Dilema 33

Jung Hoseok se había quedado fuera de la casa sin que nadie lo notara o, más bien, sin que nadie le tomara importancia en verdad. El Alfa debía ser sincero consigo mismo en ese momento y admitir que, de cierta forma, aquello le dolía como si todavía tuviera algo que pudiera recriminarle a Min Yoongi.

Giró sobre sí mismo, con el fin de darle la espalda a la vivienda y, al mismo tiempo, a Yoongi y Jungkook. Aunque le gustaría escuchar sobre las cosas que discutirían, no tenía ningún derecho para hacerlo. Le debía privacidad a la vida sentimental de su mejor amigo.

Sonriendo ampliamente, elevó su vista hasta la Madre Luna, queriendo contemplarla mientras avanzaba a paso lento.

—Quiero pensar que tú tienes más planes para mí además de ser un buen esposo y un increíble amigo, ¿verdad? —Preguntó, sintiendo un pequeño tirón dentro del pecho—. Igual, nada podría ser peor que esto y yo mismo lo busqué, así que, solo me queda seguir.

Con pasos aletargados recorrió el camino hacia la salida de la propiedad de Namjoon, admirando la inmensidad de la noche, siendo las pequeñas estrellas que rodeaban a la Madre Luna sus únicas compañeras.

Sería mejor para todos que solo siguieran aparentando, olvidando el pasado y dando su mejor esfuerzo por mantener la calma. Tampoco sería contar muchas mentiras, porque de todas formas era cierto que él y Min Yoongi seguirían siendo, sino almas gemelas, los mejores amigos el uno del otro... Y, en ocasiones, Hoseok se preguntaba si ese puesto no se lo había terminado arrebatando Kim Taehyung.

—Mierda —murmura entre dientes, parando su caminata justo frente al portón de la propiedad. Se apresura en sacar su teléfono móvil y marcar al número de su amigo—. Jimin, por primera vez en tu vida necesito que contestes rápido.

Un tono sonó.

Luego otro.

Y otro.

Resoplando, el Alfa terminó por colgar la llamada para probar con un segundo intento, en esta ocasión obteniendo una respuesta al primer tono.

—¿Hobi? —Escucha la voz adormitada de Jimin—. ¿Qué sucede? Ya es tarde, mañana tengo taller... Y tú también.

Recordar sus obligaciones cotidianas terminó por hacerle reír fuertemente.

—No, Jiminie, pasaré una semana fuera por obligaciones con el enlace, ¿recuerdas que te dije? En fin, eso no era lo que quería contarte. Necesito que me escuches para que mañana no te de un susto o algo peor al hablar con Taehyung.

Pero si estoy con Taehyung, vine a dormir con él luego de que Jungkook se fuera.

—Ah, entonces saben que Jungkook va a ayudarme aquí en Costretnio con algunas cosas —suspira aliviado, pensando en que ya no tendría que mentirle con nada más.

Esta llamada la hacía solo para quitarse de encima el peso de tener a Jimin y Taehyung en la incertidumbre. Los chicos eran demasiado densos y cabezas duras, no sabía como se tomarían en verdad que Jungkook escogiera a Yoongi. Y los entendía, o al menos la parte de su corazón que aún conservaba el deseo egoísta de casarse y continuar teniendo a Yoongi a su lado, esperando por él.

Sabía cómo se sentía desear algo con fuerza, a pesar de hacer sufrir a su ser amado en el proceso, con tal de mantenerlo a su lado.

—Sí, Namjoon nos dijo que él ayudaría a Yoongi para que no se sintiera mal estando solo contigo allá, es bueno que mucho de su trabajo se pueda realizar a distancia.

—Sí... Pero bueno, eso era para lo que te estaba llamando. Perdón por despertarte, Minie —comienza a despedirse, sin esperarse más platica por parte de su adormitado amigo.

—Un segundo, Hobie —lo frena—. Necesito pedirte un favor pequeño, ¿sí?

Aquello lo tomó por sorpresa, por lo que tardó un poco en contestar.

—Bien, cualquier cosa por ti.

—Jungkook se veía realmente deprimido cuando se fue, me gustaría que pudieras animarlo un poco. No quiso decirnos qué le estaba pasando, pero parece que ha estado demasiado tiempo cerca de Yoongi, tanto que ha empezado a oler mucho como él. Creo que le vendría bien pasar algo de tiempo con alguien más, que no fuera ni Yoongi ni nosotros, así que dejo en tus manos su cuidado.

Sabiendo que Jimin no podría verlo, alza las cejas, sorprendido por la petición.

—Jimin, Jungkook ya está grande como para que lo cuide, pero créeme, volverá siendo mucho más feliz, sin duda.

Una risita nerviosa suena del otro lado de la línea.

—Eso esperamos, con Taehyung tenemos una sorpresa preparada para él.

—¿Qué? ¿Al fin le van a poner el anillo? —Pregunta, bromeando sin pensarlo mucho.

¿Cuántas veces había hecho ese tipo de broma? En las que se mencionaba que Taehyung y Jimin lo hicieran formar parte de su dupla, anteriormente no se preocupó como debía en la forma en que estas afectarían a los muchachos.

—Algo similar, pero ya lo verás. ¡Buenas noches, Hobi! ¡Saluda a Kookie y Yoongi de nuestra parte!

Y colgó, sin darle la oportunidad de soltar una sola palabra más.

Oh, mierda.

«Yoongi, ven ya».

Esas palabras, dulces y cortas, consiguieron desatar un aluvión de sentimientos que golpearon con fuerza cada espacio en su interior. Su lobo aulló sin control, rasgando y buscando una forma de salir al encuentro del chico que se había ganado todo su afecto.

Avanzó sin pensarlo y se encontró abrumado con lo bien que se sintió al momento en que, por fin, se encontró de nuevo entre los brazos del Beta.

La ansiedad se disipó con solo tres palabras.

Yoongi recordaba escucharse a sí mismo pronunciar algunas palabras honestas, pero no recordaba a ciencia cierta cuales eran las que había empleado, ¿qué quería decirle?

—Te extrañé —dijo, sin importarle si ya era repetitivo.

Jungkook le permitió enterrar el rostro en el espacio de su cuello, inclinándose tentativamente para proporcionarle más espacio.

—Entonces, ¿por qué no te quedaste conmigo? —Podía percibir el dolor en cada pequeña silaba, y eso le desgarró el alma—. Estaba tan molesto que ni siquiera pude despedirme bien.

Abandonando la comodidad de su cuello, en el cual buscó un aroma que no encontró, terminó moviéndose, alejándose solo lo necesario para poder tomar el rostro del chico entre sus manos, notando que tenía las mejillas frías y los ojos acuosos. Prodigó cuidadosas caricias con sus pulgares, intentando calentarlo un poco, antes de contestar.

—¿Podrías disculparme, Kookie? —Suplicó, suavizando aún más su tono—. Me asusté, fue un impulso por ser tan imbécil, descuidado y cobarde.

—No digas eso —suplica el muchacho, inclinándose ante sus caricias. Sus enormes ojos vuelven a fijarse en él, para luego sonreírle con ternura—. No estoy aquí para escuchar eso, quiero hablar contigo sobre algo mucho más importante... ¿Podemos, cierto?

—Por supuesto... ¿Dónde quieres hablar? La sala está bien, pero si lo prefieres también está mi habitación.

Jungkook le dispara una mirada suspicaz, divertida, antes de reír por la implicación que termina coloreándole las mejillas al Alfa.

—¡No me refería a...! —Sintiéndose sobrecogido por las emociones, se separa del muchacho, caminando a trompicones hasta el sillón de una plaza que Hoseok había ocupado con anterioridad—. Dime lo que quieras, te escucho.

Jungkook se balanceó un poco sobre las puntas de sus pies antes de comenzar a caminar en dirección al sofá que Yoongi tenía frente a él. Ese sofá sobre el que, horas atrás, se había lamentado y ofuscado pensando en qué debería decirle al chico.

Tal vez Hoseok tenía razón y él no debía hacer nada más que simplemente escuchar.

—Tenemos que hablar de nuestra situación, no es algo que quiera evadir —comenzó el muchacho, jugando con sus dedos nerviosamente—. Pero antes de eso quería contarte algo importante.

Yoongi tragó saliva ruidosamente, pensando en que algo malo seguro se avecinaba. Su ansiedad por la situación le hizo recordar la promesa de Yugyeom, ¿qué pasaba si el chico dejaba todo de lado y volvía a perseguir a Jungkook? ¿Qué pasaba si el Beta aceptaba? ¿Él querría volver a su antigua relación?

El tren descarrilado de sus pensamientos dio un freno brusco con la primera pregunta que soltó Jungkook.

—¿Recuerdas que, hace un tiempo, te mencioné un pasillo que suele aparecer en mi mente?

Si decía la verdad, eso no era algo que tuviera muy presente en sus recuerdos, pero si entrecerraba los ojos y volteaba al pasado, podía escuchar la voz del chico mencionarlo, en medio de una especie de ataque de pánico que se volvió cada vez más claro.

Recordó la mención de un pasillo sin ventanas ni puertas, en el que Jungkook solo podía ver una luz central y una especie de alfombra doblaba. Lo recordaba cada vez con más claridad por el sentimiento de impotencia que vivió al ver tan desorientado a Jungkook en esa ocasión.

—Lo recuerdo bien —admitió, ligeramente aliviado de que la conversación no comenzara con su situación actual—. ¿Qué sucede con él?

—Volvió a cambiar.

Yoongi lo observó con genuina curiosidad, mientras Jungkook volvía a mostrar esa terrible expresión preocupada, casi al borde de un nuevo tipo de ataque. El Alfa no pudo permitirse pensar, su instinto lo impulsó a ponerse de pie para acercarse al muchacho, colocándose de cuclillas frente a él.

Tomó sus manos con delicadeza entre las suyas, pidiéndole con suavidad a Jungkook que lo viera a los ojos y se alegró cuando el chico lo hizo sin demora. Intentó calmarlo en silencio, ayudándolo a controlar la respiración de nuevo, hasta que Jungkook fue capaz de hablar nuevamente.

—Volvió a cambiar y no sé qué es lo que significa.

¡Heeeeey! Clearke aquí de nuevo, unas horas más tarde, con el Dilema 33.

Perdón por la demora, tuve unos pequeños inconvenientes, por lo que el capítulo también es algo más corto, pero intentaré compensarlo en el siguiente Dilema.

¿Qué les ha parecido el Dilema de esta semana? ¿Qué creen que se traen Taehyung y Jimin? ¿Tienen alguna idea de qué ocurre con el pasillo de Jungkook?

Hay cosas que se van desarrollando de forma lenta, pero segura.

De momento, ¡nos vemos en el Dilema 34!

Cuídense y muchas gracias por leer ♥

ΔClearke Al PoderΔ

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