➹ Cap. 3
Stefan arregló un poco su ropa antes de salir de su habitación, al llegar a la sala vio a Damon leyendo un libro.
─ ¿A dónde vas tan arreglado? ─ le preguntó el mayor al verlo así.
Stefan detuvo su caminar al escucharlo y entonces lo miró.
─ Estoy invitado a una cena con los Mikaelson y voy para ahí ─ respondió con tranquilidad Stefan.
Damon lo miró con incredulidad ya que la última vez que Stefan vio a los Mikaelson los maldijo e insulto en varios idiomas sobre todo a Klaus después de dejar embarazada a Elena metiéndola en los problemas de la familia Mikaelson.
Eso había terminado demasiado mal a tal punto que Stefan y él no volvieron a Mystic Falls de nuevo durante muchos años.
─ ¿Bromeas, no? ─ Damon frunció el entrecejo.
─ No ─ negó Stefan.
Damon se levantó del asiento mirando con rareza a su hermano.
─ Pero si tú odias a esa familia ─ recordó Damon confundido.
Stefan abrió y cerró sus labios para luego sonreír.
─ Claro que no... ─ contradijo él ─ ¿Por qué lo haría? ─ Stefan levantó sus hombros.
─ ¿Stefan acaso quieres que te recuerde lo que pasó la última vez que los viste? ─ preguntó Damon.
Stefan suspiró bajando un poco su cabeza.
─ Eso fue en el pasado, ya fue, estamos en el presente, además cómo podría rechazar una invitación de Klaus, él es mi mejor amigo y hasta lo considero mi hermano ahora ─ le dijo Stefan.
Damon levantó sus cejas.
El vampiro no daba crédito a lo que sus oídos acababan de escuchar, en ese momento más que nunca, Damon tenía muchas preguntas en su cabeza de qué le estaba pasando a su hermano.
─ ¿Considerás hermano a Klaus?, Genial, ahora sí enloqueciste por completo ─ murmuró indignado Damon.
Stefan se le acercó un poco.
─ No estoy loco, ¿Si?, a pesar de que me pelié muchas veces con él seguimos siendo amigos, es normal, ¿No?, Los amigos se pelean muchas veces ─ le dijo el vampiro menor.
Damon suspiró asintiendo sin embargo aún miraba confundido a su hermano por su cambio repentino.
─ ¿Tomaste verbena?, No vaya ser que estás así de idiota porque te hipnotizaron ─ mencionó Damon.
Stefan rodó sus ojos por sus palabras.
─ Si, tomó verbena todos los días desde que estoy aquí Damon, no te preocupes y no me esperes, llegaré tarde ─ le dijo Stefan.
El vampiro no dejó que Damon ni siquiera pudiera decir algo antes de salir de la casa cerrando la puerta detrás de él.
─ A mi no me engañas Stefan, algo te trae entre manos ─ murmuró Damon.
Damon tomó el teléfono para llamar a Caroline para informarle un poco de su hermano, claramente no le diría lo extraño que estaba ya que la preocuparía y no quería eso.
Él esperaba que las cosas mejorarán entre su hermano y Caroline para así él irse de Mystic Falls, ya que no le apetecía estar en el mismo lugar que los Mikaelson.
Al llegar a la mansión Mikaelson, Stefan suspiró antes de tocar la puerta principal.
Él estaba demasiado nervioso, Stefan esperaba que las cosas salieran bien para él.
Si había accedido a ir a esa cena con los Mikaelson fue solamente porque vería a Ángel ahí.
Stefan por un momento se arrepintió de ir a la mansión y también por sentir todo lo que sentía por alguien más que no era su esposa.
Él no entendía por qué se enamoró de alguien que no fuera Caroline, Stefan quería averiguar qué pasaba con él y por qué sentía un huracán de emociones en su ser cada vez veía a la hija de su ex novia.
Stefan sabía que estaba pisando un territorio peligroso al ir ahí por interés de Ángel, sabía perfectamente bien que Klaus podía matarlo si sabía eso.
El vampiro salió de sus pensamientos cuando sintió la puerta siendo abierta, Elena estaba ahí parada delante de él, Stefan sonrió hacia ella al verla después de tanto tiempo.
─ Elena ─ Stefan pronunció su nombre con lentitud.
Elena se quedó sorprendida al ver a Stefan, aunque Klaus ya le hubiera dicho que Stefan iría a la mansión, ella no pensó que él fuera por los problemas del pasado sin embargo le alegró verlo ahí.
─ Stefan... Pasa por favor ─ le dijo Elena corriéndose de la puerta.
─ Gracias ─ Stefan asintió entrando a la mansión aún con un poco de nervios por todo ─ ¿Y Klaus? ─ preguntó.
Elena abrió sus labios para contestarle pero unas pisadas bajando las escaleras la interrumpió entonces los dos dirigieron sus miradas hacia ahí.
─ Aquí estoy ─ dijo Klaus terminando de bajar las escaleras.
Stefan se paralizó en su lugar al ver a Ángel con un precioso vestido rojo dejando ver un poco de su piel perfectamente blanca y sus cabellos rubios sueltos.
─ Hola ─ murmuró Stefan tratando de ver a Klaus y no a su hija.
Klaus y Stefan se dieron un apretón de manos.
─ Me alegro que hayas aceptado mi invitación y olvidemos los viejos tiempos ─ le dijo Klaus.
─ Sí claro ─ Stefan asintió hacia él para luego mirar a Ángel.
Klaus al darse cuenta de eso miró de reojo a su hija.
─ Déjame presentarte a mi hija, Stefan ella es mi Ángel ─ presentó Klaus, luego miró a su hija con una sonrisa en sus labios ─ cariño, él es el amigo del que te hablé.
Ángel sonrió hacia Stefan fingiendo no conocerlo.
─ Un gusto de por fin conocerlo señor Salvatore, he escuchado muchas cosas por mi padre de usted ─ dijo Ángel dándole su mano.
Stefan un poco se sorprendió al ver que ella fingió no conocerlo sin embargo no lo plasmó en la cara.
─ El gusto es mío señorita Mikaelson ─ Stefan besó su mano siguiéndole la corriente.
Klaus levantó sus cejas hacía Stefan por esa acción.
Elena al ver que Klaus cambió su cara completamente y el ambiente se puso un poco tenso, aclaró su garganta llamando la atención de los tres.
─ Bien, vamos con los demás que nos esperan para cenar ─ les dijo el doppelganger.
Los tres asintieron al escucharla hablar.
─ Claro, después de ti cariño ─ Klaus habló hacía su hija.
En ese momento Ángel con Elena se adelantaron dejando atrás a Klaus con Stefan.
─ Tienes una hija muy linda ─ soltó Stefan de repente sin poder evitarlo.
Al darse cuenta de lo que había dicho, Stefan quiso golpearse así mismo en ese momento.
Klaus por el contrario sonrió mirándolo fijamente.
─ Si, eso me lo han dicho muchos, lastima que los chicos que me dijeron eso desaparecieron misteriosamente ─ Klaus puso una mano en el hombro de Stefan ─ aunque no te preocupes, a ti no te pasará nada mientras que no mires de más a mi hija claro ─ advirtió el original.
Stefan tragó saliva y luego soltó una risa.
─ ¿Tú hija?, Oh, no, ella es demasiada hermosa pero jamás pondría mis ojos en ella, estoy casado te lo recuerdo, y amo a mi mujer ─ le dijo Stefan ─ de hecho ya veo a tu hija como mi sobrina adoptiva.
Klaus se rió bajando su cabeza.
─ Me alegro escuchar eso, y si tienes razón, tú jamás pondrías tus ojos en mi hija, espero que me disculpes por creer eso, soy demasiado protector con mi hija y siempre estoy paranoico con quiénes se le acercan, sobre todo si es un hombre, espero lo entiendas ─ le dijo Klaus.
Stefan asintió con su cabeza.
─ Lo entiendo, no hay problema ─ murmuró Stefan.
─ Bien, vamos entonces al comedor ─ le dijo el original.
Klaus camino al frente y Stefan lo siguió por detrás con mucho nervios por la conversación de segundos atrás.
Ángel miró a Stefan en silencio quien hablaba con su padre y sus tíos de algunas cosas triviales.
Ella aclaró su garganta interrumpiendo la conversación.
─ Espero me disculpen por interrumpir la conversación pero tenía una duda sobre usted señor Salvatore, espero pueda responderla ─ le dijo Ángel.
─ Claro, ¿Cuál es la pregunta? ─ preguntó Stefan mirándola.
El resto quedó en silencio para escuchar la pregunta de Ángel.
─ ¿Por qué la amistad de mi padre con usted se rompió?, escuché por ahí que las cosas no terminaron bien la última vez que se vieron aquí en Mystic Falls ─ dijo Ángel.
Klaus miró a su hija para luego observar a Stefan.
Kol por otra parte sonrió a lo grande.
─ Yo también quiero escuchar la respuesta a esa pregunta, vamos Stefan dile ─ alentó Kol.
Él no era ningún tonto, se dio cuenta demasiado bien las miradas que Stefan le daba a Ángel por momentos.
Elena quiso golpear a Kol por meter más cizaña en ese momento.
─ Bueno... Fue porque... ─ Stefan balbuceó no queriendo decir que había sido por causa de que Elena salió embarazada de Klaus porque eso sería culpar a Ángel ─ ¿Por qué había sido? ─ le preguntó a Klaus.
Klaus frunció el entrecejo y luego rodó sus ojos.
─ Fue por cosas de adultos, ya sabes, los adultos nos peleamos todo el tiempo ─ le dijo Klaus a su hija sin querer darle mucha importancia a eso.
Ángel asintió con su cabeza y no insistió más con ese tema.
─ Sobre todo si ese adulto es Klaus ─ agregó Davina de repente cortando el momento tenso.
Algunos de los presentes en la mesa se rieron al escucharla decir eso.
Klaus por otra parte miró a Davina fijamente mientras formaba una sonrisa en sus labios.
─ Tienes toda la razón, amor ─ murmuró el híbrido.
¡CAPÍTULO 3!
¿Qué les pareció el nuevo capítulo?
Stefan, Stefan... Estás metiéndote en una zona minada.
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