Dilema 62
Al despuntar el alba las calles de Navatsy se encontraron asaltadas por la aparición de un enorme lobo de brillante pelaba marrón, aquellos primeros rayos de sol bañando su anatomía luego de 7 tortuosos años.
Jeon Jungkook tenía demasiadas cosas en las qué pensar, pero de igual forma no podía dejar de asombrarlo el hecho de que llevaba más de dos horas seguidas corriendo sin parar y ni una sola gota de cansancio dominaba su cuerpo. Su lobo parecía haberse fortalecido durante la época en que estuvieron distanciados.
Encuentras, solo encuéntralos, están cerca, lo escuchaba con claridad, reconociéndolo como esa voz que tanto lo había acompañado a lo largo de tres meses, aunque en algún momento él creyó que se trataba de esquizofrenia.
Tomando fuerza de su sentido del olfato, el Beta decide guiarse para encontrar el camino que le llevaría hasta Jimin y Taehyung, confiado en que nunca podría olvidar sus aromas humanos, ni siquiera pensaba en que podría llegar a olvidarlos. Lo único con lo que no contaba era con que pudiese desorientarse en las calles de la gran ciudad, como si de algún modo los muchachos hubiesen paseado por todo el lugar hacía unas pocas horas atrás.
El confuso rastro comenzaba a volverlo loco, obligándolo a girar su cabeza hacia todas las posibles direcciones de las que podrían acercarse a ese lugar Jimin y Taehyung. Las cosas no hicieron más que complicarse cuando Jungkook se topó con los primeros transeúntes de la mañana, aquellos lobos que se aparecían en la acera no se sentían para nada seguros con su enorme figura reinando el lugar.
Fue entonces que la primera alarma sonó y Jungkook, un poco dormido en el interior de su lobo, supo lo que sucedería si no se apresuraba a volver a la normalidad.
─¡Lobo suelto!─ daban el grito de emergencia las personas que lo veían, comenzando a correr en dirección contraria.
Desorientado por los olores y los sonidos, el Beta comenzó a correr en busca de un escondite sin saber muy bien donde se encontraba en ese momento. Rezó a la Luna, porque era la única opción que tenía clara, le suplicó a la Madre Luna que lo mantuviese a salvo de sus propias decisiones impulsivas, porque él sabía que ingresar a la ciudad siendo un lobo se encontraba penado por la ley.
Le había ganado el deseo de volver a verlos, de regresar al lugar seguro que se encontraba entre Jimin y Taehyung. Podría avergonzarlo admitir la intensidad con la que deseo verlos, como si se tratase de un cachorro en lugar de un Beta adulto.
Respirando con fuerza, el lobo notó como sus ojos de empañaban de forma gradual, algo que sus instintos de supervivencia deberían encontrarse lamentando, porque solo entorpecía el intento que huida que intentaba llevar a cabo.
Se encontraba a punto de cruzar una calle más cuando un repentino golpe a su costado lo impulsó contra la pared detrás de él, que terminó rebotando contra ella al mismo tiempo que intentaba comprender de donde provenía el golpe, ¿quien o qué había conseguido lanzarlo con tanta fuerza?
Encontrándose tendido sobre la fría acera la primera lágrima resbaló sobre su pelaje, sus ojos luchando por enfocar la figura que se acercaba a su lado. Parecía avanzar con dificultad, como si el dolor más intenso le impidiera llegar a él con la velocidad deseada.
─Lo siento, cariño, pero necesitaba frenarte─ reconocía esa voz, dentro de algún punto en su memoria, sabía que era alguien en quien podía confiar, algo que le dijo a su lobo para conseguir calmarlo─. Es fascinante ver como la Madre Luna cede todo con tal de protegerte... Yo haré lo mismo por ti─ su respiración irregular y la voz cansada─. No tenemos mucho tiempo y el Dios Astado no tarda en pasar factura.
Manos cálidas se posaron sobre su cuerpo, un escalofrío recorriéndolo de pies a cabeza mientras un aullido era ahogado en su garganta.
─Madre, no tengo la fuerza suficiente para hacer esto sin que nos descubran.
Justo cuando al terminar de decir esas palabras, un auto apareció a unas calles de distancia, dirigiéndose a ellos a toda velocidad.
─Duérmete, cariño.
Sus ojos se cerraron con una última lágrima huérfana.
Todo su cuerpo parecía pesar una tonelada, fue consciente de eso mientras volvía a controlar su ser, notando entonces que su escapada de Rattsga sí le pasaría la factura. En verdad que se sentía terrible, pero no de la misma forma humana habitual.
Poco a poco fue abriendo los ojos, encontrándose con lo que parecía ser una habitación de hotel, esa en la que había dejado la mitad de sus pertenencias antes de huir.
Con el mundo dándole vueltas por el cansancio, Jungkook nota las voces que provenían del pasillo, levantando su cabeza en esa dirección y topándose con la agradable sorpresa de verse aún en el cuerpo del lobo.
No recordaba cómo regresar al cuerpo humano.
─Me agrada esto de conocer a más personas que la Madre Luna tiene bajo su manto, pero debes dejar de escucharla, Jackson─ fue la oración que escuchó sin comprender del todo su significado─. La maldición podría cobrártelas en cualquier momento.
─Gracias por los consejos, Karrell.
Esa voz.
Aulló con fuerza, desesperado, ansioso, su cuerpo respondiendo tarde a las ordenes que daba, apenas moviendo las largas patas para llegar al borde de la cama.
Cuando la puerta se abrió, Jungkook se sintió mejor, el familiar aroma del Alfa llegando a sus fosas nasales, llenando sus pulmones con el embriagante aroma del bosque.
─Cállate, abandonador, eres un prófugo de la justicia en este momento─ le recriminó Yugyeom, acercándose a él lo más rápido posible, dejando dos golpes sobre la cabeza del lobo─. Yo también te extrañé, amigo.
Sus ojos rojos brillaban con intensidad, una que él conocía muy bien.
─Aunque eso es lo de menos ahora mismo─ le sonrió el muchacho, dando unos cuantos pasos atrás, evitando que la intensidad de su aroma se impregnara en el chico─. Tus novios están a punto de llegar, así que yo me marcho antes de que me vuelvan una ensalada de golpes, ¿sí? ¡Volveré a verte pronto!
Tan pronto como llegó a él se fue, corriendo con una sonrisa que le estiraba los labios de forma burlona. Parecía que el lobo de Jungkook nunca olvidaría al que fue su primer amor.
Se tomó el tiempo necesario para acostumbrarse al peso de su cansado cuerpo, moviéndose lentamente para sentarse sobre la cama, sus patas delante de él para utilizarlas como una almohada mientras esperaba en el lugar.
Deseaba calmar a su corazón, ya que el golpeteo que llevaba dentro del pecho podría matarlo de un infarto si continuaba de esa forma.
Como método para distraerse el lobo Beta cerró los ojos, visualizando el pasillo que se encontraba olvidado en el fondo de su mente, hecho que lo calmó un poco luego de no encontrarlo cuando se encontraba en Rattsga, parecía cada vez más lejano, un efecto secundario de ignorarlo durante tantas horas.
Ni siquiera notó cuando se vio arrastrado hasta él, haciendo aparición en el mismo lugar al centro del pasillo, la alfombra delante de él parecía haberse desdoblado unos centímetros más, las cálidas luces dejándole observar las runas que decoraban el brocado que daba forma a su rostro.
Fue un movimiento inconsciente, ni siquiera sabía que deseaba hacer algo similar, pero se encontró dando un paso adelante, parándose sobre la alfombra que crujió bajo su peso.
Se había movido por primera vez dentro de ese plano metafísico.
─¿Dónde está?─ salió de la ensoñación con un golpe, su corazón desbocado por la emoción.
Su cuerpo dejando atrás la pesadez mientras la euforia lo tomaba.
─Chicos, cálmense un poco, él está bien─ Karrell se rio, el sonido melifluo de su voz siendo seguido por dos golpes ligeros a la puerta, que se abrió bajo la atenta mirada de Jungkook.
Erigiéndose sobre sus cuatro patas, Jungkook siente todas mezcla de emociones rebosar en su interior mientras Taehyung y Jimin ingresan a la habitación, ni siquiera nota que Karrell y Namjoon se encuentran detrás de ellos, cerrando la puerta con cuidado.
Las palabras no son necesarias por parte de los chicos, a Jungkook ni siquiera se le ocurre comenzar a aullar de felicidad, pero su cola se agita segundos antes de saltar sobre los dos chicos.
Contrario a la reacción de los transeúntes de la mañana, Jimin y Taehyung lo reciben con emoción, lágrimas de felicidad mojándoles los rostros mientras se acoplan en silencio. Los rostros de Alfa y Omega se encuentran entre las patas de Jungkook mientras el lobo no hace más que lamerlos, quitando las lágrimas, las manos de los muchachos palpándolo, como si fuese una ilusión que desaparecería en cualquier momento.
La realidad los sobrepuso entonces, los tres chicos por fin soltando pequeñas risas de júbilo.
─Jungkookie─ Jimin parecía cantar su nombre, maravillando al Beta.
─Idiota─ tartamudeaba Taehyung, la sonrisa cuadrada delatando sus emociones.
Poco a poco, con la necesidad de transmitirles algo, Jungkook sintió sus huesos romperse, siendo su único instinto el que le obligaba a recostarse sobre ellos, buscando el calor que perdía mientras su lobo desaparecía lentamente.
No sabía cómo lo había conseguido, pero volvía a su cuerpo humano en menos tiempo del que le tomó convertirse.
─Por fin─ murmuró, su voz ronca y adormilada.
Tanto Jimin como Taehyung se sentaron, llevando al desnudo cuerpo de Jungkook con ellos.
─Toma, hijo─ la mujer pidió con voz dulce mientras dejaba caer sobre sus hombros una sábana limpia, siendo Taehyung quien tomara la iniciativa de envolverlo completamente en ella─ ¿Te encuentras bien? ¿Quieres agua, comida, algo?
Jungkook se limitó a recostar su mejilla izquierda sobre los hombros de Jimin y Taehyung, deseando un momento más para adaptarse al lugar, a los nuevos sentimientos que ahora golpeaban con tanta fuerza en su interior.
─Dale un poco de tiempo, mamá─ pidió Jimin, esa bonita voz que tanto había extrañado, las manos del chico acariciando su espalda sobre la sábana─. Debe estar cansado de todo.
─¿Tú crees? Ni siquiera sabes donde demonios se metió todo este tiempo─ escuchar la voz de Taehyung también fue algo reconfortante para Jungkook, que no tarda en sonreír al sentirse a salvo de nuevo.
─Ni siquiera deberías preguntar por eso, hijo─ regaña a Taehyung─. Si tiene su lobo de nuevo es porque fue a Rattsga.
Namjoon, que había estado muy tranquilo dentro de la habitación, repentinamente se ríe de la situación. Jungkook le escucha tomar asiento sobre la cama, no sin antes pasar la mano para limpiar el lugar del cabello de lobo.
─Me encanta ver a estos tres juntos, ¿no sientes lo mismo, Karrell? Es como si sus lobos se reconocieran. Ni siquiera hablaron en todo este tiempo.
─Tienes toda la razón, Namjoon─ le sigue Karrell, Jungkook puede ver por el rabillo del ojo que la mujer toma asiento de forma extraña sobre la cama al lado de su amigo, como si moverse fuera una tortura─. Valió la pena buscarlo tanto.
─¿Crees que sea el momento apto para decirles?─ pregunta, una conversación casual entre los mayores.
─¿Decirnos qué?─ pregunta Taehyung, ganándole la cuestión a Jimin.
Jungkook también siente curiosidad, pero no desea moverse ni un solo centímetro.
─Nada fuera de lo común─ sigue Namjoon, apoyando los codos sobre sus rodillas para sostener su barbilla con la superficie que creaban sus dedos entrelazados─. Solo algunas cosas interesantes que encontramos buscando sobre las manadas y las conexiones de la Luna.
Sin previo aviso, Jungkook empuja a los chicos a ambos costados, haciéndose un espacio en el medio de ellos, manteniendo el contacto físico mientras se acomodan para escuchar a los adultos.
─Quieres contarles demasiado en muy poco tiempo, Nam─ se queja la mujer solo para fastidiar un poco a los muchachos─. Vamos a ir por partes, ¿bien?
─Maravilloso─ contesta el Alfa por los tres chicos que los ven con ojos confundidos─. Vamos a contarles que... ¿Qué vamos a contarles?
Girando los ojos, Karrell se acomoda la bufanda alrededor del cuello, sus manos jugando con la punta de la misma.
─Aún no es seguro, voy a tener que hablar con Seung para comprobarlo, pero encontramos información sobre algunos casos de conexión entre lobos de diferentes rangos. Más precisamente, de casos donde un Beta puede ser algo así como un canalizador de emociones entre una pareja de destinados.
Jungkook olfatea con disimulo entonces, recordando el detalle de que sus amigos deberían encontrarse enlazados, pero solo se topa con los aromas distintivos de ellos. No se habían mezclado, como correspondía a un enlace.
─Tal vez fue debido a eso que Seung no encontró su vinculo cuando intentó enlazarlos─ teoriza la mujer─. Es algo complejo, la Madre tiene algo de culpa en esto.
─¿La Luna hizo esto?─ pregunta Jungkook, confundido, la primera oración que consigue formar con la fluidez de su voz regresando a la normalidad─. No comprendo por qué lo haría.
─Para explicarte eso antes tengo que contarles una pequeña historia, chicos─ renuente, la mujer vuelve a tocar el cuello de su bufanda, la mano de Namjoon posándose sobre su hombro.
─Será lo mejor, para no cometer errores─ le brinda su apoyo el Alfa, sonriéndole con dulzura.
La mujer tomó un respiro profundo, cerrando los ojos un par de segundos antes de pasar la bufanda sobre su cabeza, enredando el tejido con sus cabellos, alborotando su aspecto. Tarda más bien poco en arreglarse, dejando libre el costado izquierdo de su cuello.
Contienen un resoplo de sorpresa cuando Jungkook y Taehyung observan la mordida grotesca que adora el cuello de la mujer, era simplemente una cicatriz ahora, pero podían notar aún la rabia con la que debió ser recibida en primera instancia. Parecía como si quien lo hubiese hecho deseara arrancarle ese trozo de carne para asesinarla, dejando encerradas entre sus fauces una nítida marca marrón con forma circular.
─Cuando era una joven Alfa hui de casa─ les cuenta la mujer, sabiendo del impacto que producirían sus palabras─. Mis padres deseaban que me enlazara con un Omega al que no quería y, desesperada por las emociones típicas de la juventud, terminé decidiendo que lo mejor sería escapar. A la hermana del Omega no le costó mucho encontrarme, sé que ni siquiera estaba en sus planes marcarme, ella deseaba fervientemente matarme y llevarse consigo la marca de mi manada... Con lo que menos contaba era que la Madre Luna me ayudara─ una mueca de dolor transmutó el tranquilo rostro de la mujer─. Parece ser que la sangre de los Hijos de la Luna es venenosa para los lobos de otras manadas.
Impactados por el peso de sus palabras, los lobos jóvenes la observan en silencio, un escalofrío recorriéndoles el cuerpo. Intentaban conectar toda la información, organizarla lo más rápido que pudiera.
─Y así es, hijos míos, de esa forma se convierte a un lobo en Delta─ bromea la mujer en un intento por aligerar el ambiente─. Esta es una maldición doble para un solo lobo, ¿saben? Pertenecer a la única manda que pueden escuchar a la Luna lleva la sentencia del Dios Astado que, envidioso por la devoción de los lobos a la Madre, dictaminó que nuestra energía vital iría drenándose de a poco a poco mientras más permanezcamos bajo sus rayos.
─Eso no lo sabía─ se asombra Jimin, Jungkook y Taehyung podían sentir el dolor que emanaba la resolución de las palabras de la mujer─... No lo sabía.
─Quería protegerte de cualquier cosa que pudiera pasarme, pero tu destino igual te lleva a tener que conocer esta verdad, cariño─ se lamenta la mujer─. Quería olvidar todo esto cuando decidí hacerme cargo de ti, pero la Madre tiene como hijo favorito a Jungkook y no puedo evitar escucharla para ayudarlo. Necesito escucharla para que ustedes tres estén bien y es un sacrificio que estoy dispuesta a hacer por ustedes tres.
De golpe, una resolución golpeo a Jungkook.
─Bourine─ murmuró─. Su hermano me ayudó a recuperar al lobo.
La mención del nombre dejó congelada a la mujer, que observaba a Jungkook con los ojos abiertos de par en par, sobrecogida por la nueva información.
─Él estaba en Rattsga, me contó sobre la maldición, sobre la historia la hermana del lobo inestable y el único sobrino que puede ayudar a que la manada no termine─ resumió, mareando a todos de un momento al otro─. No lo vi cuando me fui de Rattsga, pero debe de estar buscándolos.
─Escuché a la Madre hablar sobre ritual con la sangre de un lobo perteneciente a la manada─ le confiesa la mujer, su pálido rostro demostrando que ahora se encontraba mal─. Supongo que él te dijo por qué eres tan importante para la madre.
─Lo entendí como... Que la Madre se siente culpable por todo lo que sucedió en Rattsga.
Sonriendo, Karrell se apoya en la espalda de Namjoon.
─Jungkook, llevas sobre ti la sangre de un lobo perteneciente a los Hijos de la Luna─ le recuerda─. No es tu culpa, pero la Madre decidió acogerte como uno más de sus hijos, aunque no la puedas escuchar. Ella no permitirá que nadie más te lastime en el futuro, porque para el ritual de encerrar a tu lobo utilizaron la energía vital de la única hija de una de mis hermanas. La Madre Luna siempre buscará la ayuda de alguien que pueda escucharla para cuidar de ti por la forma en que no pudo cuidar de la madre de Jin.
─Y no hay mejor forma para cuidar de un lobo que enlazando a otros dos─ concluyó Namjoon.
¡Clearke aquí con el Dilema 62! Tomó más tiempo del que planee T_T perdón por la tardanza.
¿Qué les pareció el Dilema? ¿Tal vez muy largo? ¿Qué tal la nueva información, esclarece dudas?
Y, la pregunta importante: ¿Estamos listo@s para el final?
Oficialmente nos encontramos a tres Dilemas de que termine la historia TuT
De nuevo, muchas gracias por leer, por todo el apoyo y el amor que recibe la historia, honestamente nunca creí pasar de los 10 votos TuT hablo en serio.
¡Cuídense mucho y nos vemos en el próximo Dilema!
∆Clearke Al Poder∆
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