Capítulo 87.
Aún con lo hermoso que ambos lucían, llegó el día de deshacerse del tinte. Los ojos del omega miraban con atención como el alfa trabajaba. Estaban en su oficina; ambos en silencio. Sonrió y se acercó para posar sus manos sobre los hombros del mayor con la intención de darle un masaje, tratando de relajarle el cuerpo con éxito. Jimin besó su cabello rubio y se entretuvo escuchando los suspiros de satisfacción del alfa al sentir sus músculos relajarse.
—¿Qué te tiene tan estresado, Kookie? —preguntó. Sus orbes no dejaban de ver hacia abajo donde el alfa firmaba papeles, los cuales no entendía nada de nada.
—Nada amor. —Jeon echó su cabeza hacia atrás con un puchero, pidiéndole un beso a su omega. Jimin se agachó y atrapó su labio inferior con una sonrisa.
Pero había un olor en el aire, uno que el pelirubio hace rato percibía. Jungkook estaba soltando feromonas de excitación inconscientemente mientras acariciaba el cabello de Jimin. Incluso pudo comprobarlo al sentir las enormes manos del mayor acercarlo a su cuerpo buscando en contacto de su piel sin el estorbo de por medio. Era inevitable ver el gran crecimiento del vientre del omega, ya la curva de su abdomen se formaba y la ropa comenzaba a delatarle el embarazo, pues algunas veces no le quedaban o terminaba usando las camisas de su alfa.
—Sabes que puedo olerlo...—dijo acariciando la mejilla de Jungkook. —Tus feromonas... quieres que tengamos relaciones...
El alfa suspiró pesadamente. Se odiaba, odiaba tener esa necesidad de anudar a Jimin, aun cuando no se podía.
—Pasamos de hacerlo seguido a no volver a tener nada. —dijo con pesadez. —Ignóralo amor, tu salud es primero, mis necesidades pueden esperar. —Jimin se sintió mal por eso.
—Jungkook en serio lo lamento...—dijo como cachorro regañado.
—Oye, no importa amor...—sonrió para calmarlo. —No le hagas caso a ese pendejo maleducado.
—Yo amo a ese maleducado. —dijo divertido besando una vez más los labios del alfa.
—Créeme que él también te ama. —dijo juguetón. —¿No te ha vuelto a doler nada? —preguntó acariciando las piernas del omega. Jimin negó, las pastillas en serio le habían hecho bien, la doctora tenía razón, desde hace tiempo había comenzado a disfrutar el embarazo.
—Sólo son antojos, raros. —se quejó el omega. Pues en la mañana un deseo de comerse el jabón del baño le entró de la nada, de seguro por el dulce olor a uva.
Además de eso, si alguien le ponía mucha atención al alfa, se podía dar cuenta de las mordidas que tenía. Jimin solía morderlo, pues el olor que emanaba su alfa, masculinidad y sexualidad, lo volvían loco. Y cómo su boca picaba, a Jungkook no le quedaba de otra que aguantar como su omega se lo comía, literalmente.
Jimin miró los ojos de su alfa, eran de amor puro, esos que demuestran con un simple gesto lo mucho que lo ama. Una característica de Jeon era eso, ser muy expresivo mediante sus expresiones e incluso la que más conocían las personas.
El menor se recostó en el hombro del alfa, dejando salir un suspiro. Jungkook lo abrazó escondiendo su nariz en el cuello del omega. Sonrió al escuchar la risa de Jimin, era hermosa, fuerte, eso le encantaba a Jeon.
Sun Hee y Chung Hee entraron a la oficina de su hijo con varios papeles, viendo como un alfa mantenía a su omega gordito sobre sus piernas. Ambos sonrieron y se acercaron. La adulta dejó los papeles sobre el escritorio para ir a tocarle el vientre sobre su camisa, Jungkook era muy celoso, nadie más que él podía tocarle la piel a Jimin. Chung Hee se acercó por detrás de su esposa y sonrió al ver al omega embarazado.
Acercó su mano lentamente y miró a su hijo, pidiendo permiso para poder tocarlo. Jungkook asintió vigilando de cerca a sus progenitores, no es que desconfiara de ellos, si no que su instinto alfa lo obligaba a estar alerta.
Su omega y su cachorro eran cosa seria para Jungkook.
Chung Hee también colocó la mano sobre su nuero. Sintió la superficie un poco dura, Jimin se aferraba al cuerpo de Jungkook. Aún se sentía un poco nervioso e inseguro cuando se trataba de otro alfa. Más cuando era la primera vez que Chung Hee acariciaba a su nieto. Jimin escondía su rostro en el cuello del alfa mientras dejaba su estómago al aire para que pudieran acariciarlo. Jeon lo abrazaba posesivamente.
—Un hermoso cachorro de nuestro hijo, quién lo diría. —dijo el alfa con una sonrisa viendo a su esposa. —El futuro heredero de la empresa Jeon Army.
Y eso no pudo causarle más placer a los oídos de Jungkook. Sí, su cachorrito, su hijo, iba a heredar todo, iba a cuidarlo de todo.
Jimin besó tiernamente su cuello al darse cuenta de las feromonas de felicidad de su alfa, quien se había quedado pensando todo el rato. Sun Hee los abrazó dejando un beso en el cabello de cada uno y Chung Hee hizo lo mismo, pasando la lengua por la mejilla de Jungkook como solía hacerlo cuando era niño y riéndose a carcajadas al ver al alfa limpiarse con asco.
—Hoy iremos a buscar todos los detalles, ustedes no se preocupen, nosotros nos haremos cargo. —dijeron antes de irse.
Jimin suspiró, era la primera vez que sus suegros daban una muestra de afecto hacia él que no fuera un abrazo o una sonrisa. Jeon le interrumpió sus pensamientos cuando juntó sus labios y sus manos le rozaban desde las costillas hasta el ombligo; conduciendo espasmos a los nervios del omega. La lengua de Jimin se atrevió a ir más allá y acariciar la de su alfa. Lo amaba.
♦♦♦
Min Ho estaba acostado sobre el pecho de Jin mientras veían la televisión. Acostados. Joder, por el momento se odiaban, pero sus animales se amaban, por eso ahora los dos estaban con el ceño fruncido aunque abrazados como si fueran la pareja más feliz. El alfa le acariciaba la línea de su espalda mientras que el omega trazaba círculos en sus costillas. Oh, y claro, no faltaba el hermoso cachorro sobre el vientre del alfa y la mano de Min Ho en el pequeño.
El bebe dormía con una manita en su boca. Tenía una pijama mientras que Min Ho miraba la televisión. Jin lo abrazaba posesivamente mientras que mantenía su mano entrelazada con la del omega sobre el cuerpecito del cachorro.
Jodida existencia.
Estos eran los momentos donde el menor odiaba ser un omega. Sumiso, aferrado a su alfa, sintiendo esa placentera sensación en su pecho cuando tenía la atención de Jin sobre él, como lo celaba y lo cuidaba cuando no era un idiota. ¿Por qué todo en su vida siempre salía al revés?
Le habían pasado cada desgracia; se había enamorado de un idiota, lo quemaron, intentaron abusarlo y ahora el mismo alfa que amaba le jodía las bolas. Tener a su pequeño no era malo, fue lo mejor que le pasó en mucho tiempo, además de que tenía ciertas facciones de Jin. Suspiró cerrando los ojos.
Pronto el alfa sintió algo líquido caer sobre su pectoral donde el omega estaba acostado. Frunció el ceño y al rato escuchó el sonido de la nariz trancada de Min Ho tratando de respirar un poco. Sentía las lágrimas del chico rodar por su pecho hasta llegar a las costillas para luego terminar en la sábana. No sabía qué hacer, se sentía pésimo, al fin y al cabo él era su omega y necesitaba calmarlo, pero el problema era que no encontraba las palabras para hablarle.
Colocó a su cachorro en el otro lado de la cama para poder darse la vuelta y encarar al menor, quien lo veía con inseguridad por tener a su pequeño muy lejos, al menos eso sentía él. Sorbió su nariz y desvió la mirada cuando los ojos mieles del alfa encontraron los suyos. Jin lo atrajo por la cintura hasta que el pecho de Min Ho chocara con el suyo propio.
—Si quieres dejarme lo entenderé, Min...—dijo con amargura en la voz, deseando con todas sus fuerzas que no fuera así.
El omega negó. Tardó unos minutos en tomar aire y encogerse de hombros.
—Sólo quiero un alfa que nos cuide. —dijo sin verlo, pues mantenía los ojos cerrados. —No tanto por mí, quiero que mi cachorrito jamás pase por lo que me ha tocado.
El alfa se sintió una completa mierda. Su tonta necesidad de sexo le había hecho usar a su hijo contra el amor de su vida. Pero joder, era un poco difícil dejar de lado el deseo de poseer al omega luego de mucho tiempo. Jin besó su cien y acarició su mejilla.
—J-Jin... quizás no sea tan importante para ti, pero no dejes que nuestro cachorro pase por lo mismo porque no se lo merece y...—fue interrumpido por los labios del alfa sobre los suyos.
Y es que algo tenía Jin, que hacía desear más al omega. Aunque eso también pasaba con el alfa. Le correspondió el beso, haciendo sus labios sonar conforme se movían y acariciando la mejilla del castaño.
—No iría hasta mi pueblo natal por cualquier omega. —dijo sobre sus labios antes de volver a besarlo. —No lloraría horas como lo hice por ti, por cualquier omega. —susurró. —Y definitivamente no amaría a otro omega como lo hago contigo.
—Sólo quiero ser feliz, Jin. —dijo cansado. —¿Es mucho pedir?
Jin lo miró a los ojos y besó su frente.
—Lo siento Min, lamento ser una desgracia para ti. —murmuró con pena.
—Sólo te pido que seas amoroso. —admitió. —Y prometo tratar de volver a confiar en ti. —el alfa sonrió.
—Trato.
♦♦♦
Jungkook estaba metido entre las piernas de Jimin mientras que besaba su hermosa panza. Oh Dios, sí. Park estaba comenzando a ser como hace unos meses se lo imaginó.
Jimin se veía relleno. Ya su vientre no estaba plano, si no alzado, ovalado, delatando que era un omega embarazado. Ya tenía sus cinco meses. Faltaban cuatro. Jeon no separaba sus labios del estómago de su omega. Dejaba sus lamidas, besos y mordidas. Hablaba animadamente con el cachorro mientras que Jimin estaba con la cabeza de medio lado sobre la almohada, dándole espacio a su alfa para que quedara en una posición más cómoda. Jungkook besó cuidadosamente el ombligo haciéndole cosquillas al menor. Park acarició el cabello rubio del alfa y bajó a sus hombros. Amaba la fuerza que poseía el alfa, sus músculos, los tatuajes, absolutamente todo. Su barba le picaba el abdomen pero no era para quejarse tanto.
—Te amo...—le susurró a la pancita del omega. —Te amo mucho, cachorrito.
Jimin sintió ganas de llorar por alguna extraña razón. Suspiró y dejó que una sonrisa quebrada se colara en su rostro. Sintió los pulgares del alfa acariciar sus mejillas, más específico, limpiarle el recorrido de las lágrimas que no supo en qué momento liberó. Jungkook lo veía con atención, tratando de decirle con la mirada todo lo que su boca no dejaba.
Pero lo sentían, podían sentir como si estuvieran leyendo el pensamiento del otro. La forma en la que sus ojos hablaban por ellos era simplemente la comunicación que el alfa siempre quiso en un omega; alguien que lo conociera tan bien como para saber lo que estaba pensando.
"Todo va a estar bien."
Eso fue lo que ambos pensaron al perderse en los ojos del otro.
Porque recuerden que cuando dos personas se aman, no importa qué, lo sienten como si estuvieran en el cuerpo del otro. Tan puro, tan inocente, tan hermoso que es imposible no amar la forma en la que se complementaban.
♦♦♦
Un mes después volvieron a ir donde el médico, Jimin lloró al ver que su bebé continuaba creciendo, aumentando el riesgo. Jungkook terminó acurrucándose en la cama con él llorando en silencio. Haciendo el amor luego de mucho tiempo y cayendo dormidos en los brazos del otro, porque ahí era su hogar.
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