𝟏𝟐.
❝*¹². ᵒᵇˢᵗᵃ́ᶜᵘˡᵒˢ
𝐌𝐚𝐥𝐥𝐨𝐫𝐜𝐚, 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒏̃𝒂
𝟐𝟗/𝟎𝟗/𝟐𝟐
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AÍDA
Llegamos a Mallorca. Justo como había dicho Bea, el vuelo duró alrededor de una hora.
Ignorando los comentarios estúpidos de Pablo, me dirigí junto a los demás al autobús que nos esperaba en la entrada. No sé qué clase de suerte tengo, ni en qué momento la perdí, pero me parece increíble que en todos los trayectos tenga que ir junto a Pablo. Todo esto porque él fue voluntario a serlo. Fíjate qué considerado.
El trayecto en autobús fue corto. El hotel no estaba lejos, más esto siendo una Isla.
Llegamos al hotel de cinco estrellas, muy bonito y amplio. Tenía de todo, pero tampoco es que lo fuéramos a disfrutar porque solo teníamos un día libre. Veníamos por un partido.
Me dieron la tarjeta de mi habitación. También me dieron una pulsera, por si perdía la tarjeta.
Fui a mi habitación. Solo me daba tiempo de dejar las maletas ya que ya era la hora de comer.
Me me metí al ascensor, pero antes de se cerraran las puertas, alguien se interpuso para poder entrar: era Pablo.
Rodé los ojos.
—¿Debes estar a mi alrededor siempre? —pregunté con fastidio.
—No seas egocéntrica, no voy a subir por las escaleras. —me dijo él, poniéndose a mi lado.
—Pablo, hay cuatro ascensores en este hotel.
No obtuve respuestas, ya que me ignoró y se puso con su teléfono.
El ascensor paró en la planta número cinco, donde estaba mi habitación. Este hotel tenía muchas plantas.
Salí del ascensor sin despedirme de Pablo, pero para mi sorpresa él me siguió.
—¿Acaso tu habitación está en esta planta? —le pregunté, mirándolo.
—Fíjate que sí. —me respondió con una sonrisa fastidiosa, enseñándome su papel de alojamiento.
Después de unos pocos segundos caminando, llegué a mi habitación. Así que empecé abrir la puerta. Sorpendentemente, Pablo copió mis gestos justo en la habitación que estaba frente a la mía.
—Esto debe de ser una broma. —espeté, haciendo que él se girase.
—¿Qué? —dijo, riéndo. Sabía a qué me refería.
—Parece que esta gente lo hace queriendo.
—Exagerada.
Lo ignoré y cerré la puerta. Pablo ahora mismo era lo más parecido a un chicle pegado a mi pantalón.
Dejé mis maletas, y sin demora, salí de nuevo del cuarto para dirigirme al comedor.
Era un bufete libre, y realmente grande. Había de todo. Cogí un plato y fui pasando por todo lo que había.
Al final opté por un plato de lasaña de ternera, que me llamó la atención desde que lo vi.
Buscando una mesa vi a Dante, el chico encargado de la edición. Todos lo vídeos que yo grababa él los editaba. No sabía dónde ponerme, además el chaval estaba solo, así que decidí sentarme con él.
Recuerdo que intercambiamos números, pero solo nos dio tiempo a tener una pequeña conversación gracias a ello.
—Hola. —lo saludé al sentarme frente a él.
Dante miró hacia arriba y sonrió al verme.
—Hey. ¿Qué tal? —preguntó, mirándome.
—Bien. Te vi aquí y decidí sentarme contigo.
—Me parece perfecto. —opinó.
—¿Y tú cómo estás? —pregunté para después meterme el tenedor lleno de lasaña a la boca.
—Bien, bien. —rió.
—Mmm... —murmuré—. ¿Dónde están nuestros otros compañeros? —pregunté.
—Sinceramente, no lo sé. Pero ya te los presentaré, son muy majos. —me aseguró.
Asentí. Dante era un chico realmente agradable, me caía bien. Su compañía me agradaba.
———♡———
PABLO
Bajé al comedor, estaba muerto de hambre a decir verdad. En la entrada me encontré a Pedri, así que juntos, después de coger unos platos, paseamos por el bufete libre y empezamos a coger comida.
—Ten cuidadito. —dijo de repente Pedri a mi lado.
Aturdido y sin entender, lo miré.
—¿Qué?
Él hizo un gesto con la cabeza para que mirara a un lado.
—Aída, se lleva muy bien con su compañero. —dijo, finalmente.
Miré hacia el lado que indicaba, encontrándome con Aída y otro chico más. Si no me equivoco, el chico trabaja en la parte de audio o edición, no estoy seguro.
—¿Cómo se llama ese tío? —le pregunté con mi vista fijada en los dos, los cuales hablaban alegremente.
—Daniel, Diego. Yo que sé, algo con 'D' era.
Después de un rato de silencio, Pedri habló de nuevo.
—Por lo visto hay obstáculos. Ahora lo tienes aún más complicado si quieres la atención de la queridísima Aída. —dijo con sorna.
—No seas idiota. Dije que Aída me la dará, y lo hará. —le aseguré.
—Te lo tomas a reto, eh.
Me quedé callado. Realmente no sé cuál es mi empeño exactamente con que Aída me dé de su atención. No lo sé, pero desde que vi que era la única que desde mi fama no lo hacía, me dio vuelta el pensamiento. Ella lo haría.
—Cállate —hablé después de un tiempo —. Solo están hablando amistosamente, nada que ver.
Pero después vi como Daniel, Diego, cómo se llamase el tío ese, se acercó a Aída para susurrarle algo al oído, a lo que ella respondió con una risa.
Ella no se reía así conmigo. ¿Qué tiene ese tío que yo no? Apreté la mandarina que tenía en las manos. No sé porqué me daba rabia si Aída solo me atraía.
De todos modos, ahora estaba más seguro que nunca de que ella terminaría dándome su atención. Lo conseguiría.
¡Feliz Navidad! Atrasada ¡Pero feliz Navidad!
Como ven el Pablo está un poco obsessed con Aída. ¿Acabará pillándose de verdad?
Lo sabremos en Disney Channel JAJAJ
Atte: Ari la anónima ᕕ( ᐛ )ᕗ
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