Dilema 13

El parpadeo constante de las luces frente a sus ojos comenzaba a ser molesto, pero el peso de su vaso lleno de algún tipo de ron lo mantenía tranquilo medianamente, incluso había dejado de percibir el ligero bamboleo de la mesa abajo sus brazos. Ni qué decir de todo el ruido a su alrededor, desde las canciones reventando las más de diez bocinas esparcidas por todo el lugar hasta los cantos desafinados de aquellos que bailaban y se deformaban dentro de la masa de cuerpos a medio metro de su mesa.

Se preguntó por qué el sitio parecía encontrarse lleno de personas a pesar de ser el primer día de la semana, aunque mientras más vueltas le daba al asunto más resonaba en su cabeza: ¿Qué le importaba a él? Podría ser que más de la mitad de esas personas se encontraran en una situación similar a la suya, intentando ahogar su desazón con la vida moviéndose en medio de aquella semioscuridad con el organismo repleto de alcohol.

Terminó reprendiéndose a sí mismo por pensar en lo divertido que sería lanzar un encendedor al centro de la pista. Resultaba evidente que él no se encontraba de humor para cualquier tipo de evento social, tal vez esa era la razón por la cual Jungkook pareció tan sorprendido cuando Yoongi le suplicó salir en busca de un lugar como ese.

Ni siquiera recordaba el nombre, una buena señal para su nivel de embriaguez.

─¿Quieres bailar mientras esperamos? ─Jungkook no parecía ser el tipo de persona que disfrutaba de ese ambiente, pero terminaba mezclándose bastante bien─. Yugyeom está en camino, salió tarde del trabajo hoy.

─Jungkook, llévame a la luna si eso es lo que quieres ─fueron sus palabras mientras alzaba los brazos, el ron desbordándose por el movimiento brusco, cayendo con dramatismo por la camisa de Yoongi.

Cuando Yoongi dirigió su mirada hacia Jungkook para reírse por su torpeza, descubrió la verdadera preocupación escondida detrás de la amabilidad del muchacho. Quiso formular un tipo de disculpa por arrastrarlo a ese lugar sin el consentimiento de Jimin y Taehyung, sonar relajado para evitar que se sintiese mal por él, pero su cerebro y su lengua se encontraban desconectados el uno del otro.

─Discúlpame por traerte sin tus novios, pequeño ─se arrepentía mientras más hablaba, pero no parecía poder callarse ya─. Sería una gran oportunidad para que dejaran de hacer el tonto y por fin comenzaran a salir los tres, así podrían echarme a patas del nidito de amor que intentan construir antes de que la ceremonia pase destruyendo más corazones de los necesarios ¡Ah, maldito destino con sus malditos destinados y malditas normativas sociales!

Soltando el vaso sobre la mesa, Yoongi procede a tomar la botella, echando la cabeza hacia atrás mientras deja caer un hilo de aquel ron barato para llenarse la boca, el calor instantáneo siendo secundado por escozor. Seguía percibiendo el ardor por la quemadura de café de esa misma mañana, pero cada vez que la recordaba llegaba a él la imagen mental de esa estúpida nota.

Boda, ceremonia, enlace, todo era lo mismo a los ojos de la madre Luna, dos almas enlazándose frente a ella como un tributo al amor que le permitiría gozar con plenitud hasta el momento en que la muerte los separase de forma trágica. La muerte siempre sería trágica, sino ¿qué sentido tendría morir?

En verdad estaba muy ebrio.

Una mano le arrebató la botella con delicadeza, obligándolo a ver al frente para encontrarse con el rostro demasiado cercano de Yugyeom, que sonreía de oreja a oreja con expresión amena, parecía encontrarse viviendo el mejor momento de su vida.

Entonces fue que los recuerdos golpearon su mente embotada con tanta fuerza que sus manos se colocaron sobre los hombros del chico, buscando un lugar al cual aferrarse. Más palabras flotaron por su mente mientras recreaba la escena de él siendo sostenido por el chico, que lo mecía mientras le confesaba que, a pesar de todo, aún amaba a Jungkook de forma romántica, platónica hasta el momento.

─Podría besarte ahora mismo, Yugyeom ─amenaza el Alfa más ebrio del local─. Demonios, podría besarte en serio.

La confusión entintó la expresión del muchacho entonces, que se apresuró para alejar su persona de Yoongi, terminando por sentarse al lado de Jungkook, lo más alejado que la mesa se lo permitiese.

─Dime que no intentó besarte, Kook ─escuchó murmurar a Yugyeom.

Girando los ojos, Jungkook termina deslizándose hasta quedar pegado al costado de su amigo borracho, uno de sus brazos cayendo de forma casual sobre los hombros de Yoongi, que de forma repentina fue consciente de lo pequeño que debía parecer en contraste con el inmenso cuerpo del Beta. Resultaba hilarante a su manera.

─¿Esta persona borracha y tierna de aquí? No, Yoongi solo tuvo un mal día en el trabajo, no quiso decirme más sobre ello, pero parece que la reunión de hoy con su padre no fue lo mejor de todo.

Le alegraba que Taehyung no hubiese contado con tiempo suficiente durante el día para contarle la verdad de Jungkook, su padre lo cargó con tareas antes y después de la reunión solo para que, cuando Tae pareció contar con un momento para relajarse al fin, los ancianos lo llamaran para invitarlo a otro banquete junto a Jimin.

Nunca agradeció tanto que los viejos resultaran ser tan tradicionalistas.

─En realidad, mi día fue más complicado que eso ─confesó el Alfa, acurrucándose contra el costado de Jungkook, su cabeza descansando en el hombro del chico. Al menos tendría la oportunidad de narrar de primera mano su día de mierda─. Hoseok estaba esperándome en la oficina cuando llegué.

Solo puede ver la mandíbula de Yugyeom caer ante la impresión, algo que atribuye a que, en algún momento, alguien o él mismo estando borracho terminó contándole su trágica historia de amor entre Alfas penada por la mitad de la sociedad. El brazo de Jungkook se aprieta a su alrededor, sus dedos tamborileando sobre el brazo cubierto por un delgado suéter negro, el primero que Yoongi tomó de su pila de ropa limpia.

─¿Qué quería? ─un escalofrío recorrió su columna vertebral al sentir el aliento cálido de Jungkook golpear contra su oído.

─Al principio pensé que solo quería que habláramos un poco de cómo nos trataba la vida, pero luego... todo estaba bien hasta que Taehyung llegó con mi café, Hoseok se fue corriendo sin decirme por qué había ido a buscarme, pero dejó sobre mi escritorio el sobre con la invitación para la ceremonia de enlace ─tomando aire, Yoongi decidió que podría decirles a ambos sobre la última nota─. Me pidió ser su lobo consejero, también.

El ambiente se tensó cuando las palabras tomaron forma, cayendo sobre ellos como baldes de agua helada mientras procesaban la información. Si era honesto consigo mismo podría decirse que en realidad comprendía la petición, Hoseok no tenía hermanos y ellos habían crecido juntos, amigos de la infancia que nunca discutían, que se amaban de un modo en el que no deberían.

La barbilla de Jungkook se posó sobre su cabeza, apoyándose en él con delicadeza mientras le ofrecía caricias para confortarlo lo que pudiese. Yoongi se descubrió a sí mismo buscando con anhelo esa muestra de afecto.

─Ni siquiera sé cómo describir eso... Es horrible ─dijo Yugyeom, casi sin aliento─. Podrán ser de los mejores amigos, pero es...

─Está bien, Yugyeom ─le resta importancia Yoongi, un vago intento por sacarlo de su indignación─. Me ofendería más que mi mejor amigo se enlazara y no me colocara en un puesto tan importante.

La mirada de Yugyeom se desenfoca entonces, aunque parece ver en dirección a Yoongi.

─Eres masoquista, Min Yoongi, sin duda ─tomando la botella de ron que le había arrebatado, Yugyeom copia la acción de Alfa mayor, echando la cabeza hacia atrás para beber un trago largo.

─¿Le dirás que sí? ─pregunta Jungkook luego de un largo silencio por su parte, un comportamiento poco habitual en él─. Yo seré el de Jimin y Taehyung, así que... Estaré cerca para ser tu apoyo silencioso si lo necesitas.

Nunca creyó estar más agradecido con nadie en su vida, ya que no podría negarse a ser el consejero de Hoseok, por más que le doliese verlo enlazarse con alguien que no fuese él. Lo superaría algún día, estaba seguro de ello, más aún cuando las manos de Jungkook se encontraban sobre él, apoyándolo meses antes del enlace.

─Gracias, Jungkook ─es su tímida respuesta, que pierde fuerza conforme este se aleja de él, comenzando a deslizarse junto a Yugyeom─. ¿A dónde vas?

Sonriendo avergonzado, el chico Beta señala al final de las mesas dispuestas en una línea, el camino que llevaba a uno de los baños del lugar. Giró los ojos tan pronto comprendió la situación.

─No tardo ─promete, empujando a Yugyeom fuera de su camino.

─Yo también necesito ir, hoy apenas tuve tiempo para estirar las piernas en la oficina ─se excusa Yugyeom.

Jungkook se gira hacia él con los ojos entrecerrados, la expresión enfadada.

─Estaba esperando a que vinieras para no dejarlo solo en la mesa.

─Por la Madre Luna, Jungkook, Yoongi es un hombre mayor, no va a siquiera moverse, míralo.

Encogiéndose de hombros, el otro Alfa se ríe un poco antes de empezar a caminar por el trayecto señalado. Jungkook se queda un par de segundos más observando a la melancólica figura de Yoongi del otro lado de la mesa, preguntándose qué sería lo correcto hasta que el Alfa le señala los baños de nuevo.

─Me quedaré aquí, quieto, sin tomar nada más ─jura alzando las manos para mostrar su inocencia.

Jungkook avanza entonces, medianamente convencido de las palabras de Yoongi.

Cuando este se encuentra al fin solo frente a la mesa, el vacío vuelve a percibirse dentro de sí mismo, las lágrimas amenazando con llenarle los ojos si no toma de nuevo la botella, obteniendo un tiempo limitado antes de que la desesperación lo arrastre de nuevo a la oscuridad de su mente fatigada.

Lleno de valentía o estupidez, Yoongi toma su teléfono del bolsillo del suéter, sacándoselo al mismo tiempo en que toca la pantalla para encenderla. Hace un tiempo que su fondo había sido cambiado por Taehyung, colocando una foto del trío con el que vivía, lo que en un inicio se sentía alentador ahora mismo solo lo llevaba a sentir la nostalgia de su antigua fotografía al lado de Hoseok.

Hoseok.

El nombre y la imagen de su rostro rebotaron dentro de su mente abatida por el alcohol, así que decidió no sorprenderse tanto cuando se encontró recordando fragmentos de la conversación mantenida esa mañana, la promesa que le había hecho siendo cumplida por él mismo.

Quería escucharlo.

Anhelaba un poco de su tiempo.

Con manos temblorosas, Yoongi consigue marcar su número en lugar de simplemente buscar el contacto, tomándose algo de tiempo para pensar en lo que desea decirle, ¿qué debería decirle? No consigue una respuesta a esa pregunta antes de que los tres tonos dejen de pitar por la pequeña bocina del aparato.

─Un momento ─contestó la voz de una Omega al otro lado de la línea, dejando a Yoongi petrificado en su lugar. Se dejó caer con lentitud sobre la mesa, el teléfono apoyado sobre su muñeca mientras escondía el rostro entre sus brazos, desmoronándose poco a poco─. Hoseok no se encontraba cerca del teléfono, disculpe.

Las palabras quedaron atoradas en su garganta, caso contrario a las lágrimas que se derramaron, empapando el rostro estoico del Alfa. Se quedó allí esperando, el sonido de su corazón rebotando contra sus oídos expandiéndose, silenciando cualquier ruido provocado por la fiesta.

Hobi, llamada ─esa misma dulce voz habló de nuevo, clavando puñales encendidos en su pecho, atravesando su cuerpo con un dolor insoportable─. Es... Yoongi.

Le sorprendió lo apenada que sonó la voz al leer su nombre, el ajetreo de manos que lanzan el teléfono de un lado al otro antes de que la respiración de Hoseok golpease el auricular.

─¿Ocurre algo? ¿Dónde estás? ─la preocupación genuina de su amado nunca le pareció más insoportable.

Mordiéndose la lengua, Yoongi consigue sacarse una risotada plagada de sentimientos destructivos, pero la creación de un sonido es lo único de su interés. Esa llamada amerita una respuesta.

─Estoy en algún lugar de este diminuto país. Tú estás en la sala principal del Consejo de los Ancianos, participando de una agradable cena junto con tu prometida y dos de mis amigos. Extrañas circunstancias las de ambos, ¿no, Hoseok?

─Voy a buscarte, no te muevas de donde estés.

─No te preocupes por mí, quédate cenando tranquilo de la vida ─suspirando, Yoongi se endereza de nuevo, tomando su teléfono para continuar con la conversación a pesar de todos los sonidos que le estropean la llamada─. Jungkook y Yugyeom están conmigo, solo fueron al baño.

Por el gruñido de frustración, Yoongi puede imaginarlo tomándose el puente de la nariz mientras aprieta los ojos, sus labios descubriendo una pequeña parte de su hilera de dientes blancos, representativos de su clase de lobo.

─Dijiste que ibas a llamarme, supongo que no es el mejor momento para decirte que me alegra saber que seré tu lobo consejero ─la confianza para formular esa misma oración siendo otorgada por la presencia de Jungkook, que tomaba asiento a su lado de nuevo, observándolo con curiosidad─. Es un honor, en verdad, voy a llevarte a comprar los trajes tan pronto como sea posible o podrías usar esos trajes que guardamos en mi casa...

─No podría usarlos ─le corta Hoseok, pareciendo encontrarse tan mal como él─. Tienen un significado completamente diferente.

─Hoseok, seamos honestos, tienen el mismo significado que cuando los compramos a juego: Celebrar un enlace. Toma el tuyo, yo tendré el mío y podemos evitarnos pasar un día entero buscando ropa nueva para un evento similar al que planeamos.

Suspiró.

─Yoongi, pásame a Jungkook, no quiero discutir sobre algo tan importante contigo estando ebrio.

─¿Qué te hace pensar que Jungkook ya está de vuelta?

─Puedo escucharlo tararear a tu lado.

Ni siquiera lo había notado.

Acatando a las ordenes de Hoseok, Yoongi se despega el teléfono de la oreja para pasárselo a Jungkook, alejándose del chico tan pronto lo toma. Su intento de huida para ir por otra botella del mismo ron se ve truncado por el cuerpo de Yugyeom, que se desliza hasta chocar contra Yoongi.

─Ya nos vamos ─le informa al mismo tiempo en que toma la chaqueta dejada descuidadamente sobre el sofá, Yugyeom la sacude un par de veces antes de obligar a Yoongi para entrar en ella─. Mañana es otro pesado día de trabajo, no puedes permitirte otra resaca.

Atontado por las luces, el dolor de cabeza y su corazón roto, el Alfa no tarda en refunfuñar, sus ojos fijos en el rostro de Yugyeom, que le dedica sonrisas extrañadas mientras enarca las cejas.

Bien.

Tan pronto aceptar que su final sería regresar a casa temprano esa noche, Yoongi se gira para tomar la mano de Jungkook, deseando el contacto o algo a lo que pudiese aferrarse para no salir flotando convertido en una extraña nube de alcohol. Parecía que su cabeza creaba divertidas alucinaciones mientras se encontraba sumergida en la dulzura del licor.

El Beta no dudó en entrelazar sus dedos con los de Yoongi, afianzando el agarre mientras se levantaban de la mesa, dejando atrás la botella de ron con la que el Alfa había ahogado algunas de sus múltiples penurias.

Se movieron entre la masa de cuerpos con Yugyeom liderando el camino, los lobos embriagados moviéndose del camino o girándose para bailar con ellos. En algún punto Jungkook terminó por hacerle girar sobre sus talones, pegando sus cuerpos para bailar al ritmo de una pegajosa canción popular. Yoongi disfrutó del momento, intentando secundar con torpeza los pasos del Beta, que consiguió sostenerlo por la cintura mientras el mayor posaba sus manos sobre los hombros del chico.

─¿Tomaste algo de mi ron, Jungkookie? ─le preguntó con diversión.

─Puede que un pequeño sorbo o dos ─confiesa el muchacho, su rostro tomando un tono rojizo que fue encubierto por las luces del lugar.

Jungkook parecía ser un lugar seguro.

¡Hey, Clearke aquí de nuevo! Un Dilema más para desearles un feliz año nuevo TuT

¿Qué les pareció este Dilema? ¿Hay mejores soluciones para un corazón roto? ¿Tal vez es más largo de lo habitual? ¿Qué les parece la decisión de Yoongi? 

En compensación por las semanas en las que no pude publicar Dilemas, traje este y planeo subir otro mañana TuT espero que estén disfrutando de como va la historia♥

De nuevo, muchas gracias por leer, cuídense mucho y ¡Feliz año nuevo!

ΔClearke Al PoderΔ

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