Capítulo 56.


Un mes después.

—Eres el peor detective que pude haber contratado. —gruñó el alfa. —¿Un mes sin saber su paradero?

—Le dije que es un pueblo grande. —dijo Tae Yang con calma. —Y en todo caso, le devuelvo el dinero y lo busca usted por su cuenta.

Jin se frotó su cien. Joder, en serio como la había pasado mal todo este mes. Miró por la ventana y se relamió los labios pensando en qué hacer. Su alfa no dejaba de oprimirle el pecho, añorando tener al omega a su lado, sintiendo el calor de Min Ho, tomar su cuerpo, besar sus labios, tenerlo en sus brazos. 

Ya había pasado mucho desde que por fin dejó a Jungkook, ya no lo acosaba por sus redes sociales, ni se volvió a arrimar a la empresa Jeon Army. Simplemente se dio por vencido y en todo ese tiempo, había analizado la situación con Min Ho.

Y sí, había aceptado sus sentimientos por el omega. Ya no quería ocultarlo más, estaba enamorado del chico, estaba perdidamente enlazado con él y eso lo alegraba.

Se sentó en su silla y suspiró. Miró la hora, apenas eran las ocho. Muchos de los trabajadores ya se habían ido y él continuaba en la oficina, martillándose la cabeza pensando en un omega de lindos ojos y cabello desordenado. Necesitaba urgentemente que Tae Yang encontrara al chico, tenía la pequeña esperanza de que si lo iba a encontrar y Min le volvería a dar una oportunidad. Porque de lo contrario no sabría qué hacer. Tenía que ser positivo, tenía que mantenerse firme, él era un alfa y tenía que actuar como tal.




♦♦♦




—No entiendo nada. —se quejó Jungkook. —¿Por qué nos solicitan ahora un aumento en el préstamo? —dijo viendo los papeles que su mejor amiga le entregó.

La empresa Jeon Army estaba a punto de sellar el trato con los Lee. Pero la última pieza, o por decirlo de otra manera, último requisito, era aprobar una gran cantidad de dinero más la que ya le estaban concediendo. Jungkook no entendía para qué propósito era ese otro préstamo, pero estaba pasado de nivel. No podían dar treinta millones de wones sólo porque sí.

—¿Ya se habló con ellos? Nos piden mucho y ni siquiera sabemos quiénes son. —dijo dejando las hojas sobre el escritorio.

—Casi no estoy muy informada de ese contrato. —dijo Suni. —Pero hasta a mí me parece una burla la cantidad que solicitan.

El pelinegro negó con la cabeza. Su padre se había ido ya hace un mes para América, Chung Hee depositó toda su confianza en su hijo para que terminara los asuntos con los de Japón mientras que él resolvía los de América. Sun Hee fue con él, como les había dicho hace tiempo y ahora estaba él con Jimin y sus hermanos en casa.

—No sé qué hacer. —admitió. —¿Qué dices tú?

—Uhm... no hagas ese contrato a la mierda. —dijo encogiéndose de hombros.

—Pero...

—O si no, hazlo, ¿no que se puede cancelar? —Jungkook asintió. —Entonces hazlo, pero no le des exactamente esa cantidad, dale mucho menos.

—Bien, gracias. —dijo el alfa con una sonrisa dispuesto a firmar la solicitud. Justo antes de pegar el lapicero en el papel para que la tinta hiciera su trabajo, miró a su mejor amiga. —Suni, voy a tener un hijo con Jimin.

—¿Sólo uno? —dijo confusa. —Pensé que serían muchos.

—N-No... b-bueno sí...—las mejillas del alfa tomaron un fuerte rojo, se avergonzó más al escuchar a su amiga carcajeándose. —El punto es que... lo vamos a intentar desde ya.

—Me alegro por ustedes. —sonrió con ternura. —Ya puedo imaginarme a un hijo de ustedes dos, imagínate. Un pequeño alfa... o un pequeño omega... o incluso un lindo beta...

—Mientras sea con Jimin, no me importa como salga.

—Que cursi, Dios. —rodó los ojos. —Recuérdeme ir a hacer fila para que me tomen cuanta azúcar tengo en la sangre.

Jungkook sonrió y negó con la cabeza. Amaba a esa loca.





♦♦♦





Tres meses y medio de embarazo y ya el estómago de Tae Hyung estaba crecido de una manera considerable. El omega rodaba incómodo por la cama sin poder hallar una buena posición. Hizo un puchero y trató de acomodarse en la izquierda por milésima vez. Suspiró cuando escuchó la puerta del baño abrirse y ver su alfa salió con una toalla en los hombros, terminando de secarse el pelo.

—¿Qué pasa amor? —sonrió Ho Seok al ver la mueca de Tae Hyung.

—No puedo acomodarme bien...—dijo bajando la cabeza cansado. Ho Seok se compadeció de su chico, se subió en la cama y lo atrajo con sus brazos.

—Puedo ser tu almohada si quieres...—dijo el rizado acariciándolo.

—Te ahogaría. —Tae Hyung lo miró. —Ya estoy gordo...

—Pff. Patrañas. —contestó el alfa. Llevó su mano a la panza del omega, Tae Hyung se removió cuando el alfa quiso meter su mano por debajo de la camiseta. —¿Qué sucede?

—N-Nada...

—Tae. —dijo serio. —¿Estás tratando de esconderme tu cuerpo?

—Y-Yo...

—Ven aquí. —ordenó el alfa. Tae Hyung se enderezó sintiendo como el pelirrojo le quitaba la camisa, dejando expuesta su piel y su estómago con un enorme bulto. —Mírame.

El omega cumplió la orden, mirando la reacción del mayor al ver como él lloraba. Ho Seok suspiró y lo atrajo a sus labios.

—Tú eres hermoso en cualquier manera, TaeTae. —dijo Ho Seok. —¿Olvidaste lo que te dije el día de nuestra boda? —el alfa acariciaba la mejilla del platinado con su nariz.

Tae Hyung sonrió apenado, limpiándose las lágrimas. Por supuesto que recordaba cada palabra de uno de los mejores días de su vida. Miró como su alfa le sonreía y asintió.

"—No estés nervioso Tae. —dijo su madre al verlo caminando de un lado a otro con un ramo de flores en sus manos.

—P-Pero... ¿y si Ho Seok se arrepiente y no me quiere el resto de su vida? —dijo con los nervios matándolo. —N-No podría soportarlo...

Yoon se acercó al omega con una sonrisa. Tae Hyung se sentó en el pequeño banco del cuarto y suspiró profundamente. El traje que portaba era blanco, lo que lo hacía relucir su tono de piel y sus hermosos ojos. La omega le acarició el cabello sin desordenar el peinado que traía.

—Ho Seok nunca haría eso, él te ama. —dijo acariciando ahora la mejilla. —Y si llegara a pasar eso, cosa que es imposible, me tienes a mí Tae, porque donde sea que estés yo te cuidaré. —sonrió Yoon.

—G-Gracias mamá...—dijo con una sonrisa. —C-Creo que... ya me tranquilicé un poco.

Su madre se acercó y le dio uno de los abrazos más reconfortantes que había sentido. Sonrió y se puso de pie, las campanas de la iglesia comenzaron a sonar anunciando la llegada del alfa. Las manos del pequeño omega no dejaban de temblar, había más de cien personas detrás de donde él estaba. Mierda, si no lograba calmarse ahora, perdería el control y saldría corriendo en busca de su Netflix. Hizo los ejercicios de respiración que su tío le había enseñado. Entonces cuando entró su madre a buscarlo con una sonrisa, supo que era la hora.

Apretó más su agarre a las flores de su mano, trató de controlar sus piernas para no caerse en pleno camino. Yoon lo miraba con una sonrisa. Se acercó a su hijo y lo tomó del brazo, entrelazándolo con su mano. Tae Hyung le dedicó una última mirada, buscando confianza en la de la omega.

En el momento que comenzó a caminar hacia afuera, supo que estaba marcando los primeros pasos de un nuevo comienzo, junto al alfa que se había enamorado profundamente. Las puertas de la iglesia lo recibieron bien abiertas, su mirada enfocada en los invitados, saludando de vez en cuando a uno que otro, viendo la elegancia que portaban. Vio a la familia de Ho Seok al principio, desde Sun Hee hasta Jungkook, todos de pie recibiendo al novio.

Y lo vio, en el altar, de pie con esos hoyuelos que tanto lo habían cautivado. Ho Seok lo veía con tanto amor, con tanto sentimiento que en serio se preguntaba como ese alfa lo escogió de entre muchos otros. Luego del recorrido por en medio de la iglesia, su madre lo dejó libre y se encaminó al lado de Sun Hee, viendo a su hijo con una enorme sonrisa.

Tae Hyung subió los escalones bajo la mirada de todos. Ahora más que nada lo único que importaba era el rizado que estaba a su lado, viéndolo con ese brillo en los ojos que poseía desde que lo conoció. El alfa iba vestido con otro traje blanco, aunque un poco más canela que blanco en sí. Le combinaba con sus rizos rojizos y sus hoyuelos. La garganta del omega se secó al verlo y juró que por poco se cae.

—Los hemos citado el día de hoy, para unir en sagrado matrimonio, a Kim Tae Hyung y Kim Ho Seok . —dijo el padre cuando todos tomaron asiento.

Los nervios comenzaron a desaparecer en el cuerpo del omega gracias a la mirada de amor y confianza que le trasmitía el alfa. Relajó todos sus músculos, perdiéndose en sus ojos que le fascinaban y las palabras que el padre decía a cada uno de los presentes en la iglesia. Por la puerta entro Hye y una hermanas del pelirrojo, con los anillos.

—Señor Kim, prosiga con los votos. —dijo el beta cuando tuvo la almohadilla en sus manos.

Ho Seok sonrió, tomando un anillo de los que habían escogido meses atrás para cuando este día llegara.

—Yo, Kim Ho Seok, prometo amarte a ti, Kim Tae Hyung, ante los ojos de nuestro creador, en la salud y en la enfermedad, en la vida como en la muerte. Prometo apoyarte en cada paso de des, ser tu ancla en cualquier situación, aceptarte como eres, cuidarte con mi propia vida y nunca dejarte caer. Así hasta el día de mi muerte. —el alfa sonrió y le puso el anillo en el dedo anular con una sonrisa.

A Tae Hyung le fue imposible retener una pequeña lágrima. Sonrió tomando el otro anillo y volteándose para quedar frente a frente con el hombre que amaba. Sonrió antes de hablar.

—Y-Yo, Kim Tae Hyung, juro amarte a ti, Kim Ho Seok, ante los ojos de nuestro creador, en la salud y en la enfermedad, ser la razón de tus sonrisas, amarte y protegerte con mi vida, ser tu soga y no dejarte caer a la deriva. Prometo estar ahí siempre que me necesites, hasta el día de mi muerte.

Muchas personas lloraban del hermoso momento que estaban presenciando. Más que todo Yoon y Sun Hee. Inclusive Chung Hee, quien no dejaba de sonarse la nariz por los mocos.

Justo en el momento donde el omega le colocó el anillo al alfa en el dedo medio, toda la familia se levantó de sus asientos para comenzar a cantar una linda canción. El cover "Secret Love Song" comenzó a sonar, seguido del coro con los invitados.

—Y por el poder que me concede la iglesia. —sonrió el padre. —Yo los declaro, marido y marido. Puede besar al novio.

Ho Seok no perdió tiempo en hacerlo. Los aplausos de todos, las lágrimas, la canción que sonaba, era perfecto. Definitivamente esa boda quería en sus vidas como un hermoso recuerdo, el mejor día de sus vidas. Tae Hyung rompió el beso para poder ponerse de puntillas y abrazar a su prometido por el cuello, escondiendo el rostro en el pecho del alfa.

Tae Hyung sonrió y se limpió algunas lágrimas, alzó el ramo de flores al aire para que hicieran un grupo para ver quién sería el afortunado de atraparlo. Se volteó y esperó unos momentos en lanzarlo. Quizás su puntería era mala, y tiró el ramo muy fuerte, por lo que pasó por encima del grupo de chicas que se peleaban por tenerlo, y fue a caer a las manos de un alfa amargado. Jungkook miró el ramo confuso, viendo como su primo rizado se descojonaba de la risa.

—¡Sigues tú en casarte Jungkook! —dijo Ho Seok. El pelinegro rodó los ojos, pero en ningún momento soltó el ramo de flores.

Ho Seok atrajo a su marido para poder seguir besándolo. Así durante mucho tiempo."

Tae Hyung sonrió con las mejillas prendidas. Recordar ese fantástico día le traía muchas emociones que lo hacían tener ganas de llorar y agradecer todos los días por tener a Ho Seok con él.

—Recuerdo hasta la última palabra. —sonrió. Ho Seok lo atrajo a él con cuidado para abrazarlo.

—Gordo, flaco, relleno, anoréxico. Como sea yo te voy a amar mi TaeTae. —el alfa le acarició el cabello. —No te preocupes por eso amor, para mí, eres perfecto como seas.

No perdieron tiempo en besarse. Ho Seok lo acostó para poder descender sus besos a su estómago, besando lo abultado que estaba. Hablándole a sus niños, acariciando la barriguita del omega, incluso jugando con ella. Tae Hyung solo se concentraba en sonreír al ver a su alfa. Lo amaba, a pesar de todo, amaba a Ho Seok.

Hasta el día de su muerte.





♦♦♦





—Entonces... vamos a hacerlo...—dijo Jungkook ni muy seguro de sus palabras. Estaban acostados a lo largo de la cama, desnudos y mirando el techo.

—C-Creo que... sí...—dijo el omega nervioso.

—Jimin, ¿si sabes todo lo que esto implica? —preguntó mirándolo. —Es importante que sepas por lo que vas a pasar si llegas a quedar embarazado bebé.

El pelirubio pensó unos momentos, nunca antes había compartido alguna experiencia con una omega o un omega embarazado. Claro que los veía cuando estaban en la calle, pero de ahí no más. Aunque él supiera como es el procedimiento, no sabía los cambios, ni los síntomas que iba a sufrir.

—Supongo que... podré aguantar lo que se venga...—sonrió apenado. El alfa lo atrajo para besarlo.

—Si no quieres...

—Sí quiero. —lo cortó. —Q-Quiero que... tú... quiero que lo hagas.

Jeon dio un suspiro.

—Bien, empecemos. —dijo besando los labios del omega. —Te amo.

—Yo también.

Jungkook bajó la vista a su pene, lo tomó con una mano, rodeando apenas la mitad para dirigirlo a la entrada del pelirubio.

—Cachorrito, ven a nosotros. —dijo el alfa antes de introducir la punta en Jimin. Tomó a su omega y lo alzó para que quedara sentado en su pene y terminara de hundirse en éste.

—A-Alfa...—Jimin gimió. —Amo tu... amo tu... tu... tu p-pene...—Jeon soltó una carcajada, tratando de no reírse tan alto para alarmar a todos.

—Y yo tu trasero. —dijo coqueto.

Comenzaron a hacer el amor. Jimin se movía de forma circular sobre el miembro del alfa mientras que el pelinegro se dedicaba a besarle al cuello, marcando terreno, incluso mordisqueando el hombro blanquezco del pelirubio. El omega gemía continuamente conforme el alfa ahora lo penetraba desde arriba. Luego de sentirse por alrededor de una hora, el alfa descargó su contenido en el omega, Jimin recibió el nudo del alfa como de costumbre, sintió a Jungkook vaciar hasta la última gota de su semen en el interior. Sonrió y se quedaron quietos, besándose hasta que el nudo pasara.

—Esperemos que funcione. —sonrió el alfa, sin salir del cuerpo del chico. —Te amo Jimin.

—Y yo a ti Jungkook.

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