Dilema 1
Yoongi conocía a Hoseok demasiado bien.
Desde lo que significaban sus manos unidas, hasta los movimiento de la cabeza hacia atrás , todos los síntomas que gritaban alguna cosa mala, pero sobre todas ellas se encontraba algo que realmente le molestaba: La esquiva mirada se Hoseok, esa que solo sabía anunciar problemas para Yoongi, que continuaba sentado a la espera de su explicación.
El chico sabía que no debía presionarlo, que él poco a poco se iría poniendo cómodo y soltaría el gran peso que alguien más colocaba sobre sus hombros. Precisamente por esa cuestión es que Yoongi decide moverse a un lado del sillón, brindándole el espacio necesario al Alfa frente a él.
Puede escuchar a un lobo llorar, sabiendo que es el suyo decide hacerlo callar. Solo deben esperar más tiempo.
Hoseok suspira, subiendo la mirada para fijarse en el otro Alfa, se levanta de su asiento para colocarse sobre las piernas del mayor. El olor a Alfas se intensifica, ellos se encuentran tan acostumbrados a ese fuerte olor que ahora solo les trae paz, aunque si cualquiera entrase al salón principal de la casa de Yoongi probablemente se desmayaría por la intensidad del mismo.
Dos Alfas que son pareja es algo realmente extraño de ver.
─Tú... Sabes que mi padre no es malo ¿Verdad?─ son las primeras palabras que suelta el Alfa menor, mientras se esconde en el cuello del otro, dejando que su nariz se acomode en el lugar donde nace el olor del otro Alfa─. Solo cree que ya pasó demasiado tiempo y yo aún no me siento atraído por algún Omega.
El cuerpo de Yoongi se tensa al instante, Hoseok sabe perfectamente lo que su novio piensa.
─Está buscando a un Omega para mí─ suspira el chico, sin terminar de relatar─. Cree que sería mejor que un experto encontrara rápido a mi... pareja destinada.
─No la encontrará─ asegura Yoongi, pasando los brazos alrededor de la cintura del chico─. Yo estoy aquí.
Hoseok gruñe.
─Lo sé─ deja que sus labios rocen la zona del cuello del malhumorado Alfa sobre el cual se encuentra─. Ya intenté deshacerme de la información más importante que necesitan para encontrar a un Omega que sea compatible conmigo, pero creo que Papá les facilitó mucha otra información.
Ese era el turno de Yoongi de gruñir, los dos saben muy bien que a su lobo no le gusta para nada lo que el otro dice.
─¿Cuánto tiempo nos queda?─ esa era la pregunta que Hoseok no quería escuchar, él no sabía cómo responderla.
Se muerde la lengua en un intento por no reír a causa de los nervios y la desesperación que la situación le está provocando. Las sacudidas de su cuerpo debido a contenerse alertan al mayor, que se apresura a separarlo para observarlo directamente a los ojos.
─¿Tan mala es nuestra situación?─ pregunta, apresurándose a levantar una mano para secar las lágrimas que luchar por escaparse de los ojos de su chico, ese que siempre llena su vida de tonos cálidos y vibras alegres─. Veremos cómo solucionar esto.
─¿Piensas robarme luego de que me casen e intenten unirme a un Omega?─ su risa sale rota, sus propias manos limpian las lágrimas.
Yoongi se queda callado, analizando sus opciones.
─¿Y por qué no mejor te robo antes?─ propone, mostrando una deslumbrante sonrisa, intentando que Hoseok deje de llorar.
El chico se ríe, dando un golpe en el hombro de su mayor, las lágrimas siguen cayendo, pero la risa camufla a la enorme tristeza que crece dentro de él.
¿Qué haría sin Yoongi a su lado?
─No van a separarnos─ afirma, leyendo los pensamientos de menor─ ¿O lo permitirás?
Hoseok coloca los ojos en blanco mientras inclina la cabeza hacia atrás, soltando una risotada. Cuando vuelve a ver a Yoongi su rostro se muestra muy serio.
─Papá me lo dijo hace tres días y no he dejado de hostigarlo con el mismo asunto de "No es mi momento, déjame seguir viviendo mientras espero" y a veces "¡Ya soy mayor, maldita sea, encontraré a un Omega cuando sea el momento!"─ el suspiro del chico es exagerado─. Creo que está impaciente por tener nietos.
─Yo podría dártelos─ sugiere el mayor, mostrando una expresión llena de perversión.
Hoseok solo puede brindarle otro golpe mientras ríe.
─Sé que es tu día para actuar como el dominante, pero quiero recordarte que yo también soy Alfa, no tengo útero, no tengo lubricante natural y ¡No quiero tener hijos!
Yoongi vuelve a colocar ambos brazos alrededor de la cintura del chico, acercándolo lo máximo posible a su cuerpo, y a Hoseok no le queda de otra más que acomodarse sobre el cuerpo de ese pequeño Alfa.
─Aún no contestas mi pregunta─ murmura Yoongi, acariciando la espalda de Hoseok─ ¿Cuánto tiempo te dan antes de que la unión sea formal?
─Una semana o semana y media─ contesta─. No nos queda mucho tiempo.
El mayor traga saliva, porque siente que un nudo acaba de formarse en su garganta debido a la molestia.
¿En verdad alguien se creía capaz de alejar a Hoseok de él? Porque ya conocerían al Yoongi en su faceta de enojo.
─Cálmate─ pide el chico─, me quedaré en tu casa unos días ¿Qué te parece? Puedo decirle a Papá que tendremos unas noches de chicos antes de que me llegue la hora.
Y eso se sentía como una bofetada directamente al corazón del otro chico.
─Si me entero de que te consiguieron a una puta Ome...
─¡Esa boca, animal! ¡No maldigas a los Omegas, no tienen la culpa de lo que tenermos que pasar!─ el chico se separa para continuar regañando a su novio─ ¿Opinas eso sobre nuestras madres acaso?
El Alfa regañado solo se cruza de brazos, girando la mirada a cualquier otro lugar que no sea donde su chico se encuentra.
─¡No me ignores, Min Yoongi!─ continúa, agotando la corta paciencia del Alfa, que regresa la mirada y actúa de forma rápida.
Pasa uno de sus brazos por la cintura del chico para colocar su mano libre en su nuca y lograr guiarlo a sus labios sin ninguna queja demás. Hoseok no opone resistencia, porque eso desataría una batalla de poder entre ambos, batalla que perdería porque sabe muy bien que ese era precisamente el día que Yoongi tenía para ser el dominante. Solo se deja hacer entre los brazos del mayor, disipando de a poco la gran desesperación y las dudas que había desatado la noticia de que le buscarían una pareja.
Min Yoongi y Jung Hoseok llevaban desde los 9 años conociéndose, todo gracias a que el primero decidió no hacerse el dormido en una de las múltiples visitas que sus padres recibían por parte de los vecinos. Pasaron lo que les quedaba de la infancia haciendo travesuras o algún tipo de idiotez juntos. Siempre iban juntos. Y las cosas se habían mantenido de esa manera hasta que la adolescencia llegó en todo se esplendor a darles un golpe muy fuerte:
Los sentimientos románticos.
Justo en esa etapa donde los chicos creían tener el mundo entre sus manos fué cuando notaron que habían descubierto lo que se sentía enamorarse, no tardaron en intentar, de formas sutiles, buscar la aprobación por parte de alguien a los sentimientos que poseían. Al preguntar a sus padres ¿Qué pasaría si dos Alfas se enamoraban uno del otro? Los cuatro adultos rieron incómodos, comenzando con las explicaciones acerca de cómo un Alfa y otro no podrían estar juntos, que sus cuerpos no habían sido diseñados para complementarse.
Que la sociedad no veía bien a una pareja de Alfas, que eso era algo totalmente repugnante, una abominación total.
Así fue como ambos Alfas, sintiendo el terror de lo que representaban sus sentimientos, decidieron esconderse hasta de sus propias familias y amigos, ocultando ese tierno amor bajo el blanco manto de una bella amistad.
Ahora, ya convertidos en adultos maduros y responsables, debían enfrentarse a ese terror de ser descubiertos y juzgados, no solo por la sociedad, sino también por sus familias y amigos .
Ambos tiemblan ante el simple hecho de hacer eso, de plantarse frente a sus conocidos para que comenzaran a lanzar las piedras de odio o desaprobación, de las posibles miradas decepcionadas de sus padres, incluso de tener que huir juntos hasta otro lugar. Dejar todo atrás.
Ser adultos no hacia las cosas más simples: convertía todo en un infierno de posibilidades fatalistas y realistas.
Pero sabían que no podía pasar mucho tiempo más ocultando ese secreto, el secreto que solo sus lobos compartían en la más profunda oscuridad, y es que ¿Cómo podrían mantenerse intactos uno frente al otro al saber que debían separarse para cumplir las estúpidas reglas que les imponía la sociedad?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top