Capítulo 44.


El ambiente de la casa de los Jeon se podía sentir una espesa niebla de enojo e ira por parte de los alfas. Jung Hyun estaba abrazando a Jimin que no había dejado de llorar. Jungkook había terminado con un labio y una ceja partida. Su mejilla hinchada con un leve corte pero nada grave. 

Él le había dañado más de una vez la cara a su progenitor gracias a los anillos que siempre portaba.

Jungkook le había dicho a su padre que no dejaría a Jimin por nada del mundo, y que nunca lo echaría de esa casa. Chung Hee terminó diciendo que hiciera lo que le diera la gana, pero que no quería ver a ese omega cuando estuviera cerca. Jimin no se iría a ningún lado mientras que el alfa lo tuviera a su lado, nadie, ni siquiera sus padres, le iban a arrebatar lo que más amaba.

Sun Hee y su esposo estaban encerrados en la habitación de ellos y Ji Hyun pues, estaba viendo televisión en la sala. El omega estaba más que decepcionado con sus padres, pero era imposible no estarlo. Definitivamente su salida de descanso estaba arruinada.

Jeon caminó hacia su omega que estaba en la cama de Jung Hyun, colocó una de sus manos en la pierna del chico sintiendo como estaba temblando. Los recuerdos de un alfa enojado lastimándolo estaban como una película en su cabeza, su naturaleza le obligaba a tener miedo de una raza superior. Y él no se privaba de mostrarlo.

A Jeon nunca le había dolido tanto un gesto cuando el pelirubio se alejó con miedo de su toque.

No solo era Chung Hee, para un omega ver a su alfa en esas situaciones, donde sacaban su parte más violenta, donde mostraban su naturaleza destructiva y agresora, era como un pequeño trauma que quedaba en ellos.

—Bebé...—murmuró el alfa. —Soy yo... soy tu alfa...—dijo con cautela.

—Sigue hablándole, está siendo controlado por su omega. —dijo el menor de los Jeon.

—Jimin... soy yo pequeño...—la mano del alfa se volvió a posar en la pierna del menor. —Soy Jungkook, aquí estoy cariño, no me temas...

La mano del mayor acariciaba la hermosa piel del omega, que poco a poco estaba regulando su respiración. La voz de su alfa estaba llegando a su parte racional, pero su omega no dejaba el miedo de por medio. Su hermano miraban la escena preocupado, pero no decía nada.

—Iré a ver si esos dementes andan por ahí para que puedas llevar a Jimin hasta la habitación que comparten. —dijo su hermano. —Quizás si reconoce algo de tu olor reaccione por completo.

Asintió y trató de acercarse lo suficiente a Jimin para cargarlo, miró a su omega, no se veía nada bien. Lucía como ido en su propia mente, como si tuviera un bloqueo mental, pero sus lágrimas continuaban cayendo. El ojimiel se dejó cargar cuando el chico entró asintiendo que la zona estaba despejada. Jeon lo tomó con delicadeza y amor.

Jimin lo rodeó con sus piernas y recostó su cabeza en el hombro del mayor mientras era conducido a la habitación que le pertenecía junto su alfa. 

Entró y lo acostó, Jungkook vio un desastre y ardió en furia con solo imaginarse a su padre detrás de su omega y el pobre chico tratando de huir, botando todo a su alrededor. Acostó al ojimiel en la cama, luego se dispuso a recoger todo el reguero rápidamente. 

Una vez que la habitación no se veía tan mal, se quitó la ropa y se acostó al lado de su omega. Jimin soltaba varios quejidos, sus manos fueron a dar al lado de la cama en busca de su alfa, ya estaba reaccionando mejor y quería sentir a Jungkook cerca.

Jeon lo rodeó con sus fuertes brazos lo acunaron en su cuerpo. Acarició el cabello de Jimin y besó su rostro más de una vez.

—Ya estoy aquí... ya pasó...—besó su cien. —Nunca me temas amor, no voy a hacerte daño nunca. —las palabras del alfa estaban tranquilizando al omega.

—A-Alfa...

—Sí, aquí estoy precioso. —dijo el pelinegro. —Tranquilo.

Jimin se subió al cuerpo del alfa, tocándole el rostro. Quería verificar que sí era su hombre, quería que su alfa lo protegiera.

Se abrazaron mutuamente, no querían hablar. Jungkook estaba enojado, molesto, pero no quería alarmar a su omega. 

Sonrió cuando Jimin intentó quitarle el bóxer.

—Amor... ¿estás seguro? —no es que no quería hacer suyo al omega pero no sentía que era un buen momento.

—Jungkook...—dijo Jimin, lo que hizo que el alfa se le erizara la piel con solo escucharlo. —Jungkook... mi alfa...—decía sin sentido alguno.

—Sí amor...

—Necesito a mi alfa...

El alfa sabía a lo que se refería, pero no estaba seguro. Lo que sucedía era que el omega de Jimin estaba buscando volver a sentir como su alfa lo reclamaba, sentir la manera en la que lo volvía suyo de nuevo. Simplemente necesitaba sentir que su alfa estaba ahí con él y que lo protegería de todo.

Fue Jimin el que sacó el pene del alfa y comenzó a acariciarlo. Jungkook le quitó la ropa y miró a su omega, no le gustaba como el pelirubio actuaba de manera robotizada. 

Apretó los labios y abrazó a su hombre cuando el castaño se metió su erección. Jimin se mantuvo quedito mientras que sus manos acariciaban el hermoso pecho del mayor junto con sus abdominales.

—Eres... mi alfa Jungkook...—dijo con ese característico tono de voz. Su parte racional volvía poco a poco. Jeon asintió.

—Sólo tuyo Jimin, de ninguno otro. —el pene del pelinegro había llegado hasta donde podía. Jimin lo miraba con amor.

—Sólo mío...—murmuró con una sonrisa y lágrimas formándose en los ojos.

Hicieron el amor durante la noche, entre susurros del mayor donde le decía que no iba a permitir que lo volvieran a dañar, también como lo amaba, de lo feliz que estaba con tenerlo. Así hasta que el omega volvió a recibir el nudo del alfa. Siempre, él siempre lo aceptaría, porque Jungkook era su alfa y lo mejor que le había pasado a su vida. Y aunque no lo dijera en voz alta, aunque no convenciera los ojos de los demás, le bastaba con que Jungkook lo supiera.

Porque Jimin amaba a Jungkook y Jungkook amaba a Jimin, y si ellos sabían que su amor no se destruiría por nada del mundo, era lo único que importaba.

A la mierda el mundo y sus críticas, a la mierda las personas que no apoyasen su relación, ellos eran lo mínimo a los ojos de Jimin y de Jungkook.





♦♦♦






—Tae Tae, por favor...—dijo Ho Seok tocando la puerta del baño.

—V-Vete...—lloró desde adentro.

Habían tenido una pelea, obviamente, el problema era que Tae Hyung era muy celoso cuando se trataba de Ho Seok, y a juzgar por lo que sus ojos vieron, estaba más que dolido. 

¿Qué haría una persona si ve a su pareja sosteniendo la cintura de otro mientras se besan en su cara?

Ho Seok le había aguantado todos los insultos y los golpes que intentó darle el omega, cosa que no le dolían, pero aun así nunca lo hacía, porque sentía que estaba en su derecho. Y estaba pensando en usar su voz de alfa, la que sabía perfectamente que el platinado obedecería sin rechistar, pero no, ahí estaba rogándole a su marido como un niño.

—Ya te expliqué qué fue lo que pasó. —murmuró con cansancio. —¿Por qué no me crees? —preguntó dolido.

—T-Te dejaste...—hipó. —Mi alfa se dejó...

—Eso no es cierto. —dijo comenzando a enojarse, joder, no había sido su culpa.

—T-Te vi...

—Tae Hyung no quiero ser rudo, por favor ábreme. —dio dos golpes en la puerta.

El omega obedeció saliendo del baño con la cabeza gacha. Ho Seok lo detuvo cuando quiso irse a la cama a seguir llorando. Lo obligó a verlo a los ojos mientras que los suyos lo analizaban.

—Yo te amo a ti. —le dijo acariciando su mejilla.

—Yo te amo más. —contestó Tae Hyung abrazándolo. Aún continuaban con trajes de baño. —P-Pero... no quiero que te toquen si no soy yo...

Ho Seok sonrió y lo miró.

—Yo no quiero que otro me toque si no eres tú. —dijo antes de besarlo. —No te preocupes Tae, yo soy tuyo y tú eres mío.

Entonces el alfa bajó al cuello de Tae Hyung donde estaba la mordida que los unía de por vida. Dejó varios besos sobre ésta haciendo gemir al omega.

—No me arrepiento de haberte marcado...—dijo el rizado adueñándose de la cintura del omega. —Te amo mucho Jung Tae, no lo olvides. —eso era más que una orden del alfa.

Asintió volviendo a besar a su alfa. Tae Hyung comenzó a besar el cuello del rizado y dejar mordidas leves, despertando el amigo de Ho Seok. Miró con ojos suplicantes a su alfa cuando llegó a la entrepierna de su hombre. Ho Seok sonrió y asintió. Condujo a su omega a la cama para acostarlo y que hiciera con él todo lo que quisiera.

Tae Hyung le sacó la pantaloneta para poder saborear a su alfa. El menor lamió aquel pedazo de carne con lentitud, quería recordar a quien le pertenecía, que eso era de él y que nadie podría quitarle al alfa que tenia en frente.

Tae Hyung lo lamía con deseo, Ho Seok se dejó hacer lo que quisiera. Duró varios minutos así, hasta que Tae Hyung se subió a las piernas del alfa y lo besó con desespero, Ho Seok le acariciaba el cuerpo y las nalgas, amaba todo lo que el omega representaba. Su posesividad con él, sus hermosos ojos o su cuerpo, sus dedos y contextura pequeña porque así cabía en sus brazos perfectamente. Su estómago, su cabello, su sonrisa, su actitud, todo.

—Ho Seok...—gimió cuando el alfa alineó su erección. —Te amo.

—Yo también Tae, Tae. —sonrió el mayor. —Mucho.

Cuando la erección del alfa estuvo completamente dentro, comenzó con sus movimientos como cada vez que le hacía el amor. Lo abrazó y besó, sintiéndose como la primera vez que se conocieron, sintiéndose como el primer día que afirmaron su relación, como cuando se casaron y hasta la actualidad. Y ambos amaban que los sentimientos estuvieran todavía presentes, ya llevaban varios años juntos y ellos se amaban como si su vida dependiera de ello.

Luego de rodar por la cama un rato, donde ahora Ho Seok estaba metido en las piernas del omega penetrando una y otra vez por estar cerca del orgasmo, abrazó a Tae Hyung y unos segundos más tarde llegó al clímax. Besó a su omega cuando sintió el pene hincharse. Pero hubo algo diferente....

El pene de Ho Seok no se aferraba a las paredes del omega, como cada que tenían el nudo. El rizado se separó del beso con el ceño fruncido, viendo instintivamente donde sus cuerpos estaban unidos. Su miembro hinchado, pero no conectaba con el cuerpo de Tae Hyung para llevar a cabo el proceso.

Y eso sólo podía significar una cosa.

Miró alarmado a Tae Hyung y éste se escondió en el cuerpo del alfa.

—Mírame. —demandó el alfa, no podía creerlo.

—Ho Seok...

—¡Mírame! —dijo en tono alto. Tae Hyung lo miró con temor. —¿Desde cuándo? —cuestionó, su respiración un poco agitada.

—Hace dos meses...

—¿Y por qué no me dijiste nada? —el olor de Ho Seok en una mezcla de sentimientos estaban llenando la habitación.

—Y-Yo...

—No hay excusa Tae Hyung. ¿Cómo...?

—Lo siento mucho enserio...

Ho Seok no podía separarse o salir del cuerpo del omega hasta que el nudo pasara, si lo hacía ahora podía lastimarlos a ambos.

—No puedo creerlo. —Ho Seok se pasaba la mano por el cabello. —No puedo Tae Hyung.

—Planeaba decírtelo hoy...

—¿Hoy? ¿Exactamente desde hace dos meses, planeabas hacerlo hoy? —dijo irónico.

—Quería hacer el amor cuando lo supieras...

—Tae Hyung, maldita sea, lo hubiera disfrutado más si lo supiera desde antes. —los ojos del alfa se pusieron llorosos.

—No, no llores por favor...

Ho Seok abrazó a Tae Hyung liberando sus lágrimas, de felicidad y de amor al tener al platinado a su a lado.

—Vamos a ser padres...—dijo con una sonrisa en el pecho desnudo del omega. Tae Hyung asintió.

—Y de gemelos...—susurró el omega. Ho Seok sintió su corazón brincar de felicidad.

—Los voy a amar con todas mis fuerzas. —dijo el alfa besando más de una vez el estómago del pequeño omega.

Mientras que ellos volvieron a hacer el amor varias veces en la tarde.



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