Capítulo 3.
—¡Ah, alto, alto! —dijo el omega al sentir un dolor punzante. —¡Jin! —dijo desesperado, el alfa estaba penetrando a todo lo que podía, el omega trató de librarse de su agarre pero el mayor lo tenía sujeto de la cintura.
—Cállate. —dijo mirando al chico, metiendo su pene una y otra vez hasta hacerlo chillar.
—¡Suéltame! —dijo poniendo una mano en el estómago bajo del castaño. Jin penetró unas veces más y sintió su pene hincharse preparado para el nudo, pero lo sacó a tiempo, justo cuando iba a sacarlo entero ya se había hinchado, sacó su glande sin cuidado, lastimando al omega en el proceso, quien gimió de dolor cuando sintió como si le hubieran roto su interior.
Jin cayó acostado a su lado, tratando de recuperar la respiración del orgasmo. Miró al omega con una sonrisa cuando el chico se limpiaba las lágrimas recientes.
—Oh por favor, tienes que acostumbrarte Min Ho, cuando tengas a tu alfa te follará igual. —se encogió de hombros el alfa.
—Pero él s-será cariños-so...—dijo con la voz gangosa.
—Puede que sí. —contestó posando un dedo en sus labios, fingiendo estar pensando.
Min Ho se quitó las últimas lágrimas y se acercó al pecho de Jin, al final, su instinto omega se lo pedía, quería sentir el calor de un alfa, sentir a un alfa, pensar que ese alfa lo miraba bonito, ya que la situación para los omegas varones no era tan fácil como digamos. El rojizo reposó su mejilla en el pectoral desnudo de Jin y dejó un pequeño beso ahí. El alfa lo miró y dejó salir un suspiro.
—Ya te he dicho que...—dijo el alfa pero pronto fue interrumpido.
—Lo sé, ningún indicio de amor. —se apresuró a decir el omega. —Lo siento por no ser Jeon Jungkook.
—Min Ho. —habló con advertencia. —Cuida lo que dices.
El chico bajó la mirada, asintió y discretamente se acercó más al alfa.
—¿Puedo abrazarte un rato más? —pidió con inocencia.
—Ya qué. —contestó el de ojos negros. El omega no pudo evitar sonreír como un niño pequeño antes de pasar un brazo por la cintura del alfa y esconderse en su cuello, aspirando el olor de Jin.
En cambio, Jin pasó un brazo por la cintura del chico para atraerlo más cerca. Bien, no quería a Min Ho para algo más que sexo, pero a veces su instinto le pedía consentir al omega de vez en cuando, como ahora. Sabía que si era un completo hijo de puta con él entonces Min Ho se cansaría algún día, pero al parecer el omega no entendía.
Dejó que el pequeño prácticamente se subiera encima de él y le acarició la cintura. De pronto le llegó a la mente Jungkook, joder, ese maldito alfa sexy. Bufó molesto y el aire empezó a oler a alfa enojado.
Jin tomó el cuerpo del omega y lo aprisionó en sus brazos para que no se escapara mientras alineaba su erección en el trasero de Min Ho.
—¿Jin? No, me duele, Jin... ¡uhm! —gimió de dolor cuando el alfa se enterró de golpe. Jin le tapó la boca y empezó con movimientos fuertes en el interior del omega.
—Maldito seas Jungkook. —murmuró alto dando una estocada fuerte. Ignorando los quejidos de Min Ho.
Maldijo el nombre de ese alfa, odiaba a Jungkook, no podía humillarlo de esa manera. Ni siquiera podía dejarlo, él era Kim Seok Jin, y nadie lo terminaba.
Yang Mi entro en la oficina de Suga, éste alzó la vista de los papeles que estaba leyendo y la miró.
—El Señor Jeon me dijo que te entregara esto. —le extendió una carpeta. El de ojos cafés la tomó y le agradeció. La omega salió de la oficina.
A los pocos segundos Ailed entró en la oficina. Suga la miró y sonrió.
—El Señor Jeon me pidió que te trajera esto. —le dio otra carpeta. El omega le sonrió y la puso debajo de la anterior que Yang Mi le había dado. La omega abandonó la oficina.
Luego entró Yon. Suga la miró confundido.
—El Señor Jeon me ordenó que te diera esto. —otra carpeta más. Suga la tomó dudoso y la puso debajo de las otras dos. La chica se dio la vuelta y se fue.
"¿Pero qué?" Pensó cuando Soo entró en su oficina con otra carpeta en la mano.
—El...
—"Siñir Jion mi diji qui ti intrigiri isti." —imitó molesto. Soo lo miró confundida. —¿Por qué el jefe está mandando tantas cosas hoy? —dijo exasperado.
—No lo sé. —la chica se encogió de hombros. —Al menos a mí me dijo que estaba prohibido ver el contenido. —dijo entregándole la carpeta.
Yoon Gi la tomó y le agradeció antes de colocarla con las otras. Jungkook le estaba metiendo mucho trabajo, recién acababa con una pila de papeleo que le dejaron sus compañeros. Y lo peor es que lo único que su mente gritaba era: "Consigue un omega, consigue un omega, ¡consigue un omega!"
Respiró profundo y exhaló despacio antes de perder los nervios. Mierda, su vida era un caos. Decidió comenzar a llenar los papeles y luego pensaría en su mayor responsabilidad.
Le quedaba sólo un día.
Y su trabajo dependía de un hilo de veinticuatro horas. Y de un omega.
Decidió poner el aire acondicionado cuando sintió que comenzaba a sofocarse, se acomodó la corbata y tomó el lapicero para empezar con la papelera.
Necesitaba distraerse pero ya.
Jungkook entró a la oficina de su madre. Sun Hee lo miró sin interés por encima de sus lentes.
—¿Ya es la hora del almuerzo? —preguntó al ver a su hijo, pues usualmente solo quedaban juntos para salir a comer.
—No. —negó.
—¿Ya me traes noticias de tu omega? —dijo sin despegar la vista de los papeles que estaba firmando. Jungkook apretó los puños.
—¡No! —dijo enojado.
—¿Entonces en qué te puedo ayudar, querido? —continuó desinteresada.
—¿Cómo es eso de que le dijiste a J-Hope que tomara clases de administración? —gruñó molesto.
—¿Sabes? Cuando gruñes pareces un perro, controla eso, porque no se ve atractivo. Y... respondiendo a tu pregunta, sí, se lo ofrecí y él aceptó.
Jungkook gruñó más enojado.
—¿¡Cómo pudiste!? —gritó, Sun Hee podía oler la ira que emanaba.
—Jungkook. —dijo su madre mientras se quitaba los lentes de los ojos. —Necesito, que te cases, con un omega. —habló amenazante.
—¡Ya te dije que te lo traeré! —dijo golpeando la pared. Sun Hee miró la abolladura que quedó en ésta.
—¿Y estarás enamorado de él? —alzó una ceja en desconfianza. —Porque sin amor, no hay empresa. Quiero que lo ames, así como tu primo Ho-Seok ama a su omega, y si no puedes con algo tan simple como eso, entonces no veo el motivo de esta discusión.
—El hecho aquí, es que TÚ, le diste la oportunidad a Ho-Seok, ¡al imbécil de Ho-Seok! Consideraste heredarle esta empresa. —alegó el alfa.
—¡Y si me da la gana se la entrego ya! —gritó harta. —¡Vete! ¡No quiero verte a menos de que me traigas un omega! —echó a Jungkook de la oficina. El alfa dio un golpe más a la pared y se fue a su oficina ardiendo en llamas.
Sun Hee no era tonta, había planeado con J-Hope hacerle creer a Jungkook que le había dado oportunidad de liderar la empresa. Pero era solo para sacar el potencial del alfa, pues si creía que su primo iba a llegar a ser el jefe, se empeñaría en conseguir a un lindo omega. La adulta sonrió por lo tonto que era su hijo a pesar de que tenía veinticuatro años. Continuó firmando papeles y contestando uno que otro mensaje de su esposo, alias, alfa. Quizás Jungkook salió a Chung Hee, en lo idiota y berrinchudo. Ambos alfas, ambos similares en personalidad y físico.
De todos modos los amaba.
Voten y comenten :3
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