𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗫𝗩𝗜𝗜. ❝SEIZURE STATE❞




➜ ᎒ ☈ ❁ ⸙͎۪۫ ⊰ CAPITULO XVII.
❝ESTADO DE CONVULSIÓN❞






Druig no es que se tome muy enserio su salud, en realidad, le da lo mismo. Su prioridad es cuidar la villa y tiene poco tiempo para él mismo, por lo que algunas veces se salta comidas. Todo lo contrario a Aleska. Es protectora, exagerada y demasiado cuidadosa con todo, en especial con las personas con las que tiene confianza. Acciones que a él le parecen dulces y no conocía.

Pone el plato de sopa en frente de Druig, le hace una seña con los ojos para que coma y él hace caso sin reproches. No va a mentir, es la mejor comida que ha probado desde hace muchos años. Sonríe satisfecha cuando acaba de tomarla y va al lavaplatos.

— Alesk, te agradezco que hagas esto pero ¿estás segura que no te molesta? — cuestiona el telepata mirándola de espaldas.

— Por lo general no como tanto en el comedor porque no me gusta la manera en la que cocinan, así que aprendí por mi cuenta. Thena era experta, siempre me decía: "el corazón de un hombre se conquista con la comida" — responde segura limpiando con un trapo el mesón— Debería quedarme a dormir hoy, me preocupa que otra vez tengas un episodio — da una mirada a la cabaña y procede a empezar a recoger las cosas desordenadas — ¿por qué no has llevado la ropa a que la laven?

— Es que la última vez me pintaron una camisa de rosa — explica yendo hacia ella.

— ¿Usaron mal el detergente de frutas que hice? ahg, a ver. Yo lo haré. — agarra las prendas y las mete en una bolsa para llevárselas.

— Mi cielo — la detiene tomando sus manos observándola a los ojos.

— Ya sé lo que vas a decir pero ¿cómo vas a tener la ropa sucia? debes oler a manzana, no a vagabundo — regaña arrugando sus cejas, él ríe — además, tengo más tiempo libre que tú, no es nada.

Druig une su frente con la suya tranquilo. Esa acción acelera el corazón de Aleska, hasta el punto de sentir que está punto de salirse de su garganta.

— Mi pequeña lucesita— susurra sonriéndole con dulzura— ¿te he dicho que llevo enamorado de tí desde hace cinco mil años?

— Jamás me lo has dicho tan directamente.

— Te lo puedo recordar todos los días si quieres. No tengo ningún problema con ello.

— Con la única condición de que si una chica te coquetea, eso es lo que debes responder — coloca su dedo índice en su boca y lo lleva hacia atrás.

— No sabía que eras celosa.

— Y yo que eras tan bueno haciendo reír a otras mujeres— Druig sonríe torpemente y le roba un beso en la mejilla antes de irse a seguir con su trabajo de siempre.









La cabaña de Druig quedó más limpia que un baño cinco estrellas luego de cuatro horas constantes de trabajo. Se hizo de noche y Aleska ya tenía todo absolutamente impecable. Si hay una cosa que más le enorgullezca de sí misma es ser la persona más organizada y dedicada que vas a conocer.

El telepata llega a casa y se para en seco dándole un vistazo a su vivienda. 《 Parece como si una manada de aseadoras hubiese pasado 》aguanta una risa y alza su vista viendo a su chica doblando las sábanas de la cama con tranquilidad sin darse cuenta de su presencia.

— ¿Tu energía es eterna como tu vida? porque las que limpian mi casa tardan apenas una hora y eso que les digo que sólo limpien por encima — bromea sacándola de su concentración.

— Deja de decir tonterías... Desde ahora me encargaré de la limpieza quieras o no — sentencia levantándose — ¿ya has comido?

— Vine del comedor— se quita el abrigo dejándolo en su perchero acercándose a ella — ¿Sí te vas a quedar a dormir?

Aleska hace una mueca pensativa — iré a buscar ropa y vuelvo.

— No es buena idea que salgas. Los encargados de la comida hallaron más cultivos y celebran otra vez. No sería bueno que te vean saliendo a esta hora de aquí. Oí que mañana harán una fiesta en la fogata.

— ¿No vas a ir?

— No lo sé. Soy el jefe pero creo que será incómodo si estoy allí, parecerá que los estoy vigilando.

— Planeo asistir, debo tomar algunos pedidos de ropa y será más fácil si están todos en un mismo lugar  — murmura para sí misma. Druig se mantiene en silencio; es una fiesta, asisten hombres y teniendo en cuenta que su chica va a estar ahí, sabiendo que es tan guapa, es un error dejarla sola.

— Si quieres te acompaño— ofrece, asiente con entusiasmo— Alesk... ¿Podemos hablar un momento?

Druig toma su mano guiándola a la cama donde toman asiento. Pone sus manos en sus rodillas.

— ¿Qué significa tu estado de convulsión? — pregunta, eso a Aleska la dejó helada y baja su mirada insegura — entiendo que tiene algo que ver con tus poderes, pero jamás me lo has contado, siempre veía que te sucedía cuando estábamos con los demás.

— Es complicado — susurra rascando su nuca

— Entiendo que no quieras contarme.

— No, no, lo haré, necesitas saberlo — suspira profundo — comenzó hace mucho tiempo en una misión con Thena, Gilgamesh, Ikaris y Makkari...

— ¡Gil a tu izquierda!

Aleska asesina al Desviante que estaba a punto de atacar a Gilgamesh. Limpia la sangre de su labio y vuelve con Ikaris.

— ¿Cuántos faltan?

— Dos, Makkari y yo iremos por ese, ustedes por el de allá. Si tienen problemas me avisan — indica Ikaris yéndose volando.

— ¿Por qué Ajak lo nombró el líder del grupo de batalla?— murmura la diosa rodando sus ojos.

Gilgamesh golpea al animal repetidas veces mientras Thena y Aleska se preparan para atacarlo por las espaldas. Sin embargo, cuando Thena le atravesó su espada en su pecho acabando con su vida, su cola la empujó hacia el barranco haciendo que cayese a más de tres mil metros de altura.

Aleska iba a llamar a Ikaris pero tenía encima a uno de ellos. Traga en seco sabiendo lo que debe hacer. Una caída a esa altura la puede matar, y si no pasa, igualmente los Desviantes abajo lo harán.

— Aleska — la llama el hombre a su lado — no lo hagas.

— ¡Aleska no saltes! — le grita Ikaris tratando de liberarse— ¡te ordeno que te quedes ahí!

— ¡Es muy peligroso!

— Lo siento.

Aleska vuela cuesta abajo sin hacerles caso yendo directamente hacia Thena lo más rápido que puede. La abraza creando una barrera protectora alrededor de ellas dos segundos antes de impactar contra el agua. Los Desviantes no se acercaron gracias a la energía emitida de su capa de rayos. Las dos salen del agua sanas y salvas.

Aleska, jamás vuelvas a hacer eso — regaña la peliblanca preocupada, Aleska estaba a punto de tranquilizarla pero sus ojos parpadean y se tira al suelo convulsionando.






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