𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗫𝗩. ❝LOST IN THE FIRE❞




➜ ᎒ ☈ ❁ ⸙͎۪۫ ⊰ CAPITULO XV.
❝PERDIDO EN EL FUEGO❞






Aleska no es para nada miedosa cuando se trata de un tema que ella conoce a la perfección, especialmente si es amor o deseo sexual. Sabe cómo actúa cada parte del cuerpo para que el nerviosismo de sensaciones salga a flote.

Pero es tan fácil hacer que Druig caiga por ella. Es una diosa, todos lo hacen siempre. Sin embargo, es diferente con él, es como si fuese la única a la que tiene a la vista y se lo hace saber cada que puede. Y este es uno de esos momentos.

Aleska se recuesta en el colchón mientras Druig se posiciona encima suya y estira sus piernas delgadas a cada lado. Echa su cabeza para atrás cuando la rodilla de su compañero masajea aquel punto tan deseado para él. Leves jadeos salen de su boca indicando que goza totalmente de los movimientos contra su pelvis. 

— Esta vista es realmente encantadora — la voz del telepata sonó grave, haciendo que la chica removiera sus caderas en busca de mayor contacto — ¿me quedo aquí?

Asiente frenéticamente gimiendo. Al pasar unos segundos, él se aleja bajando su ropa interior con lentitud. Aleska decide no perder tiempo y lo acorrala sentándose en su regazo al mismo tiempo que su boca hace marcas en su cuello.

— Ese vestido es espectacular, cielo, pero... Te verías mejor sin él — musita acercándose a su oreja

La diosa ríe mordiendo su labio y baja la cremallera de su prenda. Las manos de Druig se posicionan en su trasero y ella alza una ceja.

— No deberías tocar ahí...

— Estás sentada en una parte no muy buena, creo que poner mis manos ahí no es nada a comparación de esto — defiende.

Se mueve encima de su pantalón de lana tomándolo por sorpresa. La humedad de la diosa se pega a su zona entre las piernas y sólo eso bastó para que ella empezara a sentir un gran bulto que clama por su atención. Druig se quita la camisa y Aleska casi se va para atrás al ver su cuerpo tan bien formado, muerde su labio con más fuerza de la necesaria con su vista clavada allí.

— ¿Qué te sorprende, mi dulce flor? — le pregunta con una sonrisa picarona al verla concentrada— no te preocupes, no eres la única asombrada aquí...

— ¿De qué hablas? — murmura haciéndose la que no sabe nada.

— Hace tres días querías matarme y ahora no paras de tocarme.

Aleska roza su lengua con su mejilla y lo empuja acostándolo. Se quita el vestido quedando de una vez por todas desnuda ante sus ojos. Druig pudo jurar que jamás había visto un cuerpo tan perfecto, como si hubiesen diseñado cada detalle sólo para qué él lo viese. No puede estar más agradecido con Afrodita por bendecirlo con tan increíble diosa.

Besa su abdomen bajando hacia la zona peligrosa. Le quita la única prenda que le queda y empieza a mover su mano despertando aún más el fuego del telepata. Sus gemidos suaves la hacen sentir mejor que nunca y sólo con eso, es suficiente para encenderse.

— Aleska ¿Por qué pierdes tanto tiempo?

— Qué desesperado — exclama con una sonrisa entusiasta. Ladea su cabeza con su vista clavada en su pecho — Druig... Eres la primera persona en tener a una diosa en carne y hueso para tí ¿y eres impaciente?

— ¿Vas a sacar tu ego justo ahora, mi luz? — el telapata se sienta apretando sus caderas contra él

— Si te molesto entonces me voy.

Sus manos se quedan en su espalda para no dejarla ir. Aleska pasa sus brazos por su cuello.

— ¿Sólo va a ser una vez? — murmura, él niega con la cabeza frunciendo su ceño — o sea que quieres seguir con esto.

— Dijimos que lo intentaríamos, eso implica esto, hay que seguir al pie de la letra lo que conlleva estar en una relación. Si se puede llamar así a lo que tenemos.

— Veamos si me aguantas — lo reta con una mirada profunda.

— Soy capaz de soportar a una diosa.

Aleska evita enseñarle la sonrisa orgullosa que se formó en su rostro al oírlo decir eso. Le gusta que la trate por lo que es. Su poder y ego crecen a medida que su actitud con ella se vuelve como si fuese su único súbdito que está para servirle sin negaciones.

Alza levemente su cuerpo y se hunde por completo, sintiendo su piel desprendiendo fuego y su mente nublándose ante aquella sensación tan magnífica. Se apoya en los hombros de su chico saltando repetidas veces contra su pelvis. Druig esconde su rostro en su cuello sudado intentando no pensar tantas cosas para no terminar tan rápido, pero le es imposible concentrarse teniendo a la mujer de sus sueños haciéndole el amor.

Su mano golpea la parte trasera con brusquedad, haciéndola soltar un gemido necesitado.

— N-no hagas eso, tonto...

— ¿Qué? ¿Te duele, mi rayito? — exclama haciéndolo otra vez. Eso le dió un espasmo en su cuerpo estando en su máximo punto de placer

Poco después, él mantenía el mando, empujándose contra ella con dureza y rapidez. Su mano se enredó en su cuello sin apretar demasiado y siguió bombeando sin parar. Las uñas de Aleska se clavaron en toda su espalda dejando marcas probablemente demasiado duraderas.

Los quejidos y jadeos de la diosa era lo único que se escuchaba en la habitación, seguidos de los choques de su compañero, quien tenía clavada su vista en ella deseando tener una cámara para tomar una foto de recuerdo. Cosas raras de Druig.

El telepata aprieta su mandíbula soltando gemidos suaves cuando suelta su semilla y se aparta de su interior cómodo. Aleska arruga sus cejas. ¿Será tan mal educado de dejarla así? 《 qué poca decencia 》A pesar de sus críticas mentales, se traga todo al verlo inclinándose sobre su abdomen.

Su lengua acaricia directamente su entrada al cielo, arquea su espalda cuando una corriente eléctrica corre por su piel y empuña las sábanas. Druig ríe, Aleska se remueve cuando su aliento choca contra sus pliegues.

— ¿Qué tanto me miras? — cuestiona la castaña con una expresión sexualmente agotada.

— Admiro las vistas— responde pasando sus ojos por cada centímetro de su cuerpo. Usa sus dedos, los cuales entran con suavidad en su debilidad para después moverlos con rapidez. Ella tiembla de inmediato— vamos, rayito, sé que lo estás evitando... 

Tapa su rostro sin poder aguantas más. Druig se acomoda encima de ella como puede aún brindándole placer. Deja leves besos en su cuello provocándola.

— Sé que quieres decir mi nombre, mi amor... Grita para mí— murmura pegado a su oído. La velocidad se incrementa de una manera increíble que la hace morder su labio sintiendo que el nudo bajo su estómago está a punto de explotar

— Sí que eres un verdadero controlador...

— Pocas veces tengo ese poder en tí — presiona su venus y mueve esa zona volviéndola loca.

— ¡D-Druig!

Sólo eso bastó para que Aleska llegara a su esplendor. Las lágrimas de placer bajaron por las mejillas rosas de la diosa, jalando el cabello del chico. Él deja pequeños besos en su mejilla.

— Eso, rayito, bien hecho — felicita sonriendo orgulloso.

Aleska lo rodeó con sus brazos calidamente. Esto dejó sorprendido a Druig, pero a pesar de eso, correspondió su acción dándole un beso en su cien y descansando sobre ella. Él la hace sentir segura y amada de millones de maneras, son detalles que le transmite sólo a ella.





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