

Al menos ya sé a quién le copia las palabras mi hermano...

—Lo haré cuando de quites tu el disfraz de barbie en oferta de mercado— respondí sin ánimos haciendo una sonrisa falsa por un segundo antes de volver a mi cara seria con la vista a mi taquilla

Si actuaba enojada los divertía más, por eso fingía que no me afectaba, y aunque me gustaba contestar con comentarios sarcásticos, a veces si llegaba a harta todas las idioteces que dicen

—Mortenson, ¿por qué eres tan rarita?— se me acercó uno de sus monos que llamaba amigos, me alboroto el cabello haciendo que me apartará con una mueca de asco— estas como quieres, pero eres una nerd

—Al menos yo no debería estar en la universidad pero sigo aquí porque reprobé por tercera vez— respondí sin expresión haciendo la misma sonrisa por un segundo para luego volver a mi cara seria

Las risitas se escucharon detrás de mí, pero claro que eso hizo que el idiota se molestará y me miraba enojado

—¿Qué tienes ahí, eh? — me arrebato los libros que llevaba en la mano, solté una pequeña maldición al ver que ya estábamos llamando la atención de varios en el pasillo

Más me maldije cuando note que sacó una carta oculta entre mis libros de literatura

—¡Oye deja! — traté de quitarle el sobre pero él extendió la mano pasándole mi carta a Angela

—Veamos — leyó el remitente— Ralph Bohner...

Tuve que apretar los labios conteniendo mi carcajada al ver que leyó en voz alta el Bohner

Obviamente era un alias, Charlie y Kali estaban en Seattle, pero no solo para el internado en cirugía de Charlie, también como testigos protegidos de los Estados Unidos, se supone que no deberíamos estar en contacto después de que unos agentes de gobiernos le ofrecieron cambiar sus nombres, tenían prohibido mandarnos cartas, así que se inventan alias para que no los descubrieran y me mandaban cartas una vez al mes

—¿Qué? Con quien te andas escribiendo, sucia— Angela tomó mi carta haciendo que abriera los ojos cuando la partió a la mitad

—¡Oye! — fue tarde cuando me lanzó los pedazos de papel a la cara, mi rabia empezó a crecer haciendo que apretara los puños y cerrará los ojos aspirando profundo para controlar las ganas de tomarla del cabello y llevarla arrastrando hasta el gimnasio

—Nos vemos en clase, bruja— Angela pasó a mi lado chocando intencionalmente su hombro con él mío

<<No seas débil, demuestra quien manda>>

—Pues para su información si soy una bruja— me gire gritándoles eso haciendo que Angela y su séquito me girarán a ver burlones— y ustedes ya me agotaron la paciencia... y ya no me nace ser razonable... los mataré a todos durante la luna de sangre y haré de sus almas mis esclavos

Esperaba que se rieran, no que todos se me quedaran viendo asustados

Todos se me quedaban viendo raro sin excepciones, pero no era de burla, era terror, incluso cuando me gire tomando mi mochila del suelo todos se me quedaban viendo a la espera que hiciera algo por el movimiento brusco

—Oye, Mortenson, estas demente— me dijo la idiota mientras se alejaba

Sin embargo sonreí, me gustaba esto

Me gustaba saber que todos me tienen miedo, me gustaba saber que con solo mover mi dedo puedo hacer que todos me tengan respeto

Me gustaba sentir el poder

Me acomodé la mochila en el hombro mientras me dirigía al gimnasio ya que habría el dichoso juego de los tigres de Hawkins y todos teníamos que apoyar al equipo de baloncesto 

Lucas era parte del equipo de baloncesto, solo con el pequeño detalle que siempre estaba en la banca, pero había hecho más amigos, amigos descerebrados como el imbécil de Jason Carver, no era que me cayeran mal nos nuevos amigos de Lucas, solo quería que les pasará algo muy malo, aun recordaba como el idiota de Carver me dio un golpe "accidentalmente" con su estúpido balón, me había sacado sangre de la nariz y la boca, y aun no tenía la oportunidad de revolverle el gesto

Logré visualizar a Dustin, Mike y Max sentados en uno de los escalones del gimnasio, cuando llegue Max los miraba con una mueca, ya que al parecer estaban discutiendo algo sobre si entre Jane o Joy, quien era mejor novia

—Así que están comparando chicas, es repugnante— dije mientras me sentaba al lado de Max, ella asintió dándome la razón— Además las dos son mis hermanas y ustedes son los suertudos que ellas se fijarán en ustedes

—Tan dulce como siempre, eh, Liz— comentó Mike haciendo que le diera mi sonrisa sarcástica de un segundo para luego volver mi cara seria mirando la cancha de baloncesto

—Extraño a Joy— habló Dustin

—Yo también— secunde

Joy me hacía tanta falta en la escuela, pero después de que se emancipó de su padre y se fue a vivir junto a Rachel, Jessie y Frank en la casa que Frank se compro en la calle Jackson, también había empezado a estudiar por correo algo sobre taquigrafía, no entendí muy bien, solo sé que la extraño ya que no la veía tan seguido por tener tareas y exámenes

Mis pensamientos sobre mi hermana fueron interrumpidos cuando Jane y Will llegaron hacia donde estábamos sentados. Jane se sentó a mí derecha mientras que Will a mi izquierda

—Ten, pensé que tendrías hambre— Will me paso un paquete de ositos de gomita que me hizo sonreír

—Gracias— tomé el paquete antes de inclinarme un poco y darle un beso pequeño

No podía tener todo lo que soñaba en las noches, pero tenía a una de las personas mas importantes de mi vida, me hacía sentir y pensar que no todo era tan malo, mi Will.

—¡Un fuerte aplauso para los tigres!— los aplausos se enardecieron cuando el cartelón se rompió, aplaudí mas por inercia que por ganas  

—¡Buenos días, preparatoria Hawkins!— Jason Craver, el nuevo rey de la preparatoria Hawkins, después de la jubilación de Steve y líder de los tigres de Hawkins, empezó a hablar con el micrófono en la mano— antes que nada, quiero agradecer a cada uno de ustedes, sin su poyo no seriamos nada, un aplauso para ustedes— me ocupe mas en comer mis gomitas que en oír eso, le extendí la bolsita a Max que tomo un par de gomitas al igual que Jane— y por supuesto, un agradecimiento especial a las mejores fanáticas, ¡las porristas!... Chrissy, Chrissy te amo 

Hice una mueca al oír al chico mirar embobado a Chrissy Cunningham, la reina de la preparatoria y capitana de las porristas, la chica le devolvió la sonrisa y le lanzó un beso

—¿Así de cursis nos vemos?— me incline a preguntarle eso a Will que mas bien se empezó a reír ante mi nariz arrugada 

—Si— nos respondió Max— así de cursis que a veces dan asco

—Gracias por el apoyo— Will miro a Max que solo lo miro alzando su pulgar

—¿Cuántas perdidas mas podemos soportar? — volví mi vista al discurso que no me interesaba, pero desgraciadamente tenia que seguir aquí— Así que anoche, cuando íbamos perdiendo contra la Academia Cristiana, mire a mi equipo y dije: "Piensen en Jack, piensen en Melissa, piensen en Heather".— no conocí a ninguno de los susodichos, pero al parecer algunos alumnos bajaron la cabeza en señal de que si los conocían— En todos nuestros amigos que murieron en ese incendio— crédulos, siguen creyendo que fue un incendio— ¡¿para que murieron? ¿para que perdamos contra una escuelucha?!

—¡No!

—¡Para que volvamos a casa con la cabeza gacha? ¡No!

Me solté a reír 

Como estaba en minuto de silencio, mi carcajada se notó por el eco del gimnasio, todos sin excepciones me daban miradas de desaprobación que ni me inmutaron, en cambio seguí riendo por unos segundos más 

Todos podemos jugar a burlarnos 

Mire con la ceja alzada al idiota que solo sabia rebotar una pelota de baloncesto, que se paraba el cuello como si realmente les dieran importancia a lo que pasaba en Hawkins, como si realmente sintieran pena por todo lo que había pasado, era como si los judíos hicieran chistes sobre los campos de concentración nazi

—Mi amor...— Will me tomó la mano mientras me miraba algo sorprendido

—Oye, Mortenson, estás loca— oí la voz de un idiota a mis espaldas 

—Las personas mueren todos los días— ni me moleste en susurrar— triste, y dudo mucho que a la familias que de verdad les duelen esas muertes, les guste esta mención en una partiducho de baloncesto

—Liz, nos saben lo mismo que nosotros— me susurro Max igual de sorprendida

—Nosotros estamos vivos, Max— me gire hacia mi amiga— porque somos fuertes y astutos para saber ganar, es la ley de vida, es lo que hacen los tiburones

Al parecer el partido seria pospuesto para hoy en la noche, al menos eso me hizo sentir alivio ya que no me tendría que quedar, pero Dustin, Mike y Will empezaron a entrar en pánico al notar el pequeño gran detalle 

Lucas no podría ir a la campaña de Calabozos y Dragones que estaban organizando para hoy en su super exclusivo club Hellfire — del cual no formaba yo parte—. 

Rei un poco al verlos entrar en pánico mientras que tomaba mi mochila para mi clase

—Oye, si no quieres hablar conmigo, está bien— me encogí de hombros mirando a Will que venia a mi lado, era extraño que no me tomará la mano, estaba enojado conmigo por mi chistecito del gimnasio 

 —No estoy enojado contigo— me dijo a secas— pero fue una broma algo cruel 

—Igual que la de Jason— me excuse— ¿Qué mas da? no conocíamos a nadie de los muertos, y un par de personas están vivas gracias a mí. Yo salve el mundo.

—Nunca lo habías dicho así de directo— Will me miro asombrado— todos sabemos que salvaste a Billy, pero nunca lo habías dicho 

Hasta el propio Hargrove lo sabia, si estaba vivo, en la universidad y tirándose a mi hermana Rachel era gracias a mí, me debía la vida, pero solo se lo echaba en cara cuando decía alguna ironía hacia Max y yo estaba presente

—Vale, lo siento— alce las manos fingiendo inocencia— pero sabes que detesto a Jason 

—Supongo que no querrás ir al partido de esa noche— Will dejó la pregunta al aire 

—¿Me dejas lastimarlo?— Aletee las pestañas con una sonrisa inocente, mi novio me miro con los ojos entrecerrados— iré a desearle suerte e Lucas 

 —Bueno, iremos juntos— Will me tomo de la mano dejándoles un beso que me hizo sonreír— bueno, me tengo que ir, tengo una presentación con la señorita Gracie

—Y yo un examen con la profesora Yang— recordé mi examen de Literatura que tomaba con los de último año— suerte en tu presentación 

—Suerte en tu examen 

La campana sonó lo que era señal de que debíamos despedirnos, le tome las mejillas dándole un beso de un par de segundos

—¡Aniquílalos!— me fui saltando por el pasillo antes de que fuera más tarde 

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En otras noticias, me cree un tiktok porque estaba aburrida, hice un edit de esta historia y quería compartirlo, vayan a seguirme (mi usuario es: ellis_maximoff)y talvez me inspire a editar y subir mas uwu

—Ellis

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