Capítulo 68.


Jeon no pudo evitar fruncir el ceño. Sentía que su omega estaba actuando de una manera muy extraña. Las manos de Jimin no dejaban de acariciar su fornida espalda, haciendo que el cuerpo del Jungkook se relajara por un día pesado de trabajo. Jimin lo abrazó más fuerte y comenzó a dejar besos en sus pectorales, una que otra vez sobre sus pezones dorados.

—¿Qué pasa con ellos? —preguntó en el oído de Jimin, besando su hombro mojado.

—¿Son tus socios? —dijo apenas audible.

—No, ellos son de Japón...—dijo con la voz ronca, juró que sintió a su omega tensarse.

—¿Y qué quieren aquí...?

—¿Por qué me estás preguntando sobre...? —Jimin comenzó a trazar líneas a lo largo del miembro de Jungkook.

El pelirubio hubiera disfrutado eso en otra ocasión, sin embargo, ahora mismo se odiaba a sí mismo por estar tratando de sacarle información al alfa, pero lo hacía por su bien. 

No quería que Jungkook corriera peligro, no iba a dejar que amenazaran al hombre que amaba. Sus lágrimas de humillación y arrepentimiento se camuflaban con las gotas de agua provenientes de la ducha. Sólo esperaba que su alfa lo perdonara.

—¿Por qué te buscan...? —dijo bajito tratando de no mostrar su voz quebrada. Se sentía peor que una mierda.

—Q-Quieren un préstamo...—murmuró el pelinegro, las caricias de su omega ahora eran esparcidas en su testículos. —Para un nuevo edificio de su empresa.

Jimin bufó en su interior, ¿en serio habían utilizado una excusa tan barata? ¡Eran un par de imbéciles! No se sorprendía porque Jungkook no les quería dar el dinero.

—¿Y se los vas a dar? —preguntó escondiendo su cabeza en el pecho del alfa.

—No porque ellos...—el mayor no pudo retener el gruñido de placer que salió de sus labios. A este punto Jimin le estaba estimulando su erección lentamente mientras que lamía uno de sus pezones, mordisqueándole y pasando su lengua varias veces.

—Hazlo...—dijo Jimin en un susurro, Jungkook frunció el ceño.

—¿Qué? —preguntó confundido.

—Hazlo...

—Jimin, ¿qué...? —el alfa abrió su boca completamente, Jimin se había arrodillado y había llevado su pene a su boca.

—Hazlo...—dijo viendo a su alfa a los ojos mientras que se pasaba el glande de Jungkook por su lengua. —¿Lo harás? —dijo jugando con el pene de su alfa pasando el pulgar por su circuncisión.

—P-Pero...—la cabeza de Jeon no podía procesar nada más que no fuera como su pene llegaba hasta la garganta del omega, tan profundo, sintiendo su campanilla, la lengua de Jimin saliendo para poder capturar sus bolas.

—¿Lo harás...? —el corazón del omega dolía, no podía creer que le estaba haciendo eso a su alfa. Tenía miedo, no sabía qué hacer. Sus padres son unos dementes.

—S-Sí...—dijo el alfa con la respiración agitada.

—¿Qué harás...? —preguntó Jimin poniéndose de pie, tomó las manos del alfa y lo hizo rodearle la cintura, Park volvió a tomar el pene de Jungkook para poder guiarlo a su entrada.

La extensión de Jeon era bastante, que el pelirubio podía tomarle solo la mitad. Jimin jugó con el glande del alfa haciendo movimientos circulares. Viendo como el mayor se movía en busca de más sin dejar de abrazarlo por la cintura.

—¿Q-Qué harás a-alfa...? —dijo roto. Se odiaba tanto, sus padres tenían razón, no era nada más que una asquerosa rata.

—Aprobaré el contrato...—y con esas palabras, Jimin introdujo toda la entrepierna del alfa de golpe, escondió su rostro lloroso en el hombro de Jungkook para evita que vieras sus ojos hinchados.

Y por primera vez en todo el tiempo que estaban juntos. Jimin no se sintió merecedor de que su alfa le hiciera el amor. No merecía el nudo de Jungkook ni mucho menos un cachorro. Se sentía fatal, sentía como si le hubieran prendido fuego dentro de su pecho y no terminaría pronto, un dolor asfixiante que no abandonaba su cuerpo mientras se aferraba al cuerpo del alfa y éste terminaba de vaciar su semen en el interior del chico.

No merecía los besos que su alfa le estaba dando en ese momento con tanto cariño, nada, él no merecía nada. Una escoria de la naturaleza no merecía ni siquiera que lo tuvieran como un rey y un alfa que lo amara. Era un cobarde por no poder acabar con su vida, dar por terminado su sufrimiento. Aunque, ¿era su culpa? ¿Había pedido venir al mundo y sufrir? ¿Había deseado pasar todo lo que vivió tiempo atrás? Nunca, nadie podía juzgarlo porque él jamás pidió nada de eso.

Las feromonas de tristeza eran camufladas con el olor a jabón, Jimin se había asegurado de ducharse más de una vez, hasta casi gastar el jabón para que su olor no llegara a las fosas nasales del alfa y se diera cuenta de su verdadero estado.

Jeon lo cargó con cuidado de no lastimarlo, ya que estaban unidos por el nudo. Colocó a Jimin en el lavatorio para darle una rápida secada a su cuerpo y poder ir a terminar su unión en la cama.

—Te amo Jimin...—dijo Jungkook, el omega nunca pensó que esas palabras provenientes de su alfa llegaran a doler tanto.

Y unos minutos más tarde, el alfa cayó sobre el cuerpo del pelirubio rendido, cansado hasta la cabeza y usando a su amado como almohada perfecta para dormirse en segundos. Sin notar las lágrimas silenciosas que recorrían las mejillas del omega. Jimin sólo le acariciaba su espalda y su cabello, odiándose por dentro. Apretaba los labios con fuerza evitando que sus sollozos salieran. 

Era una escoria, era un maldito monstruo.



♦♦♦




—Alguien que me diga, ¿¡dónde diablos está Suga!? —dijo Jungkook enojado. La sala de conferencias se quedó en silencio.

Una de las trabajadoras que se llamaba Milena se acercó al alfa para decirle algo en el oído. Jeon se acercó a ella para escuchar mejor. Luego de las palabras susurradas por la omega, dejó salir una risilla sin gracia. Pronto esa risilla se convirtió en carcajadas y luego en sonidos más fuertes de risa, haciendo a los trabajadores reírse con él. Unos momentos de puras carcajadas en la sala por parte de todos y Jungkook se puso serio de repente, provocando que los trabajadores igual lo hicieran.

Parecían una bola de estúpidos.

—Bien, nuestro querido amigo Suga no nos acompaña hoy. —dijo rodando sus ojos por cada uno de los empleados. —Estará ocupado haciendo cachorros.

Entonces todos entendieron que al omega le había llegado el periodo de celo. Nadie dijo nada. Todos enfocaron su vista en la presencia pelirubia que salía por detrás de Jeon. Jimin pasó un brazo por el cuello del alfa, abrazándolo y reposando su mejilla con la de su mayor. Sonrió cuando sintió el cuerpo del alfa relajarse.

—Alfa...—dijo Jimin con una pequeña sonrisa. Jungkook le acarició el cabello.

—Déjenos solos. —ordenó el alfa, los empleados comenzaron a levantarse para poder irse.

Unos momentos más tarde la sala estuvo vacía. Jungkook sonrió Jimin lo hizo voltear la cabeza para poder darle un largo beso en los labios. Los labios del alfa se curvaron en una sonrisa antes de corresponderle ese beso a su omega. Jeon sentó al pelirubio sobre sus piernas, posando cada mano en el trasero del chico. Sus labios no se separaban y Jimin lo mantenía sujeto de las mejillas, cosa que no le molestaba al pelinegro, pues Park no lo dejaba separarse de ese exquisito beso. Sus cuerpos estaban muy juntos, Jungkook metía su lengua en la cavidad bucal del omega, encontrándose la de éste para hacer una danza que los llevaba al paraíso.

Se separaron con los labios totalmente hinchados por el sonido de alguien tocando la puerta. Jimin escondió su cabeza en el pecho del alfa cuando Jungkook dio la orden de que abrieran la puerta. Suni volvió a aparecer. Al parecer había cubierto el turno de Yoon Gi por hoy gracias al celo del chico. Pero lo que Jeon no sabía era que Nam Joon tampoco había ido a trabajar ese día. Si se llegaba a enterar estaba seguro que los mataría.

—Jungkook, estos alfas no dejan de molestar. Exigen verte ahora mismo. —dijo la chica rodando los ojos. Jungkook hizo el mismo gesto, no por nada eran mejores amigos el par de idiotas.

—Diles que entren. —contestó con la voz dura. La omega asintió y cerró la puerta.

En ese pequeño lapso de tiempo, el alfa aprovechó para poner a su omega de pie y acomodarse el traje. El pequeño mantenía una mirada preocupada. Sólo que Jungkook trató de no darle importancia. La puerta fue abierta y dos alfas estaban pronto ante los ojos del empresario con una sonrisa.

—Gusto en verlo Señor Jeon. —dijo Hyun con esa sonrisa que no le agradaba para nada. Jungkook no devolvió el saludo, se dedicó a sacar una carpeta que contenía el contrato de los Lee dentro.

Young Mi y Hyun enfocaron su atención en Jimin, que estaba de pie al lado de Jeon, tratando de esconderse en sí mismo. Hyun sonrió cuando Jeon tomó un lapicero y leyó unas cosas. Ayer en la noche le había dicho a su omega que les daría la oportunidad a esos alfas. Young Mi ni siquiera ponía atención al contrato, sus ojos buscaban los de Jimin, pero éste no se atrevía a verlos.

—Bien. —dijo Jungkook terminando de leer unas cosas y dejando el contrato en su última página. —Estoy complacido de que la espera haya sido mucha, la empresa Jeon Army les concede su préstamo por veinticinco millones.

Hyun sonría como un total demente. Sus ojos se abrieron más al ver como Jungkook dirigía su mano al espacio en blanco donde tenía que ingresar la firma para poder sellar el préstamo de una vez por todas.

Jungkook colocó la punta de la pluma en la hoja. Sin embargo, las palabras que escuchó lo hizo detenerse.

—¡Espera! —gritó Jimin con miedo.

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