Capítulo 7.


Los labios del pelinegro se movían con precisión. Jimin apenas y podía seguirle el ritmo, sintió sus mejillas calientes, la mano de Jungkook acariciaba su espalda una y otra vez, Jimin se mantenía afirmado de sus hombros, con cada pierna a los lados de la cadera de Jungkook. 

El omega subió su mano y acarició la mejilla del alfa sin separarse del beso. Jungkook lo besó unos segundos más antes de separarse y traerse consigo el labio inferior de Jimin entre sus labios.

—Bien Jimin. Creo que tengo que dejarte unas cosas claras de mí para empezar a conocernos. Pero mejor lo haré en otro lugar. ¿Te gusta el agua? —el omega asintió emocionado sin pensarlo. —Perfecto, haré una reservación en un lugar y te llevaré ahí. Tómalo como una cita si quieres.

El omega sonrió y con un poco de pena dejó un beso en la mejilla del alfa.

—Lo primero que tienes que saber es que soy muy exigente. —dijo el alfa mirando esos hermosos ojos mieles . —Si te pido algo, tienes que hacerlo, si te necesito cerca vas a estar ahí, nada de peros, quejas o gruñidos.

Jimin se mordió el labio inferior nervioso. ¿Qué pasa si llegaba a equivocarse? Una duda se le coló por la mente, miró al alfa avergonzado y tomó una profunda respiración.

—¿Q-Qué pasará cuando te llegue el celo? —preguntó con el rostro como una candela. Jungkook se removió un poco debajo del cuerpo del omega para hacer que sintiera algo.

Jungkook tenía un bulto en sus pantalones. La erección comenzaba a marcársele, el omega abrió los ojos asombrado y comenzó a balbucear cosas incoherentes. El pelinegro se acercó al oído del omega y mordió su lóbulo, creando un manojo de sensaciones al castaño.

—Siempre estoy en celo, Jimin. —dijo en un susurro coqueto.

Dejó salir una risita al ver la cara de sorpresa, pánico, deseo, entre otros sentimientos mezclados de Jimin.

—Es una broma. —sonrió y buscó una vez más los labios de su omega. —Ese día veremos qué pasa. —le guiñó un ojo al chico.

No se dijo nada más, prácticamente porque Jimin no podía procesar nada más que el bulto del alfa debajo de su muslo, era incómodo sí, le daba un poco de temor pensar que Jungkook no pudiera controlarse. 

No le había preguntado, pero él era virgen, nunca había tenido contacto cercano con nadie hasta el día de hoy. Pudo notar que el alfa era un tanto descarado. Aunque no le molestaba mientras se comportara, por ejemplo, no le había tocado el trasero. Sólo su cadera y espalda.

—Por hoy, vamos a ir a almorzar con mi madre para que te conozca. —Jungkook no apartaba sus ojos de los labios del omega, no pudo resistirse y lo besó nuevamente.

—¿Qué puedo hacer mientras tanto? —preguntó inocente.

El alfa se le pasó la imagen de Jimin arrodillado entre sus piernas, chupándole toda su extensión mientras que él se dedicaba a seguir trabajando. Agitó su cabeza antes de que las feromonas de excitación comenzaran a llenar el aire y que sus pantalones apretaran más.

—Puedes dar un paseo por el edificio si quieres, yo tengo que trabajar. —dijo aclarándose la garganta y retirando la mano de la piel del chico.

Jimin se lo pensó unos segundos. Pero tampoco es como si tuviera mucha oportunidad de hacer algo. Asintió y se levantó lentamente del regazo del alfa, quien ahogó un gemido cuando la rodilla del omega le rozó accidentalmente la entrepierna. Se levantó al igual que el pelirubio y lo guio a la puerta.

—Te buscaré a las once, trata de no perderte. —habló el alfa. Jimin asintió y salió de ahí sin saber exactamente hacia donde ir.

Jungkook miró a Suni caminando en medio del pasillo, cuando la omega lo miró, éste le indicó que se acercara. La chica no dudó en hacerle caso y caminó hacia la oficina de su jefe, Jungkook cerró la puerta por detrás de ella.

—Señor. —dijo ella.

Jungkook la miró y ambos sostuvieron una mirada seria por unos largos segundos antes de estallar en una carcajada.

—Eres una idiota. —dijo el alfa sonriendo.

—Lo sé, no puedo tomar en serio llamarte así. —la omega se encogió de hombros.

Ellos dos eran mejores amigos desde que Jungkook se enteró que las mujeres no eran su asunto, ¿por qué? Porque su primera experiencia con una chica fue con ella, su primer beso se lo dio a Suni, y casi terminan enrollados en la cama a no ser de que su padre fue a recogerlo ese día a la fiesta. Eso fue cuando Jungkook tenía veinte años, por lo cual llevaban cuatro años de amistad inseparable.

—Bien, ¿qué quiere el alfa jode pelotas de jungkook? —pregunto ella mirando como Jungkook se sentaba en su asiento.

—Ya tengo un omega. —dijo mirando la reacción de su mejor amiga.

La cual fue que casi se tragara el chicle que estaba masticando. Miró con sorpresa al pelinegro y luego se llevó una mano al pecho por sentir falta de aire.

—Júralo.

—Está en el edificio. —sonrió. —Joder, está hermoso, creo que Suga se lució con esa tarea.

—Espera, espera... ¿te gusta un omega? —dijo incrédula. —Pensé que no eras de esos que quieren tener cosas serias.

—No lo soy.

—¿Entonces...?

—Necesito casarme para tener esta empresa. —habló mirándola mientras recostaba los sus codos en la mesa y entrelazaba sus dedos. —Sólo lo necesito.







♦♦♦






Suga salió a sacar unas copias para su jefe. No había dejado de pensar sobre cómo le pudiera estar yendo al castaño. Esperaba que todo saliera bien. Llegó a las máquinas de fotocopiar y sacó los papeles del folder donde los traía. Aquí es donde estaban varias de sus compañeras de trabajo. Hace unos momentos había saludado a Ailed. Yon estaba hablando por teléfono, así que sólo le sonrió y le hizo un saludo con la mano.

A Soo no la había visto. Tampoco a Mariel.

Sintió como alguien se ponía a su lado. Miró con una sonrisa al ver a Yang Mi tomando un café cappuccino, traía un bigote de cafeína en su boca y esta lo miraba con una ceja alzada.

—¿Quién era el omega que traías? —preguntó bebiendo de su café.

—Es confidencial. —contestó marcando la cantidad que necesitaba de copias.

—Oh por el amor del alfa. —dramatizó. —En esta empresa nada es confidencial, pronto sabremos quién es. ¿Qué hay de malo con saberlo ahora?

—Que me pueden joder Yang Mi. —dijo sacando otra hoja diferente.

—Sabes que las chicas y yo nunca te meteríamos en problemas. —lamió la cuchara que tenía cafeína. —Diloooooooo.

Suga suspiró. Luego se acercó al oído de la omega.

—El omega del Señor Jeon. —murmuró bajito.

—No... —dijo impresionada. —¿Ese pelirubio? Parece un niño... aunque lo prefiero, me daba risa verlo con otro alfa, y eso que fue como dos veces.

—Seh.

—Las chicas y yo nos reíamos de que no tenía trasero. —Suga dejó salir una pequeña risa y negó con la cabeza.

—Hablando de alfas. —dijo el omega. —¿Cómo andas con Jensen?

Yang Mi le dio un tortazo en la cabeza.

—¡Habla más bajo! —dijo susurrando.

—¿Por qué?

—Precaución cariño. Creo que bien, ya tuvimos nuestra primera cita. —sonrió.

—¿Y qué tal? —musitó el omega.

—Sólo me dijo que cuando quería algo, era un poco territorial. Así que ten cuidado. —Yang Mi le guiñó un ojo al chico antes de irse, dejándolo totalmente confundido.

Suga se dio la vuelta y vio que a lo lejos estaba Jensen mirándolo con dagas en los ojos. Bajó la mirada con temor e hizo como si el asunto no fuera con él.

—Te voy a matar Yang Mi. —maldijo a su amiga por ponerlo en esa situación.

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