Dilema 40

Sus ojos se entreabrieron cuando Yugyeom se levantó por la mañana, la luz mortecina apenas iluminaba la habitación cuando el chico se acercó a él para despedirse con unas cuantas palabras y alguna que otra promesa inaudible.

El tacto de sus manos contra su cabello lo regresó al mundo de los sueños unas cuantas horas más.

─Kookie─ la voz de Jimin sonaba lejana, no quería despertar aún─. Kookie, vamos, despierta.

Lo sintió sacudirlo unas cuantas veces, hasta que se decidió por abrir los ojos de nuevo. Seguro se trataba de algo importante si Jimin iba a despertarlo, alegrándose cuando le vio sentado sobre la orilla de la cama.

─Jiminie─ le saluda, sonriendo a medias por tener el rostro enterrado en la almohada.

─Lo siento mucho, Kook, pero tengo que regresar a casa ya para terminar unos cuantos deberes─ cuenta, mordiendo su labio con nerviosismo─ ¿Podrías acompañarme?

─Dame cinco minutos y nos vamos─ sin pensarlo más, el chico se levanta para acicalarse como cada mañana.

Jimin le esperó dentro del cuarto, abriendo la ventana del cuarto y corriendo las cortinas, comenzando a arreglar la cama cuando Jungkook llegaba de regreso al lugar.

─Termino yo cuando regrese, no te preocupes por ello ¿Quieres que comamos algo antes de irnos?

─Estoy bien, ¿tú quieres comer algo?

─Puedo comprar algo de regreso si tienes mucha prisa.

─Jungkookie, eres un ángel─ suspira el chico, apresurándose a encaminarlos en dirección a la salida─. Taehyung no se quiso levantar por más que le hablé, tal vez está demasiado cansado con el trabajo de la oficina.

El Beta se ríe un poco por la conjetura, tomando una nota mental sobre el estado de su amigo mientras caminaban por pasillo hacia el elevador.

─¿No se desvelaron ayer?─ la pregunta que no temía en realizar, esperando la positiva.

─No, nos fuimos a la cama tan pronto como nos lo dijiste─ su honestidad reflejada en la mirada.

Se encontraba a apunto de realizar otra pregunta cuando el elevador abrió las puertas para ellos, ingresando junto con otro par de personas (dos Omegas más), que le echaban miradas picarescas a Jimin cada que podían.

Jungkook, olvidando el tema de los aromas y las marcas de olor, comienza a hablar con Jimin ignorando las otras dos presencias a sus costados.

─¿Quieres que vayamos por ti a la universidad el otro viernes también? Sé que Taehyung ya se ofreció para irte a recoger todos los días, pero el viernes es un día en que puedo salir temprano si no surge un proyecto enorme.

Jimin se recuesta contra su hombro, aferrándose al brazo más cercano del Beta y haciendo que su corazón revoloteara de la más pura felicidad. Jungkook debía de admitir que Jimin le hacía más feliz que cualquier otro amigo, le gustaba la forma en que el muchacho también buscaba su tacto sin reservas.

¿Qué dirían en casa de verlo así?

La voz del fondo de sus pensamientos soltó una carcajada a causa de la ocurrencia, eliminando los posibles escenarios.

─Me gustaría verte entre semana también─ el susurro de Jimin provocándole escalofríos.

─Ya veremos cuando poder hacerlo.

Al fondo, ambas Omegas tomaban nota de toda la película, creyendo que se trataba de alguna bonita pareja que comenzaba a salir. Lo lejos que se encontraban de la verdad.

No mucho tiempo después se encontraron subidos en el auto viejo de Taehyung, en dirección al hotel donde la madre del muchacho le esperaba para tomar el desayuno en compañía de Namjoon. Jungkook se negó a tomar la merienda con ellos, asegurando que no sería justo para el Alfa que seguro le esperaba en casa. Se despidió con cordialidad antes de salir del hotel, intentando calmar sus emociones cuando le tocó despedirse de Jimin con el abrazo más largo que en alguna ocasión había dado.

Ya en la puerta del mismo fue que se topó con dos personajes en blanco y negro.

─¡Hey! ¿Qué tal les va...?─ una pregunta más bien errada cuando se acercó a la pareja, viéndoles demacrados por falta de sueño y emoción.

─Oh, Jungkook─ saludó Hoseok, esbozando el intento de una sonrisa.

Se sintió terrible al notar que su aura, esa que le inyectaba alegría instantánea, había desaparecido con toda la energía que el sol parecía brindarle. Jung Hoseok lucía apagado y terriblemente triste, pero eso era nada cuando sus ojos se fijaron en el otro Alfa, Min Yoongi, que ya le había salvado en una ocasión incómoda.

Si Hoseok parecía drenado de energía, Yoongi era un hombre de piedra, con los ojos inexpresivos y círculos negros representado a las ojeras por no obtener un buen sueño en días.

La tristeza comenzó a hacer mella en su interior.

─¿Qué les pasó? ¿Necesitan ayuda en algo? ¿Puedo hacer algo por ustedes?─ su preocupación comenzaba a obstruirle la garganta, deseoso porque esos dos chicos se viesen menos preocupados.

Ni sus mejores deseos podrían ayudarlos.

Los fríos ojos de Yoongi se fijaron en él, congelando cualquier emoción en su interior, inclusive obligándose a retener el aliento, ¿debería mostrarle el cuello de nuevo?

─Deja a Jungkookie en paz─ Hoseok le da un golpe suave en la espalda, llamando la atención del más bajo.

La forma en que se inclinaba hacia el otro chico le hacía recordar a Jimin, la necesidad de cariño mostrándose frente a él en toda su gloria.

─Gracias, Kook, no necesitamos nada, solo nos dieron noticias algo desalentadoras...

─¿Van a obligarte a enlazarte?─ preguntó en un susurro.

Rápidamente ambos chicos se alertan, buscando en silencio con la mirada alrededor, parecían nerviosos de tocar el tema en el exterior, rodeados de los clientes de Karrell.

─Podemos ir a mi apartamento─ ofrece, suplicando con la mirada que acepten su oferta─. Pensaba pasar comprando algo para desayunar.

─¿No es un poco tarde para el desayuno?─ la voz de Yoongi dándole un bajón emocional.

Su tono demostraba que algo muy malo comenzaba a sucederles, pero no se atrevió a acercarse ni un poco para confortarlo como hubiese deseado, no le conocía lo suficiente como para darse el lujo de romper el espacio personal.

─No, es la hora perfecta para tomar el desayuno─ miente el Beta, no sabía siquiera qué hora era─. Pero sé que Taehyung quiere verte, ¿por qué no me acompañan? Podemos hablar tranquilamente en mi piso.

Hoseok asiente, resignado, mientras empuja con suavidad a Yoongi por la espalda.

─Vamos, será mejor tener la mente ocupada por un par de horas─ le convence, pero Jungkook nota la verdad:

No importaba qué le dijera, Yoongi iría a donde Hoseok se dirigiera, sin pretextos.

La impotencia comenzó a golpearlo, viendo que la pareja frente a él merecía ser libre, notando cómo opacaban la intensidad del amor que sentían por el otro al estar alrededor de otras personas. Sintió asco de sí mismo al pensar en algún momento que dos Alfas no podrían amarse con intensidad y sinceridad.

Tragándose las emociones, Jungkook los guía hasta el lugar donde tenía aparcado el auto, dejándoles tomar el asiento que desearan antes de subir él.

─La chatarra de Taehyung hoy se ve mejor que cualquier otro día─ murmura Yoongi, acostado en la parte trasera─. Nunca creí que agradecería tanto verla.

Jungkook se permite reír mientras arranca el motor, a su lado Hoseok guarda silencio, viendo por la ventana el resto del trayecto, apenas prestando atención a los momentos en que Jungkook comenzaba a sacarles algún tema de conversación.

Luego de comprar algo de comida rápida para desayunar, Jungkook les llevó directo al edificio de apartamentos donde vivía con el Alfa, guiándolos con destreza entre las personas que se reunían a su alrededor con ojos curiosos.

Solo sintieron tranquilidad cuando se encontraron caminando por el pasillo hacia la conocida puerta de 205, Jungkook abriendo la puerta mientras Hoseok y Yoongi le ayudaban a llevar la bolsa de comida y las bebidas.

─¡TaeTae, estoy de vuelta y traje el desayuno!─ ingresó el muchacho, buscando algún sonido que le mostrara dónde se encontraba su mejor amigo.

Nadie le respondió.

Yoongi y Hoseok entraron detrás de él, el primero cerrando la puerta con cuidado mientras el otro colocaba la comida sobre la mesa de la primera habitación.

─Taehyung, ¿qué demonios finges que haces?─ Yoongi preguntó, dando un solo paso más cerca de Jungkook.

Un gruñido retumbó por el pasillo en dirección a su habitación, seguido por el sonido de pasos furiosos. En menos de un minuto ya se encontraban con la imagen de Taehyung frente a ellos, los pies descalzos, las ropas hechas un desastre, el cabello desaliñado y los ojos de un intenso color rojo que resplandecía.

Yoongi se endereza en su lugar, olfateando, sus ojos resplandeciendo también al notar la situación. Hoseok intenta tomarlos de las muñecas para alejarles del Alfa, pero este se mueve con más velocidad que cualquiera de los tres, acercándose a zancadas al Beta para alzarlo y llevarlo al hombro.

─¡Bájame, gran idiota!─ grita desesperado al notar que le aleja unos pasos de los dos chicos, tanteando el camino de regreso a la habitación.

Unos cuantos recuerdos asediaron su mente, porque la situación era bastante parecida a la que vivió cuando recién comenzaba la semana de Jimin.

─Entró en celo.

¡Hey, hey, hey! Clearke se presenta con el Dilema 40 (:0) en el quinto día del maratón.

¿Qué les pareció este Dilema? Espero que estén disfrutando de cómo van las cosas en la historia TuT ¿Qué creen que pasará? ¿Taehyung se llevará a Jungkook y lo encerrará con él? ¿Por qué creen que Hoseok y Yoongi la están pasando tan mal?

Y la pregunta importante: ¿Que habrá provocado el adelanto del celo?

Muchas gracias por su apoyo♥ me emociona leer sus comentarios TuT

¡Cuídense mucho y nos vemos mañana con el Dilema 41 a una hora más decente!

∆Clearke Al Poder∆

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