✎ Prólogo
-Terminamos.-la ronca voz del pelinegro se coló por los tímpanos del hombre que estaba enfrente suyo.
-¿A qué te refieres con eso?-preguntó con sorpresa. El ambiente comenzaba a oler a alfa enojado.
-A que ya no quiero nada contigo. Mi familia no está de acuerdo con que seamos dos alfas y no los culpo. Además, necesito un omega que querer, no un alfa que dominar-dijo desinteresado, mirando la mueca enojada de Jin .
"Dos alfas juntos, hasta suena ridículo."
Pensó el pelinegro, y es que, al final, dos alfas simplemente no se podía. Así de fácil, Jungkook no tenía que dar explicaciones de algo tan obvio.
El otro alfa se sintió ofendido. Jamás, en su vida de alfa, le habían humillado como lo estaba haciendo Jungkook.
-Pero yo te quiero, Jungkook. -susurró con la voz baja.
-Lo siento Jin, yo no lo hago. Hay millones de omegas hermosas a las que les puedes gustar, pero conmigo creo que tu amor no funciona-si algo debían saber de Jeon Jungkook es que era un maldito sin corazón, no le costaba decir lo que pensaba de las personas.
Luego de decir eso, el pelinegro bebió su último trago de café, se puso de pie luego de dejar unos billetes y a un Jin lleno de frustración, sorpresa, decepción y un sinfín de emociones. Bien, él ya había cumplido con su trabajo, además de que ya se estaba aburriendo de Jin , los dos fueron hechos para dominar, no para ser dominados y eso el castaño no quería entenderlo. Pero ya no importaba, ya había terminado con el alfa.
Daba gracias al cielo que lo hizo antes de que tuvieran sexo porque ahí sí hubieran tenido problemas, ya que nunca se dejaría que Jin lo tocara ahí atrás. Su familia tenía razón, dos alfas no tenía gracia, ni siquiera se veía bien. Caminó por las calles, antes de que recibiera una llamada. Sacó su teléfono, el más moderno que pudiera haber en el dos mil diecisiete, y contestó a su madre.
-Dime-habló mirando el suelo.
-¿Ya te deshiciste del otro alfa? -preguntó con su voz de omega. Su madre era hermosa, pero al igual que jungkook, un tanto cruel.
-Sí, ya no lo volverás a ver por la casa. -contestó encogiéndose de hombros, restándole importancia al asunto.
-Ya era hora, no podía dejar que tu pareja fuera otro alfa, que estúpido. -espetó con desagrado.
-Ya sé-contestó su hijo con molestia. -¿Para qué demonios llamabas?
-Cuida tu tono Jeon. -amenazó su madre-No quisieras que retire unos cuantos millones de tu cuenta.
-Lo siento ma-se apresuró a decir. -¿Para qué me llamaba mi hermosa madre? -dijo en un tono de voz suave.
-Ya que no está ese alfa de por medio, tienes que conseguirte una omega para casarte, ya vas a cumplir los veinticinco Jungkook, y no puedes llegar a esa edad sin estar casado, o si quieres seguir liderando la empresa.
-Un omega mamá, un omega, hombre, pene, como sea que lo entiendas. ¿Cuántas veces te he dicho que soy gay? Las mujeres no son lo mío-habló el alfa enojado.
-Bien, como quieras. Lo que necesitamos es que te cases.
-¿Matrimonio?-dijo confundido. -Yo puedo liderar la empresa sin un omega.
-Desgraciadamente para ti, Jungkook. Las leyes de la empresa lo impiden, y déjame decirte que tú no serás la excepción. ¿Quieres la empresa o no? Si no para hacer que JiHyun comience a estudiar administración.
-Eres insufrible Jeon-escupió enojado. Muchas personas que pasaban a su lado lo veían discretamente, pues el aire estaba lleno de alfa enojado.
-Lo hago por el bien de todos. No puedo dejar que las cosas se descontrolen solo para cumplir tus caprichos.
-Bien-se limitó a responder-¿Qué tengo que hacer?
-Trae a un omega a casa para conocerlo. Ya que el Señor "no es mi estilo" no le gustan las mujeres y no llevará a una omega. Y si lo encontramos perfecto para ti, entonces tendrás que casarte con él.
-¿Y si no lo quiero? Yo no me enamoro de un día para otro. Y omegas, joder, cuando me dicen omegas solo pienso en follarlos hasta hacerlos gritar.
-No seas tan imbécil para hablar, Jungkook-regañó su madre enojada. El pelinegro se arrepintió de decir eso, pues, su madre también era una omega. Cruel, pero omega.
-Lo siento ma...
-Ya sé que eres de esos chicos que piensan mas con las bolas que con la cabeza. Así que arréglatelas, porque si no me traes un omega en menos de dos semanas, le heredaré la empresa a tus hermanos o a tu primo Hoseok.
-¡No! Hoseok es un imbécil, ni siquiera bromees con eso-se quejó.
-Entonces no me tientes Señorito. Quiero un omega y más te vale estar enamorado de él.
La línea se cortó, dejando un molesto ruido en ella. Jungkook comenzó a gruñir del enojo, varias personas, en mayoría betas y omegas, quizás uno que otro alfa, lo miraban atentamente. El pelinegro se dio cuenta de eso y se volteó hacia donde todos lo miraban.
-¿¡Qué mierda ven!? -gritó con su voz de alfa, los omegas instintivamente bajaron la cabeza, los betas se sobresaltaron y los alfas no se inmutaron.
Siguió caminando camino a la empresa. Jeon Jungkook era un alfa, Jeon Jungkook era un empresario muy reconocido. Y Jeon Jungkook hacía lo que quería sin nadie que lo detuviera. Así que una vez que estuvo dentro del edificio donde trabajaba y que posteriormente sería suyo, buscó la oficina de su asistente.
Entró sin pedir permiso mirando al chico, Min Yoon Gi era un omega apodado Suga de tez blanca, pelo rosa y lentes en su fino rosto. Cerró la puerta con fuerza llamando la atención de los trabajadores y luego el silencio en la planta tres se hizo presente.
-S-Señor Jeon...-habló con notorio miedo en la voz. Le había llegado el olor a alfa enojado desde que abrió esa puerta.
Jungkook se acercó a él y con un movimiento rápido lo tomó del cabello sin delicadeza. Miró a Yoongi a los ojos y el pobre omega asintió antes de colocarse de rodillas, desabotonando los pantalones de Jungkook. Sacó su pene y comenzó a estimularlo. El alfa apretó con más fuerza el pelo rosa del chico, sacándole un jadeo.
Yoongi no tardó en meterse la erección del pelinegro en la boca, comenzando a bajar y subir su cabeza, sin meter todo ese trozo de carne en su boca por el miedo a atragantarse. Aunque eso no estaba en los planes de Jungkook, ya que lo tomó y metió toda su hombría en la boca del omega, sintiendo la campanilla y haciendo que Yoongi se removiera asustado, posando sus manos en las piernas de Jeon y haciendo el intento de alejarse.
-Quédate quieto o te despido ahora mismo. -gruñó enojado el alfa.
Continuó follando la boca del omega, hasta sentir el orgasmo venir. La cabeza de Yoon era controlada al antojo del empresario, Jungkook sabía que Yoongi venía de una familia pobre y si lo despedía entonces posiblemente volvería a su estado de pobreza y eso no lo quería el chico. Las lágrimas se resbalaban por los cafés ojos de Yoon y en unos segundos más, su boca estaba invadida de semen, cortándole la respiración y casi ahogándolo.
-Trágalo-ordenó el alfa. A duras penas y en contra de su voluntad, Yoon lo hizo, tragó cada gota de ese espeso líquido.
Jungkook volvió a tomarlo del pelo y lo puso de pie, miró como el omega lloraba y un rastro de su semen bajaba por la comisura de sus labios.
-Escúchame Yoongi. Necesito que me consigas un omega para el fin de semana, sino vete despidiéndote de tu trabajo. ¿Entendiste? -preguntó con la voz fuerte.
-S-Sí... Señor...-habló con la poca dignidad que le quedaba.
Jungkook pasó un pulgar por la comisura del labio del chico, quitando todo rastro de semen y la lamió con una sonrisa.
-Buen chico. -se burló.
Prosiguió a acomodarse los pantalones y salir de la oficina de su asistente para dirigirse a la suya propia. Ya había liberado un poco de estrés y si tenía un omega para el fin de semana. Se dejó caer en su silla cerrando los ojos como si nada hubiera pasado. Quizás podría follar toda esta semana con algunos omegas antes de condenar su vida con otro.
Abrió su computadora y se puso a trabajar. De todos modos, era su empresa y podía hacer lo que quería con ella.
Editado: 15/01/22
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