Dilema 27
Al despertar, lo embargó la satisfacción de encontrarse con Jungkook dormido plácidamente entre sus brazos. El chico mostraba una expresión serena mientras navegaba por el mundo de los sueños y Yoongi no tuvo corazón para despertarlo, por lo que terminó quedándose en la cama unos pocos minutos más, observándolo a través de las pestañas.
Min Yoongi se preguntaba cómo había conseguido mantener al chico a su lado durante el celo, ¿Jungkook estaba tan preocupado por él que simplemente ignoró sus responsabilidades como adulto para cuidarlo? De solo considerar aquella mínima posibilidad, su corazón dio un vuelco, con una cálida emoción llenándolo.
Permitió a sus ojos divagar por el precioso rostro del chico, maravillándose con los detalles de su piel, como aquella marca que surcaba una pequeña porción de su mejilla, o bien la bonita tonalidad de sus labios, algo agrietados luego de una larga noche, eso hasta encontrarse con el lunar ligeramente escondido debajo del labio inferior. Ante tal visión el deseo fue tomando forma, retorciéndose en sus adentros como si se tratara de un dragón despertando del sueño milenario. Yoongi solo despertó de su encandilamiento cuando ya se encontraba a unos pocos centímetros de los labios del chico, sus respiraciones entremezclándose por la cercanía y su lobo aullando eufórico, desesperado por saciar aquel repentino anhelo.
Asustado ante la intensidad de la emoción, el Alfa terminó por alejarse, forzando sus brazos a soltarse del cuerpo del Beta y evitando el tacto ajeno como si este quemara. Resentido por la súbita ausencia, Jungkook se acurrucó de nuevo contra el cuerpo del mayor, moviéndose lo suficiente para que la holgada camisa que llevaba puesta se estirara, dejando al descubierto parte de su cuello y la clavícula.
Todo buen sentimiento terminó por drenarse de su cuerpo cuando visualizó allí, donde se suponía que solo un pequeño lunar condecoraba la tersa piel del muchacho, se encontraba una inmensa marca, provocada por un Alfa.
Cuando comprendió a qué se debía ese intento de «marca» en el chico, el estómago de Yoongi se revolvió, un frío helado cubriéndole la espalda junto con el súbito deseo de arrancarse los dientes. Su lobo debió volverse loco durante el celo para llegar a traspasar algo de la primera capa de piel de Jungkook, eso era algo que no podía explicarse a sí mismo, ya que su memoria continuaba cubierta por la espesa niebla de la amnesia.
Mío, aulló el lobo, consiguiendo que Yoongi se molestara más.
Arremetió contra él en puro pensamiento, sepultando la voz del lobo sin saber quién se encontraba más molesto por la reacción del otro, al tiempo que salía de la cama, apestando a cólera y exudado agresión.
Pudo morir, farfulló a su interior, no es un Omega, su cuerpo no está diseñado para recibir marcas, él podría haber sufrido un daño grave.
Con ese solo pensamiento, el lobo gruñó, incapaz de comprender el alcance sus acciones y las consecuencias que habrían acarreado. Era tan intensa la necesidad de su lobo por mantener a Jungkook a su lado, que terminaba por marearlo.
Las cosas no podían seguir así.
Yoongi salió de su habitación con cuidado de no despertar a Jungkook mientras luchaba por mantener a su lobo a raya. El deseo ferviente era algo antinatural para él, porque ni siquiera con Hoseok había llegado a experimentar una necesidad tan fuerte por permanecer a su lado para disfrutar de su sola presencia, llenando sus pulmones únicamente con el aroma humano.
Enfrascado en la discusión mental consigo mismo, Yoongi acabó siguiendo el olor de su madre, que siempre significaría «hogar» y «protección» para él, sin importar la edad. La encontró apoyada contra el desayunador situado a media cocina, bebiendo sorbos de una taza de café al tanto que la alta figura de su padre danzaba detrás de ella, preparando el desayuno con un delantal cubriendo su traje gris del trabajo.
—Cariño, ¿qué ocurre? —en la voz de su madre discurría genuina preocupación.
El chico se tambaleo sobre sus pies hasta alcanzar la silla frente a su madre, tomando asiento y aferrándose al borde del desayunador para evitar que el loco impulso lo llevara a ponerse de pie, dispuesto para volver al lado de Jungkook en la cama y saciar el repentino apetito que nacía de su lobo, porque la parte humana aún no admitiría el alcance de sus sentimientos.
Taehyung y Jimin están enamorados de él, le recordó a su lobo y, en parte, a él.
—Yoongi, muchacho —su padre canturreo al tiempo que se giraba para verlo—, ¿ya estamos en nuestros cabales? —cuestionó, seguido por un par de gruñidos en son de broma—. Solo espero que tu lobo comprenda ya que Jungkook es demasiado joven para mí.
Con el rostro tomando el color de la vergüenza, el chico se sintió más frustrado aún.
—¿Qué demonios fue lo que hice durante el celo? ¿Cuánto tiempo duró?
Su padre se volvió a la estufa antes de contestar.
—Durante el celo hiciste muchas cosas, muchacho —esta vez ya empleaba el tono serio—. La señora Karrell y ese hombre, Kim Namjoon, estaban muy preocupados cuando llamaron. Por lo que entendí, tu lobo tomó el control y terminó por ponerse muy sobreprotector con Jungkook, así que no querías a nadie cerca, ni siquiera a Taehyung. Nos explicaron a tu madre y a mí que no permitiste que se acercaran ni Omegas ni Gammas, lo que solo dejaba la opción de que fuéramos por ti para traerte a casa, ya sabes que nuestras feromonas nunca alertarían a tu lobo, pero sí fue un poco difícil que soltaras al chico.
Yoongi notó como el rostro de su madre empalidecía antes de tomarse la molestia de continuar la historia que su padre había dejado a medias.
—Como no querías dejarlo, tuvo que venir con nosotros para que tu lobo se calmara, igual todos sabíamos que el celo debería durar solo 3 días, así que no había problema por esa parte... —Su madre hizo una pausa entonces, seguramente buscando las mejores palabras para terminar de explicarle—. En realidad, tuviste una especie de rutina durante el celo cuando te trajimos a casa. Pasabas las mañanas durmiendo en el sofá mientras Jungkook trabajaba, y a la hora del almuerzo te sentabas con nosotros en la mesa, pero no probabas bocado hasta que Jungkook hubiese terminado su plato y pareciera saciado, entonces comías un poco antes de levantarte y arrastrar al muchacho escaleras arriba. El resto del día te mantenías encerrado, Jungkook nos dijo que solo te acostabas a su lado mientras él terminaba la jornada laboral, cuando ya se encontraba disponible para ti las cosa cambiaban... ligeramente.
Silbando, su padre al fin se sentó con ellos.
—Muy ligeramente —remarcó el otro Alfa—. Por ejemplo, te tomabas la libertad de gruñirle a tu padre solo por pasar frente a tu habitación para ir al baño.
—No lo avergüences, su lobo tenía el control.
—Eso es verdad, muchacho, no creo que en un día normal siquiera pensaras en transformarte a media sala solo porque alguien le lanzara una botella de agua a Jungkook.
Entonces notó la alfombra de la sala, corrida un poco más a la izquierda de lo usual. Las yemas de sus dedos comenzaron a cosquillear, por lo que se aferró con más fuerza a las baldosas que cubrían la mesa, una de ellas resquebrajándose bajo su tacto.
—Mi lobo está descontrolado —murmuró entre dientes—. Ni siquiera yo mismo lo comprendo... Hoy que desperté vi una marca poco profunda entre el cuello y la clavícula de Jungkook, ¿saben qué significa eso?
Vio a sus padres tensarse antes de compartir una mirada encriptada.
No lo comprendía y eso le aterrorizaba, porque ¿qué pasaba si el peligro que se mostraba en sus sueños ya no eran otras personas, sino él mismo? ¿Qué haría si su lobo perdía el control y terminaba lastimando a Jungkook más de lo que ya lo había hecho?
—Cariño, Kookie está bien, yo cuidé la herida, no es tan grave como parece, pero creo que lo mejor será que hables con él sobre esto. No está molesto contigo, sabe que no podías controlar al lobo.
—Escucha, Yoongi, es algo normal en parejas recién formadas, cuando uno se encuentra con su destinado... —intentó hablar su padre antes de que Yoongi soltara una risa llena de amargura que terminó por cortar su discurso.
—Lo que ocurre es que nada en este celo fue normal. Jungkook no es mi pareja, ni mi destinado, es solo un gran amigo al que quiero demasiado y mi lobo no comprende eso, sigue dolido por...
Se frenó a media frase, recordando que ninguno de sus padres estaba enterado del verdadero tipo de relación que había compartido con Hoseok, por lo que evitó la mirada de ambos, centrando su atención en el calendario colgado con un imán sobre el refrigerador. Más que enfocarse en la fecha, porque aún desconocía siquiera en qué día se encontraba, Yoongi se fijó en el mes.
La realización lo golpeó con fuerza.
—Mi celo se adelantó 4 meses.
Ambos adultos asintieron quedamente, dejando que el silencio fluyera hasta que encontraron la valentía suficiente para seguir hablando.
—Por eso decía, cariño —dijo su madre—, que son cosas que ocurren cuando uno se encuentra con su destinado. Jungkook nos dijo que el aroma de un Omega desató tu celo... Incluso Jimin y Taehyung siguen buscándolo en el edificio, seguro tu lobo está tan desesperado por eso, quiere reencontrarse con su Destinado lo más pronto posible y solo busca consuelo con la única persona que estuvo con él mientras se encontraba con el aroma de su Omega.
Bilis subió por su garganta, llenándole la boca de un mal sabor. Todo se escuchaba terrible, lo viera por donde lo viera.
Yoongi no quería a ningún Omega, él anhelaba quedarse al lado de Jungkook todo el tiempo que fuera posible, eso antes de que Jimin y Taehyung arreglaran sus sentimientos por el chico y este decidiera que quería quedarse con ambos... Estaba seguro de que Jungkook amaba a esos dos, pero reconocerlo era como clavarse un puñal en el pecho.
Y él no era capaz de poner al muchacho en una encrucijada así, porque Jungkook era su amigo y él lo amaba, lo adoraba, era su...
—Papá, creo que sé lo que necesito —se apresura a hablar para cortar el transcurso de sus pensamientos—. Me tomaré un descanso. Viajaré a Costretnio hoy mismo en busca algunas cosas que hacen falta para el enlace de Hoseok.
Los ojos de sus padres centellaron, emocionados.
—Es una buena idea —concede la madre—, que nuestro niño se tome un descanso del trabajo y le de un respiro a su lobo.
—No me gusta que descuides tanto tu puesto en la empresa, pero si es lo que necesitas... Supongo que tendremos que aumentarle el sueldo a Taehyung.
—Es el mejor asistente —concede Yoongi, antes de levantarse. Quería irse ya mismo, tal vez pensaría mejor las cosas si se encontraba lejos de Jungkook, solo serían un par de días, a lo sumo una semana, luego volvería con los pensamientos en orden—. Voy a alistar mis cosas.
—Bien, muchacho, llamaré a Hoseok para que vaya contigo.
Como si lo hubiesen golpeado, Yoongi le dedica una mirada incrédula a su padre.
—No es necesario.
—Claro que sí, es su enlace y tu eres el peor consejero si crees que irás a seleccionar cosas sin su consentimiento. Ve, ya arreglo lo de sus boletos, viajarán solo ustedes dos, ¿verdad?
Tragando saliva para facilitar la respuesta, Yoongi termina asintiendo.
—Sí, solo los dos.
¡Hey, hye, yeh! Un Clearke aquí, con el Dilema 27 un poco antes de tiempo TuT.
¿Qué les pareció este Dilema? ¿Qué piensan del intento del lobo por «marcar» a Jungkook? ¿Alguna teoría sobre el celo y el Destinado de Yoongi? ¿Y qué piensan del plan de huida que termina en tragedia? ¿Creen que Yoongi esté listo para pasar tiempo a solas con Hoseok?
De nuevo, muchas gracias a todos los que esperan pacientemente por los nuevos Dilemas, sus comentarios me hacen muy feliz en estos días tan extraños ♥
¡Cuídense mucho y nos vemos en el Dilema 28!
ΔClearke al PoderΔ
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