Capítulo 8.


Jimin estaba recorriendo los pasillos de la empresa, más de uno de los trabajadores ponían su atención sobre el omega, otros ni se inmutaban. Jimin miraba todo con asombro, todo relucía hermoso, parecía que no había ni una mancha de suciedad en ese lugar.

Las puertas de todas las oficinas eran de cristal, con un tono un poco grisáceo, dándole un toque más elegante. Todos iban con uniformes de trabajo o trajes elegantes. Olía a omegas, alguno que otro alfa, y a los que no podía distinguir el olor, infería que eran betas.

-Oye... ¿estás perdido? -escuchó una voz masculina detrás suyo, se volteó y miró al hombre que dueño de esa voz.

Jimin asintió.

-Quisiera llegar donde Yoon Gi. -dijo como un niño pequeño pidiendo direcciones.

-¿Yoon Gi? -preguntó el chico, pudo intuir que era un beta. El omega asintió. -Él trabaja en la planta tres, ¿cómo llegaste hasta la planta diez?

El castaño abrió desmesuradamente sus ojos. ¿Tanto había subido? Pensó que habían sido como tres pisos... carajo. Esperaba que eso no fuera un problema. Agradeció al chico y se dispuso a caminar hacia el ascensor, varios de los trabajadores lo miraron con curiosidad, pues no habían visto al chico antes.

El aparato marcó el piso tres y las puertas se abrieron. Jimin notó como varias chicas se le quedaban mirando. Bajó la mirada apenado y se dispuso a encontrar la oficina de Suga. Caminó directo hacia el final del pasillo pero no veía nada, ni sabía a quién preguntarle.

-¡Hola! -escuchó una vocecilla. Se sobresaltó y miró a la beta responsable. -Soy Yon, es un placer . -sonrió, Jimin le devolvió el gesto.

-Yon, no lo molestes. -llegó Ailed a su lado para salvar al omega, pero era una excusa para poder verlo más de cerca.

Era hermoso.

-Yo soy Ailed, gusto en conocerte. -dijo cortésmente.

-Igual. -sonrió.

-Ya lo están acosando. -la voz de Soo salió por detrás del pelirubio, causando que se diera la vuelta para poder verla. -Soo, mucho gusto.

-¡Pero sólo le dije hola! -se quejó la chica. -Ya ni amable se puede ser.

-Sabemos que tus intenciones eran un poco diferentes a eso. -dijo Mariel. Luego miró a Jimin.

El castaño no supo en qué momento había terminado rodeado de chicas, empezó a ponerse nervioso y a sentirse una sobra cuando las betas y omegas comenzaron a discutir sobre que Yon quería saber si ya Jungkook lo había besado mientras que Ailed y Mariel le reprochaban no ser tan curiosa. Soo solo se limitó a decir el buen trasero que se manejaba el pelirubio cuando lo vio por detrás.

Jimin carraspeó un poco su garganta cuando vio que los trabajadores comenzaban a poner su atención en ellas para ver qué era el motivo de la discusión. Las chicas se detuvieron y lo miraron con atención, el pequeño se sonrojó violentamente, ahora todo estaba en silencio y la atención sobre su cuerpo.

-¿Saben dónde queda la oficina de Yoon Gi? -preguntó apenado por haberse perdido.

-¡Yo sé! -exclamó Yon.

-¡Yo también! -dijeron Ailed y Mariel.

Ahora la discusión empezó por ver quién de ellas llevaría al omega donde Suga.

-Yo, lo llevaré, chifladas. -dijo Yang Mi apareciendo en escena.

Las otras dejaron salir quejidos berrinchudos cuando la omega tomó a Jimin del brazo y comenzó a caminar con él hacia la derecha.

-Lamento que hayas visto eso. -dijo sin dejar de caminar. -A veces son un poco descaradas.

-No hay problema, son agradables. -dijo el omega con una sonrisa.

-¿Cómo te está yendo en tu día? -preguntó mirando por primera vez al pelirubio.

-Me perdí.

Yang Mi dejó salir una risita.

-Casual.

En unos momentos estaban abriendo las puertas de la oficina de Suga. Estaba hablando por teléfono, miró a ambos omegas y sonrió, al parecer ya se habían hecho amigos. Yang Mi los dejó solos para poder enfocarse en su trabajo, y... ¿por qué no? Un poco en el alfa que la traía loca.

-Sí Señor... veré los mejores lugares... claro, eh... ¿Señor? Acaba de llegar. -Suga miró a Jimin, estaba viendo por la ventana, con sus manos y casi el cuerpo pegado a ésta, mirando con asombro la altura.

-¿Mi omega? -preguntó confuso.

-Sí, está aquí conmigo.

-Ya casi son las once, dile que pasaré a tu oficina a buscarlo, que no se mueva de ahí.

-Sí Señor. -habló rápidamente.

Jungkook colgó y la línea murió.

-¿Jimin? -llamó Suga mirando a su amigo omega. -¿Todo bien? ¿Jungkook te... trató bien...?

Jimin se sonrojó al recordar como el alfa lo había besado, y peor cuando recuerda sentir la erección del pelinegro punzándole el muslo, sus dedos recorriéndole la espalda y la cintura, absolutamente todo. Sus mejillas podían alumbrar perfectamente en la oscuridad de los rojas que estaban. Suga no sabía si tomarse eso como algo malo o bueno.

-S-Sí...-susurró.

-¿Te dijo sus reglas? -preguntó acercándose.

-Me dijo que me iba a llevar a algún lugar para hablar de eso.

Ahora Suga entendía por qué Jungkook le había ordenado hacer una reservación en un spa para el sábado. Iba a llevar a Jimin a una cita.

Sonrió. Al parecer todo iba bien...

-Siéntate un momento Jimin, necesito explicarte como presentarse con la madre de Jungkook. -Jimin lo miró atento.

-Primero que todo, ¿qué le dijiste a Jungkook? -preguntó el omega.

-Que éramos primos y que me estoy quedando en tu casa, que no pude terminar los estudios por problemas de dinero y familiares. -contestó inocente.

-¿Y qué hizo él?

-Me besó. -dijo con las mejillas rojas.

"Por el conchobar, Jungkook se emocionó." Pensó el omega viendo al otro.

-Mira, hiciste bien. Pero la madre de Jungkook es un poco directa, no le cuesta decir lo que piensa. No te ofendas si dice algo... y sé... sé tú mismo, con esa expresión de inocente. -sonrió Suga.

-Bien...-murmuró. -¿Suga...?

-Dime.

-Tengo hambre...

El omega sonrió por la dulzura del pelirubio.

­ Jungkook pronto viene a recogerte para llevarte a almorzar. En...-miró el reloj. -Diez minutos.

Jimin asintió. No había comido nada desde el desayuno, y ya su estómago empezaba a sonar.





♦♦♦






Y exactamente diez minutos después, Jungkook abrió la puerta de la oficina de su asistente, buscando con la mirada a su omega.

Lo encontró leyendo un libro, sentado en el sillón que tenía Suga ahí. Jimin estaba en medias, con una mueca de completa curiosidad en sus ojos. Jungkook se preguntó qué estaba leyendo para que ni siquiera se diera cuenta de que había llegado. También estaba con sus piernas sobre el sofá mientras que reposaba sus codos en sus rodillas, haciéndolo ver como un niño.

Suga iba a hablar pero Jeon le hizo un gesto con sus dedos para que no dijera nada. El alfa se acercó lentamente al cuerpo del omega, que continuaba sin verlo, lo más silencioso posible.

Suga veía todo con confusión. ¿Qué planeaba hacer el alfa?

Jungkook se acercó más y escuchó al omega murmurar algo.

-"Entonces el príncipe sacó a bailar a cenicienta, ignorando a las otras dos duquesas. Se había cautivado por la belleza de la mucama, sus ojos lo habían hecho sentir muchas cosas en tan solo unos segundos que en toda su vida..." -lo escuchó a jimin hablar en voz alta.

El alfa sonrió y le quitó el libro de las manos. Jimin alzó la mirada molesto.

-¡Oye, lo estaba leyend...! -se calló al ver los ojos de Jungkook mirarlo con determino. -L-Lo siento... no quería... en serio...-murmuró rápidamente.

Suga tragó saliva nervioso, atento por si tenía que intervenir.

-P-Puedes tenerlo alfa...-Jimin hizo un movimiento con sus manos. -No estaba tan bueno de todos modos... y-yo...

Jungkook tomó a Jimin de su barbilla y unió sus labios una vez más, sorprendiendo al menor. Lo besó varias veces antes de separarse.

-Es hora de almorzar bonito. -dijo el alfa, mirando los labios del omega, no se resistió y volvió a besarlo. -¿Tienes hambre? -preguntó.

Jimin asintió avergonzado.

-Perfecto. -Jungkook se agachó y tomó los zapatos de Jimin para ponérselos en sus pies y atarlos. Suga miró ese acto con toda la boca abierta.

Luego el mayor puso al castaño de pie y lo tomó de la cintura. Miró a Suga y éste le devolvió la mirada nervioso.

-Cancela cualquier cita o conferencia que tenga hasta que llegue. -demandó con la voz dura. Jimin sintió temor. -No quiero llamadas o algo por el estilo mientras estoy fuera con él y mi madre.

Min asintió y vio como el alfa salía de la oficina con su mano entrelazada con la de Jimin. El castaño iba con la cabeza gacha y el rostro sonrojado hasta más no poder.

Una vez que llegaron a la entrada del edificio, Jungkook divisó a su madre de espaldas hablando por teléfono. Sun Hee se dio media vuelta aún con el teléfono en su oído. Jungkook miró a Jimin, el omega bajó la mirada nervioso.

Justo en el momento en el que Sun Hee se volteó por completo y terminaba la llamada, vio a su hijo y a un chico pelirubio. Jungkook venía bajando las gradas del edificio con la barbilla apoyada en el hombro del omega, sus grandes manos en la pancita de Jimin mientras bajaban al mismo tiempo, el alfa balanceando al omega con sus movimientos, Jimin sólo se dejaba controlar como un títere.

Cuando llegaron al frente de la omega, Jungkook dejó un beso en la mejilla de Jimin.

-Mamá. -dijo Jungkook. -Él es Jimin, mi omega.




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