IV
Chapter4:-
Durante la tarde...
17:45 pm.
-¿Fueron a médico?
-Sí.-respondió jugando con el arroz.-No era nada. Un pequeño resfrío.
-Esperó que tú mala conducta, finalicé de una vez por todas.
-¿Qué quieres decir con eso? ¿He actuado de manera diferente, madre?
-Últimamente, sí.-fue directa. Dejó la comida a un lado y la miró directamente a los ojos.-Te voy a decir algo, y esperó que lo aceptéis.
-Soltarlo.-le animó.
La morena suspiró.
-Jimin vivirá con nosotras desde ahora.
Rose soltó la cuchara anonadada.
-¿Q-qué? -se levantó abruptamente y golpeó la mesa con ambas manos.-¡Estás loca! ¿perdisteis la cabeza?
-¡Roseanne! -exclamó ofendida.
-Lleváis tres meses juntos. ¡Como puedes decir eso mamá!
-¡¡Nos vamos a casar!! -gritó haciendo que la menor se quedará muda.-Rose...
La chica estaba en shock. Era una noticia muy impactante.
-Solo... Solo, dejarme sola.
La morena la vio subir por las escaleras, perdiéndose en la planta alta.
No escuchó un portazo. Tampoco gritos de frustración o enojo.
Nada.
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Los días fueron pasando. Verlo y compartir la mesa no era muy disfrutado por ella, ni mucho menos cuando se regalaban muestraa de cariño en su presencia.
Se mantenía en silencio. Y sí tenía que hablar, decía lo justo y necesario.
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Sábado. 18:15 pm.
-Perdón.-dijo llamando la atención de ambos adultos.-Debo dejarlos, tengo una cita.-se incorporó y ordenó la silla que ocupaba antes.
-¿Una cita? -su madre sonaba interesada.
-Una cita de estudios realmente.
Jimin la escuchaba atentamente.
-¿Llegarás muy tardé? -volvió a preguntar la morena.
-Quizás sí, quizás no.-dudó.-No lo sé.
-Park Chaeyoung, no estoy jugando.
-Yo tampoco.
Los dejó a solas. El castaño le colocó una mano sobre el hombro causando que ella suspirará.
-Ya es mayor, sabe lo que hace. Dejarla ser.
-Cada día esta peor de actitud. Parece una niña chiquita.
-Pronto va a aceptar la realidad. Sólo hay que darle un poco de tiempo.
-Jimin.-suspiró.-Ella debería de estar feliz por mí, pero es lo contrario. Es tan arisca y terca.
-Es toda una gata.-dijo alto sin darse cuenta.
-¿Qué? -al parecer ella no lo había escuchado bien.
-N-no, nada. Es es toda una ... Niña desequilibrada.
-Tienes razón. Esperó que pueda volver a sus cabales en algún momento.
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-¿Esperasteis mucho tiempo? -preguntó al llegar a su lado.
El chico se levantó de la silla invitándola a tomar asiento frente de él.
-No.-negó.-Llegué recién.-le sonrió.-¿Queréis un café?
-Sí. Gracias.-le regaló una sonrisa agradeciéndole y sacó de su bolso unos libros de química.
-¿Me cobraréis la clase? -preguntó el pelinegro.
-No. Cómo creés que haría eso.-le restó importancia.-¿Y bien, cuál es tú duda en clases?
-Púes...
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Más tardé...
Seguían estudiando y haciendo uno que otro ejercicio relacionado con la materia.
Sin darse cuenta, se les había ido la toda la tarde en sólo estudios.
Se tuvieron que retirar de la cafetería, ya que la mesa se le hizo pequeña y el bullicio del lugar no les dejaba atender bien a lo que decían.
Además, al chico realmente le hacían falta unas clases extras.
-¿Me perdonáis? -el móvil de ella comenzó a sonar en un momento inoportuno.
-Claro, adelanté.
-Gracias.-se levantó del sofá y contestó la llamada en la siguiente habitación.
Leyó el remitente y suspiró pesadamente.
-Qué quieres.
-¿Dónde estás?
-¿Eres mi padre acaso? -bufo. Escuchó un gruñido por parte de él.-Llegaré tardé, ya lo había dicho anteriormente. No me traéis como si fuera una infante.
-Tu madre esta preocupada por ti. Son mas de las diez de la noche.
-No será qué eres tú quién lo está.
-No digáis tonterías.
-No lo son Jimin. Si piensas que haré algo indebido éstas completamente equivocado.-le escupió.-Me debo ir. Adiós.-corto sin esperar respuesta del contrarió.
Estaba enojada. Frustrada. Sinceramente, tenía muchas emociones encima.
-¿Ésta todo bien? -preguntó el joven.
-Sí, Jaehwan. Gracias por preguntar.-nuevamente sonrió obligada.-¿Dónde quedamos?
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Medianoche...
-¿No queréis que pida un taxi por ti?
-No hace falta. Tomaré el autobús, no te preocupes.
-Pero... -trató de decir del chico.
-Ve a casa. Debes descansar, en dos días tendrás ese examen.
-Tienes razón.-aceptó.-¿Segura que estarás bien?
-Totalmente.
-Bien, entonces... -se acercó a ella y sorprendiéndola, le regaló un besó en la mejilla derecha.-Gracias por todo, Chaeyoung.
-D-de nada... -habló sonrojada. La había pillado desprevenida.
-Nos vemos en clases. Adiós.-se despidió yendo en dirección al edificio.
-Claro. Adiós.-lo imitó moviendo su mano lado a lado.
No le quitó la mirada de encima hasta que se perdió entre las compuertas de la construcción.
-Que chico más extrañó.-murmuró llevándose una mano al rostro.
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Le faltaba menos de una cuadra para llegar a la parada de autobús, cuando el sonido de una bocina la asustó. Fue tanto que su bolso cayó a la acera, quedando algunas libretas en la misma.
-Idiota.-insultó sin siquiera saber quién era. Se colocó de rodillas y con molestia comenzó a levantar sus pertenecías.
Sintió pasos cerca, y una mano le extendió unas hojas con apuntes.
-Gracias.-se la quitó rápidamente.
-Sube al auto. Te llevaré a casa.-le dio la espalda regresando al automóvil.
Reconoció la voz.
-Si me tengo que subir contigo, ni muerta.
-Rose, sube.
-Obligame.
-Sí así lo quieres.
La cargó como si de un saco de papas se tratará, y la sentó en el copiloto colocándole el cinturón de seguridad.
Rodeó el auto y se sentó a su lado encendiendo el motor.
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Durante el caminó todo era silenció. Ninguno decía palabra alguna, ni siquiera el estéreo sonaba.
Era como si estuviesen en una carroza, camino al cementerio.
-Esto no era necesario.-decidió romper el hielo ella.
-Sí lo era.-contradijo.-Eres menor de edad aún, no puedes estar por las calles a está hora.
-Por favor, Jimin.-rodó los ojos.-Sé cuidarme sola. No me traéis como una mocosa.
-Una mocosa que iba a lugares de adultos. Quizás a que ibas a un bar de mala muerte.
-¡¡Fue allí dónde te conocí!! No me traéis de mujerzuela, porque no lo soy.
-Estas loca.-chasqueo la lengua con fastidió.
-Eres un imbécil.-se cruzó de brazos.-Detener el auto, me quiero bajar.
-Ni en broma.
-Entones me bajo sola.-se quitó el cinturón e intentó abrir la puerta, y lo hubiese logrado, sino fuera porque Jimin la detuvo a tiempo.
-¡¡Perdisteis la cabeza!! -se estacionó haciendo marcas en el asfalto.
Ella no respondió. Desvío la mirada observando a través de la ventanilla.
-Rose, por favor... Mirame.-pidió.
-N-no... -su voz era quebradiza.
-Hey~... -le acarició lentamente la larga cabellera dándole consuelo.
-Sólo vayamos a casa. Necesitó descansar.-se sentó correctamente mirando las puntas de sus píes.
-Rose... -acuno el pequeño rostro femenino entre sus manos y la miró a los ojos.-No me gusta verte así. Lo sabés.
-No quiero hablar.-se negó.
-Entonces, no lo hagamos.
Rápidamente unió su labios con los de ella.
De un segundo a otro estaban desnudos, sudados, agitados y unidos en la parte trasera del automóvil.
-Rose... -gruñó mordiéndole el cuello. La menor rodeó su cadera con sus piernas, haciendo que sus penetraciones fuesen aún más profundas.
-N-no te detengas.-lo abrazó por el cuello besándolo nuevamente. La tibia lengua de Jimin invadía su cavidad bucal con devoción. Sus gemidos eran ahogados por el.
Hizo que se sentara sobre sí, haciendo que la pelirroja comenzara a cabalgar.
-Dios... -tiró su cabeza hacía atrás tomándola por el trasero.
Sus roces se hicieron más rápidos, exigentes y profundos.
Se estaba volviendo loca.
-Jimin... -llegó ella primero.
-Oh~ Bebé... -la abrazó atrayéndola a su cuerpo, y no dejó que su esencia se escapará de ella.
Entré jadeos volvieron a besarse. No podían negarse a ello.
Eran adictos uno al otro.
-¿Qué haremos ahora?
-... No lo sé.-negó besándole la coronilla.-Pero de algo sí estoy seguro. No te dejaré ir ni loco.
-Jimin...
-Dime.
-Esta fue nuestra última noche juntos.
-Lo sé.
🍃🌺🍃
Momo 🍑💞
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