Capítulo 65.

Jimin tragó saliva sonoramente, no sabía por qué una simple pregunta lo había puesto tan nervioso. Abrió la boca para decir algo pero Suni entró en la oficina de repente, llamando la atención de los varones en la sala, se veía agitada. Jungkook la miró con una ceja alzada.

—Lamento mucho interrumpir. —se disculpó la omega. —Llegaron los de Nueva York de improviso.

—Estoy ocupado ahora mismo. —dijo el alfa un poco molesto, estaba a algo muy importante.

—Jeon, te necesitan urgente. —dijo Somi. Jungkook dejó salir un suspiro pesado, miró a Jimin y se acercó a darle un beso en los labios, lento, con cariño, acariciando su mejilla.

Se puso de pie y caminó hacia afuera, estaba enojado, molesto porque siempre que tenía la oportunidad de saber lo que necesitaba o decir lo que quería, llegaba algo y los interrumpía.

 Afuera estaba Yoon Gi esperando por su jefe, tenía que acompañarlo a las conferencias obligatoriamente para tomar notas. Se colocó al lado del alfa y comenzó a caminar a la sala de conferencias.

Jimin sólo se quedó ahí, sin hacer ni decir nada, miró alrededor sin razón alguna. Había tenido una espantosa pesadilla, había visto a sus padres, Jungkook y su suegro hablando con ellos, ellos en la empresa Jeon Army, en frente de sus ojos. Todo fue tan raro.

Se recostó en el sofá para tratar de descansar un poco, a los minutos escuchó la puerta siendo abierta, ¿quién sería ahora? No creía que fuera su alfa porque acababa de irse. Se reincorporó lentamente y se frotó los ojos para poder darse la vuelta, ya que estaba de espaldas, sus ojos rodaron por casi toda la oficina antes de llegar a la puerta.

Y deseó con todas sus fuerzas nunca haberlo hecho. Su cuerpo se paralizó al ver la figura de una de las personas que tanto daño le habían hecho. Sus ojos lo miraron con pavor mientras que el alfa sonreía. Lee Hyun estaba de pie frente a él, confirmando sus dudas. El cuerpo del omega no reaccionaba, estaba paralizado, estaba asustado. Y sus ojos comenzaron a liberar lágrimas cuando el cuerpo del alfa se acercó a él, trató de retroceder sin resultado alguno. No había sido un sueño, sus padres estaban en la empresa de su alfa. Hyun se arrodilló para quedar a la altura del pelirubio..

—Cuando me enteré de que Jeon se iba a casar jamás imaginé con quien sería. —y esa voz le envió un horrible escalofrío al menor.

Un chillido de escapó de los labios del omega cuando el alfa lo tomó del cabello con fuerza, lastimándolo y obligándolo a quedar a centímetros de su rostro, Jimin trató de alejarse.

—Vas a ver que me vas a ser de mucha ayuda, pequeña rata. —y en cuestión de segundos, lo soltó lanzándolo al suelo, Hyun tenía una sonrisa de psicópata en el rostro y veía a Jimin como si tuviera quilates de oro en frente.

Instintivamente Jimin se cubrió el cuerpo con sus manos y tratando de hacerse un ovillo. Hyun salió por la puerta, con cuidado de que nadie lo viera, dejando al pelirubio con un llanto. El llanto que emiten los omegas a sus alfas. Quejidos lastimeros como un cachorro, un tanto altos y audibles sólo para aquel que lo había marcado.

Jungkook estaba sentado en una de las sillas principales, escuchando con atención lo que los socios de América decían sobre la decadencia de inversiones en Nueva York, tenían que encontrar soluciones y los alfas a los que estaban a cargo echaban humo por los ojos. Así que estaban en esa incómoda tensión de odio, enojo y miedo por parte de los omegas y betas. Aunque no quisiera, Yoon Gi se trataba de refugiar en Jungkook cuando un alfa lo veía mal por estar escribiendo los datos necesarios y tomando las notas para Jeon.

—Yo sigo diciendo que es culpa de la central. —dijo un alfa, se llamaba Colton. Jungkook lo miró retador. —Han descuidado mucho sus sedes en América.

—No entiendo su queja, Señor Haynes. —dijo el pelinegro con su puño en la boca, recostado a un costado de la silla. —Su trabajo es que esos "descuidos" no se presenten. Al parecer no hace bien su trabajo. —el nombrado se puso de pie y golpeó la mesa totalmente ofendido.

—¿Duda de mis habilidades? —entrecerró los ojos.

—No lo haría si usted no...—un sonido llegó a los oídos del alfa. Se enderezó en la silla callándose de repente y tratando de escuchar mejor.

Eran quejidos.

Quejidos que conocía muy bien.

Jimin estaba llamándolo.

No dudó en ponerse de pie y caminar apresurado bajo la mirada de todos. Los socios de América lo miraron mal.

—¿Dónde va? ¡La conferencia no ha terminado! —dijo Colton.

Pero el mayor lo ignoró. Jimin, su omega lo llamaba. Recorría los pasillos como un animal desesperado, en busca de su pareja, trataba de localizar el sonido, se detuvo un poco en medio de los empleados. Los quejidos continuaban con la misma intensidad y venían desde arriba, aunque era lógico ya que el pelirubio se había quedado en su oficina luego de que se fue.

Prácticamente corrió hacia la planta alta. Sí, los sollozos se intensificaron, entró abriendo la puerta fuertemente solo para encontrarse con su chico en el suelo, hecho un ovillo y llorando a más no poder. Se acercó con rapidez y tomó al omega de las piernas. Le hizo voltear la cabeza.

—Mi amor...—murmuró apenas para que el pelirubio lo escuchara. —Estoy aquí...

Las manos de Jimin se aferraron al traje del alfa mientras que no dejaba de soltar esos sollozos que le daban una agonía terrible al mayor, Jungkook le acarició sus cabellos rubios y sus mejillas. Se sentó completamente en el suelo y atrajo al pequeño para poder darle caricias. Le comenzó a cantar una canción bajito para poder tranquilizarlo. Comenzó con un leve susurro antes de colocar a Jimin en sus brazos y abrazarlo mientras que lo mecía con cariño.

El omega fue reaccionando poco a poco por la voz de su alfa cantándole una canción. Sus lágrimas se detuvieron al escuchar la voz del alfa.

Y sabes que seré tu vida... tu voz... tus razones de ser...—dijo bajito en el oído. Acariciando su brazo con cariño. —Mi amor... mi corazón... está respirando por este momento...—dijo Jungkook. Y Jimin sentía como todo su cuerpo se relajaba de manera rápida. Jungkook notó eso y le siguió dando caricias, ya no se escuchaban los sollozos que tanto le quebraban el corazón.

—Shh mi rey... aquí estoy...—oh Dios, Jimin podía volver a respirar en paz. Alzo sus ojos para encontrarse con los oceánicos de su hombre.

—A-Alfa...—dijo llevando su mano a la mejilla del pelinegro, Jungkook la besó con amor.

—Sí mi bebé, soy yo. —dijo sonriéndole a su omega, Jimin lucía como un pequeño bebé que cuidar y eso lo hacía amarlo más de lo normal. —¿Qué sucedió mi pequeño? ¿Por qué llorabas? —besó la frente del chico.

—L-Lo vi...—dijo Jimin con nuevas lágrimas formándose en sus orbes. —J-Jungkook lo v-vi...

—¿A quién mi amor? —preguntó confuso.

—N-No dejes que me dañe...—lloró Jimin. —No dejes que me dañe más...—y a este punto estaba refugiándose en los brazos del alfa. Jeon no sabía qué pensar, qué sentir.

Jimin no le daba las respuestas que tanto necesitaba, pero jamás se atrevería a presionar al omega a decir qué sucedía. Por lo tanto continuó mostrándole amor y diciéndole cosas lindas para poder tranquilizarlo. Park sacó su cabeza del pecho del mayor para poder conectar sus labios tímidamente con los del alfa. Jungkook le acarició las mejillas.

—Está aquí Jungkook...—lloró Jimin. —Y ya me reconoció...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top