Dilema 65
Un suspiro cansino escapó de entre sus labios en el momento en que comenzó a estirar su cuerpo, disfrutando del enorme espacio que brindaba ese excéntrico sofá. Continuó intentando desperezarse mientras la estruendosa voz de Seokjin resonaba en la pequeña bocina sobre la mesa del salón. Tal vez no había sido una idea muy brillante conectar su teléfono para hablar con el chico, pero el daño ya estaba hecho.
─En momento como estos extraño a Namjoon─ le escucha decir mientras vuelve a acomodarse, sus ojos abriéndose de par en par al caer en la cuenta de las palabras de Jin.
─¿Ustedes dos no están saliendo en serio?─ Jungkook se permite preguntar, un poco desconfiado luego de todas las cosas que habían pasado entre ellos dos.
Recordando todas las cosas que se encontraban cambiando en su vida, Jungkook quiso pensar que no era un tan mal amigo por preguntarle eso a Jin a un mes de distancia del acontecimiento, pero con el ajetreo que representó la mudanza a de tres chicos al bosque apenas le sobraba tiempo para dormir.
─No─ con voz calmada, Jin parecía un poco perdido─, solo nos hicimos buenos amigos. Cada que Karrell o uno de ustedes necesitaba algo nos tocaba ir a ayudarlos, así que terminamos pasando mucho tiempo juntos... Dios, incluso casi olvidé la vergüenza del primer día que lo conocí.
─¿Qué hiciste?─ sonriendo, Jungkook se permitió ver la pantalla encendida de su celular, el rostro de Jin abarcando toda la pantalla─. ¿Cuánto tarda en volver?
─Olvida lo que dije, Kook, olvida algo que yo quiero olvidar─ le suplicó, un tono poco habitual en él que lo hizo callar con bastante facilidad─. Karrell me dijo que Namjoon suele pasar cuatro meses de vacaciones aquí, luego regresa a Costretnio para seguir con lo que sea que haga en su empresa. Además, no toma mucho tiempo investigar entre los chismes, parece que muchos Omegas están deseos por enlazarse con él, ¿sabes?
Notando el interés de Jin sobre ese tema, Jungkook pensó tranquilamente sobre el comportamiento de su amigo.
─No, no lo sé, por lo general no busco esos temas─ se permite reír con suavidad, girando sobre sí mismo para abrazarse a una almohada. La luz de la tarde lo hacía sentir más perezoso de lo usual─. Así que estás detrás del soltero codiciado, ¿eh?
─¡Que no!
Una carcajada resonó por la amplia habitación entonces, siendo seguida por una sarta de palabras que Jungkook a duras penas comprendía. Sin duda, Jin molesto era algo divertido de escuchar.
─Jin─ intentó hablar de nuevo, aunque el mencionado parecía no querer parar─. Jin, estoy preocupado por Yoongi y Hoseok.
Con solo pronunciar esos dos nombres el Gamma consiguió dejar de articular palabras, el silencio comenzando a llenar la línea.
─Creo que están bien─ es el consuelo que le brinda su amigo─, de no ser así, Karrell ya estaría moviéndose, ¿no? Es bastante sobreprotectora con los amigos de Jimin o, más bien, con todo lo que haga feliz a Jimin.
─Sí, creo que es su instinto materno─ concede Jungkook, repentinamente siendo golpeado por una emoción fuerte.
Ansiedad, mucha ansiedad.
Corre, corre, tienes que ir, su lobo también se encontraba alerta debido a las emociones que fluían a través del vínculo, con el tiempo iba acostumbrándose a ello. Respirando profundamente, el Beta abandonó la comodidad que representaba ese sofá. Intentaba prepararse mentalmente también para lo que suponía que representaba esa cantidad de sentimientos golpeando la parte del vínculo de Taehyung.
─Jin, discúlpame, tengo que ir a ayudar a Taehyung con algo─ suspira de nuevo, tomando su teléfono para volver a ver la fotografía de su amigo en la llamada─. Parece que por fin va a pedirle a Jimin un cachorro.
─Oh, está bien, ve con cuida... ¡Espera! ¿Qué?
─Te lo explico más tarde─ promete Jungkook, siendo apurado por la ansiedad que no hacía más que crecer en su interior.
Una de las pocas cosas malas que caían sobre él por fungir de puente en la relación.
Finalizó la llamada sin pensarlo más, apagando la bocina con un ligero toque antes de abandonar el cálido y luminoso lugar para aventurarse al largo pasillo del nuevo hogar. Podía escuchar claramente a Taehyung caminar de forma nerviosa en una de las habitaciones del nivel superior, Jimin se encontraba afuera, leyendo sobre el pasto como todas las tardes en las que contaba con un poco de tiempo luego de estudiar.
Con mucho cuidado, Jungkook se abrió paso en el pasillo mental, acercando la mano izquierda a la conocida runa por encima del dibujo de su rostro. Solo bastaba un eso para que su mente se encontrara con los alborotados pensamientos de Taehyung.
¿Podrías dejar de molestar a las personas que intentan descansar?, le pregunta con algo de diversión implícita.
¿Crees que Jimin me golpee muy fuerte si le pido un cachorro?, es lo único que consigue captar dentro del remolino de pensamientos con los que le apalea Taehyung, solo sería uno, solo quiero uno.
TaeTae, sería mejor que simplemente se lo preguntaras y ya, le aconseja con tranquilidad, a lo mejor y él también quiere uno.
Pero la última vez que se lo pedí casi me parte la cabeza con un libro, se queja, su voz provocándole escalofríos a Jungkook.
Creo que entonces deberías esperar a que se canse de leer afuera.
¿Sabes qué? ¡Necesito una respuesta ya! La ansiedad me está matando y, ¿qué es lo peor que puede decir? ¡Si dice que no, esperaré un poco más de tiempo!, la decisión de Taehyung resultándole algo divertida luego de escuchar sus debates mentales.
Voy a ir con él, apresúrate a bajar, son sus últimas palabras antes de cerrar la conexión con el Alfa.
El sonido de paso menguó tan pronto abandonó el pasillo, apresurando sus pies para guiarlo a la parte trasera de la casa, donde sabía que Jimin prefería pasar sus ratos libres. Tan pronto traspasó el umbral de la puerta pudo ver al chico Omega sentado sobre una manta amarilla, un libro bastante grueso abierto sobre sus piernas mientras inclinaba el rostro dentro de las páginas.
La escena sacudió el corazón de Jungkook con una fuerza a la que aún no se adecuaba.
Sobrellevado por la calidez que se desbordó en su interior, Jungkook avanza casi a saltos hasta el lugar de Jimin, dejándose caer sobre la manta mientras una amplia sonrisa le estira los labios, sus ojos resplandeciendo con emoción al ver la mano de Jimin llevar su separador al interior del libro, pero manteniendo abierto.
─Kookie─ le saluda el muchacho con algo de timidez simulada, solo haciéndole lucir más tierno.
Bésalo, su lobo aullaba en su mente y él nunca podría declinar la petición de su lobo.
Aprovechándose de su posición, solo ameritó inclinarse un poco para que sus labios se rozaran con los de su Omega. No necesitaba más que eso, terminado por alejarse segundos después para poder apreciar las mejillas sonrosadas del chico frente a él.
─¡No me excluyan de un beso, ustedes dos!─ escuchar a Taehyung recriminar solo provocó unas cortas risas por parte de ambos, que terminaron girándose sobre la manta para ver al Alfa.
─Acércate entonces, TaeTae─ le invitó Jimin, levantando los labios en su dirección como broma.
Antes de mover un solo músculo, el Alfa repasó la distancia que lo separaba de Jimin, considerando necesario alejarse un par de pasos más para evitar la ira del Omega en caso de que se tomara a mal su petición. Jungkook se guardó una carcajada al notar lo acertado que se encontraba midiendo a su Alfa.
─¿Y ahora qué tienes?─ con lo intuitivo que Jimin era, no le costó mucho saber que algo se avecinaba─. Mejor dímelo de una vez.
─Jiminie, cariño, ha pasado mucho tiempo y, ahora que tenemos espacio suficiente yo...─ sus titubeos solo consiguen confundir un poco a Jimin, que inclina su cabeza a un costado, resultado totalmente adorable para Jungkook, que no tarda en tomar su mano para entrelazar sus dedos─ ¡Quiero un cachorro!
El Beta lo nota antes que el Alfa, siendo que el cuerpo entero del Omega se tensó tan pronto comprendió el significado de las palabras de Taehyung, una expresión amenazante reemplazando la dulce mirada que cautivaba a Jungkook.
Tardó poco en gruñirle mientras cerraba su libro de pasta dura, empuñándolo como un arma y soltándose del agarre del Beta.
─No luché por evitar que me usaran de incubadora humana para Hoseok en vano, Taehyung, acércate un poco a mi con intenciones de anudarme y, por más que te ame, voy a castrarte─ siseo el Omega, su mirada tornándose celeste, centellando con rabia.
Jungkook no se contuvo un segundo más, lanzándose sobre la manta para reír con total libertad. Apenas podía verlo, pero sabía bien que Taehyung debía estar rojo hasta las orejas por su interpretación y la amenaza recibida.
─¡Jimin, quiero un cachorro!─ articuló con más énfasis─ ¡Un cachorro! Un canino pequeño, un perro bebé ¡Un animalito de cuatro patas!
El Beta no podía creer que Jimin continuara pensando en que cualquiera de ellos se encontrara dispuesto a engendrar un niño, él debería saber mejor que ellos que no se encontraban preparados para una carga tan grande como lo sería un cachorro de lobo.
Jungkook, aun siendo llevado por la intensidad de su risa, toma el brazo de Jimin, recostándolo junto a él para ver el cielo crepuscular, las nubes tiñéndose de rosa y naranja. Su otra mano se levantó en dirección a Taehyung, que no tardó en llegar a su lado con un puchero en los labios.
Se recostaron uno al lado del otro en silencio, simplemente apreciando la cercanía de sus lobos que comenzaban a entonar una canción en sintonía. Jungkook amaba las sensaciones que lo embargaban cuando se encontraban de esa forma. Algo que nunca creyó posible llegar a tener terminó por duplicarse, mostrándole lo extraño que podía llegar a ser el universo y sus actos.
Por cielo se deslizaba lentamente la Madre Luna, que los observaba con los ojos grises llenos de amor, por primera vez tranquila desde su trono rodeado de pequeñas estrellas casi invisibles a esa luz.
Los quería a ambos por el resto de sus días.
─Insisto, creo que puedo cuidar de un cachorro, Jimin─ Taehyung volvía a la carga con su petición.
─Lo mejor será adoptar uno─ concedió el Omega luego de un largo minuto de silencio─. Podríamos ir por un perro y un gato, para complementar ahora que tenemos tanto espacio.
Jungkook fue quien colocó una mano sobre el pecho de Taehyung para evitar que comenzara a saltar por todos lados, manteniéndolo quieto a su lado, solo percibiendo la felicidad que comenzaba a irradiar con intensidad.
─¿Cuándo podemos ir por ellos?─ la emoción mal camuflada del Alfa terminó por conmover a ambos chicos.
─Mañana sería un buen día.
Cayendo de nuevo en el cómodo silencio apenas contenido por la emoción de Taehyung al pensar en que al día siguiente podría tener su primera mascota, los tres chicos centraron su atención en el cielo, agradeciendo en sus pensamientos a la Luna por unirlos.
Todo el dolor se había esfumado.
Sin desear romper el ambiente de paz, Jungkook se sienta de nuevo, girándose para poder observar directamente aquellos lobos a los que más amaba. Antes de que pudiese soltar algunas de las palabras que deseaba para exteriorizar sus sentimientos, sonidos amenazantes resonaron en el bosque a unos metros de ellos.
Cuando los ancianos les habían revelado la ubicación de su nuevo hogar no se cuestionaron los peligros que les acarrearía vivir al lado del bosque. Ahora comprendían un poco el motivo por el cual Karrell se había vuelto loca con las noticias.
Algo se acercaba a ellos con una velocidad alucinante, gruñendo y bufando con verdadero ímpetu, ni siquiera les brindó el tiempo suficiente para reaccionar colocándose en guardia, sus lobos parecían ralentizar los movimientos ahora que el peligro se encontraba cerca.
Antes de que Jimin y Taehyung consiguieran colocarse de pie al lado de Jungkook, un enorme lobo negro salió de entre la espesura del bosque, los ojos rojos dilatados, los dientes brillando en contraste con su pelaje y algo colgando de su espalda.
Aquel lobo pareció notar la presencia de los tres muchachos un poco después, frenando cualquier movimiento para cambiar su rumbo, las enormes patas guiándolo en dirección a los incautos que no podían más que actuar de meros espectadores.
─¿Jimin?─ el lobo negro paró su andar a unos pasos de la manta, un rostro conocido apareciendo sobre el animal─. Chicos, que bueno volver a verlos.
Su cansino rostro no parecía expresar la felicidad a la que sus palabras hacían alusión.
─¡Hobi!─ el Omega no tardó mucho en llegar al lado de Alfa, su rostro entero deformándose en una mueca de desagrado cuando consiguió bajarlo del lobo que, llegados a ese punto, comprendieron que se trataba de Yoongi─. Apestas.
El lobo bajó el rostro entonces, andando un par de pasos más hasta llegar a Jungkook y Taehyung, su cabeza rozándose contra el cuerpo del Beta en busca de consuelo. La situación entera tomó forma en el momento en que Jimin desató la bufanda que Hoseok llevaba atada alrededor del cuello, mostrando una descomunal mordida de mal aspecto.
A pesar del dolor que debía representar, Jungkook solo pudo notar con sorpresa la sonrisa de Hoseok lucir tan resplandeciente como el día que lo conoció.
La muestra más grande de amor se reflejaba frente a ellos.
ΔDilemas de un BetaΔ
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