Capítulo 99.

Más de dos meses habían pasado, ya habían celebrado año nuevo y todos en la empresa se preparaban para otro año laboral. La mejor amiga de Jungkook venía con Jung; el cachorro ya caminaba un poquito, pero lo hacía. Todos los empleados miraban con diversión al pequeño Jeon jugando por los pasillos de la empresa cuando Jimin iba a visitar a su alfa. Además de eso, ella tenía a su primito en el vientre. Sí, ella era oficialmente la omega de Cameron, la madre de su hijo y algo le decía que estaba a punto de tener una marca en su cuello.

Jungkook terminó la llamada que estaba haciendo, se volteó al ver a la de pelo negro entrando con su sobrino. Caminó hasta ellos y se puso de cuclillas para poder besar la cabecita de su hijo y de paso el vientre de su mejor amiga. Miró a su hijo que lo veía como si fuera un bicho raro y le acomodó el traje que portaba.

-¿Y mi marido? -preguntó viendo lo hermoso que era Jung.

-Me preguntas como si anduviera detrás de él. -dijo rodando los ojos. Jungkook sonrió y negó.

-Viene otro en camino. -dijo viendo la reacción de su amiga. ella abrió la boca impresionada.

-Ni siquiera lo dejaste descansar, que desconsiderado. -bufó, pero en el fondo le emocionaba que iba a tener dos sobrino que cuidar.

-Lo siento, las ganas me ganaron. Además, le quiero mostrar a papá que sí tengo espermatozoides fuertes. -dijo presumido pellizcando la mejilla de su retoño. La omega alzó una ceja confundida.

-¿Qué demonios dijiste?

-Olvídalo, es una discusión de alfas. -se burló ganándose un golpe.

-Alfas. -dijo irónica. -No se puede esperar ni una gota de inteligencia en esas cabezas.

-Eso es pura mier...

-Ella tiene razón. -la voz de Jimin se escuchó en las puertas, ambos se voltearon.

-¿Te vas a poner de su lado? -dijo fingiendo estar ofendido.

-Sí, mira como me pongo de su lado. -el pelirubio caminó a la par de la omega y se puso a su lado para acariciarle el vientre.

-Esto es indignante, ven Jung, vayamos donde sí nos quieren. -alzó a su pequeño. Los dos omegas sonrieron por el al alfa.

Se sentó en el sofá de su oficina y miró a los chicos fingiendo estar enojado. Jimin le mandó un beso y el alfa sonrió recibiéndolo. No podía resistirse al encanto de su omega. Jung tomó la barba de su padre entre sus dedos para poder jalarla, sacándole un rugido a Jungkook de dolor. El cachorrito sólo reía a carcajadas y volvía a hacer lo mismo.

-Jungkook me dijo que viene otro, ¿es cierto? -preguntó viéndolo con una sonrisa.

Jimin llevó su mano involuntariamente a su vientre para acariciarlo con una sonrisa. Asintió y caminó hasta su alfa, el mayor lo sentó en sus piernas y besó nuevamente el estómago de su pelirubio. Luego alzó la camisa de Jimin para poder jugar con su nuevo pequeñito.

-Si es hombre le pondré Tony. -Jimin había pasado los brazos por sus hombros para poder abrazarlo. Siempre le había gustado esa sensación de sentir las manos de Jungkook jugando con su cuerpo; jugando con su hijo.

-Ustedes no pierden el tiempo. -dijo la chica divertida. -Yo quiero que la mía sea niña. -su vientre estaba bien crecido.

-Bueno, Cameron hizo un buen trabajo. -se burló con una sonrisa. -Te preñó.

-Eres un idiota. -se quejó rodando los ojos. -Jimin, me alegro por ti. Yo voy a volver al trabajo.

La chica se fue no sin antes besar la cabecita de su sobrino. Jungkook no dejaba de abrazar a sus dos retoños, oh bueno, ahora eran tres. Lo único que pedía el mayor era que se pareciera a él, quería mostrarle a su padre que los espermatozoides de alfa sí servían. Aunque si toda su descendencia se parecía a Jimin no se quejaría. Los labios del omega lo sacaron de sus pensamientos y sintió las manos de Jimin acariciar su abdomen.

-¿Quieres que...?

-No Jungkook, no con el niño aquí. -dijo divertido. -Quiero sentirte pero no ahora. -besó una vez más sus labios. -Te amo alfa, gracias por darme otro hijo tuyo. -acarició la nariz del mayor con la suya, el alfa tenía una sonrisa plasmada en los labios.

-Yo más a ti mi rey.



♦♦♦

Tae Hyung estaba gimiendo sonoramente el nombre de su alfa conforme se adentraba cada vez más. El rizado tomaba el cabello de su omega con una mano mientras que pasaba la otra por el vientre de Tae Hyung. Estaban teniendo una buena y merecida sesión de amor. Quizás habían aprovechado que la madre de su alfa se llevó a los gemelos a dar un paseo junto a su esposo e hija. No se habían dado cuenta de cuánto necesitaban al otro hasta antes que Ho Seok salió de la bañera con feromonas de excitación brotando de su cuerpo. Tae Hyung se había drogado con eso, haciendo que su entrada se lubricara y gracias al lazo sentir la potente necesidad de ser anudado como Ho Seok de anudarlo.

-¡Ho Seok! -gritó fuertemente, su alfa lo empotraba contra el colchón de una manera placentera que le debilitaba el cuerpo. Completamente cegados, los chicos comenzaron a gruñir.

El alfa le dio la vuelta, sabiendo cuanto le encantaba esa posición a Tae Hyung. Kim se mordía el labio con fuerza viendo esos risos rojizos que tanto amaba. Arqueó la espalda cuando el glande de Ho Seok lo comenzó a rozar con cierta fuerza. Era gracioso porque parecía que estaban en esas veces como cuando les llegaba el celo; encerrados, disfrutando del otro y sin vergüenza alguna de decir lo que quisieran.

Los labios de ambos se encontraron para crear una danza. Tae Hyung disfrutaba de las muecas de placer de su alfa, verlo apretar los ojos y respirar por los labios con una sonrisa amenazando con salir le provocaba que su corazón se disparara. El sonido de carne contra carne chocando llegaba a sus oídos sumado de los pequeños gritos del omega, pues el alfa lo embestía profundamente para luego esperar diez segundos y volver a deslizarse en su interior. Ho Seok no dejaba de lamer una y otra vez la marca sobre el cuello del peliplata, quizás mordiendo de paso, pero la idea era poder mandarle esas sensaciones placenteras a su chico.

El omega soltó un último grito cuando el semen del alfa le llenó su interior, sentía cada tira de esa sustancia cálida colarse por su aparato reproductor. Mordió el hombro de Ho Seok cuando el nudo se instaló, los musculosos brazos del rizado abrazándolo por la cintura.

-Oh mierda...-gimió, sus paredes se unían a ese trozo de carne, formando uno solo.

Trataron de recuperar la respiración, Tae Hyung continuaba soltando suspiros de placer. Ho Seok parecía un minino lamiendo esa marca donde su dentadura se había clavado hace unos años.

-Te amo Tae...-susurró luego de un rato. -Mucho, mucho. -sonrió. El menor se quedó embobado con esa sonrisa, su alfa tenía hermosos dientes, un pequeño bigote creciente y unos jodidos camanances que lo hacían querer tocarlos todo el día.

Los dedos del menor fueron a los rizos de Ho Seok para jugar con ellos. Tae Hyung miró con atención como el alfa lo analizaba igual.

-¿Qué jodidos haría sin ti, alfa tonto? -le dijo el bajito con una sonrisa. Ho Seok bajó su boca para poder succionar el pezón izquierdo. Tae no dejaba de acariciarle el cabello.

-Probablemente... no sé, es que yo soy tu mundo, ósea. -la presión se liberó del trasero del omega, sin embargo, Ho Seok no salió.

-Creo que nos hubiéramos enamorado igual. -dijo disfrutando como el alfa no dejaba de repartir besos por todos lados.

-¿Igual? -alzó una ceja.

-Si yo hubiera sido alfa y tú omega. -carcajeó. -Sólo imagínate.

-Eh... Tae, a veces me das miedo con lo que piensas. -lo miró a los ojos. -Pero sin duda igual te hubiera amado de alfa.

-Más te vale, pendejo. -fingió seriedad. -Sino te hubiera sometido igual.

-¿Me viste cara de qué? -rodó los ojos. -¿Sabes qué? Mejor no respondas. -el omega soltó una carcajada.

Continuaron peleando hasta que a regañadientes Ho Seok salió de su interior, Tae Hyung se acurrucó en el pecho del alfa, la sábana cubriendo la mitad de sus cuerpos y el rizado jugando con las nalgas de su omega. Pronto Jung sacó de la mesita de noche un cuadro para entregárselo a Tae Hyung, era uno con la sesión de fotos que se hicieron unos días atrás. Salían ellos cargando cada uno un gemelito; los retoños con una sonrisa en sus rostros sin dientes y todos viendo a la cámara.

-Es hermosa. -dijo el omega acariciando el cristal. Abrazó más a Ho Seok y besó el vientre de éste. -Gracias Hobi.

-Con tal de verte sonreír, hago lo que sea Tae. -lo atrajo hasta que quedara encima de sus piernas. -Te amo bebe, gracias por quererme y darme hijos, gracias por casarte conmigo y ser mi omega. Gracias por todo Tae, gracias por hacerme feliz.

Las mejillas encendidas del menor no pudieron parecerle más adorables al alfa. Unieron sus labios otra vez por un buen rato hasta que quisieron otra ronda donde la familia de Ho Seok llegó de sorpresa y tuvieron que apresurarse a llegar al orgasmo para poder vestirse de prisa.



♦♦♦

Jin ama a Min Ho y casi nada puede ser más lindo que eso. El alfa mantenía a sus dos cuchurrumines abrazados mientras que veían una película de niños. Sí, al omega le gustaban las cosas infantiles y además ayudaba a que el bebe se distrajera. El calor que brindaba el cuerpo de Kim era suficiente para que los dos pequeños no pasaran frío, con estas fechas sólo pensaban en cobijas.

Habían pasado una linda navidad junto a la familia del alfa. Min Ho cocinó la cena junto a su suegra a duras penas, aunque la omega se había mostrado bondadosa por primera vez con él. Sniff, algo le decía que había un truco en algún lado. No le hizo mente y se acurrucó mejor en Jin. Su suegro le había regalado un viaje a Francia con todo pagado, mucha ropa de niño y zapatos para él.

Bueno, eran muchas cosas lo que se habían regalado que daba pereza nombrarlas. Jin comenzó a quitarle el pijama a su chico con una sonrisa. El omega negó divertido y alzó sus caderas para facilitarle el trabajo. El cachorrito estaba recostado al pecho de su papi, mordiéndose la manita y con los ojos fijos en la enorme pantalla.

-Te amo mi amor. -susurró el alfa en el oído, atrapando éste con sus labios.

-Yo más belleza. -sonrió volteándose para darle un beso en los labios.

-Amo cuando me llamas así, enano. -suspiró enamorado.

-Yo amo cuando te comportas como un cochino insaciable. -metió la mano bajo el bóxer de Jin acunando sus bolas con su mano y dejándola reposar ahí. -En serio Jin, te amo como a nadie.

Eso lo hizo quedarse pensando en lo que su vida había cambiado; iba para un año de que estaba con Min Ho. Recuerda cuando lo conoció en la cafetería donde solía trabajar, pues el alfa siempre iba por un café en las mañanas y de casualidad cuando el omega siempre estaba atendiendo. Como le sonreía y se ruborizaba cuando él simplemente murmuraba un: "con espuma por favor"

Ese día donde lo invitó a salir, cuando le propuso ser su compañero de cama, sin sentimientos de por medio, cuando el chico aceptó con una sonrisa de felicidad pensando en que le gustaba a un alfa. No podían culparlo, era un pequeño omega de dieciocho años buscando el calor de su otra mitad. También cuando lo trataba mal y lo golpeaba; se imaginaba que Min Ho lloraba en silencio, lamentando su inocente amor por alguien que no lo valoraba.

Jin lo acercó más a su cuerpo sin intenciones morbosas, sólo quería abrazarlo y sentir que en serio Min Ho continuaba con él a pesar de todo. Definitivamente ese pequeño lo amaba como para continuar soportando su existencia. No pudo estar más agradecido por eso.

Era suyo, Min Ho llevaba su mordida encima y a su próximo hijo. Le había dado el regalo de sentir lo que es ser padre. Mierda, lo había hecho feliz en tantos aspectos que podía sacar horas por los buenos actos del omega.

Y le alegraba sentir que en su corazón ya no había espacio para nadie que no fuera su familia.



♦♦♦

Yoon Gi había notado a Nam Joon un poco tenso en lo que las dos últimas horas respecta. Se le veía con el ceño fruncido y soltaba leves gruñidos, sumido en sus pensamientos, haciendo que el menor se sintiera mal por no poder ayudarlo y sentir su indiferencia.

Quería llorar.

No sabía qué hacer, ya era tarde y apostaba que todo el vecindario se encontraba durmiendo. Su madre se acostaba temprano y su alfa estaba en la sala viendo la televisión, o al menos eso parecía porque estaba prácticamente en la luna.

Le dirigió una última mirada de súplica al principio de las escaleras, pero como supuso, no hubo resultado. Suspiró pesadamente y caminó con Seung dormido en brazos hasta su habitación. No paraba de acariciar la mejilla del cachorrito, admirando sus preciosas facciones.

Cuando llegó al cuarto dejó empujada la puerta, acostó a Seung en su cuna y besó su frente. Se quitó las pantuflas para meterse a la cama. Justo iba a apagar la lámpara cuando la sombra de su alfa se vio en el pasillo; unos segundos más tarde la figura de Nam Joon entrando a la habitación. Su corazón se apretó al ver que el mayor cerró la puerta con seguro y pasó directo al baño sin dirigirle la mirada. Bajó la mirada con su labio inferior temblando en un indicio de llorar. No se escuchó ningún ruido, Yoon Gi ya se había acostado, cerrado sus ojos y apagado la jodida luz.

Los pasos de Nam Joon se escucharon a su lado, sintió el colchón hundirse a su lado, sin embargo le pareció extraño que el alfa no se acostara; estaba sentado en su lado de la cama. Cuando iba a tomar valor para hablar un ruido lo interrumpió.

Un sollozo.

De un alfa.

Pequeños lamentos salían de la boca de Nam Joon. Yoon Gi se alarmó al instante y encendió de nuevo la luz. Su grandote estaba dándole la espalda, con sus palmas cubriendo sus ojos y podía ver el movimiento que su cuerpo hacía con cada sollozo. Además la nariz trancada del alfa delataba su respiración errática.

-Amor...-tocó su espalda con miedo de que se apartara, pero como siempre, el resultado fue que el cuerpo de Nam Joon se relajara de manera increíble. -Mi alfa, ¿q-qué sucede? No llores por favor...

Nam Joon se volteó para verlo, cascadas saliendo de sus ojos. Viendo a su omega con un puchero en los labios, buscando el amor que Yoon Gi le transmitía con sólo una mirada.

-Mi tesoro...-susurró acariciando la mejilla del omega. -Mi pequeño... perdóname...

-Shh... tranquilo grandote, estoy aquí para ti. Sabes que te amo mucho. Anda, dime qué tienes.

-T-Te ignoré... mi amor perdón...-lloró más fuerte. -Nunca quise lastimarte, lo siento mucho bebé...

-No pasa nada Joonie. -besó su mejilla. El alfa buscó su abrazo con rapidez y comenzó a quitarle la ropa al omega.

-S-Sí pasa, fui malo contigo, me odio, me odio mucho. Sé que te dañé, d-dañé a mi omega y-y eso no puedo soportarlo...

-Pero amor...

-Lo siento Yoon Gi, mi chico...-acarició la mejilla del menor. Yoon Gi pudo apreciar más de cerca esos ojos que tanto lo hipnotizaban.

Se había debatido mucho en lo que estaba a punto de hacer. No era malo, es lo que ambos más querían, pero esa sensación de que algún día no pueda ser suficiente para Yoon Gi estaba ahí. Tenía miedo. Había jurado amar a ese omega sobre todas las cosas y estaba dispuesto a hacerlo hasta el día que ya no respire en este planeta.

Las caricias que el ojimiel le brindaba a su espalda lograron tranquilizarlo hasta el punto de que ya no lloraba. Sólo era él tratando de calmar su respiración.

-Siempre voy a estar para ti grandote. Siempre voy a quererte en las buenas y en las malas, voy a estar aquí contigo. Voy a cuidar a mi alfa a pesar de todo lo que pase. -dijo firme. Esas palabras eran las que Nam Joon necesitaba en ese momento.

Con mucho cariño se introdujo en su interior. Hicieron el amor, de verdad, nunca se habían sentido tan completos esa noche. Pero justo cuando Yoon Gi pensó que iba a terminar, el nudo del alfa arremetió en su interior, profundo como sólo Nam Joon podía llegar. Fueron segundos en donde la boca del mayor se abrió para incrustar sus dientes en la piel del hombro de su omega. Yoon Gi era su omega y de nadie más. El momento era tan íntimo que podían quedarse así por el resto de sus vidas. Min sentía su piel abierta, un ardor en su hombro y un líquido bajando por su pecho. Ladeó la cabeza y se le fue el aliento cuando Nam Joon dejó la herida libre, lamiendo los restos de sangre. Automáticamente pasó a sentir los sentimientos del alfa en su propio cuerpo. ¿Así se sentía tener un lazo? Era hermoso. Cuando conectaron miradas fue como si volvieran a nacer.

Ahora eran uno, este amor iba para largometraje.

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