Capítulo 42.
El gruñido del alfa hizo que Jimin se diera cuenta que no estaba bromeando. Jungkook tenía las piernas abiertas mirando su cuerpo de pie, con una mirada de enojado pero más que eso era de deseo.
—Entre más me hagas esperar, más te daré.
—Pero yo no...
—¿Te estás negando a un castigo? —dijo Jungkook serio, mirándolo con los ojos entrecerrados.
Los nervios de Jimin se dispararon. Miró con miedo a su alfa, ¿en serio lo iba a azotar? ¿Por qué? Ni siquiera había podido decir una palabra de lo que pasó. ¿Le dolería? Las manos de Jungkook se veían perfectas para dejar marcas rojas en su trasero, además de que el tono de su piel no ayudaba.
Jungkook miró su reloj molesto.
—Tienes diez segundos para quitarte los pantalones. —amenazó.
Jimin lo miró, se mordió el labio inferior y llevó sus manos tímidamente al botón de sus pantalones, sacándole una sonrisa al alfa. Se los bajó hasta quitárselos, Jeon se relamió los labios al verlo con ese bóxer pegándose a su cuerpo. Sintió un tirón en su entrepierna.
El omega tanteó el elástico de sus bóxer nervioso, estar bajo la mirada del pelinegro siempre lo pondría nervioso, más en una situación tan comprometedora como en la que estaban ahora. Sinceramente no quería ser azotado, pero no quedaba de otra, era una orden de su alfa.
Se bajó la prenda mientras desviaba la mirada, su cuerpo había quedado desnudo en toda la zona sur, una camiseta y sus medias era lo único que lo mantenía vestido.
—Acércate. —dijo Jungkook.
Jimin caminó hacia su alfa con una mirada de inseguridad. Jungkook lo tomó de la mano y con rapidez lo hizo quedar acostado en sus piernas boca abajo dejando el trasero de Park, el que ya se conocía de memoria, al aire. Las dos pompas de omega relucían en textura y tamaño, su anatomía era hermosa, la boca del alfa se hacía agua con solo ver esa jugosa carne acumulada de forma suave en dos círculos redondos. Jimin sentía la erección del mayor punzando en su estómago.
—A-Alfa...—tartamudeó cuando la mano del pelinegro le recorrió desde el muslo hasta su entrada.
—Nueva regla, lo que pasa entre nosotros, se queda entre nosotros. —dijo Jungkook.
La mano del alfa se alejó de la zona que mejor había tanteado para que fuera un bueno lugar donde recibir sus azotes. Duró unos segundos en el aire antes de estrellarse en donde unos momentos anteriores estaba puesta. El sonido sordo de dos pieles chocando se hizo presente, dejándole como resultado un escozor al omega y una mano perfectamente delineada con un tono rojizo en su glúteo.
—¡Auch! —se quejó el omega, se removió por el dolor y cerró los ojos.
—No quiero escucharte quejándote. —susurró Jungkook con una sonrisa al ver su obra de arte. Jimin apretó los labios cuando el segundo impacto llegó en su nalga contraria.
Sí bien, Jungkook había apretado muchas veces el trasero de Jimin, debía admitir que desde hace mucho quería azotarlo, ver como las nalgas del menor se movían en un perfecto ondeo con cada impacto lo volvía loco, deseando más.
Era la tercera nalgada, Jimin cerró los ojos. Abrió la boca y mordió la pierna del alfa levemente sin hacerle daño. Jungkook no pudo pasar eso por alto, así que tomó la mano del omega y la colocó sobre su erección.
Otra nalgada y Jimin inconscientemente apretó su mano que mantenía sobre el pene de Jungkook, escuchando el gruñido del alfa.
—Una por casi exponer nuestra vida privada. —Jungkook dio una nalgada. —Otra por casi oponerte a tu castigo. —otra nalgada. —Otra por durar mucho.
Joder, las nalgadas que el alfa le daba eran tan dolorosas, pero Jimin también estaba enfocado en como los dedos de Jungkook acariciaban su entrada y de vez en cuando se daban el atrevimiento de introducirse. Aunque no lo admitía, el mayor podía escuchar los gemidos que soltaba el omega y no necesariamente de dolor.
Cuando la última nalgada se hizo presente, Jimin relajó su cuerpo. Jungkook no había hecho nada más que gruñir por la satisfacción al sentir la mano del pelirubio acariciarle con toda confianza la erección, que a estas alturas estaba fuera de su pantalón.
—Mierda, necesito hacértelo ahora. —murmuró con la voz ronca.
—Sí alfa...—dijo Jimin con un leve susurro. Su propio pene pidiendo atención.
El alfa sonrió al notar el trasero completamente rojo del omega y miró a su chico. Le hizo una señal para que se acercarse, Jimin así lo hizo, colocándose sobre los muslos de su alfa. Jeon sonrió cuando el pelirubio tomó su pene y lo dirigió a su entrada, el alfa no tuvo ni que moverse.
—¿Acaso te dije que podías hacerlo? —cuestionó alzando una ceja, fingiendo seriedad cuando el omega estuvo a punto de hacer presión para introducir su miembro.
—P-Pero...
—¿Te di permiso? —volvió a preguntar.
—A-Alfa... por favor...—Jimin no podía introducir el pene del mayor por miedo a que se molestara, pero joder, como necesitaba a su alfa ahora mismo.
—¿Por favor qué...? —Jungkook sonrió de medio lado.
—Déjame... sentirte...—el omega jamás imaginó que tuviera que pedirle a su alfa que lo follara, porque era Jimin que siempre empezaba las situaciones.
—¿Y...? —sonrió al ver la desesperación del chico.
—Complacerte...—murmuró. Jungkook asintió y Jimin retomó lo que estaba haciendo, sentándose de golpe en el alfa.
Ambos gimieron, uno por sentir una placentera estrechez y otro por recibir un trozo de carne bien dotado.
Jungkook lo tomó de la cintura, guiando los movimientos del omega, que eran de manera circular, quizás las feromonas de excitación estaban saliendo por la puerta de aquella oficina. Miró a Jimin con una sonrisa mientras se mordía el labio.
—Eres un pequeño goloso. —dijo Jungkook sin dejar esa mirada de deseo mientras que el omega se movía por su cuenta. —Te gusta esto. —dijo divertido.
Jimin detuvo sus movimientos y posó sus manos en el pecho de Jungkook, sobre su traje.
—Me gusta mucho. —admitió. —Pero me gusta más porque se trata de ti...—sonrió sincero.
La sonrisa que el pequeño le dedicó al alfa lo dejó sin aliento. Era la primera vez que presenciaba una sonrisa como esa de parte de su hombre, con cierto descaro y deseo, sin dejar de lado la timidez.
Eso le hizo abrazarlo, su parte animal se alegró. Eso quería decir que Jimin estaba entrando más en confianza con él, que podían comunicarse mejor. Abrazó al omega y besó sus labios con cariño.
Continuaron haciendo el amor hasta que ambos se corrieron, Jimin le encantaba la sensación del pene de Jungkook contrayéndose en su interior antes de liberar su semilla por completo.
Tercera vez que se corría dentro del omega y eso no podía importarle menos.
Se quedaron quietos recibiendo el nudo del alfa, sus labios juntos y sin la intención de apartarse en todo el rato que duraran. Sus lenguas encontrándose en una deliciosa danza, las manos del pelinegro rodeando la cintura del omega mientras que el pelirubio le acariciaba la mejilla a su hombre.
La presión se liberó y ambos pudieron relajar el cuerpo.
—Jimin te amo. —dijo el alfa en sus labios.
—Yo más alfa. —lo besó. —Yo amo la manera en la que me haces sentir. Amo cuando tenemos intimidad.
—Condenado diablillo. —Jungkook sonrió.
—Es que... siento que es el momento donde los dos estamos más cerca, donde compartimos nuestros sentimientos más personales. Incluso donde puedo sentir como si estuvieras hecho para mí y yo para ti.
El alfa sonrió idiotizado y desvió la mirada, Jimin casi se cae al ver el sonrojo en las mejillas del mayor. Jungkook lo atrajo a sus labios.
Compartieron un largo beso antes de separarse, Jungkook salió de Jimin y sonrió cuando escuchó un quejido por parte de su omega.
—Te amo como no sabes cuánto. —sonrió Jeon. —Puedo decir que me traes loco, Park Jimin.
Y fue el turno de las mejillas del pelirubio para encenderse.
Ellos eran la pareja perfecta y nadie podía decir lo contrario.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top