Capítulo 81.
Las cosas habían estado un poco tensas entre los chicos. Jimin despertó con un poco de dolor en el estómago y Jungkook... bueno, al alfa le había llegado el celo. En ese momento Jimin se odiaba por no poder complacerlo. Es decir, su alfa se estaba retorciendo por el dolor de no poder descargar su nudo en él frente a sus ojos.
Jeon no podía bajar la tensión de su pene, quería estar dentro de Jimin, lo necesitaba. El alfa estaba molesto por dos cosas: el dolor y porque su celo llegara justamente ese día, tenía planeado todo lo que quería que sucediera, pues hoy Jimin cumplía los diecinueve.
El alfa estaba sobre la cama, apretado las sábanas con su puño mientras que cerraba los ojos con fuerza. Sabía que si veía a Jimin desnudo a su lado perdería el control. Se había negado rotundamente a las veces donde el pelirubio le decía que le hiciera el amor, que no importaba, ya estaba bien. No supo de dónde mierda sacó tanta fuerza de voluntad, en otra ocasión no hubiera podido resistir.
Sintió la mano del omega queriendo tocar su pene pero lo alejó rápidamente. Deseaba volver a repetirlo pero no se podía dar ese lujo.
—J-Jungkook... hazlo por favor... te estás lastimando...—suplicó con sus ojos cargados de preocupación.
—No, Jimin. —gruñó con fuerza. —No me hagas hacer algo de lo que pueda arrepentirme. —dijo controlando sus quejidos de dolor.
Jimin suspiró. No iba a dejar que su alfa continuara causándose dolor. Volteó el cuerpo de Jungkook, quien casi no tenía fuerza por el dolor que punzaba en su cuerpo, para treparse sobre él.
Jeon lo miró entre enojado y con lujuria. Posó sus enormes manos en la cintura del omega manoseando el cuerpo del pelirubio con cierto descaro e inseguridad.
—Me vas a hacer el amor en este momento. —dijo con la voz seria y demandante, sorprendiendo al alfa.
—Entiende que no quiero lastimarlos...—dijo ahogando un sollozo cuando sus testículos fueron atacados por el dolor.
—No lo vas a hacer... confía...—sonrió besando los labios del mayor. Jimin tomó la mano del alfa y la puso sobre su vientre. —Hazle saber que también lo amas...
Esas palabras terminaron de convencer al mayor. Llevó su lengua al pezón del omega para comenzar a disfrutar de su chico.
Tomó el pene de Jimin para estimularlo escuchando el gemido de éste. Park sentía como jugueteaba con sus pezones, sonrió y le acarició el cabello con una mano mientras que con la otra tomaba la enorme extensión del alfa. Pasó el pulgar por el glande sintiendo el líquido pre seminal saliendo.
—Ya mi amor... no llores, ya no te va a doler. —dijo Jimin guiando esa porción de carne a su entrada. No perdió ni un segundo más y la metió lentamente, por si las dudas de que llegara a lastimarse.
Justo cuando estuvo completamente en el interior de Jimin, el cuerpo de Jungkook se relajó como por arte de magia. Jeon sentía como su pene se relajaba mientras que Jimin posaba sus manos en el pecho de su alfa, tratando de recuperar un poco la respiración, hace tiempo que no tenían relaciones sexuales debido al embarazo.
Volver a unir sus cuerpos era como lo que les faltaba. Los brazos del alfa rodearon a su chico sin comenzar a embestirlo, Jungkook solo necesitaba calmar a su alfa, sólo eso. Jimin por otro lado, quería que el mayor dejara esa idea de que era malo hacer el amor durante el embarazo.
—Vas a terminar quitándole la leche al bebé...—bromeó el omega viendo que el mayor no dejaba de succionarle su delicado pezón. Jungkook gruñó y continuó con lo suyo.
—Tú no puedes amamantar. —dijo tomando el trasero de Jimin con cada una de sus manos. —La leche que yo quiero está abajo, no arriba. —acostó a Jimin en la cama y se subió en su cuerpo.
—Eres un descarado. —dijo con el notable sonrojo. —Un alfa descarado que siempre me quiere abrir las piernas y tomarme todo el día.
—Está en nuestra naturaleza mi rey...—vio a Jimin a los ojos con amor. —A como está en nuestra naturaleza proteger a nuestro cachorros. —su mano acarició el vientre de Jimin. —No debería estar haciéndote el amor.
—¿Nunca haz escuchado que dicen supuestamente que durante el embarazo en bueno? —comenzó a rascar el pelo de Jungkook, el alfa ya había logrado calmarse.
—Sí, lo he hecho. Jimin esos son mitos amor, primero porque mi glande no puede tocarlo, segundo porque no voy a pasar toda tu entrada buscando a mi hijo y tercero porque no puedes parirlo. —acarició la mejilla del pelirubio..
—Shh... tú solo sigue la corriente. —besó los labios de Jungkook.
No dijo nada y comenzó con las embestidas lentas en el interior del omega. Jimin abrió sus piernas dejándole más acceso, cosa que el alfa aprovechó. Sonrió cuando Jungkook puso su vista en su abdomen y con algo de timidez colocó su enorme mano. El alfa besó su frente con delicadeza y siguió embistiendo. Quizás Jungkook no fuera de muchas palabras, pero sus actos lo decían todo.
Amaba al bebé que estaba creciendo en Jimin a pesar de todo.
—Mira amor...—empezó a hablar y el pelirubio se preparó para un lindo discurso de su alfa a su hijo. Escuchar al alfa hablando de sus sentimientos era una de las cosas que más amaba del mayor. Simplemente era genial. —A tu papi le llegó el celo en el día menos indicado, así que aquí me tienes, dándote amor. Espero que sientas aunque sea un poco. —las embestidas del alfa hacían que el omega gimiera y diera pequeños brincos.
Jimin colocó sus manos en los hombros del alfa, afirmándose y tratando de concentrarse más en las palabras del mayor que en su pene.
—¿Sabes qué día es hoy? —preguntó Jungkook hablándole en el oído al omega pero con su mano en el estómago de éste. —Sí, el cumpleaños de papi Jimin. Cuando nazcas le cantaremos seguido. —el pelirubio sintió los hombros bajo sus manos tensarse. —Y le diremos juntos a Jimin cuánto lo amamos mientras vemos una película... me levantaré en la noche para cuidarte y dejar que mi omega descanse luego de un largo día de atenderte...—no supo en qué momento su voz iba apagándose. —Los abrazaré a ambos mientras duermo para luego amanecer y ver a mis dos bebés durmiendo sobre mí...—Jimin le acariciaba la espalda cuando el mayor detuvo sus movimientos. —Porque los voy a tener a ambos en mi vida...
—Alfa...
—Promételo Jimin...—los brazos del mayor lo rodearon con fuerza. —Promete que jamás me dejarás...
—Lo prometo.
♦♦♦
Ho Seok veía con lágrimas en los ojos al par de niños que reposaban en sus brazos. No dejaba de sonreír mientras que no se perdía ningún detalle de sus hijos. Tae Hyung estaba débil pero sano. No podía moverse, sólo ver al rizado cargando a sus hijos. Dos cachorros idénticos estaban en los brazos del mayor; durmiendo plácidamente. Lo malo de los omegas es que luego de un parto, quedan inmovilizados por la anestesia, por lo tanto no pueden hacer nada más que esperar a que el dolor pase y poder sostener a sus bebés.
—Pero quienes son las preciosuras de papi. —dijo Ho Seok sorbiendo su nariz. —Ustedes mis amores, ustedes. —besó sonoramente las mejillas rojas y regordetas de cada niño.
—H-Ho Seok... q-quiero v-verlos...—murmuró Tae Hyung a como pudo abriendo sus ojos. Había quedado tan mal que ni ver a sus gemelitos pudo hacer.
El alfa se puso de pie y caminó hasta donde estaba su omega acostado. Se agachó y puso a uno de los bebés en el espacio que sobraba la camilla para que Tae pudiera abrazarlo. Los dedos del omega acariciaron la piel de su cachorrito con amor y la poca fuerza que tenía. Lágrimas de felicidad formándose cuando Ho Seok colocó al otro a su lado.
—Ya los tuviste, dámelos. —dijo el omega dándole un golpe en el dorso de la mano del alfa y abrazando a sus hijos.
—Oye. —se quejó Ho Seok. —También son míos.
—Pero son más míos que tuyos.
—Son tan míos como tuyos.
—Tú no los tuviste dentro así que no puedes decir que son más tuyos porque son míos de mi propiedad.
—Son tuyos de tu propiedad pero míos de mi semen.
—Asqueroso. Déjame descansar con mis hijos. —dijo recalcando el adjetivo posesivo. —Míos joder.
—Ya ya, no te esponjes hombre. —dijo acariciando los cabellos peliplata del omega, dejando un beso en la frente del menor. —Te amo, pendejo.
—Yo más, tarado.
Gracias al cielo todo había salido bien. Ahora sólo quedaba que Tae Hyung se recuperara y darle la noticia a la familia. Ho Seok aprovechó que Tae Hyung se durmiera y se aseguró que sus bebés no corrieran peligro de caerse antes de ir por un café y algo comestible. No había dormido ni comido desde que llegaron al hospital. Y ya iban a ser las diez de la mañana.
Caminó como adolescente enamorada escaleras abajo, dando suspiros con esa sonrisa de idiota pintada en su rostro. Tae Hyung le había dado hijos, nada podía hacerlo más feliz.
♦♦♦
—Y porque te amo. ¿Entiendes? —dijo el alfa. Ahora Jimin lo estaba montando mientras que Jungkook le hablaba a su vientre, acariciándolo y jugando con el ombligo del omega. El colchón sonaba con cada brinco que el pelirubio daba sobre el pene de Jungkook.
—Jungkook, esta ronda, me das un momento y seguimos. ¿Sí? —dijo viéndolo a los ojos. Estaba agotado. Iba para la cuarta ronda en el día.
—No mi amor, así está bien. Ya cesó un poco. —dijo sentándose y abrazando a su chico. —Gracias bebé, en serio, muchas gracias.
—Sé lo que es aguantar un celo, no quería que te pasara lo mismo. —dijo regulando su respiración. —No si puedo ayudarte.
Jungkook besó sus labios en respuesta. Acarició la espalda de Jimin con sus dedos, metió su lengua dentro de la cavidad bucal del omega al mismo tiempo que terminaba de dar las embestidas con cuidado para correrse. Jimin gimió el nombre del mayor en su oído al sentir como lo llenaba otra vez.
—Vamos mi rey, comamos, necesito distraerme o estaré en tu interior todo el día. Quiero que disfrutes un poco tu día especial bebé. —le acomodó un mechón de cabello al pelirubio por detrás de su oreja. Jimin sonrió y lo besó. Colocó las manos sobre el pecho de Jungkook para levantar las caderas una vez que el nudo pasó y sacar el miembro del alfa completamente. Se dejó caer en el cuerpo del mayor y dejó un beso inocente en su pectoral.
—¿Vas a cumplir mi sueño? —preguntó viéndolo a los ojos.
—Lo haré mi amor. —dijo con una sonrisa. —Haré todo lo que me pidas, todo lo que quieras lo tendrás. —tomó la barbilla de Jimin y lo vio directo a los ojos. —Me tienes esclavo de tu amor.
—¿Por qué siempre me dices cosas que me aceleran el corazón? —dijo con una sonrisa apenada.
—Porque tengo que expresarte la manera en la que me haces sentir. —restregó su nariz en la mejilla del alfa. —Los amo a los dos. N-Necesito tenerlos en mi vida.
—Jungkook no...
—Lo sé... lo siento...—tomó aire. —A la ducha, hay que hacer muchas cosas hoy.
Jimin asintió y se dejó cargar como pequeño. Jungkook pudo notar que estaba un poco pesado y su estómago más grande. Suspiró y se fue al baño. Tenían que ahorrar tiempo. La forma en la que el alfa duchaba a su chico, con delicadeza y amor, mostraba que en serio, Jeon Jungkook, estaba enamorado.
Sus miradas sobre Jimin, sus caricias, sus besos, sus frases cursis. El corazón de ambos latía tan fuerte cuando compartían un simple beso, feromonas de felicidad llenaban cada rincón de la cabaña.
Jeon le había dicho al pelirubio que cerrara los ojos para poder ir a buscar su regalo. Jimin sonrió estúpidamente enamorado haciendo caso, el alfa sacó un enorme pastel de la nevera, era blanco y con una hermosa decoración encima, el nombre de Jimin escrito en la cubierta. Pero además de eso sacó una bolsa que pesaba un poco. Alzó ambas cosas y se colocó enfrente del omega antes de sonreír y decirle que abriera los ojos, admirando el brillo en los de Jimin.
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