Capítulo 9.

Sun Hee miró con asombro al rubio. Luego miró a Jungkook y de vuelta al pelirubio. No sabe qué le picó a Jimin para abrazar la cintura del alfa y esconder su rostro en el pecho. Jungkook lo abrazó y dejó un beso en su cabello.

-Lo pones nervioso. -se quejó Jungkook.

-Lo siento. -se disculpó. -Oye, vamos, quiero conocer a mi yerno. -sonrió la omega.

Jungkook le acarició la espalda al menor. Jimin lo miró a los ojos como si estuviera esperando una orden.

-Di hola, amor. -murmuró el alfa. El pequeño omega se giró con las mejillas sonrojadas por el apodo que acababa de escuchar.

-¡Pero que lindo! -exclamó Sun Hee acercándose para analizar los ojos de Jimin. -Es como ver un bosque en dos pequeñas esferas.

-Mamá, vamos a almorzar, estamos hambrientos. -dijo Jungkook volviendo a tomar la cintura de su omega, dejó un beso en su mejilla mientras lo dirigía hacia la camioneta.

Sun Hee los miraba con una enorme sonrisa. Se preguntaba de dónde había sacado su hijo ese lindo omega. Quería saber todo sobre su yerno, su cabeza no dejaba de formular preguntas. Miró como el omega no dejaba de sonrojarse y eso le hizo fruncir el ceño, se veía muy inocente como para que estuviera con un caos como lo es el alfa.

Jungkook estuvo a punto de sentarse adelante, pero su madre rápidamente se lo impidió y le dio un caderazo que casi lo bota al suelo. El alfa miró entre confuso y enojado a su madre. Si no se hubiera agarrado de la puerta entonces de seguro se hubiera estrellado en el piso y habría manchado su traje.

-Yo voy adelante. Tú siéntate con tu omega. -le reprendió.

Jimin ya estaba subido atrás, no dejaba de jugar con sus manos por los nervios, estaba como en medio de dos desconocidos, porque no sabía nada del alfa, más que estaba podrido en dinero, y que su nombre era Jeon Jungkook. La mujer que iba con ellos iba hablando animadamente con el chofer, diciéndole que su hijo ya tenía un omega, y que era el omega más lindo y tierno que había visto. El chofer sólo asentía y le sonreía con respeto, a veces diciendo una que otra palabra cuando era necesario.

Jungkook miró como Jimin se sobaba sus manos con nervios. Lo miró y alzó una ceja.

-¿Pasa algo, bonito? -preguntó, Jimin tomó una bocanada de aire.

-No quiero arruinar las expectativas de tu madre...-dijo inocente. Jungkook se acercó más y tomó una de las manos del pelirubio, entrelazándola con la suya, era un poco más pequeña que la suya.

-Le agradaste. No te preocupes por eso. -tranquilizó el alfa.

-Pero...

-Jimin, el último cumplido que escuché salir de la boca de mi madre fue hace como un mileno, y mira, te dijo que eres lindo. -Jungkook besó el dorso de su mano.

El menor no dijo nada y se quedó callado. Jungkook colocó sus manos entrelazadas en su muslo, muy cerca de su entrepierna, sin intenciones de nada, lo hizo inconscientemente, mirando a través de la ventana la cuidad de Londres.

Unos minutos más de viaje y llegaron a su destino. Jungkook se bajó con lentitud mientras veía el restaurante, tenía su entrada con una alfombra roja, los muros eran de color dorado. Observó las enormes letras de metal guindando con el nombre de F O U R.

-Vamos, vamos, no hay que perder tiempo. -apresuró Sun Hee.

Jungkook guio a su omega hacia adentro. Se sentaron en la primera mesa para tres personas que encontraron y pronto un camarero les trajo el menú. Sun Hee leía con determino cada platillo. Jungkook hacía lo mismo, decidiendo en qué comer. A Jimin le latía el corazón a mil, no entendía nada de lo que estaba leyendo. ¿Qué demonios era un Croissant? Se mordió el labio nervioso, no quería arruinarlo, pero en serio se la estaban poniendo muy difícil.

-Creo que yo pediré una sopa de mariscos. -dijo la omega. -¿Ustedes?

Jungkook miró a Jimin y sonrió.

-Yo pediré lo que mi omega quiera. -habló con una sonrisa, acariciando la mejilla de Jimin. -¿Qué sugieres hermoso?

"Sugiero que me coma la tierra y me cague en China." Pensó el omega, ¿por qué el alfa le hacía esto?

-Alfa... yo estoy bien con cualquier cosa que pidas....-dijo apenado por tener los ojos de su suegra analizando cada palabra. Sun Hee sonrió al escuchar la forma en la que lo había llamado.

-Te dije que ordenaras lo que te gustara. -dijo Jungkook con la voz un poco más dura. Jimin sintió sus ojos picar.

-Jungkook basta. -dijo su madre mirándolo con reproche. El pelinegro no le hizo caso y continuó clavándole la mirada al omega.

-Jimin. -amenazó el alfa.

El omega no sabía qué decir, no sabía lo que muchos nombres de esos platillos significaban o si le gustaban a su alfa. Miró el menú mordiéndose el labio y quiso llorar de los nervios. Se maldijo por estar formando una escena enfrente de su suegra.

El alfa iba a hablar pero Jimin lo interrumpió.

-Los espaguetis son buenos. -dijo con temor. -Con queso encima y un jugo de uva.

Jungkook llamó al camarero para pedir lo que su madre y el omega habían ordenado, pidiendo una porción extra para él mismo de lo mismo que Jimin había ordenado.

Sun Hee se aclaró la garganta para liberar un poco la tensión que había entre el omega y el alfa, podía oler las feromonas que Jimin soltaba por el miedo mezclado con el aroma de enojo que emanaba el alfa.

-Bien. -llamó la atención de ambos. -Quiero saber todo sobre ti, Jimin. ¿Cómo hizo este inútil para conseguirte? -dijo con una sonrisa. Jungkook rodó los ojos y atrajo al omega a su cuerpo por instinto.

-Eh...

-Es primo de Suga. Me lo presentó hace unos días cuando salimos a tomar unas cervezas. -mintió.

El pelinegro no podía creer lo que acababa de decir. ¿Salir a tomar unas cervezas con el inútil de su asistente? Primero muerto antes de que lo vieran con ese omega en la calle. Su madre no pareció tener problema en creerle y luego clavó sus ojos en Jimin.

-¿Cuántos años tienes, muchachito? -dijo con una sonrisa.

-Dieciocho. -contestó cortésmente.

-¿Estás estudiando o algo? -Sun Hee se vio interrumpida gracias a que el camarero, que era un beta, había traído sus bebidas.

-No pude terminar el colegio...-contestó apenado. Buscó la mirada del alfa para que le diera seguridad, pero Jungkook estaba entretenido con su teléfono.

-¿Por qué? -cuestionó interesada.

-Problemas de dinero...-en ese momento, Sun Hee cambió su expresión a una sonrisa incómoda y forzada.

¿Escuchó bien? ¿Jungkook se había conseguido a un omega sin ningún título o digno trabajo? Iba a matarlo.

-¿Cómo sobrevives? -dijo sonando un poco grosera, con la voz cargada con una pizca de burla.

-Antes vivía con mis padres...

-¿Y por qué ya no? -volvió a preguntar. Jimin había notado como sus facciones habían cambiado, y ahora la omega prácticamente exigía cada detalle de la vida del pelirubio.

-Problemas personales. -dijo un poco alto. Jungkook dejó su teléfono y suspiró frustrado.

-¿Pasa algo? -le preguntó su madre.

-Jin quiere que nos veamos. -rodó los ojos. La omega bufó.

-No puedo creerlo. -se quejó. -¿Ya le dijiste que tienes un omega?

-No. -Jimin se removió un poco incómodo en su asiento.

-Díselo, quizás así te deje en paz.

-O que me joda más.

Los platillos llegaron y comenzaron a comer, olvidando la conversación que mantenían momentos atrás por el hambre que sentían. Jimin no pudo evitar gemir al oler la salsa de su plato y lo bien que olía.

Era un mundo totalmente diferente pasar de vivir en la calle a entrar a comer a un restaurante. Ahora lo trataban como una persona, sin importar que era un omega. Comían en silencio, Sun Hee haciendo sonidos raros con cada cucharada de sopa. Jungkook comía sus fideos con total tranquilidad. Jimin se quedó embobado al ver como la mandíbula del alfa se flexionaba con cada masticada, haciéndolo ver de una manera muy sexy.

El alfa llevó otro poco de fideos con salda a su boca, Jimin vio que un poco de salsa se quedaba en la comisura del labio del alfa. Con algo de pena, tomó una servilleta y tocó el hombro de Jungkook, éste se volteó mirando a su omega, el pelirubio acercó sus dedos a los labios del alfa para posteriormente limpiar la salsa que se había colado en su comisura.

Jungkook paró de comer y lo miró directo a los ojos. Jimin agachó la mirada. De seguro el alfa se había molestado por haber tomado esa confianza con él tan de repente. Se sintió un idiota por haberle limpiado los labios. Lo más seguro es que el alfa estuviera puteandolo en su mente.

Pero esos pensamientos se fueron al carajo cuando Jungkook le acarició sus mechones castaños y lo atrajo para juntar sus labios en un beso, la lengua del mayor lamió el labio del omega antes de separarse. Jimin se sonrojó al ver la mirada de sorpresa de la madre del alfa.

-Me dejan sin palabras. -sonrió Sun Hee. -Son hermosos juntos.

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