★-𝒟os vidas, 𝒰n destino


Nunca pensó que tendría que mudarse, no estaba en sus planes y nunca se lo imaginó. No quería dejar su hogar, se crió ahí, tiene a sus amigos, los gatos que alimentaba y el refugio al que iba casi diario

Sus padres le dijeron que era buena oportunidad para su hermano y también para su padre, el se negaba a aceptar pero ya no tenía opciones, el vuelo a otro lugar donde poco sabía y otro idioma que a duras penas lograba entender salía mañana

—¡pues yo no quiero!— gritó a sus padres, se resignaba a siquiera aceptar

—heavy, a tu hermano le ofrecieron una beca en una universidad, con todos los gastos pagados para hospedaje con tal de que vaya a estudiar.— explicaba su padre mientras le ponía su mano en el hombro de su hijo

—y a mi se me presentó otra oportunidad, ser maestro de música en una escuela de arte muy prestigiada de San Fransokyo... sabes que ya mi trabajo no genera muchas ganancias y a duras penas podía pagarles la escuela a ambos— terminó de explicar, la voz de su padre cambió totalmente. No era la misma que usaba siempre, esta no se sintió forzada

—no solo tú te sientes así heavy— esta vez habló su madre —todos extrañaremos esta casa, pero no todo dura para siempre— le dijo. Heavy no lo soporto más, quitó la mano de su padre y se fue corriendo a su cuarto

Se despidió de sus amigos por mensaje, solo recibió la buena suerte por parte de ellos y un "te vamos a extrañar" no sería solo un viaje de vacaciones, sería una mudanza para siempre.

Con lágrimas que le nublaban la vista decidió acomodar sus cosas, no logró convencer a sus padres y solo recibió un "es una buena oportunidad para todos. No solo para dee ni para tu padre, también para nosotros." Fue lo que le dijo su madre victoria antes de que saliera corriendo de ahí para dirigirse a su cuarto

Una vez terminado de acomodar todas sus cosas en la maleta y mochila, cansado, solo se limitó a echarse en su cama. Se sentía extraño, era extraño

Esa sería la última noche en su cama

La última noche en su hogar

La última noche en Rusia

A los pocos segundos y sin darse cuenta, se quedó dormido, aún tenso y nervioso, pero no había vuelta atrás atrás

Algo en la vida de Heavy cambiaría, solo que aún no lo sabía...o más bien, alguien.

Mientras que en el otro lado del mundo, en San fransokyo dos jóvenes se encontraban corriendo por las calles alumbradas del lugar, tanta gente no había y era un poco más fácil escapar, pero difícil por sí los atrapaban

Un joven de cabellos revoltosos color azabache agarraba la mano de su amigo con mucha fuerza, su nombre era Hiro Hamada, y ahora había echo enojar a unos sujetos mucho más mayores que él

Mientras quien le seguía era un chico de su misma altura, tez morena y cabello café. Miguel Rivera. Ya era costumbre para el que su amigo se metiera en problemas, ocasionales o no.

Un rato después, dieron vuelta por un callejón que no tenía salida, sin pensarlo dos veces, Hiro ayudó a Miguel a trepar la pared, luego Miguel ayudó a Hiro. Los tipos que los seguían ya no los vieron más

—¿puedes dejar de meterte en problemas?— le reclamó Miguel a Hiro, tratando de regular su respiración —puta madre contigo...si no son tus apuestas eres tú—

—aún así me ayudas a salir de ahí— le respondió Hiro con una sonrisa, solo recibió a cambio un codazo por parte de Miguel —¡te juro que esta vez no fue mi culpa! Ellos simplemente no soportaron que yo fuera más inteligente que ellos—

—mira, enserio te creo. Pero una de estas ya no voy a poder hacer nada para sacarte de problemas— le reprochó, claro, eran amigos y ambos se ayudaban a salir de problemas. Pero ahora aumentaban casi diario

—me recuerdas demasiado a tadashi...el siempre me decía lo mismo— respondió Hiro algo nostálgico, un silencio se hizo presente junto con el frío que empezaba a hacer

—mucha razón tenía tu hermano— respondió Miguel y le dio un zape a Hiro en la nuca —ahora vámonos, tu tía estará furiosa otra vez si vuelves a llegar tarde y yo también tengo que llegar pronto, mañana tengo que levantarme temprano y haces que sea difícil—

Ambos salieron de aquella calle y se dirigieron al lucky cat café, la gente ya se hacía presente de a poco. Ambos siguieron hablando de cosas como la escuela, la vida y así

—por cierto, mañana tendré un nuevo maestro de música— le comentó Miguel —no sé cómo sea pero espero que sea un poco más agradable que la vieja pendeja que tenía como maestra—

—ojalá— le respondió —¿sabes si quiera cómo va a ser?—

—honestamente, no. Solo se que viene de Rusia y eso porque no lo dijo la directora, si no ni en cuenta— le respondió nuevamente, siguieron platicando hasta que llegaron a la cafetería, ambos se despidieron y en seguida salió la tía de Hiro a recibirlo con un abrazo

Algo en la vida de Hiro cambiaría, solo que aún no lo sabía...o más bien, alguien.



Lo que ocasiona los cafés y las desveladas mi gente.

Ay y ni modo a mi si me gustó y me gustan los crackships, medio fumado, pero me gustó.

Nos leemos pal otro año sin falta mi gente 🗣️‼️

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