Capítulo 37.
Un alfa molesto estaba mirando a dos omegas. Entró por la puerta de la oficina de su asistente y lo tomó del cuello de su traje. Los ojos de Jungkook lanzaban fuego, feromonas de enojo y miedo llenaban el ambiente.
—Estás malditamente despedido, pedazo de basura de la naturaleza. —escupió Jungkook viéndolo con odio. —Quiero que recojas tus mierdas ¡y te largues! —lo soltó haciendo que se cayera al suelo.
—Alfa...—la voz de Jimin lo hizo voltearse con furia.
—¡No me llames así! —gritó usando su voz de alfa. Jimin abrió los ojos, su omega se removió del miedo y pronto estaba retrocediendo hasta pegar en la pared.
Gimió de dolor cuando Jungkook lo tomó muy fuerte de la mano. Los empleados veían como el empresario sacaba a fuerza al pequeño pelirubio.
Las betas y omegas amigas de Jimin miraban la escena con horror. Absolutamente todo olía a furia, un olor nada agradable que intimidaba y los llenaba de temor.
Además, su naturaleza los hacía temer, era un alfa del que estaban hablando, un alfa del que podía hacer cualquier cosa bajo enojo.
Soo, Yon, Ailed, Mariel y varias de las chicas se lanzaron sobre Yang Mi cuando la omega caminó con todas las intenciones de ayudar a Jimin.
—No, lo está lastimando...—dijo la chica mirando al pequeño con preocupación, tratando de forcejear a las mujeres que la tenían sujeta. —Lo lastima...—sus ojos no podían apartarse de la escena. Luego todas vieron como ambos hombres desaparecían.
Jimin soltaba pequeños gemidos, su omega estaba asustado, dejando como resultado que su corazón no parara de latir.
Lloraba en silencio y no podía hacer nada además de dejar que Jeon lo arrastrara por todo el edificio como si fuera un animal salvaje.
No, no. Todo lo que había evitado hasta ahora no valió la pena. Sabía que esto iba a pasar, pero él no estaba preparado psicológicamente para hablarlo. Todos los empleados ponían la atención en un alfa furioso y un omega que prácticamente corría para no caerse.
Llegaron al estacionamiento luego del paseo por la empresa, Jungkook le desactivó la alarma a su auto para luego abrir las puertas con un botón. Metió a Jimin en los asientos traseros y se fue al del piloto.
El omega lloraba sin parar, Jungkook no había dejado de gruñir en todo el camino, asustándolo aún más. Y el sonido violento de las llantas al ser arrancadas contra la cerámica no ayudó mucho.
El alfa comenzó a conducir por la carretera como un completo animal, concentrado nada más en acelerar, Jimin se balanceaba de un lado cuando el alfa doblaba en alguna vuelta. A Jungkook no le importaba si el omega se golpeaba con los asientos. Necesitaba llegar a su casa ahora mismo.
Fueron segundos en los que llegaban a la mansión de los Jeon. El alfa salió del auto, dirigiéndose con rapidez hacia la puerta trasera. Jimin estaba hecho un puñito hasta el final del asiento, alejándose lo más que podía cuando el pelinegro abrió la puerta buscando al omega.
Estaba asustado, estaba llorando. Los gemidos que salían de sus labios no eran suficientes para que el alfa se detuviera. Eran lamentos como los de un cachorro, sus orbes mostrando únicamente miedo, tenía pavor recorriéndole los nervios. Jungkook dio un jalón muy fuerte sacándolo por completo del auto.
Subió el cuerpo del omega a su hombro. Jimin se cubría los ojos con sus manos. Las empleadas miraron como el alfa cargaba al pequeño.
No sabían qué pasaba, pues ellas eran betas y no podían oler las feromonas de ira y miedo.
De todos modos no podían interrumpir, de lo contrario terminarían despedidas, pero vamos, no había que ser tonto para saber Jungkook estaba más que enojado.
Le desearon buena suerte a Jimin mentalmente antes de seguir con su trabajo con una sensación de amargura.
El mayor llegó a la habitación que compartía con Jimin, abrió la puerta y la cerró con llave cuando estuvo dentro. Lanzó al omega a la cama, el pelirubio se hizo bolita y lloró más fuerte cuando el alfa se acercó.
—¡Me vas a explicar qué mierda fue lo que escuché! —eso fue más una orden que una pregunta. Jimin miró al alfa, estaba rojo del enojo, sus imperfectos ojos mieles opacados por las lágrimas.
—Alfa y-yo...
—¡No me llames alfa, no me digas nada! —los movimientos que Jungkook hacía asustaban más al pequeño. Jimin trataba de buscar algún rincón seguro donde poder esconderse.
—P-Pero...—la voz de Jimin salía tan quebrada que era difícil de entender.
—¡Mentiste! ¡Me engañaste! ¡ME VISTE LA CARA DE ESTÚPIDO! —Jungkook estaba perdiendo el control, era su alfa el que dominaba la situación. —¿POR QUÉ NUNCA DIJISTE NADA? ¿POR QUÉ OCULTARTE COMO UN OMEGA NORMAL? ¡HABLA MALDITA SEA!
El corazón del omega dolía, dolía mucho. Estaba cubriendo su cabeza con sus brazos mientras que su respiración era irregulada. Las palabras del alfa, la forma en la que le hablaba, lo estaba matando. Su cuerpo encogido en la cama, sintiendo que en cualquier momento los puños del pelinegro se descargarían sobre él.
—¿POR QUÉ SI QUIERA TE ATREVISTE A ENGAÑARME? ¿ESTABAS ESPERANDO ALGÚN MOMENTO DONDE DECIRME? NUNCA LO ESPERÉ DE TI, NO PUEDO CREER QUE A PESAR DE TODO AÚN NO ME DIJERAS NADA. ¿VIENES DE LAS CALLES? ¿DE LOS CONTENEDORES DE BASURA Y SUCIOS CAÑOS? ¿DE LOS DESECHOS DE ESTA ASQUEROSA CUIDAD? —gritaba sin control. Se acercó a Jimin, tomándolo del brazo.
—El castaño se sobresaltó cuando sintió aquel tacto. Hace rato había perdido los nervios. La voz del alfa era tan fuerte que taladraba sus oídos sin piedad. Que se detenga... por favor... rogaba en su mente. No podía hablar, estaba mudo, estaba al borde de un colapso de nervios.
—¡HABLA YA! —ladeó la cabeza sumisamente. Asintiendo frenéticamente. Jungkook vio las lágrimas rodando sin control del omega.
—N-No me lastimes...—dijo a como pudo.
—Dime todo. —escupió con rudeza. —Dime hasta el mínimo detalle. QUIERO QUE EMPIECES A HABLAR. —soltó el brazo del pelirubio, volteándose para darle un fuerte puñetazo a la pared.
Los gritos del alfa eran como estacas clavándose una y otra vez sobre el pecho del menor. Respiraba con dificultad, Jungkook le dedicó una mirada amenazadora.
—¿Sigues callado? ¿Tengo que usar la fuerza contigo? —dijo acercándose a Jimin.
El omega comenzó a tomar profundas respiraciones para calmarse, dio una mirada dolida a su alfa y se limpió las lágrimas en un intento inútil de deshacerse de ellas.
—T-Tres años...—articuló con la voz gangosa. —Tres años... viviendo en las calles de Corea...—hipó con dolor.
Jungkook lo miraba y escuchaba con atención, su espalda se flexionaba debido a la respiración pesada.
—N-Nunca te lo dije p-porque... sabía que m-me odiarías...—ya se había calmado un poco, pero no dejaba de botar lágrimas de dolor. —Porque sentía que me dejarías y-y eres mi primer y único a-alfa...—sorbió su nariz.
Unos momentos más de respirar y prosiguió:
—Nunca t-te lo dije porque te amo... porque no quería sentirme como lo he hecho p-por tres años en mi vida...—lloró. —No quería sentir el desprecio del hombre al que amo, del alfa que me t-trata con tanto a-amor y cariño...
Jeon lo miraba sin expresión alguna.
—Jamás fue mi intención ocultarte nada...—murmuró en medio de las lágrimas. —Pero no tenía opción...
—Claro que la tenías, no mientas. —dijo enojado.
Jimin lo miró roto.
—¿Q-Qué hubieras hecho tú? —su voz era quebrada. Jungkook se quedó callado.
El silencio invadió el lugar, ninguno de los dos hablaban, el omega no dejaba de llorar. El alfa de Jungkook estaba neutro, no sentía nada.
—D-Dijiste que me amarías y nunca me dejarías...—sollozó con dolor.
—¿Y aun así te atreves a recalcarme esto? —dijo alterado el alfa.
—J-Jungkook. —dijo Jimin mirando al mayor directo a los ojos por primera vez, entonces el alfa pudo ver como estaba el omega, herido, dolido y roto. —¿S-Sabes lo que es aguantar hambre por semanas? —murmuró sin despegar sus ojos mieles de los azules. —¿Sabes lo que es que te miren con desprecio todo el tiempo? ¿Sabes lo que es pedir dinero para sobrevivir? ¿Sabes lo que es huir de los crueles alfas cuando te llega el celo bajo días de lluvia por callejones oscuros, teniendo miedo a la oscuridad? ¿Sabes lo que es desear un abrazo por tres años?.
—Jimin...
—¿Desear el día que te digan lo mucho que te aman y que no eres un desperdicio del mundo? ¿Pasar frío todas las noches mientras que piensas en todas las personas durmiendo en una cama caliente? ¿Lo sabes? —su voz, si pudieran escucharla, haría llorar a cualquiera.
Por alguna razón, el cuerpo de Jungkook se comenzó a debilitar.
—Y-Yo sé que no soy nadie... pero cuando te encontré... sentí que yo era tu todo...—lloró desviando la mirada. —Tal vez no sea lo que tú esperabas, pero eres lo que yo siempre quise...
La respiración del alfa se descontroló de sobremanera. Le dio una última mirada al pelirubio y se apresuró a salir de la habitación. Tenía que olvidarse de todo, tenía que salir de ahí rápido. Bajó las escaleras casi corriendo, no se sentía bien, quería gritar, quería llorar, quería que lo abrazaran y que lo consintieran hasta quedarse dormido, una estaca invisible se había instalado en su corazón, y parecía que no iba a desaparecer pronto.
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