Capítulo 54.
—¿Estás seguro? —dijo Nam Joon.
Yoon Gi estaba mirando el techo, el omega estaba en bóxer y el alfa ya estaba desnudo.
—¿Es... tu primera vez...? —volvió a preguntar. Yoon Gi se sonrojó y negó lentamente.
El alfa no pudo evitar el gruñido que salió de sus labios. Con sólo imaginarse al pelirosa siendo tocado por otro le daba enojo, odiaba no ser el primero que tomara la virginidad de Yoon Gi. Éste por su parte sonrió cuando las feromonas de enojo comenzaron a llenar el cuarto. Se giró para poder ver al alfa, se enderezó y con algo de vergüenza se subió a las piernas de Nam Joon, específicamente sobre su erección.
—Fue cuando tenía diecisiete. Después de ahí, no más.
—Ojalá te hubiera conocido desde que eras joven. —el alfa hizo un puchero. Yoon Gi sonrió como estúpido enamorado y fijó sus ojos en el cuerpo del hombre que tenía debajo.
—No sabía que tenías un tatuaje. —dijo pasando sus dedos por el pectoral del alfa, donde un enorme tatuaje estaba impregnado.
—Ni yo. —sonrió al ver el tatuaje en el cuello de Yoon Gi. —El otro día estuvimos muy ocupados para analizarnos.
El omega se sonrojó por quien sabe cuántas veces el día de hoy. Continuó acariciando el pecho del alfa y bajó hasta sus labios, Nam Joon lo recibió gustoso y puso sus enormes manos en la cintura del menor; segundos después le bajó la única prenda que lo cubría para dejarlo desnudo ante sus ojos. Yoon Gi rompió el beso para que le quitaran el bóxer con más facilidad, luego enfocó su vista en lo que pronto tendría dentro suyo. Suspiró y acarició la mejilla del alfa.
—Si no quieres está bien...—murmuró el mayor. —Podemos esperar a que...
—Sí quiero. —contestó el omega. —Es solo que...—suspiró. —No quiero decepcionarte.
La sonrisa que el alfa le regaló lo avergonzó más.
—No creo que nada de ti me decepcione, en dado caso, sería yo el que tendría que preocuparse. Tú eres perfecto.
—P-Pero...
—Suga tú me gustas...—los musculosos brazos del alfa lo rodearon en un abrazo. El omega lo abrazó por el cuello al mismo tiempo que le besaba la mejilla.
—Y tú a mí.
—Dame una oportunidad...—murmuró en el oído. —D-Déjame... ser tu alfa...
No hubo respuesta, no era necesaria. Sus labios conectados era todo lo que sentía mientras que el mismo omega alineaba el pene del alfa en su entrada, luego de unos segundos, estuvieron completamente conectados, eran uno solo. Yoon Gi se dejó manejar al antojo del alfa, quien lo había acostado en el colchón para poder abrazarlo mientras que lo embestía de una forma lenta. ¿Y si así era? ¿Y si en realidad él era su alfa y él su omega? Jamás había sentido esa conexión con nadie, ni siquiera en los veinte años de vida que tenía, primera vez que se dejaba que un alfa lo reclamara y lo hiciera de él en todas las formas posibles.
Nam Joon sostenía las manos de Yoon Gi a cada lado de su cabeza, entrelazando sus dedos mientras que escondía el rostro en el pecho del omega, sin dejar de embestirlo una y otra vez, sintiendo como Min se abría para él, como gemía su nombre, como calzaban a la perfección. Yoon Gi sentía cosas que nunca había experimentado, era su parte animal, estaba llena de felicidad, incluso podía percibir el aroma que emanaba. Sonrió cuando el alfa no lo soltaba a pesar de sus movimientos.
—D-Déjame hacerte feliz...—murmuró Nam Joon apunto de correrse.
Entonces Yoon Gi se dio el lujo de asentir. ¿Qué más daba? Si ese alfa podía seguir haciéndolo feliz, entonces que así sea. Iba a arriesgar lo que nunca le había dado a nadie; su corazón.
Y como si no fuese suficiente cuando el alfa se corrió en su interior, ellos terminaron fusionándose en más de una ocasión.
♦♦♦
La mañana llegó y un omega estaba siendo guiado por un alfa en los pasillos de la empresa. Jimin miraba su mano entrelazada con la de Jeon mientras que sus pasos se dirigían a la planta cinco, donde estaba la oficina del mayor.
Cuando llegaron, el empresario tomó asiento en el cómodo sofá. Atrajo al pelirubio para poder sentarlo en sus piernas, Jimin sonrió apenado y lo abrazó, Jungkook hizo lo mismo, se dio el lujo de abrazar a su hermoso chico un rato; acariciando su espalda con cariño.
—Jimin. —murmuró el alfa. —¿Qué piensas acerca de la familia?
Park frunció el ceño por la pregunta. Pues... ¿qué iba a pensar? Que era lindo y que pues, tener hijos era un cargo grande.
—La familia es linda, creo que... esencial. —el alfa sonrió ante la respuesta del omega.
—Jimin, ¿quieres tener hijos? —la sonrisa que el alfa le estaba dedicando al ojimiel le hizo asentir sin dudarlo.
—Sí. —afirmó. —Sólo si es contigo.
—Sabes que sí amor. —sonrió Jungkook. —¿Quieres intentarlo?
—¿Ahora? —dijo confuso.
—No mi rey. —rió el alfa. —Cuando estemos en nuestro momento de privacidad y nuestro nido de amor.
Jimin se acercó más al alfa para abrazarlo.
—¿Quieres un hijo mío? —murmuró con pena. —¿Quieres que... formemos una familia?
—Sí Jimin. —dijo sinceramente. —Quiero que seas el padre de mis hijos. —acarició la mejilla del omega.
—Podemos intentarlo alfa...—sonrió. —Podemos tratar desde ahora y cuando llegue la boda... ya tener un hijo.
Jungkook lo atrajo a sus labios para darle un largo y hermoso beso en los labios. Sí, apoyaba la idea de su omega. Así cuando ya estuvieran unidos legalmente ya tendrían a un pequeño. El alfa no entendía como es que no se le había ocurrido. Abrió sus ojos cuando el omega le rozó la entrepierna, rompió el beso haciendo que sonara un chazquido.
—Supongo que empezaremos a hacer nuestro bebé apenas y lleguemos a la casa. —ronroneó el alfa. —Desgraciadamente ahorita tengo que trabajar.
Jimin hizo un puchero pero asintió. Volvió a buscar los labios del mayor para unirlos.
—¡Mi amor! —la puerta siendo abierta con fuerza llamó la atención de ambos varones en la sala.
Lo único que las cuerdas vocales del alfa pudieron hacer, fue formular un gruñido que haría temblar a cualquier omega o beta. Pero además de eso, la sorpresa se hizo presente cuando escuchó a Jimin gruñendo con él al ver a Jin mirándolos a unos escasos metros de ellos. Sonrió en sus adentros pero sin mostrar la sorpresa que tenía al escuchar como si su omega quisiera lanzarse al cuerpo del castaño. Claro que, desde otro punto de vista, se vería como un inofensivo cachorro lanzándose a un lobo peligroso.
Jin sintió algo dentro de él, algo que no era bueno, un enojo acumulándose en su interior mientras que veía como ese omega estaba sobre el cuerpo del hombre por el que había estado luchando mucho tiempo. La furia poco a poco le hizo olvidar el motivo por el que había venido.
Comenzó a gruñir sin control. Cualquier omega que estuviera recibiendo el gruñido autoritario y terrenal que ese alfa estaba soltando hacia Jimin, se hubieran ido corriendo a buscar protección o se hubiera escondido en el primer lugar que encontrara. Pero Park estaba ahí, mirándolo retador y sin perderse un movimiento de Kim, tratando de poner todo su cuerpo frente al del pelinegro, como si quisiera alejar y proteger a Jungkook de Jin.
—Jin. —dijo Jungkook con dureza. —¿Qué mierdas...?
—¿En serio Jungkook? —dijo sin dejar de ver con odio a Jimin. —¿Me cambiaste por este desecho? ¿Hablas de mi inmadurez y no te fijas por el omega que haz caído? Pensé que tendrías algo mejor.
—¡Basta! —el tono de voz del alfa hizo que Jimin se callara y bajara la mirada.
—¡Me vale mierda! —Jin se acercó donde estaban.
Jimin se adelantó a ponerse delante de su alfa. Miró con odio al alfa castaño mientras que Jungkook vigilaba que el asunto no se sobrepasara. Y si bien, dio gracias a sus reflejos por quitar al omega del camino antes de que Kim le lanzara un puñetazo. Jimin retrocedió sorprendido y pronto dos alfas estaban agarrándose a golpes, gruñendo como completas bestias en pleno ataque, feromonas de enojo llenando el aire y dos hombres luchando con todas sus fuerzas.
Ni siquiera querían saber cómo terminaría esto.
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